La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe con nuevas directrices para prevenir el VIH en la prostitución, entre las que piden a los gobiernos nacionales que «avancen hacia la despenalización del trabajo sexual» y mejoren el acceso de quienes lo ejercen a programas de prevención de ésta y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Dicho documento ha sido elaborado en colaboración con Onusida, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Red Global de Proyectos de Trabajo Sexual, ya que como ha explicado el director del Departamento de VIH/Sida de la OMS, Gottfried Hirnschall, quienes ejercen la prostitución «tienen un riesgo de contagio de VIH y otras ETS mucho mayor que otras personas».

De hecho, según datos globales publicados entre 2007 y 2011, la región con una mayor tasa de infecciones por VIH en este colectivo es el África subsahariana, donde más de un tercio (36,9%) de las prostitutas son VIH-positivos.

A ésta le siguen Europa del Este, donde una de cada diez (10,9%) padecen VIH, América Latina y el Caribe (6,1%) y Asia (5,2%). La tasa más baja, 1,7 por ciento, se registró en el Oriente Medio y África del Norte.

A pesar de que reconoce que ya hay países con programas de prevención y tratamiento de enfermedades de transmisión sexual, este organismo de Naciones Unidas asegura que muchas prostitutas «tienen dificultades para acceder a ellos ante el temor al estigma, la discriminación y, en algunos casos, la violencia».

Por ello, la OMS se compromete a ayudar a los países a establecer programas y les anima a trabajar hacia la despenalización de la prostitución.

De igual modo, detalla una serie de recomendaciones para quienes ejercen la prostitución, tales como el uso correcto del preservativo y la realización de controles periódicos y voluntarios para controlar posibles enfermedades.

«La evidencia indica que los trabajadores del sexo son capaces de negociar el sexo seguro, con lo que el riesgo y la vulnerabilidad puede reducirse drásticamente», señala la OMS en su informe, donde también reconocen que hay «excelentes ejemplos de programas de prevención del VIH entre los trabajadores sexuales que están funcionando». Por ello, «debemos apoyar más iniciativas de este tipo», apunta Hirnschall.

Fuente: Europa Press