Algunas decisiones no son fáciles de tomar. Sobre todo, si afectan al que ha sido tu trabajo en los últimos 25 años, un período muy largo al final del cual, se acostumbra a hacer balance. En mi caso, este balance coincide, además, con un cambio de dígito importante al cumplir años, entrando en la sesentena, década para plantearse nuevos objetivos. ¿Prejubilación? Pues aún no, pero empezar a bajar el ritmo, sí. Y la única forma de hacerlo pasaba por dejar uno de los dos roles que desempeño en el SAP, el de directora o el de terapeuta.
Como probablemente sabéis, el SAP es un Servicio de Atención Psicológica que pusimos en marcha una serie de compañeros y compañeras de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) hace 25 años, en 1997. De hecho, se cumplen en noviembre y espero que lo celebraremos por todo lo alto. Mi vocación como psicóloga, por ayudar a personas con problemas con el consumo de drogas, y mi propia experiencia en la superación de una dependencia, me llevaron a cursar el Máster en Drogodependencias de la UB.
Allí coincidí con Toni Gelida, y nos hicimos buenos amigos. Como la ignorancia es muy valiente, empecé a perseguir a Xavier Ferrer, director técnico de FSC, así como director del máster, para que me dejara hacer prácticas, voluntariado, o lo que fuera. Xavier nos presentó a Constanza Alarcón, presidenta de FSC por entonces, que fue mi mentora, mi ángel, mi casi-abuelita. Constanza nos cedió el que había sido el despacho médico de su marido y allí nació el SAP, en la calle Cerdeña de Barcelona. A mí me hicieron directora por descarte. Primero se lo propusieron a Toni y él muy listo lo rechazó. Ahí le veis ahora, flamante director del Área de Atención a la Dependencia y Menores de FSC. Y hablando de esta área, por aquella época recuerdo también haber organizado el encuentro entre FSC y una gran empresa de servicios que quería entrar en el sector sociosanitario y necesitaba un socio técnico. Me gusta pensar que, con esa reunión, contribuí a la creación de lo que más tarde sería esta área.
Empezó pues en noviembre de 1997 un proyecto muy modesto, con el objetivo de atender a personas con problemas de drogodependencias y otros trastornos psicológicos. Siempre me acordaré del primer usuario. Él no sabía que lo era, claro. Le atendimos Xavier Ferrer y yo en la calle Sant Germà de Barcelona. No lo olvidaré nunca. Entre otras cosas, porque hará unos 10 años, un domingo vi casualmente una esquela en el periódico, con un nombre que me resultaba familiar, y al leerla, me di cuenta de que era él, había fallecido de un infarto fulminante. Lo que tenía que haber sido una plácida mañana de domingo, se convirtió en una intensa experiencia emocional, en el entierro multitudinario de una persona muy querida. Cuando le fui a dar el pésame a su pareja, esta persona, rota de dolor, me dijo “Laura, gracias, han sido los mejores 15 años de nuestra vida”. Me tiré llorando el resto de la mañana. Vivencias así justifican nuestra profesión, en algunos momentos tan ingrata.
No ha sido un camino fácil. Ha habido muy buenos momentos, siempre relacionados con los éxitos de las personas usuarias o con los cuidados del equipo, pero otros muy duros, con grandes pérdidas y mucha preocupación por dar la mejor atención, manteniendo la viabilidad del proyecto. El SAP se ha convertido en estos años en un gran servicio, por el que han pasado casi 4.000 personas usuarias y sus respectivas familias. En el SAP, se hacen también las entrevistas de admisión a las comunidades terapéuticas y sirve de punto de encuentro de todo el circuito de tratamiento de las adicciones de FSC.
Empezamos muy austeramente en el despacho de la calle Cerdeña de Barcelona; en 2003, pasamos a Sant Germà y en 2019 a las magníficas instalaciones de la Calle Breda, de esta misma ciudad. Pero ahora el servicio ha crecido tanto, con casi 700 personas usuarias atendidas en 2021, más sus familias, y un aumento del 25% respecto al año anterior, que el doble rol que venía desempeñando no se podía sostener. Después de algunas conversaciones con la dirección y subdirección del área (Marta Álvarez y Gemma Maudes, mil gracias por todas las facilidades que me habéis puesto), tomé la decisión de ceder la dirección del SAP y quedarme con el rol de terapeuta.
La decisión para mí estaba clara, por un lado, porque quería seguir desarrollando mi vocación como terapeuta, y por otro, porque el SAP contaba con una persona que podía sustituirme perfectamente en las tareas de dirección y esa persona era Maite Soler. Una de las terapeutas más veteranas del SAP, muy querida y valorada por las personas usuarias y el equipo. Con una gran formación y experiencia como clínica, que estaría apoyada en el área financiera del SAP, tan importante en un servicio de financiación básicamente privada, por la administradora del SAP, Sandra Rodríguez. Se le propuso a Maite y ella aceptó, así que toma el relevo en su momento óptimo de energía e ilusión por el proyecto.
Después de algunos meses de traspaso, el cambio se hizo efectivo el pasado mes de mayo. Os dejo unas fotos del aperitivo que hicimos en el SAP para celebrarlo, primera reunión del equipo casi al completo después de dos años de pandemia. Este ha sido uno de los períodos más duros que nos ha tocado vivir, personal y profesionalmente, pero sentimos el orgullo de haberlo afrontado, reinventándonos y atendiendo, pese a las dificultades, a las personas usuarias que tanto han sufrido y nos han necesitado.
Y ahora viene el capítulo de los agradecimientos. La lista es interminable y espero no dejarme a nadie. Primero, al núcleo duro de lo que fueron los inicios del SAP, en el siglo pasado, y que confiaron en mí: Xavier Ferrer, Toni Gelida, Miguel Ángel de Lima y Constanza Alarcón. Después, a todo el gran equipo del SAP sin cuya sabiduría, experiencia, entrega y compromiso, el proyecto no habría sido posible: Maite Soler, Nuria Vera, Isabel Velázquez, Macarena Zurano, Fiona Empez, Eva Tel, Alicia Clotet, Lorena Rodríguez, Rubén López, Raquel Allepús, Bárbara Casamor, Alejandro Rivera, Jordi Ferrer, Gerardo Lazcano, Enrique Surribes, Paola Castellanos, Marta Nadal, Laura Benítez y la última incorporación, Sandra Gasca. Así como a Sandra Garrido, auxiliar de limpieza, y a Carmen Garcés y Sandra Rodríguez, equipo de administrativas estable y fiable desde hace años, todo un logro después de que hayan pasado otras 15 administrativas por la recepción del SAP desde 1997.
Gracias también a todo el equipo del circuito de tratamiento de las adicciones: de nuevo a la directora del Área de Drogas, Género y Familia, Marta Álvarez y a la subdirectora, Gemma Maudes; a los directores/as de servicios: Jordi Murillo, Marta Lorca, Alicia Clotet, Lidia Jiménez, Sandra Gasca, Míriam Vázquez, Damián Cano y a sus respectivos equipos.
Por supuesto, a nuestro presidente, Francisco González Sedeño, y a toda la dirección de FSC. En particular, a Manel Alcaide, gerente de FSC, al que nunca agradeceré bastante que hace 20 años me frenara cuando estuve a punto de tirar la toalla, desbordada por la presión y la responsabilidad. Al personal de los servicios centrales de la Fundación Salud y Comunidad en la calle Ali-Bey: contabilidad, personal, dirección técnica, comunicación, informática, Esther Molinero, etc., y demás profesionales de FSC, con quienes he tenido la oportunidad de trabajar durante estos años.
Mención aparte merecen dos compañeras de trabajo que han sido mucho más que eso, han sido compañeras de vida, de las que lo he aprendido todo: la generosidad, la entrega, la sabiduría, la amistad auténtica. Maite Tudela y Nieves Fernández. Cuando la primera me dijo que se iba de FSC, me tiré una semana llorando. Sí, es que yo he sido mucho de llorar. Maite Tudela creyó en el SAP tanto como yo y me prestó su soporte incondicional. Como Marta y Gemma le han tomado el relevo maravillosamente, lo he ido asimilando. Lo que no sé si algún día podré asimilar es la marcha de Nieves, que nos ha dejado huérfanas a todo el circuito. Diariamente, cuando dudo, me pregunto “¿qué haría Nieves?”. Y cuando disfruto me digo “Va por ti, Nieves”.
Y para finalizar, gracias a todas y cada una de las personas usuarias que han confiado en el SAP y de las que hemos aprendido diariamente: de su coraje, motivación, sensibilidad y resiliencia. Acompañarlas en mitigar su dolor y en su proceso de cambio, es lo que da sentido a nuestro trabajo y resulta, también para nosotros y nosotras, una experiencia transformadora.
Empieza ahora para mí una nueva etapa profesional y personal como terapeuta del SAP, rodeada de mis compañeros y compañeras. Y empieza también una nueva etapa para el SAP y para Maite Soler, con garantía de continuidad, de mejora y de crecimiento garantizados, ya que, por fin, la atención a la salud mental empieza a ser reconocida como una necesidad básica de las personas.
Un fuerte abrazo a todos y todas.
Laura Sangüesa
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GRÀCIES Laura, gràcies per tot el que m’has ensenyat durant tots aquests anys. Jo també he plorat al llegir-te. Igual és que el dia no acompanya per Bilbao, ha, ha. No, certament m’has emocionat. Recordar experiències que hem viscut plegats -ara fa 25 anys- m’ha fet brotar aquestes llagrimetes que avui es confonen amb el sirimiri tan habitual d’aquestes terres. Quan penso en Fundació, en la gent que configura l’ànima de l’entitat et puc ben assegurar que el teu és un dels noms que em venen al cap. Sempre t’he vist il·lusionada, amb energies -i no dubto que segur que també has viscut moments durs-, creient en el projecte que, si m’ho permets, vam parir un grup de gent que creia que tot era possible, però el més important d’aquella gent és que érem, som, molt bona gent i tu ho ets, Laura. Sí, certament, sense tu aquesta àrea que em toca codirigir amb altres grans companys no seria el mateix. Un dia com avui, ho recordo perfectament, de fa ara 23 anys ens vas posar amb contacte amb una persona, amb una empresa, que ha estat molt important pel conjunt de l’entitat i, evidentment, per aquest senyor, per aquest amic teu, que ara t’escriu. Sí Laura, en la meva vida has estat molt important i sempre t’estaré agraït. Bé, a tu i també al teu pare -ha,ha- doncs ell també m’ha ensenyat molt. Laura, continua així. Continua gaudint… i ensenyant T’estimo.