Con la llegada de las buenas temperaturas, cada año se tiene como costumbre celebrar en este centro propio de la Fundación Salud y Comunidad barbacoa especial al aire libre. En ella participan tanto usuarios como profesionales. Es una forma de dar paso a la nueva época estival que les permite compartir otros tiempos y espacios, generando una relación entre ellos diferente a la cotidiana.

Entre risas y gratas conversaciones, la sobremesa se alargó tranquilamente dando paso a una dinámica grupal también diferente, basada en la arteterapia.

Se trata de una forma de psicoterapia que utiliza la expresión artística para acceder al mundo interno de las personas, y constituye una vía para expresar y explorar las emociones, así como los contenidos de la mente.

También se aprende a reforzar con ella nuestras capacidades y recursos de manera creativa, a comunicarnos mejor con nosotros mismos y con los demás, mientras podemos disfrutar de los aspectos más revitalizantes y placenteros de la práctica artística. Se puede aplicar a áreas como la rehabilitación, la terapia ocupacional, la educación y la salud mental.

Está especialmente indicada para personas con especiales dificultades en la expresión verbal o la simbolización problemática de las emociones, inquietudes o conflictos. A través de ella se pueden desarrollar estos aspectos mediante la experiencia y la creación artística, utilizando un lenguaje plástico.

Ofrece además una posibilidad única a todas aquellas personas que deseen embarcarse en un proceso de crecimiento personal a través de la expresión artística.

En la sesión de creatividad desarrollada en Riera Major se emplearon diferentes recursos artísticos de las artes plásticas: palos de pipa, fieltros, plastilina, goma-eva, diversos tipos de papel, cartulinas, formas diversas de madera, etc.

El objetivo principal de esta dinámica era utilizar herramientas que facilitaran al grupo de residentes la expresión y comunicación de aspectos internos con respecto al conjunto. En total participaron 35 personas.

Estas técnicas permiten la expresión de las emociones y sensaciones que están presentes en el proceso terapéutico y en el momento de cambio. Muchas de ellas de difícil verbalización por diferentes causas.

El ejercicio se desarrolló de manera óptima, con música relajante de fondo. El objetivo central era plasmar en cada una de las creaciones individuales un regalo personal para el grupo terapéutico, con la finalidad de resolver una necesidad que estuviera presente en este momento de cambio.

En definitiva, permitió expresar plásticamente lo que cada uno de ellos percibía como necesidad: la confianza, la ayuda en momentos de crisis, la unión, la necesidad de recoger la sabiduría del grupo y el aceptar el cambio, entre otras expresiones.