Pedro José Manchón es usuario del Centro Integral de Mayores (CIM) de Altea, en Alicante, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y el Grupo Lagunduz, cuya titularidad depende del ayuntamiento de esta misma localidad. Concretamente, acude al taller de pintura, al tiempo que colabora en la realización de algunas tareas que le piden desde el servicio, y en las que no duda en ayudar. Es el caso de la restauración de algunos bancos de la calle, labor en la que se ha esmerado, o ayudando a montar junto a otras personas la exposición de pintura que se inauguró hace unas semanas, coincidiendo con las actividades organizadas en junio en el centro.
– Eres vecino de Altea. ¿Qué es lo que motivó que te acercaras al Centro Integral de Mayores a conocer las actividades que allí se llevan a cabo y qué es lo que te interesó realizar?
Fue a raíz de tener dos ictus seguidos. Una vez superada la situación, cuando ya me encontraba mejor, decidí apuntarme a la piscina, pensando que esta actividad iba a ser beneficiosa para mi recuperación y así fue.
Siguiendo el orden cronológico, siendo ya conocedor de las actividades y talleres que se realizan en el centro, decidí apuntar a mi madre, que es octogenaria y tiene principio de demencia, a la actividad de gimnasia adaptada para los mayores. Y soy yo la que la llevo, viendo que es algo bueno para ella.
Posteriormente, me inscribí al taller de pintura, al que llevo acudiendo ya dos años y que retomaré en septiembre. Ahora la actividad está parada.
Quiero destacar además que el Ayuntamiento de Altea está impulsando la dinamización del Centro Integral de Mayores desde el inicio de la gestión de FSC y el Grupo Lagunduz, tal y como queda recogido en el documento contractual, poniendo en valor el hecho de que las personas mayores podamos realizar actividades que sean de nuestro interés, con importantes beneficios para nosotros.
– ¿Qué tal está siendo la experiencia en el taller de pintura?
Estoy muy contento, tanto con las tareas que allí realizamos como con Ofelia, la profesional que coordina el taller. He estado yendo una vez por semana. Al taller hemos acudido unas 24 personas, por lo que también es bueno realizar esta actividad para relacionarse.
– Concretamente, ¿qué beneficio encuentras realizando esta actividad?
Fundamentalmente, me viene muy bien distraerme con esta actividad por la situación familiar que tengo, tanto por el principio de demencia de mi madre como por la enfermedad de mi mujer, lo cual hace que tenga dificultades para andar. No son situaciones fáciles las que tengo, de modo que a mí me ayuda mucho acudir al taller para airearme y no quedarme tanto tiempo en casa.
– Sé que estás especialmente orgulloso de algo y que tienes alguna anécdota que contar…
Sí, en el taller de pintura hemos realizado entre varias personas un mural muy bonito que os voy a mostrar.
Por otra parte, en mi casa me gastan bromas… mi hijo en concreto me dice que “lo voy a sacar de pobre” con esta afición a la pintura que tengo (ríe).
– ¿Cuántos cuadros has pintado y qué haces con ellos?
Estimo que habré hechos unos 15 o 20. Voy colgando los cuadros en casa, y voy reutilizando los más viejos debido al gasto que conlleva la compra de materiales.
– ¿Tienes alguna idea de lo que quieres pintar en el taller que empieza en septiembre?
Sí, estuvimos hablando de ello al final del taller, en junio. Lo primero que me gustaría pintar es la imagen de un niño con un sombrero. En estos meses de vacaciones en el taller, estoy pensado a ver cómo lo plasmo a través de la pintura.
– Además de realizar esta actividad en el taller de pintura, también colaboras en alguna tarea que te piden desde el servicio.
Sí. La labor que están haciendo en el centro es buena para las personas mayores por toda la oferta de talleres que ofrecen (taichí, fisioterapia y otros) y por el trato que nos da el equipo profesional. Entonces, si te piden algo en lo que poder colaborar, hay que ser agradecido por lo que hacen por nosotros. Por ello, no dudo en prestar mi ayuda.
Además, en mi caso, he sido chapista y pintor de coches durante mi etapa profesional y por ello, colaborar restaurando unos bancos de la calle para después pintarlos, ha sido una tarea relativamente sencilla y entretenida para mí. Ahora están más aseados y ello permite que las personas se puedan sentar para descansar o hablar con mayor tranquilidad, algo que antes no se podía hacer de la misma forma.
Por otra parte, también he ayudado a organizar la exposición de pintura que inauguramos hace unas semanas, coincidiendo con las actividades organizadas en junio en el CIM.
– ¿Qué os dijeron las personas que acudieron a verla?
Les gustó mucho, para nosotros fue muy satisfactorio que nos lo dijeran porque, francamente, quedó muy bonita.
– Para finalizar la entrevista, ¿qué les dirías a las personas mayores que estén pensando en apuntarse a algún taller o actividad en el centro, de cara a septiembre?
Les diría que hay que tener buen talante en la vida, que todos tenemos problemas, pero… ¿qué remedio nos queda? Tenemos que afrontar la vida como viene y si, mientras tanto, nos podemos distraer con alguna actividad, y en el Centro Integral de Mayores de Altea hay muchas, siempre será algo bueno. Por tanto, por allí espero verlos.
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