La Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid acogió recientemente este congreso, organizado por la Fundación General Universidad de Granada-Empresa, la Universidad Complutense de Madrid y diferentes instituciones iberoamericanas. Nuestro compañero Manu Izquierdo, del Área de Inserción Social, Reducción de Daños en Drogodependencias y VIH-SIDA de la Fundación Salud y Comunidad, impartió un taller sobre el tratamiento de las drogodependencias en el medio penitenciario.
Entre los objetivos principales de este congreso se encontraban conocer y profundizar sobre las realidades de la educación social en riesgo y conflicto, crear un espacio conjunto de trabajo entre las administraciones y entidades públicas y privadas, y potenciar redes iberoamericanas con perspectiva socioeducativa. El congreso pretendía fortalecer la Pedagogía Social/Educación Social en la comunidad universitaria y generar conciencia social sobre un ámbito poco estudiado, reflexionando y proponiendo medidas de mejora de acción socioeducativa con estas poblaciones.
El taller impartido por Manu Izquierdo, del Área de Inserción Social, Reducción de Daños en Drogodependencias y VIH-SIDA de FSC, tuvo dos partes diferenciadas. Una primera, donde se presentó a nuestra entidad, así como el proyecto del Centro de Atención y Seguimiento en Drogodependencias (CAS) de Brians. Y una segunda, donde se provocó un debate con el público asistente sobre la articulación entre los distintos elementos que confluyen al mismo tiempo en muchos de nuestros proyectos: la institución pública (la institución penitenciaria), la institución privada no lucrativa (Fundación Salud y Comunidad) y las personas que atendemos (pacientes del CAS).
Cabe señalar la alta participación que tuvo dicho taller y destacar la buena acogida que tuvo en este congreso nuestra experiencia en el tratamiento de las drogodependencias en el medio penitenciario.
El CAS de Brians es el único centro en el ámbito penitenciario que funciona de forma paralela a como lo haría un centro ambulatorio en el exterior. Entre sus servicios, que un equipo de 20 profesionales ha venido prestando desde hace más de 9 años a más de 3.500 reclusos, cuenta con un programa de intercambio de jeringuillas, experiencia sobre la que se centró el taller impartido.