La entidad, que agrupa a 35 federaciones que representan a más de 3.000 entidades sociales, entre las que se encuentra ECAS (Federación de Entidades Catalanas de Acción Social) de la que forma parte la Fundación Salud y Comunidad (FSC), ha presentado recientemente en Barcelona el informe ‘El precio de la energía, factor clave en el aumento de la pobreza energética’.
El documento se centra en analizar cómo funciona el mercado energético, qué factores condicionan los precios de la energía, qué medidas de protección existen, y qué efecto tienen los precios en el bienestar de las personas.
Durante la presentación, a cargo de coordinadora del informe y directora de Ecoserveis, Marta García, se expusieron también una serie de recomendaciones políticas para incidir en el precio de la energía como uno de los factores causantes de la pobreza energética.
Según señala la Mesa del Tercer Sector Social, de acuerdo con los últimos datos ofrecidos por el Instituto de Estadística de Cataluña (IDESCAT), más de 645.000 personas tienen dificultad para pagar los suministros de consumo de energía en Cataluña. Además, tal y como mantiene, el precio de la energía tiene incidencia sobre el bienestar, tanto a nivel físico como psicológico.
El informe sostiene que en España estamos pagando por la energía precios superiores a la media europea, mientras que nuestro poder adquisitivo está por debajo del resto de Estados miembros, que hace que el coste en suministros básicos tenga una carga más grande en los gastos del hogar.
El precio de la electricidad no ha parado de aumentar durante los últimos 10 años. Esto significa que durante 2016 se pagaba un 66,7% más por la energía que en 2006, mientras que el IPC solo ha aumentado un 14,7%. En cuanto al gas ciudad, tal y como señala la Mesa del Tercer Sector Social, si bien el precio es más fluctuante, la tendencia también va al aumento.
También apunta que desde el 2006, el precio del kw/hora del gas ha aumentado en un 40%, respeto el 14,7% de aumento del IPC. Sin embargo, los salarios se han mantenido estables desde 2008. Esto significa que tenemos que destinar mayor parte de nuestro salario a pagar por el consumo de energía. Por tanto, el precio de la energía afecta de manera doble a los consumidores: por un lado, por el incremento del precio y por otro, porque los salarios no han aumentado.
A la espera de hacer un análisis más exhaustivo, el informe de la Mesa del Tercer Sector también hace una primera valoración de la implementación del nuevo bono social, aprobado en octubre de 2017. El bono social se configura como una medida de protección social para consumidores en una situación de vulnerabilidad y familias numerosas, a través de descuentos que tienen que aplicar las compañías comercializadoras.
El informe presentado también pone en valor la labor realizada por las entidades sociales del país para luchar contra la pobreza energética. Según señala la Mesa del Tercer Sector de Cataluña, desde las organizaciones sociales se tiene que seguir empoderando a las personas en situación de vulnerabilidad para que dispongan del máximo conocimiento posible y por tanto, puedan tomar decisiones sobre cómo reducir el precio que pagan por su factura.
Cabe incidir en la importancia del trabajo de las organizaciones del Tercer Sector como sociedad civil organizada que pueda seguir contribuyendo a la transformación del sistema energético, ejerciendo una acción de incidencia política realmente efectiva, para exigir que el precio que pagamos por la energía sea justo.
Para más información, se puede consultar el informe: ‘El preu de l’energia, factor clau en l’augment de la pobresa energètica’ (PDF)
Fuente: Mesa del Tercer Sector de Cataluña.