El 80 por ciento de los casos de violencia de genero están relacionados con el consumo de alcohol, drogas o psicofármacos, explica el presidente de la Asociación Española de Centros de Día de Drogodependencias (ASECEDI), Francisco López y Segarra, con motivo del seminario ‘Formación para profesionales sociosanitarios en nuevas masculinidades’, que tiene lugar estos días en Madrid.
De igual modo, otras muchas personas sufren la violencia, al haber sido educadas en un contexto de masculinidad «entendida como el empoderamiento del hombre sobre la mujer», señala. «Pasaron de ser maltratadas por sus padres y hermanos a hacerlo sus maridos e hijos», añade.
Entonces, prosigue López y Segarra, decidieron poner en marcha un programa con el objetivo de prevenir entre todos la violencia de genero, «más en estos momentos en los que, por muchos motivos económicos, los pacientes están más excluídos y son más pobres».
El programa, que ha contado con ayudas del Plan Nacional sobre Drogas, está destinado tanto a personas que han ejercido violencia como aquellas que no. «Se trata de reeducar desde el crecimiento y libertad, y generar hombres del siglo XXI», sostiene este experto.
LAS DROGODEPENDENCIAS ESTÁN DESATENDIDAS
El presidente de la ASECEDI lamenta que las drogodependencias están «muy desatendidas» por parte de la sociedad, y señala que las organizaciones del tercer sector están yendo por delante de la Administración en este campo.
«Aunque en estos momentos es fácil, en general, siempre hemos ido por delante, estableciendo colaboraciones estrechas con la ciudadanía para generar esa sinergia que pueda ir resolviendo la situación», argumenta.
En sus palabras, el Gobierno «está respondiendo» en violencia de género pero no en asistencia sanitaria. «Está como diciendo qué quede el que pueda sobrevivir», denuncia. Así, este experto explica que, en Andalucía, Madrid o Valencia se están viviendo situaciones «dramáticas».
«Hay un olvido y todo lo que hemos conseguido en estos últimos 20 años lo podemos perder en estos 3 años de desencuentros y falta de una política sociosanitaria en adiciones», argumenta.
REINSERCIÓN DIFÍCIL
Para este experto la reinserción de este colectivo en el plano laboral es difícil, ya que su formación dista de la tiene la población media. «Si no intervenimos hoy mismo algunos no saben encender ni un ordenador», pone como ejemplo.
Por ello, en sus palabras, este colectivo precisa de formación para que vuelvan al engranaje y tengan las mismas oportunidades. «Preocupa y tiemblas de escalofríos cuando piensas en muchos jóvenes drogodependientes», insiste.
Por otro lado, lamenta que, por culpa de la crisis económica, población de entre 45 y 50 años haya vuelto a recaer en el consumo de drogas. «En los hogares se están hinchando a alcohol o barbitúricos», denuncia. «Mucha gente que abandonó el consumo de drogas, que lo tenía superado, y que estaba en proceso de reinserción, ha vuelto a recaer», añade.
Asimismo, esta problemática se une con la situación de aquellas personas que, tras décadas de prisión, salen a la calle y no encuentran una ocupación; además de que su familia no quiere encargarse de ellas, y «no van a tener ni una prestación de 300 euros».
Fuente: Europa Press