Un 53,7% de la población española todavía cree que el hombre que pega a una mujer lo hace porque abusa del alcohol o las drogas, mientras que un 72,5% opina, además, que tras la agresión hay problemas psicológicos. Así se recoge en el Informe sobre la percepción de la violencia de género, realizado por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y que fue presentado ayer en Madrid por la ministra Leire Pajín; la secretaria de Estado de Igualdad, Laura Seara, y el delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente. Pajín reconoció que puede resultar lógico que algunos “entiendan que alguien tiene que estar fuera de sí para cometer estos crímenes”. “Pero no puede haber ningún contexto de justificación de la violencia de género, en ningún caso”, sentenció.

Aunque la mayoría de la sociedad (un 91,2%) considera “totalmente inaceptable” la violencia machista, un 1,4% todavía la justifica “en algunos casos”, especialmente, si se produce en un proceso de separación. “Eso supone unas 600.000 personas, de las que un 60% son hombres”, aclaró Lorente. El restante 7,3% se mantiene al margen porque cree que el problema es “algo inevitable que ha existido siempre”.

Las expertas feministas lo tienen claro. Los agresores “ni están locos ni son alcohólicos; son asesinos”, declaró rotunda a Público la presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo. “Está demostrado: en los juicios nunca son declarados por los psiquiatras como perturbados”, añadió.

“La violencia de género se da en todas las clases sociales y en todo tipo de perfiles de hombres y mujeres. Hay que conocer la esencia del problema, que se basa en la desigualdad y no caer en estos errores”, opinó, por su parte a Público, la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro. “Es un problema estructural basado en la creencia de superioridad del hombre sobre la mujer”, detalló también Rosa Pérez–Villar, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis.

“Afortunadamente”, señaló Pajín, la sociedad está empezando a abrir los ojos con respecto al “mito” de las denuncias falsas. Así, un 63,9% increpa a quienes hacen circular estas opiniones porque “facilitan que las mujeres sigan soportando la violencia”. Un 88,4% está seguro, además, de que “hay mujeres que retiran la denuncia, pero eso no significa que sean denuncias falsas”, consta en el informe.

“Desgraciadamente, me temo que la opinión de la calle es más desfavorable de lo que dicen las encuestas”, lamentó Pérez–Villar. “Aún hay muchos que creen que la Ley de violencia de género beneficia a la mujer en los divorcios”, añadió. “Hace falta más información al respecto porque todos estos estereotipos hacen mucho daño a mujeres y niños”, denunció también Yolanda Besteiro.

No obstante, la educación es la herramienta que los españoles destacan como undamental en la lucha contra la violencia de género. Un 53,6% así lo cree, frente a un 24,3, que preferiría el endurecimiento de las penas y el 10,7% que aboga por la concienciación social.

La ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad también quiso destacar la “confianza” de la población en los sistemas de protección de la Administración. Aunque ha disminuido el número de mujeres que acudirían en primer lugar a la Policía en caso de sufrir maltrato (de un 34% a un 29,1), Pajín afirmó que estos datos demuestran que “es posible avanzar en la erradicación de la violencia de género”. Aun así, reconoció que “queda mucho por hacer” y pidió la “complicidad” de toda la sociedad para “acabar con esta lacra social que, en pleno siglo XXI, no conoce descanso”.

Fuente: UNAD