El servicio, de titularidad de la Generalitat Valenciana, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en la ciudad de Alicante, ha organizado recientemente esta formación, dirigida a profesionales del centro, realizada durante dos sesiones. Su objetivo ha sido mejorar la calidad de la intervención, incorporando la afectividad consciente como competencia profesional, siguiendo el modelo de atención a la persona, desde un marco de la teoría del vínculo, la psicología del trauma y el Enfoque de Derechos del Niño.
En la primera sesión de esta formación, titulada «La afectividad consciente como competencia profesional en la relación de ayuda», se incluyeron aspectos como los niveles de procesamiento interno: inteligencia somato-sensorial, inteligencia emocional y social e inteligencia analítico-sintética; niveles de relación interpersonal: interacción, afectividad, vínculo y apego; acompañamiento y escucha, ¿qué es acompañar y qué no es acompañar? y la afectividad consciente como competencia profesional.
El segundo día se formó sobre habilidades de afectividad consciente como competencia profesional, incluyéndose aspectos como la afectividad expresa; la capacidad para generar vínculos afectivos positivos; el cuidado consciente de todas las fases de cualquier proceso de intervención, en especial en los comienzos y los cierres; la mirada consciente y respetuosa a la persona con la que se trabaja y el abordaje de situaciones de conflicto, desde la perspectiva de la disciplina positiva.
El enfoque de la formación tuvo un carácter eminentemente práctico y vivencial. Se analizaron casos prácticos que completaron el proceso de aprendizaje. Por otro lado, se incluyeron ejercicios de metodología corporal que permitieron interiorizar a las personas participantes el significado de los contenidos trabajados.
Según explica Pablo Álvarez, director del centro, la formación «fue muy interesante, a todos/as nos gustó mucho y nos sentimos muy identificados con las inquietudes y dudas de nuestro quehacer diario. Además, se percibía la experiencia del formador en el ámbito residencial, Toni Echeverría, que es pedagogo, educador social y colaborador en la consultoría Espirales CI que ha diseñado esta formación».
Por otra parte, señala que «era la primera vez que se hacía en la residencia, ya que nuestro principal objetivo, ahora mismo, es trabajar la cohesión grupal y que el equipo, joven y sin demasiada experiencia, aprenda el significado de la intervención educativa».
Asimismo, incide en que el formador «hizo diferentes dinámicas de grupo, más prácticas y participativas, por lo que las sesiones fueron muy amenas, a pesar de que -por momentos- no todos/as los profesionales pudieron estar presentes, al tener que estar con los niños, niñas y adolescentes (NNA), al coincidir con su jornada laboral, si bien se pudieron turnar para poder acudir también a la formación. Además, fue muy interesante que, desde diferentes centros del área, contáramos nuestras experiencias, viendo las similitudes y diferencias».
Finalmente, mantiene que «esta acción formativa, organizada en un taller puntual de dos sesiones, también puede enfocarse como un asesoramiento/ acompañamiento a largo plazo, con sesiones regulares programadas a lo largo del año, para centros y/o entidades que así lo deseen».
Pues con la «piña» que se muestra en la foto está claro que el objetivo de la cohesión grupal se ha conseguido. Saludos.