En el año 2007, se endurecieron las penas por delitos relacionados con la seguridad viaria, lo que conllevó un importante aumento del número de personas internas en los centros penitenciarios por algunas de estas causas. Concretamente, hablamos de la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas, la conducción sin permiso, la negativa a someterse a las pruebas de alcoholemia y la conducción temeraria.
En el programa DAE (Departamento de Atención Especializada en el Tratamiento de las Toxicomanías) del Centro Penitenciario de Ponent (Lérida), cuyo equipo profesional está integrado por profesionales del centro penitenciario, de la Comisión Territorial de Asistencia Social Penitenciaria y trabajadores de FSC, se realizan desde el año 2011 espacios de intervención grupal dirigidos a usuarios/as que tienen como elemento común una relación de abuso con el alcohol.
La mayor parte de las personas atendidas en estos espacios, son hombres de edad media, alrededor de los 40 años, que se encuentran en la cárcel desde hace pocos meses por causas vinculadas con la seguridad del tráfico. Para un gran número de personas se trata de la primera entrada en la cárcel, hecho que conlleva ciertas resistencias iniciales a recibir ayuda profesional, debido al desconocimiento de la propia institución, y también a la baja conciencia que presentan acerca de su adicción a la bebida.
Ahora bien, después de los primeros momentos de contacto con el equipo profesional, las personas suelen aceptar e implicarse muy favorablemente en los espacios terapéuticos, creándose un clima de escucha y respeto hacia el otro, que permite a sus participantes reflexionar sobre sus propias decisiones, consecuencias e implicaciones que ha tenido el patrón de consumo del alcohol.
En los espacios grupales se da información sobre el alcohol y sus efectos en la salud, también se habla sobre los distintos estadios de la adicción, posibles situaciones de riesgo y complicaciones asociadas. Especial atención merecen también las implicaciones a nivel psicólogico y social de los hábitos abusivos. A esta información se le acompañan actividades dirigidas a promover un cambio activo, tanto en la relación del sujeto con la propia salud como con su entorno, favoreciendo una nueva posición frente al tiempo libre y ocio y promoviendo la adquisición de competencias relacionales que dificulten el uso del alcohol como “acompañante necesario” en situaciones que le generen ansiedad.
Cabe señalar, por último, que desde 2011, en el programa DAE de Ponent, hemos atendido a unas 60 personas en los cursos de intervención sobre el abuso de la bebida, espacios que son bien recibidos y valorados por los usuarios/as.
Algunos de los/las participantes a estos cursos nos han dejado sus valoraciones:
“Ha sido un curso en el que la mayoría pensaba que en el tema del alcohol lo sabía todo, y la verdad es que a medida que van pasando los días aprendes algo nuevo que no sabías y te das cuenta de muchas cosas que te han pasado”.
“Uno aprende y se da cuenta de muchas cosas que le han pasado”.
Beatriu Folguera
Educadora social del Programa DAE del Centro Penitenciario de Ponent (Lérida)
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