Desde el Área de Igualdad del Ayuntamiento de Portugalete, en Bizkaia, y en el marco del programa municipal “Vidas libres de violencia machista: Mejora en la detección y atención de la violencia”, se planteó meses atrás la necesidad de crear una herramienta específica para detectar las situaciones de violencia machista que afectan a las mujeres mayores de 60 años del municipio. Para conocer más sobre esta herramienta, hemos hablado con Estíbaliz Peral y María José Bueno, coordinadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de Portugalete del Departamento de Bienestar Social del ayuntamiento de esta localidad, dirigido y gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), junto con el Grupo Lagunduz.
– Como señalábamos en una noticia previa, ambas habéis participado activamente en el diseño de esta herramienta.
Sí, se trata una herramienta de detección de situaciones de violencia machista para mujeres de más de 60 años. Para ello, hemos trabajado estrechamente con la técnica encargada de la realización del proyecto y, además, hemos mantenido una reunión conjunta con otras entidades/recursos que intervienen con este colectivo de mujeres mayores en el ámbito del municipio de Portugalete.
Además, una vez diseñada la herramienta, así como un documento de protocolo de actuación específico para la detección y actuación en este tipo de situaciones, elaborado por trabajadores/as sociales, de ayuda a domicilio, de atención primaria y policía municipal, se ha realizado un curso para dar a conocer ambos documentos, destinados a las auxiliares del servicio de ayuda a domicilio. En esta formación también hemos participado activamente.
– ¿Qué destacarías sobre esta herramienta?
Se trata de una herramienta de consulta ágil sobre aspectos clave de contexto, orientaciones/pautas y procedimiento, para la detección (sospecha inicial) de posibles situaciones de violencia machista a mujeres mayores de 60 años.
El marco de aplicación de la herramienta, establecido por el Área de Servicios Sociales, se dirige a todas y todos los profesionales de los servicios y programas adscritos a los servicios sociales de base del Ayuntamiento de Portugalete.
El compromiso para todos estos servicios y programas es que realicen una labor de observación, detección e información de los servicios sociales de base de toda situación en la que se sospeche una situación de violencia machista hacia una mujer mayor de 60 años.
Cabe destacar también que la herramienta no se ha diseñado para aportar unos indicadores “diagnósticos” que determinen si hay o no una situación de violencia machista. No se trata de valorar o diagnosticar (que es competencia de los servicios sociales de base), sino de activar la mirada, de informar de una sospecha para que, desde estos servicios sociales de base, se oriente y active, en su caso, una investigación.
Además, para ayudar al o la profesional hacia dónde mirar, se incluyen algunos indicadores a tener en cuenta (y sobre los que informar, en caso de observarse) y, sobre todo, algunas casuísticas que puedan aportar ejemplos prácticos de casos.
– ¿Cuál es el procedimiento a seguir por el/la profesional ante la sospecha de una situación de violencia machista hacia una mujer mayor de 60 años?
El proceso se activa cuando la figura profesional del servicio/programa recibe información de que una mujer mayor de 60 años está siendo víctima de violencia machista, bien por observación directa de indicios, y/o por el relato de la víctima y/o o allegado/a.
La herramienta contempla un esquema de proceso, ficha de registro de sospecha e información ampliada con orientaciones y acciones complementarias o adaptadas a la atención, en caso de que las víctimas sean mujeres mayores de 60 años, en base a las características y necesidades concretas diagnosticadas.
Algunas de ellas requerirán de la valoración de implementación, y planificación por parte del Área de Servicios Sociales, en la medida que supongan una ampliación de prestaciones, programas o tareas profesionales en diferentes ámbitos (atención socioeducativa, psicosocial, jurídica, oferta de actividades, etc.).
– ¿Qué orientaciones/pautas se contemplan en el proceso de observación – sospecha?
Entre otras, destacamos las siguientes:
- Siempre hay que indagar: partiendo de la especial invisibilización de la violencia machista hacia las mujeres mayores, las barreras de las propias mujeres para autoidentificarla y/o verbalizarla, y las dificultades de identificarla también por parte de familiares, sociedad y, en ocasiones, en el ámbito profesional, es necesario tomar en valor cualquier iniciativa que alerte de una posible situación.
- Creer y no juzgar: es esencial creer el relato, especialmente cuando es la propia mujer mayor quien, de manera implícita o explícita, lo realiza. Por un lado, porque sabemos la especial dificultad de estas mujeres para hablar de su entorno privado. Por otro, porque en muchas ocasiones en su vida, como mujeres, como personas mayores y como víctimas, se han encontrado ante la desvalorización. Mostrar descrédito, o una actitud juzgante, provoca la pérdida de la valiosa oportunidad de apoyar a una mujer mayor de 60 años, víctima de violencia machista.
- Escucha y comunicación empática: la sintonía con la mujer, desde la primera escucha, se obtiene cuando empatizamos con la situación “cómo nos sentiríamos en una situación similar”, evitando perfilar a la mujer como “víctima” y validando los sentimientos que aparezcan (culpa, miedo, rabia, vergüenza, resignación, etc.). También hay que adaptarse a su nivel de comunicación y comprensión, atendiendo también al lenguaje no verbal.
- Situarnos desde el contexto de la mujer: comprender la situación desde donde ella la percibe, sabiendo las barreras que -especialmente en una mujer mayor- confluyen a la hora de revelar, expresar o comunicar. Validar su relato, siempre, aunque esté sesgado, parcializado y/o minimizado por ella misma, o por su entorno. Y asociado a ello, devolver una identidad positiva, “empoderar”.
Otras orientaciones/pautas son no sobreinformar; sostener el vínculo o contexto de confianza; no minimizar, pero evitar el alarmismo y la actuación impulsiva, así como reconocer las limitaciones y buscar orientación. La detección también es un trabajo en red.
– Sin duda, se trata de una herramienta muy necesaria de sensibilización/detección de las situaciones de violencia machista que afectan a las mujeres mayores de 60 años de Portugalete.
Sí. En este sentido, esperamos que, junto con el protocolo de actuación, cumpla con el objetivo de esta primera parte del programa “Indarkeria matxistarik gabeko bizitzak -Vidas libres de violencia machista”, centrado en la mejora continua en la detección y atención, dentro de los servicios sociales municipales, a las mujeres mayores del municipio, víctimas de violencia machista.
Más allá de esta propuesta específica, el planteamiento es poder disponer de un sistema mínimo de información actualizada, y compartida, entre todos los servicios sociales municipales, que permita realizar un seguimiento continuo de la actuación, y realizar las mejoras que se estimen necesarias desde el Área de Servicios Sociales para la mejora de la detección de situaciones de violencia machista a mujeres mayores de 60 años del municipio.
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El personal que trabaja en un SAD, Auxiliares y Trabajadores/as Social, al mantener un contacto estrecho y continuado en el tiempo, se convierte en un gran detector de situaciones de violencia en el seno familiar por lo que toda formación en este sentido, seguro, que contribuirá a detectar antes las situaciones de violencia que están sufriendo las personas mayores y, en este caso, las mujeres mayores de 60 años en el municipio de Portugalete.