Un grupo de jóvenes de la Residencia de Proyecto Migratorio “El Verdader 2”, servicio de atención residencial ubicado en Altea (Alicante), gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), que tiene como objeto la atención de niños/as y adolescentes del sistema de protección de la Comunidad Valenciana, ha comenzado un voluntariado ambiental durante los fines de semana en la comarca alicantina de la Marina Baja. A través del mismo, se promueve en los/as jóvenes un ocio responsable y respetuoso con el medio ambiente.
Cinco jóvenes usuarios/as de la Residencia de Proyecto Migratorio “El Verdader 2”, servicio de titularidad de la Generalitat Valenciana, han iniciado un voluntariado medioambiental todos los sábados por la mañana, contemplándose esta acción en el programa de actividades de ocio inclusivo, impulsadas por el equipo educativo del centro.
En el caso de esta actividad, está organizada conjuntamente con una entidad colaboradora de Altea. Se trata de la asociación medioambiental De Amicitia, que se dedica al desarrollo local y medioambiental, a través de la realización de campos de trabajo que combinan el voluntariado nacional e internacional, con el apoyo y acompañamiento en estas acciones de profesionales especializados.
La primera de las actividades que han empezado a realizar los/as jóvenes está enfocada a la limpieza de las playas de Calpe. Esta actividad cuenta con el apoyo del ayuntamiento de la localidad y de los voluntarios/as de la asociación. También, participan en la misma ciudadanos/as de Calpe. Cada sábado por la mañana, dos de los residentes tienen la oportunidad de ayudar y conocer a otras personas en un entorno saludable y educativo que les proporciona crecer como personas.
La segunda de las actividades es un proyecto que gestiona de manera individual la asociación De Amicitia. Este programa se desarrolla en un centro de apicultura en Altea, al que tres jóvenes acuden para conocer cómo es la vida en el apiario, el lugar en el que se encuentra el conjunto de colmenas. Allí aprenden, de la mano de los profesionales, la vida secreta de las abejas, así como los cuidados que necesitan y los beneficios que estas generan con su actividad.
Estas iniciativas tienen como objetivo concienciar sobre la importancia del medio ambiente y promover el ocio educativo entre los/as jóvenes, a través de este voluntariado que está previsto que se prolongue durante el periodo estival (limpieza de playas) y hasta que acabe el año (programa en el centro de apicultura).
Cabe destacar, además, que estas actividades se suman a otras dos ya consolidadas en el servicio, el voluntariado en la Protectora de Animales y Plantas de Benidorm y la participación en el huerto urbano de la Cruz Roja en Altea.
Sin duda, todas estas iniciativas que tan buena acogida están teniendo entre los/as jóvenes residentes en el servicio, suponen una interesante alternativa, a través de actividades medioambientales, para que puedan disfrutar “el ecoverano de sus vidas”, según señalan desde el servicio.
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Un paso más para a integración de estos jóvenes migrantes no acompañados en la sociedad de acogida. Ya estamos viendo que este tipo de actividades solidarias que respectan el cuidado del medioambiente se están mostrando como excelentes vehículos de integración de los niños, niñas y adolescentes de los centros que gestionamos. Son actividades ideales para «mostrarse» ante sus vecinos y ganarse su confianza a la vez que ellos se sienten útiles y siguen formándose como personas. Seguro que más centros se van a hacer ECO de esta noticia.