Una de las iniciativas más conocidas, nacida en el seno de la OMS, es “Ciudades Amigables con las Personas Mayores“. Para facilitar que las ciudades de todo el mundo tuvieran presente el envejecimiento activo como parte integral de la planificación urbana, la OMS inició este proyecto en 2005.
El proyecto se puso en marcha en su fase inicial en 35 ciudades de países desarrollados y en vías de desarrollo, desde grandes ciudades como Tokio, Shanghái, Ciudad de México y Londres, pasando por pequeñas comunidades, a grandes centros regionales como Nairobi, Estambul, Ginebra, Nueva Delhi y centros nacionales, como Kingston, Jamaica, Puerto Rico, La Plata, Argentina, Trípoli y El Líbano. Para ello, se basó en las percepciones, aspiraciones y sugerencias de los/as ciudadanos/as mayores para lograr una vida urbana más adecuada a sus necesidades.
España puede presumir de ser el país con más “Ciudades Amigables con las Personas Mayores”, tal y como acaba de poner de manifiesto la OMS, a través de la Red Mundial de Comunidades y Ciudades Amigables con las Personas Mayores. Y es que, desde que hace tres años el Imserso firmase un acuerdo de colaboración con la OMS para divulgar, apoyar y promocionar este proyecto, ya son 40 las localidades españolas que lucen este distintivo. Entre las mismas se encuentran Barcelona, Gavà (Barcelona), Zaragoza, Bilbao, Vitoria-Gasteiz, Castellón, Torrente (Valencia), etc.
Este proyecto tiene como objetivo crear entornos y servicios que fomenten y faciliten un envejecimiento activo y saludable. Se dirige a todos los ayuntamientos interesados en promoverlo, mejorando sus entornos y servicios.
Sabemos que el porcentaje de personas mayores crece año a año en todo el mundo, con diferente ritmo, pero de forma constante. Es, por tanto, evidente la necesidad de que las ciudades dispongan de entornos y servicios diseñados y mejorados para optimizar la calidad de vida de todas las personas y, especialmente, de las personas mayores.
Si las ciudades son “amigables”, las políticas, los servicios y las estructuras relacionadas con el entorno físico y social de las mismas, se diseñan y reorganizan para apoyar y permitir a las personas mayores un envejecimiento activo; es decir, vivir de manera digna, disfrutar de una buena salud y continuar participando en la sociedad de manera plena y valorada.
El principio directivo para esta iniciativa, «Ciudades Amigables con las Personas Mayores», consiste en desarrollar un modelo a través del cual las ciudades puedan atender las necesidades de las personas mayores con relación a la salud (salud y servicios sanitarios accesibles y asequibles, oportunidades para continuar activo); participación (transporte público accesible, servicios de información, programas recreativos, relaciones sociales, oportunidades de voluntariado, lugares de culto, ser valorado y respetado); y seguridad (seguridad en el hogar y en la comunidad, transporte seguro, seguridad financiera, vivienda y servicios accesibles).
Cabe señalar, por otra parte, que se ha creado un grupo de expertos en el que colaboran los organismos más relevantes de esta Red. Este grupo lo forman, entre otros, el Imserso, el Ayuntamiento de Bilbao, el Ayuntamiento de Zaragoza, el Ayuntamiento de Manresa, el Consejo Estatal de Personas Mayores, la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), etc.
En una entrevista publicada en el último número de la revista “60 y más”, el director del Imserso, César Antón Beltrán, afirma que, ante el aumento de la esperanza de vida, y el progresivo envejecimiento de la población, “la meta es ir haciendo todo lo posible para conseguir un envejecimiento activo. Ésta no es una situación, sino un proceso que se realiza a lo largo del ciclo vital de la persona. Implica, de manera especial, el envejecimiento saludable, es decir llevar estilos de vida sanos, adoptar una postura proactiva de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad”. Pero también está condicionado a otros determinantes, como son, entre otros, “el acceso a una asistencia sanitaria y a servicios sociales de calidad, incluidos los cuidados de larga duración”.
Al ser preguntado por los principios en los que considera que debería basarse una sociedad para todas las personas y todas las edades, César Antón Beltrán señala que esos principios deben ser los mismos que rigen una sociedad democrática: justicia, igualdad de todos los ciudadanos en el reconocimiento de sus derechos y en el cumplimiento de sus obligaciones, añadiendo a ello la solidaridad intergeneracional, por la importancia decisiva que tiene en el envejecimiento activo.
Sin duda, el reto para las administraciones y los agentes sociales debe seguir siendo promover el modelo de calidad de vida autónoma e independiente de las personas mayores, actuando en ámbitos tan diversos como los servicios sociales, la sanidad, el empleo, la formación, el voluntariado, la vivienda, las nuevas tecnologías, etc.
También cabe señalar que, al final de la vida, muchas personas mayores experimentan, y otros experimentarán, problemas de salud y les resultará difícil seguir siendo autónomas, lo cual es una importante cuestión a seguir abordando desde las administraciones, contando para ello con servicios sociales y sanitarios públicos de calidad.
Todo ello supone un gran reto socio-sanitario y, sin duda, requerirá de un mayor esfuerzo por parte de las administraciones para aportar soluciones asequibles y sostenibles, en el sentido de seguir proporcionando protección, seguridad y los cuidados adecuados a las personas mayores.
Pero también es necesario que los sistemas sanitarios tengan una perspectiva del ciclo vital completo, en el sentido de promoción de la salud y prevención de enfermedades ya que, como hemos señalado, el envejecimiento es un proceso adaptativo que dura mientras dura la vida.
FSC, en el marco del envejecimiento activo, apuesta por ofrecer soluciones eficaces a los nuevos retos en los ámbitos social y de salud en las personas mayores, procurando mantener su calidad de vida y su atención de manera digna, reivindicando su espacio público y su papel activo en nuestra sociedad. En este sentido, el programa de actividades que nuestra entidad implementa en la mayoría de los servicios de atención a las personas mayores que gestiona contempla una intervención integral, de manera directa o indirecta, en todas las áreas específicas de la persona (cognitiva, afectiva, funcional, física, social, ocio y tiempo libre).