Ocho meses de retrasos en los pagos a las empresas que prestan servicios para dependientes, nóminas sin abonar, proveedores sin cobrar, riesgo de desabastecimiento, residencias y centros de día al borde del cierre, amenazas de corte de suministros.

Personas mayores en una residencia del País Vasco. / SANTOS CIRILO

La patronal de los centros para dependientes están al límite. “El Gobierno central y los autónomos anuncian más recortes en un contexto de incremento del desempleo que pone en serio peligro la supervivencia de un sector estratégico, por el servicio que proporciona a la sociedad y el empleo que genera. Estamos ante una situación catastrófica ocasionada por una postura gravemente errónea para una población especialmente vulnerable e indefensa: los dependientes”, dice el presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (FED), Alberto Echevarría.

Son más de 800 millones lo que las Administraciones adeudan a estas empresas, según la FED, lo que deja “el mapa de la dependencia en extrema gravedad”. Los últimos datos oficiales indican que hay menos personas con una ayuda para estar en un geriátrico cuando hay miles de plazas disponibles. De las prestaciones que se conceden por la ley de dependencia en agosto las plazas de residencia se redujeron en 156 y la ayuda a domicilio en 679. No es porque se estén dando pagas para el cuidador familiar, como ocurría en años anteriores, cuando había muchas prestaciones económicas en detrimento de los servicios profesionales. De hecho, del total de 4.811 personas en que se ha reducido la estadística en agosto respecto a julio, 4.058 corresponden a personas atendidas en casa. Por tanto, la política de trasvase desde la paga familiar al servicio profesional no parece que, por ahora, esté funcionando. “Los ahorros generados por la reducción de pagas para cuidadores solo pueden ser ética y profesionalmente aceptables si se destinan a la atención de los más de 240.000 dependientes con derecho ayuda que aún no reciben atención alguna”, afirma Echevarría.

Sin embargo, el presidente de la FED cree que todavía «existen alternativas al gravísimo error político». Opina que se está reduciendo el gasto a base de eliminar servicios, y se maquillan los presupuestos en el sector de la salud. Esta política no solo generará más gasto por la llegada de grandes dependientes a los hospitales -al no recibir cuidados profesionales- sino que existen otras medidas que implican disminución del gasto sin reducción de servicios”.

Pero las protestas, iniciativas y alternativas propuestas por esta patronal no están encontrando eco “en los distintos Gobiernos y representantes políticos”, se quejan. La FED aventura nuevas pérdidas de trabajo en este sector, prácticamente el único que creció en plena crisis.

Fuente: El País