El Centro de Baja Exigencia de Castellón de FSC, es un servicio de reducción del daño ocasionado por el consumo de sustancias psicoactivas ofrece una intervención de carácter sanitario y psicosocial. El pasado 20 de noviembre organizó junto a Cáritas Diocesana Segorbe-Castellón, Cruz Roja Castellón y las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, una charla sobre la realidad de las personas sin hogar.
En el acto se presentaron los programas que cada una de las cuatro entidades llevan a cabo con las personas sin hogar en la ciudad de Castellón, incidiéndose en la multicausalidad de la llegada a la situación de “sinhogarismo”.
Durante la charla quedaron patentes los problemas de acceso a la salud con los que se enfrentan las personas que viven en la calle. Entre otras ideas, se señaló que a veces el camino para que una persona sin hogar reciba asistencia sanitaria se convierte en un laberinto. A esto hay que añadirle que la prioridad de una persona sin hogar cada día es la búsqueda de comida y de dónde pasar la noche. Los tratamientos de sus patologías o la medicación pasa a segundo plano pues todos los días son de emergencia para una persona sin hogar.
Las personas que están en la calle tienen peor salud de lo que ellas piensan o verbalizan y reciben una atención sanitaria inferior a la que necesitan. Por otra parte, acceden a la atención médica en situación crítica o de riesgo y en escasas ocasiones en fase de seguimiento o prevención. Según los datos recogidos en el “Estudio sobre la salud y las personas sin hogar: Informe 2013” de Cáritas entre las personas sin hogar, un 15,2% tiene alguna discapacidad reconocida; el 30%,7 de las personas acogidas en recursos residenciales manifiesta tener alguna enfermedad crónica, de los cuales, un 16,6% es un trastorno mental; el 20% no tiene tarjeta sanitaria; el 4,1% dice que tiene un consumo alto o excesivo de alcohol; el 37,3% dice que ha consumido drogas alguna vez, y el 51% han sido víctima de algún delito o agresión.
Los problemas de salud mental preceden a la situación de no tener un hogar y son a la vez consecuencia de esta situación. La pérdida de coordenadas familiares y de relaciones sociales estables, falta del alojamiento, de seguridad, de control, la intensificación de traumas psicológicos va unido a una falta de compensación con vínculos familiares, de pareja, amistad, actividad estable, fuentes de autoestima, de gratificación en la vida diaria… Los problemas de salud mental más frecuentes son: dependencia del alcohol (37,9%); dependencia de otras sustancias (24,4%); trastornos psicóticos (12,7%); depresión mayor (11,4%), y trastornos de personalidad (23,1%).
Entre las dificultades con las que se encuentran las personas sin hogar destacan las siguientes: trabas administrativas documentales. Por ej., imposibilidad de asignación de centro de referencia sin empadronamiento; medios no adaptados en los servicios de atención primaria a la realidad de las personas en situación de sin hogar y en la calle que provocan la utilización de los servicios de urgencia en situaciones ya muy graves; complejidad administrativa en la tramitación y asignación de profesionales sanitarios; escasez de recursos económicos para pagarse los tratamientos; falta de información y, en muchas ocasiones, de claridad en la misma.
Desde las cuatro organizaciones se propuso seguir trabajando conjuntamente con las administraciones, y la sociedad en general, para garantizar el acceso a la asistencia sanitaria a todas las personas, con una especial sensibilidad en el ámbito de la Salud Mental.