Las profesionales del equipo de Enfermería María Valle Cabezas, Pilar Sánchez, Esther Peralta y Laura Aguilera del Centro de Atención y Seguimiento (CAS) en Drogodependencias del centro penitenciario de Brians 1, servicio gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), han participado recientemente en este encuentro, organizado por la SCATT (Sociedad Catalana de Atención y Tratamiento del Consumo de Tabaco). A la jornada, que tuvo lugar en el centro cultural CaixaForum Barcelona, asistieron más de 350 profesionales de diferentes ámbitos.
Por parte de FSC, las profesionales del equipo de Enfermería del Centro de Atención y Seguimiento (CAS) en Drogodependencias del centro penitenciario de Brians 1, presentaron un póster sobre la efectividad de los tratamientos de deshabituación tabáquica en los centros penitenciarios de Brians 1 y 2, basado en el análisis de los programas realizados durante el 2014 en estos servicios.
Según afirman desde el CAS Brians, el consumo de tabaco por parte de los internos es dos veces más frecuente en comparación con la población general. En este sentido, un medio hostil como puede ser un centro penitenciario, con numerosos factores de riesgo (privación de libertad, limitación del contacto con la familia, falta de espacios libres de humo, etc.) y con pocos factores de protección, dificulta el cese del hábito tabáquico y aumenta el número de recaídas al año.
El programa de deshabituación tabáquica llevado a cabo en los centros penitenciarios de Brians 1 y Brians 2 combina la terapia cognitivo-conductual y el tratamiento con sustitutivos de la nicotina (TSN), principalmente parches de nicotina y la variniclina (el llamado Champix).
Por otra parte, entre la población reclusa se observa una elevada prevalencia de patología dual, así como otros factores estresantes como el entorno, la privación de libertad, la limitación del contacto con familiares, etc. Según mantienen desde el CAS Brians, “todos ellos son considerados como factores estresantes, ya que dificultan la deshabituación tabáquica. Por tanto, el desarrollo de este programa supone una forma de reducción de daños”.
Durante el 2014, el 40,5% de participantes en el programa realizó una correcta deshabituación tabáquica, logrando una abstinencia del 44,4% a los 12 meses. Por otra parte, el 18,9% consiguió reducir su consumo; de este porcentaje, solo el 25% logró la abstinencia.
Los resultados obtenidos demuestran el éxito del programa, no solo por las deshabituaciones logradas, sino también por la reducción en el consumo, que se ha mantenido en el tiempo. En este sentido, el proceso de deshabituación tabáquica requiere de un aprendizaje, y cada intento mejora la autoeficiencia y autoestima de la persona, acercándose más al proceso de cambio.
Como limitación de dicho programa, desde el servicio señalan “el elevado precio (270 euros para un tratamiento de 8 semanas con parches de nicotina), ya que los tratamientos de carácter gratuito proporcionados por el Servicio Catalán de la Salud, van dirigidos principalmente a usuarios/as con patología respiratoria”.