En este servicio de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, en el que acompañamos a personas que han decidido empezar una vida en abstinencia de las drogas, hemos empezado a desarrollar nuevos programas dirigidos a usuarios/as que requieren de un tratamiento más progresivo para su recuperación. A partir de estos programas, se ofrecen servicios más amplios adaptados a sus necesidades.

La existencia de estas nuevas modalidades de tratamiento está permitiendo que un mayor número de personas puedan encontrar vías de recuperación más afines a sus características individuales y a su situación específica, contando para ello con el soporte de un equipo profesional multidisciplinar en este servicio. La labor de este equipo es fundamental por la coordinación que realiza con los centros derivadores de referencia y los familiares de los usuarios/as.

A partir de la detección de nuevas necesidades por parte de las personas que acuden a la red de servicios propios especializados en el tratamiento de las adicciones de FSC, hemos desarrollado alternativas más adaptadas para posibilitar tratamientos más amplios e individualizados, siempre con nuestra mirada puesta en mejorar y optimizar los resultados de los mismos.

El  piso de reinserción ha venido ofreciendo hasta el momento a sus participantes un programa desarrollado a lo largo de dos meses. Este servicio consiste en estabilizar a los usuarios/as tras una corta abstinencia: “en esos momentos, es fundamental el soporte terapéutico que ayuda a las personas que han requerido de los servicios de FSC a mantenerse abstinentes”, afirma Gemma Maudes, directora del Piso Terapéutico Rubió i Ors de la Fundación Salud y Comunidad.

A partir de este momento en el que las personas usuarias ya han adquirido cierta estabilidad, el equipo multidisciplinar valora la situación para decidir cuál es el paso más beneficioso para darle continuidad al tratamiento, ya sea de forma ambulatoria, continuando en el piso, o ingresando en una comunidad terapéutica.

Según señala Gemma Maudes, “después de los dos primeros meses de valoración, el usuario/a es dirigido a un programa de más exigencia, o a un programa adaptado a personas con ciertas dificultades o con patología dual. Por otra parte, después de estos dos meses, también se puede valorar la posibilidad de hacer un ingreso en una de las comunidades terapéuticas con las que contamos en nuestra entidad”.

De esta manera, la labor desarrollada en el piso terapéutico Rubió i Ors tiene una función de pre-tratamiento que implica un trabajo de motivación, de cara al ingreso del usuario/a en una comunidad terapéutica, sobre todo en derivaciones externas.

En caso de que el usuario/a continúe en el piso de reinserción, se inicia una nueva etapa que corresponde a dos subprogramas, destinados a lograr un mayor grado de autonomía, siempre de forma progresiva, en su proceso de reinserción. Este proceso está orientado a favorecer el crecimiento de la persona en todos los ámbitos de su vida para lograr una abstinencia cada vez más sólida.