Diversas investigaciones han demostrado que una vida social activa y el apoyo de las relaciones sociales construidas a lo largo de la vida juegan un importante papel en el logro de un envejecimiento saludable. La integración y participación del mayor en actividades comunitarias también es muy beneficiosa. Las relaciones sociales tienen una asociación positiva con la salud mental de las personas mayores.
Un entorno idóneo para esa participación social y comunitaria lo ofrecen los programas intergeneracionales basados en la noción de que existe una sinergia entre el niño/joven y las personas mayores, y de que esta conexión se basa en necesidades recíprocas.
En este sentido, en la Residencia, Centro de Día y Casal La Verneda de Barcelona, gestionada por la Fundación Salud y Comunidad en UTE con la organización vasca Lagunduz, se ha consolidado el “Taller de Teatro”, fomentando las actividades de convivencia con nuevos espacios de encuentro de actividades intergeneracionales y, a la vez, de participación entre centros.
El pasado mes de marzo los alumnos del grupo de teatro del Casal de La Verneda fueron invitados a la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras en Gerona, gestionado también por la Fundación Salud y Comunidad, para representar ante los usuarios de este centro dos cuentos populares: “Los tres cerditos” y “La ratita presumida”.
Se aprovechó además la ocasión para invitar a una escuela de barrio ubicada en la zona donde se encuentra el centro residencial, con la idea de potenciar las relaciones con las entidades de la zona. Asistieron un grupo de niños y niñas de 2º de Primaria. Cabe señalar que en la representación colaboró un residente del centro.
También, durante el mes de marzo, se realizó otra representación en la guardería municipal “El Júpiter”, situada en el distrito de Sant Martí de Barcelona, en el cual se encuentra situada la Residencia, Centro de Día y Casal La Verneda de Barcelona. Asistieron niños de 1 a 3 años que quedaron impresionados al ver representado el cuento que las educadoras habían trabajado previamente en la escuela, “La ratita presumida”. Ambas experiencias fueron muy enriquecedoras, tanto para el grupo de teatro como para los niños.
Los diferentes profesores de las escuelas colaboradoras han propuesto continuar con estas iniciativas por sus efectos positivos, ya que ofrecen la oportunidad de que nuestras personas mayores y los niños/jóvenes actúen recíprocamente en actividades que promuevan el crecimiento personal, la comprensión y el respeto mutuo.