El videojuego Island ha sido seleccionado como el Mejor Serious Game Europeo en la categoría de Salud dentro del certamen internacional Fun&Serious Game Festival.

Island videojuegoSuena a contradicción, pero se puede luchar contra una adicción o un impulso jugando. Es lo último en terapias para combatir este tipo de trastornos. Con este objetivo nació Island, un innovador videojuego desarrollado por la plataforma Playmancer, formada por médicos e ingenieros de cinco países europeos y financiada por la Unión Europea. Island ha sido seleccionado como el Mejor Serious Game Europeo en la categoría de Salud dentro del certamen internacional Fun&Serious Game Festival, que se celebrará el mes que viene en Bilbao.

Desde septiembre del año pasado se está utilizando como complemento terapéutico en el tratamiento convencional de pacientes con trastornos de impulsividad en el área de psiquiatría del Hospital de Bellvitge, en Barcelona. Con él trabajan una serie de aspectos a los que la terapia tradicional no llega. «Los resultados a corto plazo están siendo extraordinarios», asegura Fernando Fernández Aranda, responsable de la Unidad de Trastornos de la Alimentación del centro catalán.

Un total de 30 pacientes -15 con bulimia nerviosa y 15 con ludopatía- han estado asistiendo durante varios meses a una sesión semanal de unos 20 minutos. La hacían coincidir con la consulta con su terapeuta. El mecanismo de esta aventura gráfica de estrategia es muy sencillo: los jugadores deben salir de una isla superando una serie de obstáculos cuyo nivel de dificultad variará en función del estado emocional del paciente. «Estas pruebas le provocarán rabia, ira y frustración, algo similar a lo que le provocan las situaciones de estrés diarias que desencadenan la sobreingresta y el juego compulsivo», describe Fernández.

Cinco biosensores monitorizan el estado emocional y fisiológico del paciente. «Controlamos la tasa cardíaca, la saturación de oxígeno, la reacción galvánica de la piel, la respiración y el pulso», enumera el médico, que está al frente de este nuevo tratamiento. Utilizan además una cámara para captar las expresiones de la cara y así detectar las emociones que es necesario controlar, como el enfado, la irritación o el aburrimiento. Si quiere llegar a un nivel superior y seguir avanzando, el jugador deberá controlar su estado de ánimo. Por ejemplo, en una prueba de submarinismo. El paciente debe emerger desde el fondo del océano a la superficie. Para eso cuenta con una cantidad limitada de oxígeno, que se muestra en una barra en la pantalla. Si el paciente se pone nervioso o actúa de manera impulsiva, se va consumiendo mucho más rápidamente, por lo que la salida se dificulta. La finalidad no es ganar, en el sentido físico de los juegos, sino conseguir una mayor capacidad de autocontrol.

Una zona de relajación

Island zona de relajaciónCuando no sea capaz de resolver tranquilamente estas situaciones, el mismo juego le conducirá a una zona de relajación en la que puede liberar la tensión. «Se le enseñarán diferentes ejercicios, como por ejemplo de respiración, para que pueda regular de forma más adecuada las emociones que el propio juego va desencadenando», señala Fernández. Unos ejercicios que, y aquí radica la función terapéutica de Island, pueden y deben aplicar en su día a día para controlar situaciones de estrés que hasta la fecha eran incontrolables, y que no se desencadene el impulso. «De momento lo hemos dirigido a un aspecto muy concreto como la impulsividad. Si los resultados a medio y largo plazo son tan buenos como los actuales, lo iremos aplicando a otros trastornos como la compra compulsiva, los trastornos obsesivos-compulsivos… Pero hemos de ir con cautela y verificar que los cambios que se están produciendo son los deseados», concluye Fernández.

Este serious game recibirá su galardón el próximo 8 de noviembre, en la gala que el Fun&Serious Game Festival celebrará en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao.

Fuente: Colpisa