El pasado mes de junio se celebró en Quito (Ecuador) la Conferencia anual de COPOLAD. Se trata de un programa de cooperación en cuyo seno se intentan coordinar las políticas sobre drogas y todo lo referente a la prevención de los problemas que se derivan de su abuso y del tratamiento de las personas afectadas. Cuenta con la participación de altas autoridades de países de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, y con la asistencia de los máximos representantes las agencias nacionales e instituciones supranacionales que trabajan en el ámbito de las drogas en ambas regiones.
En Quito, ante un auditorio de representantes de 36 países europeos y latinoamericanos
En esta reunión, un tema central era el relativo a la mujer, la perspectiva de género y la violencia machista. Uno de los invitados fue el director técnico de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), Dr. Xavier Ferrer, que expuso a los participantes las iniciativas de prevención de la violencia machista vinculada al abuso de alcohol y otras drogas, de atención a personas drogodependientes que son al tiempo víctimas de malos tratos, y otras intervenciones de FSC tendentes a incorporar la perspectiva de género al trabajo terapéutico.
Su intervención fue una de las que despertó mayor interés en los debates, juntamente con otra presentación brasileña de un programa (“Lua Nova”) que trabaja con niñas víctimas de la prostitución y envueltas muy precozmente en el tráfico y consumo de drogas.
El representante de FSC explicó la trayectoria seguida por la iniciativa MALVA, con las investigaciones realizadas para evaluar en sus justos términos la interacción existente entre el abuso de alcohol y otras drogas y la violencia doméstica, a menudo objeto ya sea de exageración o de todo lo contrario.
También las diversas tareas de prevención, con intervenciones en los medios de comunicación, talleres con mujeres, talleres de prevención con adolescentes en centros educativos, con varones (agresores o no agresores), etc.
Merecieron atención especial las últimas iniciativas tendentes a asegurar que las mujeres drogodependientes atendidas en los centros de la fundación reciban el cuidado necesario, ya que a menudo cuando se investiga se halla que fueron o son todavía víctimas de algún tipo de violencia, que a menudo facilitó el que adquirieran drogas.
También, la mayor sensibilidad hacia las cuestiones de género, reflejada en cambios de la normativa de funcionamiento de sus centros asistenciales o en la realización de grupos específicos de mujeres u hombres, tras lo cual se ha observado un menor abandono de los pacientes de los programas, lo que contribuye a la obtención de mejores resultados.
Adicionalmente, la presentación de Xavier Ferrer contribuyó también a alimentar el debate sobre el papel de las organizaciones no gubernamentales en la lucha contra los problemas derivados del abuso de drogas, y su necesaria complementariedad y cooperación con las organizaciones gubernamentales.
El Dr. Ferrer subrayó que nuestra iniciativa vinculando la perspectiva de género y violencia machista con el abuso de drogas, genéricamente conocida como proyecto MALVA, nació precisamente de la cooperación de dos organizaciones (una española y una alemana) con el apoyo de la Comisión Europea, y que ha podido proseguir y desarrollarse gracias al soporte recibido muy especialmente del Plan Nacional Sobre Drogas de España y de los gobiernos autónomos de Cataluña, la Comunidad Valenciana y Madrid.
Se señalaba la conveniencia de que los estados, cuando dispongan de organizaciones motivadas, competentes y profesionalizadas, deleguen en éstas una serie de tareas asistenciales y preventivas, en la seguridad de que serán desarrolladas de manera más eficaz y eficiente que si se asumen directamente a partir de personal que trabaje para la administración.
Esta visión es compartida progresivamente, si bien está la dificultad de que a menudo se considera de manera global a todas las ONG, cuando lo cierto es que entre ellas hay enormes diferencias. Por ejemplo, las que pueden existir entre una pequeña asociación local de padres y una organización potente y profesionalizada como pudieran serlo la Cruz Roja o la Fundación Salud y Comunidad.
En la conferencia se recordó que también diversas organizaciones gubernamentales, o diferentes servicios públicos asistenciales o preventivos, poseen niveles de competencia y eficiencia notablemente diferentes entre sí.