María Carnes: ‘Tratamos de diseñar experiencias gratificantes que motiven a nuestros usuarios’

La directora de la Residencia para personas mayores de Benejúzar (Alicante) nos habla de la importancia de las actividades de ocio y tiempo libre para que los usuarios se mantengan activos y ocupados. En el centro se llevan a cabo actividades muy variadas y novedosas. Durante el pasado año se desarrolló una nueva actividad denominada “El Cuento Viajero” logrando que todos los centros gestionados por FSC participaran en un mismo objetivo: la creación de un cuento colectivo ilustrado, que será publicado y presentado próximamente en sociedad.

¿Qué tipo de actividades se realizan en el centro? ¿Qué grado de aceptación tienen entre los usuarios?

Las actividades se implementan en función del perfil de los/as destinatarios/as. Aunque todas las personas que viven en la residencia son personas dependientes, el tipo y nivel de dependencia varía mucho.

Anualmente elaboramos un programa donde consta el diseño de las actividades de las cuatros áreas del centro: psicosocial, sanitaria, servicios generales y dirección. Casi todas pueden enmarcarse en alguno de los programas recogidos en los indicadores de mejora de la calidad asistencial establecidos por la Conselleria de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana.

Año tras año realizamos un esfuerzo innovador importante apoyados por las entidades gestoras. Actualmente, y desde noviembre de 2009, el centro está gestionado por una Unión Temporal de Empresas, constituida por la  Fundación Salud y Comunidad y Valoriza Sercicios a la Dependencia. Si bien es cierto que FSC ya gestionó este centro desde el 2001 al 2005.

Desde el inicio de la gestión, esta UTE nos dio los medios para implantar actividades que recogía en su proyecto de gestión.  Por ejemplo, scooters eléctricos adaptados para su uso por aceras, parques y espacios interiores para el programa “Mayores sobre ruedas”, o una consola para las actividades desarrolladas con la videoconsola Wii de Nintendo. Los objetivos de ambas son funcionales, cognitivos y sociales, siendo un claro ejemplo del enfoque global de dicho proyecto.

En 2012, una nueva actividad denominada “El Cuento Viajero” consiguió que todos los centros gestionados por una o ambas entidades gestoras participásemos en un mismo objetivo: que nuestros/as usuarios/as creasen un cuento colectivo ilustrado, cuyo resultado será presentado y publicado durante este año 2013.

Uno de los proyectos con mejor acogida durante el pasado año entre nuestros usuarios/as fue la II Semana Cultural, denominada“Tres, dos, uno… ¡Acción!”, durante la que se grabó una película para conmemorar el vigésimo aniversario de la Residencia de Benejúzar. El estreno tuvo lugar en el Auditorio Municipal, y no faltó detalle para una ocasión tan especial: alfombra roja para nuestras estrellas, photocall,  cóctel tras el acto… Una experiencia única para todos/as.

Este vídeo, así como muchas de las actividades que desarrollamos, se encuentra en nuestro sitio web, que también inició su actividad en el 2012. La dirección es:

https://sites.google.com/site/residenciabenejuzar/

Cabe destacar también que este año hemos participado en el concurso“Mayores en las Ondas” y hemos ganado uno de los dos terceros premios. El acto de entrega tuvo lugar el pasado día 18 de abril en la Residencia y Centro de Día de Puzol en Valencia, en el marco del guateque.

¿En qué medida consideras que todavía, entre ciertos sectores de la  población, se piensa en las residencias como centros de retiro  y, casi de aislamiento?

Hoy en día encontramos este tipo de actitud hacia las instituciones de carácter residencial, sobre todo en personas que no tienen o no han tenido una experiencia directa con ellas, por lo que el desconocimiento, la falta de información, o la información sesgada que puedan estar recibiendo condiciona esa opinión. Pero cada vez somos más las personas que, bien como usuarios/as, familiares, profesionales, voluntarios/as, alumnos/as en prácticas, colaboradores/as, etc., tenemos algún tipo de relación con alguna institución de carácter residencial, y creo que ésta es la mejor forma de romper con esos estereotipos: demostrando que son centros de carácter abierto, donde casi cualquier ciudadano puede encontrar su lugar.

¿Qué beneficios tiene para la salud de los residentes el hecho de que participen en distintas actividades de ocio?

Por desgracia, la experiencia nos ha demostrado que cuando una persona mayor decide que no quiere vivir más, no tarda mucho en fallecer. Y ese sentimiento de desapego por la vida viene dado en la mayoría de casos por la tristeza, el desarraigo, la baja autoestima, el escaso estímulo social…

De ahí la importancia que le damos a que nuestros usuarios y usuarias se mantengan activos/as y ocupados/as, y a diseñar experiencias gratificantes que les motiven. Y, si pueden ser novedosas, mejor aún. La rutina y el aburrimiento terminan por erosionar la vida misma.

Imagino que se trata de una potente herramienta para combatir la depresión o tristeza que algunos residentes sufren cuando ingresan en un centro o, simplemente, por sentirse que se hacen mayores…

No a todas las personas les gusta ir a vivir a una residencia, ni llevar a sus seres queridos a una institución de este tipo. Dejan su casa, sus recuerdos, su entorno, aquello por lo que tanto han luchado… Lo que no es habitual es encontrar usuarios/as que se adapten perfectamente a la vida en la residencia, aunque sí hay algunos casos: aquellos/as que han decidido libremente venir, porque son conscientes de que lo necesitan, de que es la mejor opción para una mayor calidad de vida. Pero todos/as los/as demás necesitan un apoyo adicional, sobre todo al inicio.

Calidad de vida es aproximarse al máximo a ese completo bienestar del que habla la OMS cuando define “salud”

Lo más importante es que asuman que ésta es su casa, que no son extraños/as ni han venido a invadir el espacio de otros/as. Nuestra labor es ofrecer a cada usuario/a los medios para que pueda hacer eso que le motiva, que le hace sentir bien: salir a pasear o de compras, escuchar música, celebrar los cumpleaños o comer algo especial un día de fiesta, leer, hacer pasatiempos, jugar, ocuparse del jardín, conocer lugares y personas nuevas, arreglarse y mantener su coquetería…

En el contexto de crisis actual, ¿crees que se están ajustando los presupuestos para dejar de lado las actividades de ocio?

Desde la Fundación Salud y Comunidad y Valoriza Servicios a la Dependencia se tiene muy presente la importancia del fomento de la autonomía, de las relaciones sociales y de las actividades lúdicas para ralentizar los efectos del envejecimiento. En ningún momento se me ha indicado que reduzca el gasto del centro dirigido a estas actividades. Más bien al contrario.

Sí que es cierto que en algunos contratos públicos se están reduciendo figuras profesionales responsables de la implantación de estas actividades, pero también se ve mermada la plantilla en categorías del área sanitaria o de servicios generales.

En cualquier familia que atraviese por dificultades económicas suele reducirse en primer lugar el dinero destinado a ocio y tiempo libre. Por eso, es importante tener claro que en las personas dependientes las actividades de índole social, cultural, de ocupación del tiempo, recreativas, no son actividades de ocio sin más, sino que responden a unos objetivos que van a más allá de lo aparente. Por otra parte, la repercusión en su estado de salud derivada de su participación en estas actividades es mucho más directa que en otros segmentos de edad, e incluso superior que en personas mayores que no viven en residencias.

Muchos familiares, cuando estudian la oferta de una residencia, pueden llegar a pensar que tantas actividades pueden afectar al precio que se paga por la plaza. ¿Qué se puede hacer para convencerles de la importancia de que los mayores participen en ellas?

La mayoría de actividades que he mencionado durante la entrevista no suponen un coste añadido en recursos técnicos, si bien requieren de personal para poder llevarse a cabo, y ésta es la partida presupuestaria más importante.

Si recorremos la pirámide de necesidades de Maslow, evidentemente lo primero es dar respuesta a las de índole fisiológico y de seguridad, pero las personas somos mucho más: necesitamos aprecio, estima, sentir que formamos parte de algo que va más allá de nosotros/as mismos/as, y auto-realizarnos.

Si las necesidades básicas no están cubiertas, las superiores ni se plantean. Pero en los mayores, si no se da respuesta a las necesidades que nos convierten en seres humanos, pierden interés por solucionar sus necesidades básicas, o aceptar los cuidados más elementales.

Calidad de vida no es sólo comer y dormir bien, y no tener achaques. Es aproximarse al máximo a ese completo bienestar del que habla la OMS cuando define “salud”.

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