Sus poemas siempre se inclinan hacia un crecimiento personal que tiene que ver con todo lo que ha superado en la vida. En esta entrevista, concedida al Departamento de Comunicación de FSC, el poeta nos acerca a su nueva obra, “Demasiado joven para el blues, Antología personal 1998-2014”, en la que Eirene Editorial, a sugerencia de Abel Santos, ha decidido donar 1 euro a FSC por cada ejemplar vendido, dada la amplia experiencia de nuestra entidad en el ámbito de las drogodependencias. El poeta también nos habla de sus próximos proyectos.
A.S: La música siempre ha estado presente en mi vida, ya que mis hermanos mayores son músicos, y mis tíos maternos, aunque no son músicos, siempre han tenido un buen gusto musical y son unos apasionados de los buenos equipos de música, y era habitual, cuando era ya muy pequeño, dormirme o ser despertado los fines de semana con música de todo tipo: Pink Floyd, Phill Collins, Gary Moore… Luego, de adolescente, empecé a ensayar a diario con un teclado y a componer canciones. Me hubiera gustado ser pianista de jazz o blues, pero luego fui inclinándome a la escritura, que era un refugio más íntimo, ya que solo éramos las palabras y yo ante el silencio del papel. De hecho, no fue hasta casi la mayoría de edad que en mi casa supieron que yo escribía poemas y relatos.
Desde entonces, la poesía y la música han sido estos últimos dieciséis años mis dos fieles compañeras. Darles a los distintos apartados de esta antología el nombre de una sección instrumental es fusionar poesía y música, creando así la canción única que canta (cuenta) mi historia: Percusión reúne los poemas más impactantes y de crítica social; Líneas de bajo recoge la gravedad, la tristeza, la soledad, ya que, a mi modo de ver, el bajo o contrabajo es el instrumento más solitario, el más realista, aunque está rodeado de otros instrumentos; Guitarras de solo y órgano desata los poemas catárticos, se puede decir que la guitarra simboliza la mente y el órgano el corazón; y Lírica es un canto al amor y a la liberación del pasado.
P. Tu nueva obra, “Demasiado joven para el blues, Antología personal 1998-2014”, llega tras la edición del poemario “Todo descansa en la superficie”, de 2013. Esta vez te has decidido por una antología poética. ¿Responde a una necesidad vital deliberada o a otras vicisitudes editoriales?
A.S: Todo descansa en la superficie es mi tercer libro publicado, pero el segundo poemario que tiene como tema principal un elemento natural y una actitud: El agua, y la sobriedad, ya que está compuesto totalmente en una larga época de seis años totalmente sobrio en la que me mantengo. El anterior libro, El lado opuesto al viento, cuyo elemento era el aire y la actitud un necesario cambio de rumbo, fue escrito en las barras de los bares que frecuentaba y eran poemas más espontáneos. Pero para escribir Todo descansa en la superficie fue necesario recluirme de la noche, de los bares, y sumergirme entre libros.
Por tanto, esta antología es el cierre de una etapa poética, de una mirada atrás, de una madurez lírica, ya que también incluye una veintena de poemas inéditos.
P. ¿Qué supone para ti escribir poesía?
A.S: Ante todo, y desde hace unos seis años, supone una terapia. Escribir y leer poesía me mantiene alejado de ciertas malas costumbres e irresponsabilidades de las que luego hablaremos. Es para mí un centro. Yo opino que la vida cada día te da algo distinto, y en mi caso la poesía es algo que siempre ha estado ahí, incluso cuando todo lo demás toma otro camino. Como digo, en uno de los poemas inéditos que aparece en esta antología: “Después del huracán que se llevó mi vida / sólo ella y yo quedamos en pie. / Contra el miedo, el vacío y la rendición, / escribir, / escribir es mi arma, / escribir es mi arma blanca. / Yo no compro poesía. / Yo le vendí mi alma”.
Cabe decir que escribir es para mí una cuestión de identidad. Desde que era niño mi madre y mis hermanos me hacían ver que yo mostraba expresiones que decían eran de mi padre, al que no conozco. Y así, como cuando me miraba al espejo para estudiar el misterioso rostro de mi origen, del mismo modo me estudio sobre el papel en blanco.
P. Desde la Fundación Salud y Comunidad, agradecemos que Eirene Editorial, a sugerencia de Abel Santos, haya decidido donar 1 euro por cada ejemplar vendido. ¿Por qué nos habéis elegido a nosotros?
A.S: El motivo de esta donación a FSC responde a que estuve “enganchado” a la cocaína y a otras sustancias, durante ocho largos y terribles años, con ingreso en un hospital psiquiátrico incluido. Aunque no por ello dejé de escribir. A partir de entonces surgieron los libros “El lado opuesto al viento” y “Todo descansa en la superficie” a los que me refería antes. En agosto de 2013, fui dado de alta en el centro de adicción a sustancias en el que me traté. Cuando me propusieron el alta, no supe qué hacer. No podía creerme que todo había pasado. Y me saltaron las lágrimas. Tengo muy buenos recuerdos de mi psicólogo y de mi psiquiatra, tanto que les dediqué un poema, incluido en esta antología. Y yo siempre pago mis deudas. Cuando mi madre, hace años, me sugirió que algún día donara dinero a algún centro que tratara las drogodependencias, y llamé a la puerta de Eirene Editorial y me comentaron que ellos siempre acordaban con sus autores dar una compensación económica a alguna ONG o fundación, supe que había llamado a la puerta correcta.
Quiero agradecer a María Consuelo Altable y a Manuel López Azorín su apuesta por mi obra poética. Y a Jesús y Judith, que fueron mis doctores en el centro, por su cariño y su profesionalidad que me han llevado a esta maravillosa curación.
P. Volviendo a tu nueva obra, la antología contiene referencias musicales y literarias de, entre otros, The Doors, Eric Clapton, Ryan Adams, así como de Enrique Urquijo, y de Camarón de la Isla; y de los poetas, entre otros, Benedetti, Bécquer, William Blake, García Montero, Brossa, Cortázar, y Dámaso Alonso… ¿Cómo se combinan tales elementos en un mismo poema?
A.S: Tanto valor tiene el material literario sacado de la diversidad de otros autores y que puedo utilizar como citas o referencias, como también lo tiene el material no literario, perteneciente al mundo del cine, del cómic, de la música, de las coincidencias o de un cartel protesta que veo en una manifestación. A veces, la cita o el poema de otro autor sirve como resorte a mi propia creatividad. Uno va acumulando en la memoria creativa sensaciones, situaciones cotidianas, versos o fragmentos de otros autores, y un día todo eso parece cobrar sentido; las palabras, los conceptos e imágenes se empastan y aparece el poema.
P. ¿Qué balance haces de las presentaciones de “Demasiado joven para el blues, Antología personal 1998-2014” hasta el momento?
A.S: El pasado 21 de noviembre de 2014 se hizo la primera presentación de la antología, en Madrid, en el Festival de Eirene Editorial que siempre se realiza al finalizar el año para presentar así las novedades editoriales. Y el día 28 de noviembre hice una lectura de los poemas recogidos en este libro en el Ateneo de Barcelona, en el Aula de Escritores de la ACEC, junto a un gran poeta y amigo que es David Minayo, en el marco de tertulias que organiza el colectivo de escritores El laberinto de Ariadna.
P. ¿Cuándo y dónde será la próxima presentación?
A.S: El día 25 de febrero presentaré Demasiado joven para el blues en la biblioteca Jordi Rubió i Balaguer, de Sant Boi de Llobregat, a las 18: 30 horas. Además, será un placer presentar esta antología poética allí, ya que es la biblioteca donde descubrí el poemario Al fin has conseguido que odie el blues, de Javier Cánaves, poeta, escritor y columnista que ha escrito el prólogo para este proyecto, un poeta al que admiro muchísimo y que desde el primer momento puso todo su cariño en mi obra, ya que su poemario y el mío son libros bastante afines.
Como valor añadido, tendré también el placer de que me acompañen en la mesa la editora María Consuelo Altable, así como estarán también el presidente de FSC, Francisco González, y Xavier Ferrer, director técnico de esta entidad.
P. En tus libros es frecuente encontrar citas de otros autores. ¿Cuál de ellos te ha marcado especialmente y por qué?
A.S: Roger Wolfe es sin duda un referente para mí. Su descubrimiento, me hizo saber que no estaba solo en el mundo. Pero no únicamente en el aspecto literario, sino también en el personal: su más de una década como abstemio es una referencia clara para animarme a llevar una vida sobria en la que me mantengo ya desde hace cinco años. En lo técnico, leer su obra me ayudó a desprenderme de esa costra de la lírica clásica y me empujó a querer mostrar sin vergüenza los poemas de mi larga época de excesos que guardaba en un cajón.
P. Defines tu obra con un neologismo de propio cuño: “realismo bastardo”. ¿Cómo lo explicarías?
A.S: La base de mi poética es que no hay base ninguna. Cualquier material literario o no literario, me vale para hacer poesía. No conozco a mi padre biológico y ese fue uno de los motivos de lanzarme al misterio de la escritura. Realismo porque mis poemas se basan en la historia de mi vida principalmente. Bastardo porque no he tenido mentor, y los pocos que han ocupado ese puesto, han renegado de mí, me han traicionado, como hizo mi padre. Llámame clásico, pero es así. El bastardo tiene el poder, el deber, de hacerse a sí mismo. Y aunque mi poesía bebe principalmente de la poesía de la experiencia y del realismo sucio, todos los editores que he tenido coinciden en que no me parezco a nadie. Será porque generalmente soy un poeta autobiográfico, y he tenido una vida tan especial como complicada.
P. En tu blog (http://abelsantospoesia.blogspot.com.es) es frecuente encontrar referencias al “agridulce blues de la vida”… ¿cómo entiendes esta expresión?. No se aleja tu obra de cierta crítica social…
A.S: El jazz en el agridulce blues de la vida, es el título de un libro donde el trompetista de jazz Wynton Marsalis habla de la gloria y la miseria de estar vivos, de los tragos dulces y amargos de la vida. Recuerdo especialmente un fragmento en el que hablaba de que un talento artístico es algo realmente complicado de potenciar o cultivar en un entorno nada propicio para ello, como puede ser el de vivir en los suburbios de una ciudad donde por regla general la gente piensa en cosas muy alejadas del arte, y eso lo dice él, que es profesor de música para chavales.
Para mí el jazz es sofisticado, al mismo tiempo que humilde.
Como los marginados, los actores secundarios de la vida. Siempre me han conmovido las personas anónimas, los héroes que se levantan a trabajar a las cinco de la mañana y salen a la calle con un café con leche caliente y un cigarrillo en la sangre a salvar su pequeño mundo.
No importa lo agria que pueda ser la vida, siempre hay una opción de superación que la puede convertir en dulce, en puro sentimiento. Como en el blues que, por regla general, es triste, pero de repente suena esa nota que esperas y parece que no va a llegar nunca y que te hace vibrar, te estremece y te reconforta el espíritu diciéndote que hay algo más. Mis poemas pueden parecer tristes, pero siempre se inclinan hacia un crecimiento personal que tiene que venir por todo lo que he superado en mi vida.
P. Entre tus nuevos proyectos, se encuentra la publicación de la antología “La casa de los corazones rotos”, ¿nos puedes avanzar ya algo?
A.S: La casa de los corazones rotos, es como siempre he llamado a las distintas casas donde ha vivido mi madre a lo largo de los años, y a la que siempre regresábamos mis hermanos y yo después de alguna ruptura amorosa y donde nuestra madre también ha vivido el desengaño. Es un proyecto que nace por amor a la poesía, y donde he reunido a más de una veintena de poetas que admiro y cuyos poemas leí en esas fases de soledad. Es un libro dedicado a mi familia en el que llevo ya tres años trabajando, donde los autores y autoras se han volcado con cariño desde el primer contacto que tuve con ellos.
La selección de poemas que he hecho de los autores tiene como temática principal el amor, el desamor, y la esperanza de un cambio de vida que parece no llegar nunca.
Está previsto que se publique en el primer trimestre de este año 2015 en el sello madrileño que dirige Pablo Méndez, en Ediciones Vitruvio.
Podéis encontrar más información en el blog que he creado para este proyecto:
www.lacasadeloscorazonesrotos.blogspot.com
Otro libro que se va a publicar próximamente es “Jass”, con prólogo del poeta y crítico literario José Luis Morante. Está previsto que se publique muy pronto en una editorial de Murcia, Ediciones Tuertas, que dirigen Carlos del Moral y Rocío Checa.
P. También, has creado el premio de poesía online “Realismo bastardo”, ¿qué te ha impulsado a ponerlo en marcha y en qué consiste?
A.S: Es un “premio literario” sin altas pretensiones, bastante amistoso y casero. Fue creado porque soy consciente, y lo he vivido y vivo de primera mano, de que estamos en crisis, y de que es difícil comprar libros de poesía en estos tiempos porque ese dinero es necesario para otras cosas. No todo el mundo puede comprar mis libros dada la situación económica del país. Por ello, decidí regalar un lote de mis poemarios publicados al autor o autora del poema ganador. Es un incentivo, por otro lado, para que la gente se anime a escribir, en lugar de regalar libros sin un reto de por medio.
Las bases pueden encontrarse en mi blog Demasiado joven para el blues.
www.abelsantospoesia.blogspot.com
Muchas gracias por concedernos esta entrevista, Abel.
A.S: A vosotros.
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