El centro, del que es titular el Departament de Benestar Social i Família de la Generalitat de Catalunya, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad, en consorcio con el Grupo Lagunduz, participó en esta festividad, como en años anteriores, mediante propuestas elegidas por los residentes.
La celebración de la Diada de Sant Jordi es uno de los acontecimientos más emblemáticos de Cataluña, en el que la gente sale a la calle masivamente a disfrutar de un ambiente festivo e integrador. Todos aportan su granito de arena a un acto social que invita a expresarse libremente bajo un lema de identidad cultural y unión.
En el caso de la Residencia “Roger de Llúria” de Reus (Tarragona), durante aproximadamente un mes y medio, se fueron elaborando diferentes manualidades con material de reciclaje. Bajo la dirección y supervisión de los técnicos correspondientes (trabajadora social y terapeutas ocupacionales), los usuarios/as construyeron y dieron forma a un gran número de rosas, broches, imanes, puntos de libro, cuadros, llaveros, dragones, puzles…con materiales utilizados en la vida diaria de la residencia y en los talleres de estimulación. Por ejemplo, utilizaron cápsulas de café, tapones de corcho, plastilina, cartulina, papel de seda, papel de fieltro, palos de brocheta…
Además, los usuarios/as pudieron disfrutar de una salida a la Plaza del Castell de Reus, gracias al trabajo coordinado entre profesionales de las áreas psicosocial, sanitaria y servicios generales del centro.
3 autobuses permitieron acercar a los residentes al corazón de Reus en un largo día soleado y cargado de emociones. Allí se ubicó la “paradeta” de la Residencia “Roger de Llúria” y se expusieron todos los objetos elaborados durante estas semanas para ser vendidos.
A lo largo del día, se invitó a los usuarios/as a abandonar la “paradeta” momentáneamente para que pudieran disfrutar de un paseo entre las calles y la multitud. Y así hicieron.
Fueron muchos los beneficios terapéuticos que tuvo esta jornada entre los residentes: mejora de la autoestima, sentimientos de utilidad y autonomía, aumento de las habilidades sociales, compañerismo, evocación de recuerdos, estimulación de los sentidos, orientación en la realidad…
Y para que el espíritu de la Diada de Sant Jordi llegara a todos los usuarios/as del centro y a los vecinos/as del barrio, al día siguiente, la “paradeta” quedó expuesta en la entrada de la residencia.