El hallazgo más relevante de un novedoso estudio publicado en el British Medical Journal es que el riesgo de cáncer de mama aumenta en un 13%, incluso con un consumo diario sumamente moderado de alcohol (de un vasito de vino diario o una cerveza). Entre los varones, el riesgo de aumento del cáncer fue muy inferior y se situó sobre todo entre los que además fumaban.

Este estudio sobre la relación entre el cáncer y el consumo mínimo o moderado de alcohol, realizado con una metodología extremadamente rigurosa y una muestra extraordinaria, ha sido publicado recientemente en la Revista Médica Británica (British Medical Journal), considerada una de las dos fuentes científicas médicas de mayor relevancia en el mundo. Lo firman Yin Cao y un equipo de colaboradores de la Universidad de Harvard, quienes desde 1980 han seguido la evolución de 88.084 mujeres, con el elemento de fiabilidad añadido de que se trataba en su totalidad de enfermeras u otras profesionales de la salud. El estudio también siguió a más de 47.881 hombres.

Estos datos, obtenidos por investigadores independientes, contrastan con los constantes intentos de la industria alcoholera de convencernos de los efectos beneficiosos de sus productos para la salud. Lo cual no quiere decir que no existan, pero cuando quiénes financian su investigación y publicidad son sus productores, se abre un paréntesis de lógica incredulidad. Muestra de ello lo tenemos en las informaciones aparecidas y reaparecidas sobre el VII Simposio Europeo sobre Cerveza y Salud(*), donde prestando una mínima atención al detalle se ve que ha sido financiado por la organización de Cerveceros de Europa, representada en España por Mahou, Heineken, Damm, y otras conocidas marcas. Básicamente, las investigaciones presentadas en ese Simposio abundaban en la idea del valor de la cerveza por su contenido en antioxidantes como los polifenoles, que no obstante se señala también que están también presentes en la cerveza sin alcohol. Son productos similares a los contenidos en la piel de la uva tinta, presentes por tanto igualmente en el vino tinto y en el mosto o en la propia uva.

Por lo tanto, nuestras recomendaciones como expertos para quienes decidan consumir bebidas alcohólicas son: no beber de forma habitual (es decir, no hay porqué tomar una determinada bebida alcohólica “cada día”, sino en todo caso puede hacerse de forma esporádica y siempre con moderación); si se desea beneficiarse de los potenciales efectos de los antioxidantes aludidos, consumir fruta fresca, como la propia uva, o bien adquirirlos como cápsulas en la farmacia y tomarlas con agua o zumo, evitando pues el alcohol. En función del primer estudio mencionado, las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama deberían abstenerse por completo, o casi, del consumo de alcohol o de otros carcinógenos conocidos.


(*) Científicos revelan nuevos beneficios del consumo moderado de cerveza: Mejora la salud cardiovascular, la obesidad, y es beneficiosa en la prevención del envejecimiento celular, La Vanguardia, 30/9/2014, “re-publicado” el 5/7/2015)

Dr. Xavier FERRER
Director del Máster de especialización en Drogodependencias.
Universitat de Barcelona.

Director Técnico de la Fundación Salud y Comunidad.