A principios de enero se ha llevado a cabo por primera vez en el Centro Terapéutico «Riera Major», una terapia familiar a larga distancia con la ayuda de Internet a modo de videoconferencia con “el otro lado del mundo” (más concretamente en Australia).
Las terapias familiares son una parte muy importante del tratamiento y del proceso de cambio tanto para las personas que residen en el centro terapéutico como para los familiares de los mismos. Que la familia tome conciencia de que son una parte activa del tratamiento, que amplíen su información acerca de la adicción, y que aprendan estrategias que puedan aplicarse en momentos de crisis, es básico y fundamental para la buena evolución de cada uno de los/as usuarios/as.
En estas terapias se ponen en común los objetivos a desarrollar, los roles de cada componente de la familia, las dificultades de relación, los pactos y acuerdos a los que se han llegado, y los hechos que pueden facilitar el desarrollo de los objetivos destinados a la reinserción, tanto familiar, como laboral y social.
En esta terapia se ha combinado la presencia física de una usuaria y la familia que vive en Cataluña con el familiar que reside en Australia vía videoconferencia utilizando el programa Skype.
Sin disponer de la tecnología, aunque hubiera podido llevarse a cabo vía telefónica con un sistema de manos libres, se habría perdido una gran parte de la gestualidad, la comunicación no verbal e incluso el entorno en el que se estaba desarrollando (tanto en «Riera Major» como en Australia).
Hubo además que ajustar los horarios (que en este caso eran de diez horas de diferencia) para poder llevarla a cabo a una hora aceptable para todas las partes.
Una vez iniciada y mediante el análisis posterior se ha evidenciado una magnífica posibilidad de comunicación e interacción, creándose un clima muy emotivo, con aportes e intercambios de contenidos valiosísimos sin ningún tipo de obstáculo. Sí que se ha observado la necesidad de una mayor concentración, cuidado y atención por parte del terapeuta que ha tenido que ser de mayor intensidad que en las terapias familiares presenciales.
La valoración pues tanto por parte del terapeuta como de todos los integrantes de la terapia familiar ha sido muy positiva. “Lástima que no hayamos podido darnos un abrazo al acabar”, mencionó la usuaria participante en la novedosa iniciativa.