Jacint Rodríguez, Responsable de Participació i Seguiment de Centres de la Subdirecció de Gestió de Recursos del ICASS, entregó el pasado día 19 de marzo la Medalla Centenaria de la Generalitat de Catalunya a Gumer Gómez, usuaria de la Residencia y Centro de Día de Gavà en Barcelona, recurso gestionado por la Fundación Salud y Comunidad en consorcio con la organización vasca Lagunduz. El acto contó también con la presencia de sus familiares y amigos, profesionales del centro y directivos de la Fundación Salud y Comunidad.
Gumer, que es como le gusta que le llamen a la usuaria homenajeada en esta ocasión por su 101 aniversario, nació un 13 de enero de 1911 en Mallorca.
La Medalla Centenaria que ha recibido estos días es una iniciativa del Departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat de Catalunya. Se trata de una medalla de plata grabada con el nombre y el año de nacimiento que conmemora el centenario del nacimiento de una persona, siempre que resida en Cataluña.
Jacint Rodríguez comparaba a Gumer -durante el acto de entrega de la medalla- con el tronco de un árbol cuyos frutos son su familia y amigos; los residentes del centro que en ese momento también la homenajeaban; la Dirección y los profesionales del mismo; las empresas gestoras, Fundación Salud y Comunidad y Lagunduz, que durante muchos años se han dedicado a trabajar por el bienestar de las personas mayores; y la Administración (ICASS) representada en este caso por él. “Por eso yo te pongo la medalla centenaria con todos estos frutos para que todos estemos bajo este árbol cuyo tronco eres tú”, señalaba.
Gumer la recibía con gran emoción y “con un abrazo de amor que es un abrazo de Sardana” en el que daba cabida a personas muy diferentes, “porque todas son buenas”.
En una entrevista realizada por los profesionales del centro, explicaba que ha pasado parte de su vida en Galicia donde se trasladó junto a su familia por motivos laborales de su padre, que era militar. Es la mediana de tres hermanos.
Según contaba también, con 16 años se quedó huérfana de padre. Su hermana mayor se casó y su hermano pequeño se “fue a hacer las Américas”, ella quedó al cuidado de su madre al enfermar. Se considera una mujer muy cuidadora porque por circunstancias de la vida ha tenido que ocuparse de diferentes personas: primero su madre, después su hermana y finalmente sus sobrinas.
Gumer ha sido siempre una persona muy avanzada a su época. Explica que “he hecho lo que he querido cuando he querido, siempre haciendo el bien”. No llegó a casarse, pero comenta que se ha sentido siempre acompañada y arropada por todos sus sobrinos y la gente que la rodea y no se arrepiente de no haber tenido hijos.
Cuenta también que trabajó en una lavandería en Barcelona y que siempre fue una persona autosuficiente a nivel económico.
Hace más de 50 años que reside en Gavà (Barcelona) porque una de sus sobrinas, al casarse, se fue a vivir a esta localidad. Desde el primer día mantuvo una excelente relación con sus vecinos, y se siente muy agradecida porque todo el mundo la quiere.
Gumer explica que es vegetariana desde hace más de 60 años porque “es mi destino”. Ha practicado yoga desde los 60 a los 80 años en un centro de Barcelona, lo que también la ha ayudado a llevar una vida mejor.
Ha dedicado parte de su tiempo libre también a leer libros de medicina naturista y a formarse en esta materia. Sus sobrinas explican que siempre fue muy hábil con las manos y que siempre ha pintado y realizado manualidades.
Cuenta que ha tenido una vida difícil pero, como le dicen todos sus amigos y ella misma considera, está en este mundo para hacer un bien y ayudar a los demás.
Gumer reconoce que desde que llegó a la Residencia y Centro de Día de Gavà no ha dejado de afirmar que ha salido del infierno para llegar al cielo.
Felicitaciones y enhorabuena a la señora Gumer por tan buen carácter, por tan larga vida y por saber cómo vivirla, que eso es muy importante. Y también a los profesionales del centro por hacérsela tan agradable.