La Fundación Salud y Comunidad (FSC) celebró el pasado día 4 de mayo el 25 aniversario de este programa desarrollado dentro del Centro Penitenciario de Hombres (CPHB) “La Modelo” de Barcelona. En un acto organizado en las instalaciones de este centro, se puso de relieve la utilidad del servicio y la profesionalidad de todas las personas que habían hecho posible su creación y consolidación. El PID es un Programa de Intervención con Drogodependientes en prisión gestionado por FSC, subvencionado por el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña.
En el acto, presentado por la subdirectora del Área de Inserción Social, Reducción de Daños y VIH-Sida de FSC, Sonia Fuertes, intervinieron Antonio Gutiérrez, director del centro penitenciario; Manel Alcaide, gerente de FSC; Toni Garín, director del Área de Inserción Social, Reducción de Daños y VIH-Sida de FSC, y Francesca Spanò, coordinadora del PID.
Sonia Fuertes inició el acto dando la bienvenida a todos los asistentes, haciendo alusión a una metáfora referente a que las cosas imposibles se pueden hacer posibles con complicidad, trabajo en equipo, como había sido el caso del PID, agradeciendo a todos los que habían formado parte de su historia en el pasado, presente, y esperaba que también en el futuro.
Por su parte, Antonio Gutiérrez, director del centro penitenciario, destacó el éxito del trabajo de este servicio basado en la profesionalidad, desde una tarea realizada “con los pies en el suelo”, y se refirió también al objetivo cumplido de reeducación y rehabilitación de los participantes en el programa “a pie de patio”.
Manel Alcaide, gerente de FSC, explicó los orígenes de la creación de este programa, coincidiendo con la puesta en marcha de la Asociación Bienestar y Salud (ABS). “Hace 25 años nos planteábamos, en este centro penitenciario, un imaginativo y ambicioso Programa Libre de Drogas, aunque en nuestra agenda hablábamos de objetivos intermedios. Se trataba más de un trabajo institucional que clínico. En aquellos momentos era más importante concitar complicidades, crear espacios de entendimiento -avanzar con lealtad- que obsesionarnos en cuitas científico-terapéuticas. Hubo mucha generosidad por parte de todos y el binomio dentro-fuera, recursos de la red externa y dispositivos intra-penitenciarios fueron adquiriendo la fluidez que hoy conocemos”.
En otro momento de su intervención señaló que se sentía “feliz y agradecido. Orgulloso del trabajo de mis compañeros, de los de dentro y de los de fuera, porque solo el trabajo conjunto ha servido para devolver a miles de ciudadanos privados de libertad una posibilidad de reencuentro con su propia salud física y mental y con el espacio social que habían perdido”.
Seguidamente, intervino Toni Garín, poniendo en valor un recurso realizado desde el esfuerzo, sacrificio y profesionalidad, que había logrado mitigar el sufrimiento de muchas personas, por el acompañamiento profesional y su oportunidad de permitir un vínculo, compartiendo los mismos retos y objetivos. “A lo largo del tiempo, todas las personas que han pasado por el PID han tenido un espíritu de colaboración, de renovación, de establecer nuevos retos, capaces de llevar a cabo programas sostenibles en el tiempo. Hubo un tiempo en el que nadie quería trabajar con drogodependientes, un reto importante fue trasladar a la sociedad que la prisión hay que ponerla en circulación, poner en valor el trabajo que se hace en ella, que salga del espacio de los muros, socializar el trabajo realizado en las prisiones”.
Francesca Spanò, coordinadora del PID, hizo finalmente un recorrido en el tiempo del trabajo de este servicio, a través de sus momentos más significativos, y habló de la creatividad e innovación como uno de sus principales ejes de acción. “El PID es un programa pionero no solo porque fue el primer programa de intervención con drogodependientes en el medio penitenciario en Cataluña, sino también por su manera de posicionarse ante la población drogodependiente privada de libertad, dando valor a la persona como parte activa y responsable de su proceso de crecimiento y de cambio, a través de la creación del vínculo educativo entre el profesional y los sujetos, capaz de crear puentes entre las personas y su entorno social”.
Por otra parte, la coordinadora del PID destacó la importancia que tiene para el programa el trabajo con el resto de profesionales del centro penitenciario “con quienes crecemos profesionalmente y aprendemos en nuestro día a día. Resaltamos también nuestro trabajo en red con la participación en la Taula de Participación Social de Segundo Nivel (TPS) del CPH y en la Comissió d’Àmbit Penitenciari i Execució Penal de la plataforma Entitats Catalanes d’Acció Social (ECAS)”.
Finalmente, presentó el vídeo “Las voces del PID”, preparado con fin de dar voz a las personas que se atienden en el servicio y que no habían podido estar en esta celebración. Pudimos escuchar el testimonio de superación de algunos participantes del programa y ver imágenes referentes a su participación en la actividad de arteterapia.
El acto finalizó con un aperitivo preparado para la ocasión en un ambiente más distendido como colofón de este aniversario.