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El Piso Terapéutico «Rubió i Ors» de FSC cambia de nombre: construyendo vidas autónomas alejadas del consumo en el «Cosmos»

Desde hace ya algún tiempo, el equipo terapéutico del Piso Terapéutico “Rubió i Ors” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, contemplaba la posibilidad de dar un nombre propio al servicio, yendo un paso más allá de la denominación original, vinculada a la ubicación en la que se encuentra.

A partir de la experiencia de nuestra entidad en atender a personas que han dejado atrás el consumo de drogas como forma de vida, detectamos la necesidad de ampliar el tipo de atención que requiere cada persona que accede al recurso, en función de sus variadas circunstancias, características y potencialidades personales.

En este sentido, para cada uno de los/as profesionales de este servicio, supone un reto diario poder canalizar una atención individualizada que permita dar cabida a cada una de las personas que requieren hallar una nueva forma de vida, autónoma y sin consumo, independientemente de sus diferentes características o circunstancias propias.

Por ello, después de varias propuestas, se decidió dar al servicio el nombre de “Cosmos”, a modo de metáfora, como el conjunto de todo lo existente, abarcando dentro de ello, la posibilidad de dotarlo de un orden a través de la organización, y en este caso el servicio.

Según nos trasladan desde el mismo, el concepto de “Cosmos” se relaciona con una concepción cíclica de la vida que no es lineal. La búsqueda de nuevos recursos, proyectos e ilusiones de vida en el marco del tratamiento, provoca en las personas que puedan valorar y encontrar un equilibrio entre lo que dejan (renuncias), y lo que quieren conservar de sus vidas, para poder llegar a su finalidad última: construir una vida autónoma y sin consumo, valorando las diferentes circunstancias y características de cada persona que llega a este servicio.

La flexibilidad y capacidad de adaptación conforman la base del trabajo que realiza el equipo profesional de “Cosmos” para poder ofrecer una atención individualizada. Es el caso del trabajo realizado con R.M. que previamente ingresó en la comunidad terapéutica “Can Coll” de nuestra entidad para realizar un tratamiento por su dependencia a sustancias (cocaína y alcohol), y su adicción comportamental. Tras ser dado de alta en la comunidad, decidió continuar el tratamiento en el Piso “Cosmos”, en el que ha recibido el alta durante este mes de junio, permaneciendo durante algo más de un año.

El tratamiento en este último recurso ha permitido trabajar con él todos los aspectos relacionados con la reinserción, tanto a nivel de búsqueda de trabajo o formación, como de actividades de tiempo libre. También, aspectos relacionados con la elaboración de hechos familiares pasados y la posterior reconstrucción, así como de la ampliación de su autoconocimiento como medio para explorar e integrar nuevos aspectos de sí mismo, así como la posibilidad de permitir crear y ampliar una red social.

Por otra parte, R.M. ha finalizado el tratamiento, habiendo conseguido su incorporación al mundo laboral, así como también habiéndose independizado, iniciando una nueva etapa vital en un piso cedido por su familia, en el que va a vivir solo.

Durante las últimas semanas del proceso, ha mostrado dificultades a la hora de gestionar por sí mismo los aspectos necesarios para realizar la salida del recurso, requiriendo de un mayor apoyo, dada su vivencia de miedo por su nueva situación de autonomía, coincidiendo con la resolución definitiva de su divorcio.

El concepto de tiempo, también ha sido una característica que hemos tenido en cuenta a la hora de ofrecer otra denominación a este recurso. En “Cosmos”, y a través del programa terapéutico existente, creemos en la importancia de realizar un acompañamiento contemplando el ritmo adecuado para cada una de las personas que llegan al recurso. El proceso de crecer y evolucionar requiere volver a pasar por lugares internos de uno/a mismo/a cada vez con mayor conciencia, factor que posibilita la mejora y, en consecuencia, la abstinencia en este proceso.

En este sentido, la larga estancia de R.M. en el recurso ha hecho que se pudieran trabajar con él aspectos diversos. Tuvo una primera etapa en la que se vinculó a través de conductas tóxicas que, poco a poco, pudo ir desmontando para adquirir una posición más terapéutica. En una segunda etapa, tuvo algunos conflictos con algunos compañeros por su alta exigencia a la hora de necesitar que todo el mundo avanzase a su ritmo.

El servicio en el que seguirá realizando su tratamiento es el Centro de Atención y Seguimiento de las Drogodependencias (CAS) de Vilanova i la Geltrú, en Barcelona, donde ha realizado seguimiento individualizado a lo largo del proceso y en el que seguirá realizándolo, a la salida del recurso Piso Terapéutico “Cosmos” de FSC.

Durante su estancia en el piso, ha podido encontrar trabajo, realizar un voluntariado, conocer a mujeres (y tener relaciones sin consumo), poder despedirse de su padre (hace un año que murió, cuando él estaba en pleno consumo), acompañar a su madre en un proceso cancerígeno que se le detectó cuando él llevaba una semana en piso, ejercer el rol de padre (tiene dos hijas adolescentes), etc.

De R.M. nos quedamos con su buena actitud en el tratamiento y el buen vínculo que ha establecido con todas las personas del equipo profesional. Su llegada al piso estuvo marcada por la enfermedad de su madre y contó con el apoyo del equipo desde el principio, para poder sostener el malestar que le generaba esta situación. Además, ha podido ir reconociendo sus mecanismos más adictivos, a medida que se ha vinculado emocionalmente con las personas del equipo.

A destacar, en cuanto a objetivos trabajados, que el motivo de su ingreso en la comunidad fue dejar la cocaína y a lo largo del proceso, ha ido adquiriendo conciencia de su alcoholismo de base, manteniendo la abstinencia a diversas sustancias al finalizar el tratamiento.

De su paso por el servicio, se lleva muchas cosas, de las que destacamos algunas: hablar en primera persona; dejar de buscar aprobación en las opiniones del grupo para darle valor a la suya; aceptar y digerir su divorcio; ir conectando con el duelo por la pérdida de su padre; mejorar la relación con su madre; identificar la mentira como la puerta a su recaída y mantenerse abstinente.

Queremos finalizar esta reflexión, con nuestro reconocimiento al trabajo que R.M. ha realizado durante todo este tiempo, poniendo en valor una vez más el trabajo de los/as profesionales de nuestra entidad que, con gran responsabilidad e implicación, trabajan en la rehabilitación y reinserción social de personas como él, contribuyendo a la sensibilización social favorable a las segundas oportunidades vitales.

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