Los mayores de este servicio, perteneciente a la Diputación Foral de Gipuzkoa, realizan actividades que, además de servir para la estimulación de sus funciones cognitivas, sean de su interés, acordes a sus capacidades y significativas para ellos/as. Es el caso de los talleres de cocina y repostería. El Programa de Intervención Psicosocial de este centro está gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y el Grupo Lagunduz desde hace 3 años.
Las actividades, que guardan relación con las tareas que los residentes han llevado a cabo de forma habitual a lo largo de su vida o las que se asemejan a las tareas que han realizado en su ámbito laboral, suelen tener más aceptación que aquellas con las que no están tan familiarizados.
Dos de las actividades que se realizan con esta perspectiva, son los talleres de cocina y repostería. Ambos se realizan en formatos bastante similares y con los siguientes objetivos:
- Fomentar la comunicación y la relación entre los participantes.
- Estimular diferentes áreas (psicomotricidad, planificación y ejecución de tareas, memoria, creatividad…), a través de actividades de la vida diaria y significativas para la persona que las realiza.
- Aumentar la solidaridad entre los usuarios/as mediante la elaboración de alimentos que, posteriormente, se comparten con los demás.
- Mejorar la autoestima de los residentes, ofreciéndoles la posibilidad de ser protagonistas.
- Realizar actividades diferentes en un ambiente lúdico y estimulante.
- Conservar algunas recetas tradicionales.
En el taller de repostería se han realizado tartas de manzana, de naranja, de San Blas (receta eibarresa), brazo de gitano, napolitanas, galletas, pastel vasco, selva negra, polvorones… Como paso previo a la realización del taller, se solicitan a la cocina del centro los ingredientes necesarios y se llevan, junto a los utensilios y el horno (el cual está montado en una plataforma con ruedas que facilita su desplazamiento) al módulo correspondiente. Una vez allí, 4 o 5 residentes, junto a la monitora, van realizando los pasos necesarios para la elaboración de la receta elegida.
Acabada la preparación y mientras el producto se hornea, uno de los participantes escribe la receta y el resto recorta las fotos de los ingredientes utilizados. Posteriormente, con estos materiales y con las fotos realizadas, se elabora un sencillo recetario. Finalizado el proceso de horneado, el postre se deja enfriar para ser degustado por todos los residentes del módulo. Esta actividad se realiza una vez por semana y cada semana en un módulo diferente.
El taller de cocina también incluye repostería, pero contempla pequeñas variantes en su formato. Este taller se realiza en cada módulo de forma semanal. Se preparan tortillas de patatas, ensaladilla rusa, diferentes ensaladas, macedonias, torrijas… Algunos de los ingredientes de las recetas (tomates, lechugas, cebolletas, pimientos…), los recogen los participantes de las “mini huertas” que tiene el centro, donde los han plantado con anterioridad, en el marco de otra actividad.
En la elaboración, participan todos los residentes del módulo, cuidadores y monitoras, en un ambiente lúdico, siendo degustados los platos, también en este caso, al finalizar la actividad.
Ambos talleres han tenido muy buena acogida y son muy valorados por los residentes, familiares y personal del centro, ya que mantienen los objetivos de la estimulación clásica, y resultan significativos para ellos.
En la actualidad, estos talleres se están realizando también en otras residencias gestionadas por FSC y el Grupo Lagunduz.