Pedro Dolado y Mª Ángeles Cuadrado forman parte de la gran familia de la Residencia y Centro de Día “Las Fuentes”, perteneciente al Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), gestionada y dirigida por la Fundación Salud y Comunidad (FSC). Ambos tuvieron a sus madres en el centro de día y desde entonces, no han dejado de ayudar y colaborar en el servicio. Pedro, soriano de 68 años de edad, es voluntario desde el año 2012 y Mª Ángeles, de 52 años de edad, natural de Villasarracino (Palencia), es voluntaria desde principios del pasado año. En esta entrevista, conoceremos mejor su actividad de voluntariado.
– ¿Qué es lo que más os gusta de la labor que realizáis?
Mª Ángeles: En mi caso, ninguna tarea en concreto, me gusta todo lo que hago, y considero que todas las actividades en sí son importantes, en todas ellas me siento muy a gusto y en todas ayudo a las personas usuarias de una forma u otra, ya sea llevándolas en silla, animándolas, dándoles conversación, acompañándolas al médico o estando con ellas cantando en mitad de un cumpleaños.
Pedro: El poder satisfacer necesidades que, en ocasiones, no pueden realizar los familiares de la persona usuaria por diversos motivos.
– Pedro, en tu caso ¿en qué consiste tu tarea como voluntario?
Generalmente, suelo colaborar como voluntario cuando se organizan salidas al entorno, salidas terapéuticas y cafés tertulias. Además, tengo disponibilidad para acompañamientos médicos de todos aquellos usuarios/as que no disponen de red de apoyo sociofamiliar.
– Mª Ángeles, para ti ¿qué significa ser voluntaria?
Significa ser un apoyo en actividades que se realizan en el centro y ser útil en los momentos que nos necesiten. Siento que como voluntarios/as estamos ahí para escuchar a los usuarios/as, ayudarles, hacerles reír y que sientan que los queremos.
– En común tenéis que vuestras madres han sido usuarias del Centro de Día “Las Fuentes”. Pedro, tu madre Candelas estuvo en el servicio de 2009 a 2010, año en que le concedieron plaza residencial pública en otro centro. Mª Ángeles, en tu caso, tu madre Demetria estuvo con nosotros/as desde el año 2009 hasta el pasado año.
Pedro y Mª Ángeles: Así es.
– ¿Os motiva el hecho de haber tenido a vuestras madres en el servicio, a la hora de realizar esta tarea de voluntariado?
Mª Ángeles: Sí, está claro que el hecho de que mi madre estuviera aquí, me abrió y facilitó este camino.
Debo reconocer que siempre había tenido el pensamiento de ayuda a los demás. Cuando dejé de trabajar y mis hijos se hicieron mayores, sentí que ya había llegado mi momento y al ver que en el centro había un Programa de Voluntariado, no dudé en unirme.
Cuantas más manos hay a la hora de organizar una actividad, más personas se pueden beneficiar de ella, y esa ha sido siempre mi inquietud y mi objetivo.
Pedro: Me uno a las palabras de Mª Ángeles.
– ¿Cuánto tiempo le dedicáis al voluntariado a la semana?
Pedro: En mi caso, una vez programadas las actividades por los profesionales del centro, observo cuáles me encajan bien por día y horario. El tiempo varía en función de ello.
Mª Ángeles: Como mínimo, le dedico una hora a la semana, coincidiendo con la actividad de bingo. Hay semanas que, si hay actividades lúdicas y de entretenimiento, como salidas de entorno, cumpleaños del mes y/o manualidades, llego a hacer unas 3 horas de voluntariado.
– ¿Cómo es la relación con los usuarios/as del servicio?
Pedro: Es buena. Conozco a casi todos/as, y para mí son mucho más que residentes.
Mª Ángeles: Mi relación es muy buena porque me veo muy cercana a ellos/as. Siento que ya hay una confianza y que, por tanto, tengo esa libertad de aportarles mi tiempo de escucha y dedicación. Cuando ellos/as están más apáticos o “sin ganas” de hacer una actividad, esa fortaleza de tener esta confianza mutua, hace que los pueda animar y motivar.
– ¿Y cómo es la relación con el equipo profesional y el resto de voluntarios/as?
Pedro: Con todos los profesionales del centro, así como con el resto de voluntariado, mi relación es muy buena. En mi caso, me conocen desde 2009 y la confianza que existe ya es mutua después de tantos años.
Mª Ángeles: La relación es excelente. Con ellos/as me siento muy a gusto y tengo total confianza. De hecho, tenemos nuestro propio grupito de WhatsApp y enseguida nos preocupamos unos por otros, en cuanto surge algo.
Con los y las profesionales me siento muy bien, dado que es un equipo joven y dinámico y me he sentido muy bien integrada desde el primer momento. El hecho de haber sido familiar antes que voluntaria, tiene la ventaja de conocer mejor a los trabajadores/as y conocer el centro y las instalaciones como si fuera mi segunda casa.
– ¿Cuál ha sido el mejor momento que habéis vivido como voluntarios/as o con qué recuerdo os quedáis de vuestra experiencia de voluntariado hasta el momento?
Pedro: No tengo un recuerdo o momento especial, tampoco recuerdo malos momentos. Para mí, todos y cada uno de ellos tienen especial importancia, desde los momentos más festivos hasta diálogos y pequeñas conversaciones.
Mª Ángeles: Me quedo con el recuerdo de la sesión de maquillaje y de pintacaras que se llevó a cabo en el 22 aniversario del centro, con la ayuda de Escuelas Pías Santa Engracia. Tengo grabada en mi memoria las caras y expresiones que pusieron al verse en imágenes captadas con el móvil, y eso no tiene precio. Lo que me pude reír… aunque ellos/as al principio no querían que les pintasen.
Es una gozada sentir también cómo esperan los jueves la actividad de bingo, dado que sus caras son de ansia y de ilusión, y ya ni te cuento como les toque los bombones, caramelos o algún pequeño obsequio…
– ¿Qué habéis aprendido de todo ello o qué beneficios tiene para vosotros/as la actividad de voluntariado?
Pedro: Para mí es sumamente gratificante dedicar un poquito de mi tiempo a realizar esta labor, me siento bien conmigo mismo haciéndola, me reconforta.
Mª Ángeles: Me ha ayudado a valorar y tener presente que debo disfrutar del día a día. Todos/as seremos mayores y a todos/as nos gustará, que cuando llegue el momento, además de por parte de la familia, nos sintamos queridos por otras personas que no son tan allegadas. A nivel personal, también me aporta la sensación de sentirme útil y de que hay más mundo fuera de casa (tele, cafés con amigas…etc.).
– ¿Os gustaría aprovechar esta entrevista para hacer algún otro comentario como voluntarios/as de la Fundación Salud y Comunidad?
Pedro: Sí, quiero aprovechar esta ocasión para mostrar mi gratitud a todos vosotros/as por la labor que hacéis. Candelas, mi madre, pasó algún tiempo en el servicio y desde entonces, estoy vinculado a este centro.
Mª Ángeles: En mi caso, también. Animo a todas aquellas personas que estén leyendo esta entrevista, sobre todo, si son familiares, a que se unan al grupo de personas voluntarias, ya que lo pasarán muy bien, y serán muy bien recibidas por todos nosotros/as.
Como hija de familiar que ha estado en el centro, me gustaría aprovechar esta ocasión para expresar mi gratitud y mi satisfacción por y para el centro. El tiempo que estuvo mi madre aquí fue muy beneficioso para ella y para mí como familiar, por la tranquilidad que me generó ver lo contenta que ella venía al centro de día. De hecho, tengo pedida plaza pública solamente en este centro. Por todo ello, gracias.
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Como ya hemos hecho en otras ocasiones desde este espacio solo nos queda que felicitar a voluntarios/as como Pedro y Mari Ángeles por su gran labor en Las Fuentes y sostenida en el tiempo pues no es «flor de un día».