El servicio ha finalizado el año con muy buenos resultados y todas sus plazas ocupadas, tras un duro año marcado por los recortes de las administraciones, mientras la demanda por ocupar sus plazas se iba incrementando. El taller sociolaboral de la Fundación Salud y Comunidad lleva más de veinte años atendiendo a personas en tratamiento de deshabituación de alcohol y/o otras drogas, y cuenta con una trayectoria consolidada en el Circuito de Atención Integral en Adicciones.
A finales de 2012, y tras algunos años de incertidumbre en relación a la única fuente de financiación del servicio desde la administración pública, la mala noticia nos obligaba a cerrar el año con tristeza y miedo ante un futuro incierto debido a la drástica reducción de la subvención.
El taller, ubicado en Barcelona, necesita muy poco a nivel económico, pero asiste a muchas personas en tratamiento que, diariamente, acuden a él y que, de alguna forma, se apoyan y dependen del mismo. Las previsiones no eran en absoluto positivas y, ante la precariedad en la que quedaba el servicio y la, ya de por sí, austeridad del mismo, no quedó más alternativa que reducir el personal.
El servicio pasó de tener dos profesionales a uno solo, con todos los inconvenientes que ello implicaba, y, aún así, la previsión de acabar el año con déficit agravaba de forma importante la situación. Y así empezó 2013, con mucha incertidumbre sobre cómo sobrellevar y superar la situación…
Pero tal como se promueve siempre desde el propio servicio, “QUERER ES PODER”. Ante la perspectiva de luchar o dejarse vencer, la opción estaba clara. Y, lejos de venirnos abajo, enfocamos el año con ilusión por defender lo nuestro, por luchar por aquello en lo que ciegamente creemos, por aquello que sabemos que es necesario y que no podemos dejar morir, por defender el “encargo” que en su día se nos hizo y que aún hoy más que nunca, sigue plenamente vigente. Y así es como, casi desde el principio, no perdimos la ilusión y pusimos en marcha el engranaje para afianzar, al menos, lo que nos había quedado.
Durante el 2013, el Taller Sociolaboral ha trabajado, junto con todos los/as usuarios/as que lo componen, para producir piezas de madera que en la festividad de San Jordi se expusieron y vendieron en las calles de Barcelona con gran éxito. Y ha seguido trabajando, después de ese día, para preparar la exposición que se realizará en abril de 2014, como una forma de autofinanciación. Se ha seguido potenciando el Club Artístico y Social, consolidándolo como parte del taller o como una continuación del mismo, acabando el año con un lleno absoluto en las plazas del mismo y con lista de espera para 2014, generando así también nuevos ingresos que alimentan al propio servicio.
Por otra parte, también se ha trabajado para retener el máximo número de usuarios/as llegando a valores por encima de la media (56% de altas terapéuticas), y cerramos 2013 con lleno absoluto también en las plazas del taller y con dos grupos muy consolidados de usuarios/as en tratamiento, que se mantienen en 2014.
Así es que, como el ave fénix que renace de las cenizas, el Taller Sociolaboral, desde su humilde posición, despide un duro año en el que hemos crecido en nuestra lucha y con el convencimiento de que aquello que hacemos tiene sentido, que es necesario luchar por aquello en lo que creemos, pues aún cuando se nos quiere hacer creer que todo se ha derrumbado, en nuestras manos está creérnoslo, o luchar por conseguir lo imposible, lo que aún está por hacer o por inventar.
2014 empieza con ilusión y con la certeza y la satisfacción de haber luchado por lo que creemos y haber mantenido y afianzado más, aún cuando el viento no soplaba a nuestro favor, un recurso muy sencillo pero con mucho sentido tanto para profesionales como usuarios/as y derivadores que siguen confiando, después de tantos años, en nosotros.
El futuro está por escribir, pero desde luego que no nos quedaremos esperando a que se escriba solo, sino que intentaremos influir en él para que sea, a nuestro entender, como debe ser, sin dejar que el azar o las circunstancias externas modifiquen más que lo estrictamente necesario. Seguiremos creyendo aquello de que “QUIEN QUIERE, PUEDE”.