El consumo prolongado de drogas en personas mayores de 45 años no solo genera problemas de salud física y mental, sino que también tiene un impacto significativo en sus funciones cognitivas. Con el objetivo de abordar esta problemática, la Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha desarrollado el programa PRESERVA, una iniciativa pionera centrada en la evaluación y mejora de las capacidades cognitivas en personas en tratamiento por drogodependencias.
El informe de la fase exploratoria del Proyecto PRESERVA, realizado por el Área de Adicciones, Género y Familia de FSC, en colaboración con el equipo de evaluación e investigación de la Dirección Técnica y Promoción de Proyectos de nuestra entidad, ha permitido analizar una serie resultados y aspectos clave, tras la implementación del programa llevada a cabo a lo largo de 2024.
En concreto, la implementación del programa ha tenido lugar en la Comunidad Terapéutica «Can Coll», en la que se ha trabajado con una muestra inicial de 14 participantes mayores de 45 años. Para evaluar el estado cognitivo de estas personas, se han utilizado dos herramientas fundamentales: el Test Cognitivo de Montreal (MoCA), que mide aspectos como la memoria, la orientación y la atención, y el Inventario de Síntomas Prefrontales (ISP-20), que evalúa la función ejecutiva y la capacidad de toma de decisiones.
Los resultados iniciales del MoCA no muestran diferencias estadísticamente significativas entre menores y mayores de 45 años, si bien sí se observa una tendencia preocupante en la población mayor, con puntuaciones más bajas que podrían indicar un deterioro cognitivo leve. Por otro lado, en la evaluación del ISP-20 sí se han encontrado diferencias destacadas en las funciones ejecutivas, con mayores dificultades en atención, motivación y toma de decisiones en el grupo de mayor edad.
Con estos datos como punto de partida, se diseñó una intervención centrada en mejorar estas funciones, a través de sesiones grupales de estimulación cognitiva, combinadas con terapia individual y seguimiento multidisciplinar. La intervención incluyó actividades diseñadas para trabajar la memoria, la orientación espacial, la resolución de problemas y la planificación de tareas, además de estrategias específicas para mejorar la motivación y reducir la impulsividad.
Tras la implementación del programa, los resultados han sido muy positivos. En la evaluación post-tratamiento, se observó una mejora significativa en la puntuación del MoCA, que pasó de 23,3 a 25,6 puntos, acercándose a los valores normales de referencia. En el caso del ISP-20, las puntuaciones disminuyeron notablemente, lo que indica una mejora en la capacidad de planificación, control emocional y toma de decisiones. Además, se registraron mejoras en otras áreas fundamentales para la recuperación de estas personas.
Por otro lado, se analizaron una serie de variables relevantes extraídas de la evaluación estandarizada que se realiza de manera habitual en este dispositivo, tales como la calidad de vida, la ansiedad, la depresión, la impulsividad o la alianza terapéutica, por señalar algunos ejemplos. Los resultados principales reflejan que la intervención tuvo un impacto positivo en la calidad de vida, la ansiedad y la impulsividad, con mejoras significativas en estas áreas. Sin embargo, aunque hubo una reducción en los síntomas depresivos, esta no fue estadísticamente significativa.
Asimismo, para garantizar la validez de los resultados, se seleccionó un grupo control integrado por personas mayores de 45 años atendidas en esta misma comunidad pero que no participaron en el programa, asegurando que no hubiera diferencias significativas en edad, género o estado inicial con respecto al grupo experimental. Tras la intervención, los resultados mostraron mejoras notables en el grupo que recibió el tratamiento, especialmente en calidad de vida, reducción de la ansiedad y disminución de la impulsividad, con cambios significativamente mayores que los del grupo control.
Sin embargo, aunque los síntomas de depresión también disminuyeron, esta mejoría no fue lo suficientemente determinante a nivel estadístico. A pesar de estos resultados alentadores, el reducido número de participantes sugiere que futuros estudios con muestras más amplias, podrían proporcionar una confirmación más sólida del impacto del programa.
En cuanto a la valoración de los propios usuarios/as, los datos reflejan un alto nivel de satisfacción con la intervención. El 100% de los participantes afirmó que la terapia se adaptó a sus necesidades y el 92,3% percibió mejoras en su situación general. Además, más del 76% manifestó sentirse más ágil mentalmente tras la intervención.
Estos resultados refuerzan la idea de que las estrategias de tratamiento en drogodependencias deben ser adaptadas a las necesidades de los distintos grupos de edad. La experiencia de FSC con el programa PRESERVA demuestra que una intervención específica centrada en el deterioro cognitivo y la función ejecutiva puede marcar una gran diferencia en la recuperación de personas mayores de 45 años.
El éxito de esta primera fase sugiere que el programa podría consolidarse como un modelo de referencia en el tratamiento de adicciones en población mayor. En los próximos años, la Fundación Salud y Comunidad espera poder ampliar su aplicación a otros centros y seguir perfeccionando las estrategias utilizadas, con el objetivo de ofrecer una respuesta efectiva y basada en la evidencia científica a una realidad cada vez más presente en los recursos de tratamiento.
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