Sandra Gasca es coordinadora del Taller Sociolaboral de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) desde hace 7 años. Es Licenciada en Psicología y trabaja desde hace 16 en nuestra entidad. Durante este tiempo ha hecho patente su capacidad de generar ideas creativas que han ayudado al servicio a adaptarse a situaciones difíciles que le han permitido seguir adelante. Reconoce que el valor del esfuerzo siempre trae consigo una recompensa y que el taller le ha ayudado a entender que las pequeñas cosas pueden ser muy grandes.
¿Qué beneficios dirías que ha generado la terapia ocupacional, después de la experiencia de 25 años de funcionamiento del Taller Sociolaboral?
Los beneficios son innegables e innumerables. Se trata de una forma de ayudar a las personas que participan en esta terapia a recuperar las funciones de su vida cotidiana que se han visto afectadas por la problemática de la adicción. Quiero decir con ello que representa una vuelta al orden después del caos, a la estabilidad… Los participantes entran en contacto con sus capacidades y habilidades y aprenden a identificarlas y a reconocerlas.
Además, la actividad realizada en la terapia ocupacional requiere mucha concentración. Ello ayuda a la persona que participa en el taller a olvidarse de alguna manera de otras preocupaciones, siempre en un entorno amable y no demasiado invasivo, respetando el “tiempo” de cada persona. De esta manera, el trabajo educativo y terapéutico fluye con total naturalidad y el usuario/a se deja guiar en la recuperación de la confianza en sí mismo/a y en el descubrimiento de sus habilidades y sus límites.
¿Qué otros logros destacarías en el servicio durante los últimos años?
La fuerza del Taller Sociolaboral reside en el hecho de crear y mantener un clima de confianza y de valoración positiva que genere bienestar en personas que ya no recuerdan qué significa sentirse bien, incluido/a o útil. Sentir nuevamente ese bienestar es uno de los grandes logros del servicio. Además, cabe destacar el hecho de haber logrado la vinculación al tratamiento de personas que han intentado en varias ocasiones distintos tratamientos más formales y que no han funcionado en ellos. La aparente poca exigencia inicial es un gancho al que muchas personas se acogen sin saber que, al bajar sus defensas, se les exigirá más y mayor trabajo personal que de otro modo no habrían podido realizar.
Por otro lado, a nivel económico, la fuerza del taller ha sido la austeridad de la que siempre se ha rodeado. Siempre hemos dependido de una única fuente de financiación, del Departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat de Cataluña, si bien hemos ido recibiendo pequeñas ayudas adicionales.
En la actualidad, después de muchos años de lucha y esfuerzo por visibilizar el trabajo terapéutico que se realiza en el taller, hay buenas perspectivas de futuro para dignificar un trabajo que siempre ha priorizado la atención al usuario/a, sus necesidades terapéuticas y personales y la continuidad de un espacio distintivo en nuestra red asistencial.
¿Cómo ha ido respondiendo el Taller Sociolaboral a las nuevas situaciones que se han ido produciendo, algunas no esperadas como los recortes presupuestarios?
A lo largo de los años hemos iniciado distintas iniciativas para subsanar o paliar el déficit que nos han dejado los recortes. Lo primero que se puso en marcha fue la venta de productos realizados a mano en el taller para la festividad de Sant Jordi, fue una iniciativa compartida entre usuarios/as y el equipo terapéutico y una forma de que los integrantes del taller en aquel momento delicado, pusieran su grano de arena para ayudar a mantener el recurso. El resultado fue una jornada estupenda, que más allá de los resultados económicos, que los hubo, se convirtió en una actividad propia del taller que se prepara durante todo el año con la ayuda de participantes y voluntariado.
Posteriormente, se empezaron a realizar piezas de madera para otros recursos de la fundación, se colgó el proyecto en una plataforma de crowdfunding para poder recaudar fondos; se puso en marcha una campaña de colaboración con Kewaaay, una tienda de productos de segunda mano que vendía productos hechos a mano en el taller, etc. A través de todas estas iniciativas se han recaudado fondos, si bien los resultados económicos no han sido muy elevados.
Actualmente estamos inmersos en un proyecto muy interesante de venta de productos hechos en el taller a través de Internet. Una empresa de marketing online, Meeting for Managers, está realizando, de forma altruista, una página web que de momento está en fase de construcción y que nos ayudará a visibilizar nuestra tarea a través de este portal.
¿Qué os ha llevado a estar presentes en Internet, a través de una plataforma de comercio electrónico?
Hoy en día Internet es la mejor ventana al mundo. Cuando esta empresa nos ofreció la posibilidad de realizar una página web, a modo de colaboración desinteresada para mostrar nuestros productos, no nos lo pensamos dos veces. Los resultados se verán con el tiempo. Como siempre, cualquier ayuda es bien recibida, tanto económica como de visualización de la tarea terapéutica realizada.
¿Qué iniciativas han resultado ser las más eficaces para tratar de superar estas situaciones de recortes a las que nos referíamos anteriormente?
Quizá la jornada de Sant Jordi tiene una especial importancia para nosotros, ya que económicamente supone una buena inyección para el recurso y no se ciñe al día de Sant Jordi; genera pedidos que, durante todo el año, vamos realizando y entregando.
Por otro lado, si no hubiéramos tenido la ayuda de Picis, la empresa de software informático que durante los dos años previos a su desaparición, nos tuvo en cuenta en su plan de Responsabilidad Social Corporativa, seguramente no se habría iniciado el proyecto del Club Artístico y Social que cuenta con 13 participantes que han hecho tratamiento en el Taller Sociolaboral.
¿Cuántas personas han sido atendidas en el último año y desde que se inició el servicio?
En el último año se han atendido un total de 50 usuarios/as. Desde sus inicios, en el recurso se ha atendido a 692 personas en el taller y a 23 en el Club desde finales de 2012. Teniendo en cuenta que la capacidad del taller es de 16 personas y que se trata de un programa de larga estancia, podemos decir que es un número considerable.
¿Qué objetivos se ha marcado el taller a corto y medio plazo?
En primer lugar, la transformación del taller en un espacio con un horario más amplio de atención, con un equipo más grande y con más actividades está algo más cerca, aunque habrá que ir paso a paso desarrollando el tema.
Por otro lado, la difusión del recurso es algo que no podemos dejar de tener en cuenta. Los centros derivadores van cambiando de profesionales y hay que estar siempre presentes para que ellos/as conozcan las posibles salidas que tienen las personas a las que atienden. Esta es una tarea que requiere tiempo y este año queremos centrarnos en ello.
Todo ello, se realizará sin dejar de atender a cada persona en la medida que lo necesite. Este último año hemos aumentado un 30% las intervenciones individuales en el taller y las coordinaciones con los centros derivadores.
¿Cuántos voluntarios/as tenéis actualmente en el servicio y qué funciones realizan?
Actualmente contamos con 5 voluntarios en el taller y en el club. Cuatro de ellos son exusuarios/as que han sido dados de alta del taller y que nos ayudan con las tareas de marquetería y la creación de piezas de Sant Jordi, con la elaboración de estatuillas para dar el alta terapéutica a personas de otros recursos del Circuito de Atención a las Adiciones, etc. Para las personas que acuden por primera vez al recurso, es muy beneficioso ver que los voluntarios/as son personas que, como ellos/as, estuvieron un día en el taller e hicieron todo su proceso terapéutico con nosotros. También colabora una estudiante de Psicología que se encarga de las salidas que se realizan en el Club Artístico y Social.
¿Qué perfil de voluntariado os interesa en estos momentos?
Actualmente nuestras necesidades están cubiertas, si bien no estaría de más contar con algún voluntario/a con un perfil de integrador/a social, trabajador/a social o terapeuta ocupacional, por si hay alguna persona interesada. Se puede dirigir al correo electrónico voluntari@fsyc.org
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