Rocío Alonso las Heras es estudiante del último curso del Grado en Ingeniería de la Salud en la Universidad de Burgos y, además, estudia inglés y alemán. Ha trabajado impartiendo clases particulares, así como en gestión informática de sistemas sanitarios y en hostelería. Es voluntaria desde hace unos meses del Centro Hogar Burgos, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y el Grupo Lagunduz. Su tarea como voluntaria consiste en ayudar a dos jóvenes usuarios del centro, enseñándoles castellano, tarea que nos cuenta que realiza con satisfacción. Esta entrevista, nos permite conocer mejor su labor.

– ¿Por qué decidiste hacer voluntariado en el Centro Hogar Burgos?

Tomé esta decisión porque buscaba un lugar para hacer voluntariado, seguidamente conocí este proyecto a través de la Universidad de Burgos.

De modo que me puse en contacto con el centro, esto fue el pasado mes de marzo, y comenzamos el proceso para que pudiera colaborar, a través de la realización de este voluntariado. Me pareció una oportunidad muy interesante.

– ¿En qué consiste tu tarea como voluntaria?

Una vez por semana, doy clases particulares a dos residentes del centro, les enseño conversación básica en castellano, así como gramática, ortografía y vocabulario. Para ello, acudimos a una biblioteca pública.

– ¿Cuánto tiempo le sueles dedicar a este voluntariado?

Aproximadamente 2 horas a la semana.

– ¿Qué te aporta esta experiencia como voluntaria?

Fundamentalmente, conocer realidades distintas a la mía, reflexionar sobre las maneras de enseñar a personas en distintos contextos, así como la oportunidad de conocer a dos chicos con muchísimo entusiasmo y ganas de aprender. Colaborar como voluntaria en un proyecto de ayuda a menores, resulta enormemente gratificante.

– ¿Qué beneficios consideras que aporta tu labor de voluntariado a las personas usuarias del centro?

Me gustaría pensar que lo que les enseño, les va a ser de utilidad en su integración en este país. En pocos meses realizando esta labor como voluntaria, he visto grandes progresos, tanto en su manera de comprender y estructurar frases, como en su comunicación no formal. Además, intento mantener un ambiente tranquilo y distendido, en el que puedan sentirse cómodos y que fomente su entusiasmo por seguir aprendiendo.

– ¿Cómo es el ambiente de colaboración con los/as profesionales de la entidad que te ayudan a desempeñar esta labor de voluntariado?

Todas las personas  fueron muy amables conmigo, explicándome con paciencia y detalle cada parte del proyecto, en un ambiente cómodo y agradable.

– ¿Cuál ha sido el mejor momento que has vivido como voluntaria o con qué recuerdo te quedas de tu experiencia de voluntariado hasta el momento?

Mi mejor recuerdo se remite a esta vivencia: cuando mientras daba una clase hace unas semanas, estornudé y los dos alumnos me dijeron a la vez “¡Salud!” en perfecto castellano. Ver cómo dos personas que hace unos meses no hablaban nada de nuestro idioma, tenían la reacción automática de contestar algo tan típico en español, pero tan fuera del entorno académico, fue gracioso, enternecedor, y me hizo sentir muy orgullosa de ellos, viendo cómo cada vez están más integrados socialmente.

– ¿Te gustaría aprovechar esta entrevista para hacer algún otro comentario?

Sí. Me encantaría recalcar lo importante que es que más personas se interesen en colaborar en proyectos como este. Con la visión social de los menores migrantes que empeora a diario desde tantos ámbitos, me parece extremadamente importante conocer su realidad desde cerca, ver que se trata de adolescentes que necesitan una ayuda que para el voluntariado es fácil de ofrecer, pero que para ellos puede marcar una diferencia en su facilidad de aprendizaje y adaptación social.


El Impulso, Promoción, Selección y Capacitación del Voluntariado de la Fundación Salud y Comunidad (FSC)  es posible gracias al apoyo de subvenciones de la Administración Pública, contáctanos si quieres colaborar:
www.fsyc.org/voluntariado