FSC llama a la sociedad a "poner el foco" en la realidad de las mujeres con adicciones
La Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha hecho un llamamiento a la sociedad para “poner el foco” en la realidad de las mujeres con adicciones y dejar a un lado los estigmas y prejuicios que recaen sobre ellas. Así lo han manifestado desde la entidad, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo, con el objetivo de eliminar toda forma de discriminación hacia las mujeres, promover su empoderamiento y conseguir su plena participación en la sociedad.
Con esta acción, FSC se suma a la campaña que UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, ha puesto en marcha con el lema “No te pierdas. Pon el Foco”. Nuestra entidad forma parte de la Comisión de Género y Adicciones de UNAD y ha participado en el diseño de esta campaña, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Con esta campaña, se quiere concienciar y sensibilizar a la sociedad para que sea consciente del grado de marginación y estigmatización con el que viven las mujeres con adicciones, para que se pueda actuar y revertir. Además, critican las informaciones que “en ocasiones, nublan aún más estas vivencias y contribuyen a penalizar más a las mujeres”.
En este sentido, la Red de Atención a las Adicciones, basándose en estudios propios y otros de organismos oficiales, ha asegurado que las mujeres con adicciones viven una doble penalización social por el mero hecho de ser mujer y consumir, algo que aumenta con la edad.
De la misma manera, ha puesto sobre la mesa el problema del estigma, la culpa y el miedo que sufre este grupo de la población, debido a los mandatos de género imperantes en la sociedad, lo que dificulta la petición de ayuda profesional. En relación con esto, ha recordado que, según datos del Perfil de las adicciones, en el último año se atendieron en la red UNAD a un total de 47.033 personas con drogodependencias y otras adicciones, de las que solo el 25% eran mujeres.
También, ha alertado de que las mujeres tardan, de media, 10 años más que los hombres en pedir ayuda y llegar a los recursos, y además lo hacen en peores condiciones físicas y psicológicas.
Por otro lado, ha criticado la masculinización de la mayoría de los servicios de atención a las adicciones, que no cuentan con perspectiva de género, algo que limita no solo el acceso a los mismos, sino el propio mantenimiento de las mujeres, al no recibir una adecuada respuesta terapéutica a su problemática.
En otro orden de cosas, ha recordado que más del 60% de las mujeres drogodependientes han sufrido violencia sexual por parte de los hombres durante su período de consumo, así como abusos sexuales durante su infancia y adolescencia, algo que agrava aún más su situación porque no existen recursos específicos para atender ambas situaciones, incluso si tienen un consumo activo, su entrada está limitada.
“Todo esto hace aún más invisibles a las mujeres con adicciones”, han lamentado desde la red. Por todo ello, han reclamado una atención específica y estrategias integrales para facilitar la accesibilidad a los servicios y adaptar los diferentes programas a sus necesidades reales.
Por último, han insistido en la importancia de contar con recursos, económicos y materiales, y profesionales con la preparación específica para trabajar adecuadamente desde la perspectiva de género y lograr así la continuidad de los tratamientos. En este punto, han explicado que desde la Red de Atención a las Adicciones ya se está trabajando en esta línea, como eje transversal en todas las acciones, para conseguir la equidad entre mujeres y hombres como un valor de la propia entidad.
https://www.youtube.com/watch?v=keV-H1wUDiU
"Interpretar a una persona con distrofia muscular en el corto, me pareció una buena forma de hacer sensibilización"
Sonia Puig Verdú es usuaria desde hace más de 5 años de la Residencia de Personas con Diversidad Funcional Relleu, propiedad de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) que cuenta con 24 plazas concertadas con la Generalitat Valenciana. En la misma, Sonia trabaja en el servicio de lavandería. Además, participa en el taller de artes audiovisuales, en el que realizaron el cortometraje “La vie en rose” que se presentó en el XI Festival Internacional de Cine y Discapacidad de Barcelona. Asimismo, acude al taller de tecnología, en el que nos dice que está aprendiendo mucho. Tanto el equipo profesional como ella misma, y sus compañeros/as, la definen como una persona peculiar, con una gran imaginación.
- Sonia, la Residencia de Personas con Diversidad Funcional Relleu participó a finales de año con un cortometraje en el XI Festival Internacional de Cine y Discapacidad de Barcelona. ¿Cómo fue la experiencia?
Sí, estuvimos en el festival en Barcelona. No ganamos, pero lo pasamos bien, fue una experiencia muy buena para todas las personas que estuvimos.
- ¿Qué papel interpretabas tú en este cortometraje?
Era la protagonista, una persona con distrofia muscular.
- ¿Qué te hizo sentir esta interpretación?
Muchas cosas. Para ello, tuve que ponerme en la piel de una persona que sufre esta enfermedad, con la debilidad que conlleva para quienes la padecen. Es una enfermedad que puede causar problemas para caminar y realizar las actividades diarias.
Interpretar a una persona con distrofia muscular en el corto, me pareció una buena forma de hacer sensibilización.
- Un personaje que nada tiene que ver contigo en la vida real. Tú eres muy vital.
Así es. Lo divertido es ver cómo otras personas interactúan contigo, interpretando este papel tan diferente a lo que eres tú, en realidad.
Por otra parte, este corto está amenizado con una canción de Édith Piaf, titulada “La vie en rose”, autora además de la letra. Nuestro corto se titula también así. Fue una forma de homenajearla.
- Te debe gustar mucho esta cantante francesa…
Sí, Édith Piaf es una de mis cantantes favoritas. Tuvo una vida dramática, marcada por el desamor, las adicciones y la tragedia. Siempre me ha llamado la atención y he sentido empatía por todo lo que tuvo que sufrir. Mi vida tampoco ha sido fácil.
- Y tú eres una persona con una gran sensibilidad y también, muy imaginativa.
Sí, tengo un corazón muy sensible y humano.
Respecto a lo de imaginativa, también. Sigo con mi vida imaginaria que ya te conté hace tiempo.
- Sí, la recuerdo. ¿Y cómo va la vida imaginaria?, ¿en qué momento estás?
Va bien, me he casado hace poco, pero cada vez me invento más dramas. Es mi sostén de vida. Ahora tengo 12 hijos/as invisibles, e incluso nietos/as. Somos una familia numerosa.
- Sí, ya lo veo. La familia ha crecido en estos últimos años…
Sí, cuando hablamos ya hace tiempo, tenía 7 hijas invisibles, pero en la vida real, que distingo claramente de la imaginaria, sigo sin querer ser madre.
- Volviendo a tu vida real, sigues trabajando en la lavandería del centro, ¿verdad?
Sí, trabajo desde hace 3 años realizando 4 horas al día. Estoy contenta. Es un trabajo estable. Por primera vez en mi vida, me he visto realizada. Este trabajo me ha ayudado a crecer como persona.
- Por otra parte, continúas participando en varios talleres que se realizan en el servicio. Cuéntanos.
Sí, sigo acudiendo al taller de artes audiovisuales, en el que realizamos el cortometraje “La vie en rose”, y en el que también hemos hecho otros cortos.
También, acudo al taller de tecnología, en el que he aprendido muchas cosas.
- ¿Quieres comentar alguna otra cosa?
Sí, que soy una amante de la humanidad en general. Detesto las guerras, quiero la paz en el mundo. Pero también rehúyo de la humanidad…
- No estamos viviendo tiempos fáciles…
Así es. También, decir que busco un príncipe o princesa que me acompañe el resto de mi vida. Ha de ser una persona cariñosa y empática.
- Tomamos nota. Esperemos que encuentres pronto a esta persona.
Yo también.
La V edición de la Escuela de Adicciones y Género de UNAD abordará aspectos concretos de la intervención desde la perspectiva de género
UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, de la que forma parte la Fundación Salud y Comunidad (FSC), ha organizado la quinta edición del ciclo de webinarios de la “Escuela de Adicciones y Género”, que pretende contribuir a reducir la brecha de género en los programas y servicios de atención a las drogodependencias y adicciones sin sustancia. Se desarrollará a través de la plataforma Zoom entre el 4 y el 7 de marzo, en horario de 16:00 a 18:00 horas.
La Escuela de Adicciones y Género, impulsada desde la Comisión de Adicciones y Género de UNAD, de la que forma parte nuestra compañera Ana Burgos, coordinadora del Proyecto Malva y del Observatorio Noctámbul@s de FSC, está financiada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD).
La escuela forma parte de la estrategia integral de la comisión, que incluye acciones como materiales de sensibilización y trabajo en red continuado para fomentar la incorporación de la perspectiva de género en las entidades que forman parte de UNAD.
El programa de contenidos previsto incluye sesiones temáticas sobre aspectos como la intervención con familias, los protocolos de violencia de género, la salud de mujeres gitanas o las buenas prácticas en materia de interseccionalidad.
El encuentro será inaugurado por Felisa Pérez Antón, vicepresidenta de UNAD; Patricia Bezunartea Barrio, directora general de Diversidad Familiar y Servicios Sociales del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030; y una persona representante de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas.
La ponencia central, a celebrar el día 4 de marzo, correrá a cargo de Elisabeth Ortega Suárez, experta en género y adicciones, y directora de Centro RED, y versará sobre la intervención con familias con adicciones desde la perspectiva de género.
Por otra parte, nuestra compañera Amaya I. Díez, profesional del equipo técnico del Observatorio Noctámbul@s, intervendrá el 5 de marzo en la sesión dedicada a los protocolos en materia de violencias de género, para explicar los protocolos municipales de abordaje de las violencias sexuales en espacios festivos de Cataluña.
Todas las personas interesadas en formarse podrán inscribirse de forma gratuita a través de este enlace a todas las sesiones o únicamente a aquellas en las que tengan mayor interés.
Más información de la Escuela de Género: https://www.unad.org/formacion/escuela-de-genero/
La visión de las personas estigmatizadas: el estigma internalizado
La palabra “estigma” procede de la antigua Grecia, donde se refería a una marca grabada en el cuerpo, con la que quienes cometían faltas graves eran exhibidos públicamente ante la sociedad y se señalaba que debían ser evitados o rechazados.
En el ámbito de las ciencias sociales, el concepto de estigma fue incorporado por el sociólogo canadiense Erving Goffman, considerado como el padre de la microsociología. Se trata de uno de los enfoques o niveles de análisis de la sociología, centrado en la naturaleza de las interacciones y de la acción social humana cotidiana, a pequeña escala.
Goffman, en su libro Estigma. La identidad deteriorada (1963), definió el estigma como “el proceso en el cual la reacción de los demás estropea la identidad normal", diferenciando tres formas de estigma: el “cuerdismo” o “mentalismo” por la imposición de un diagnóstico médico de trastorno mental (o la experiencia del trastorno); una forma de deformidad o una diferenciación no deseada y la asociación a una determinada raza, creencia o religión (o ausencia de esta).
Una de las características fundamentales de la investigación sobre estigmatización es que se centra en la perspectiva de las personas estigmatizadas, analizando los efectos del estigma y las estrategias de afrontamiento que utilizan para reducirlo, como afirman Molero y otros (2017).
De acuerdo con estos autores, la internalización del estigma consiste en el grado de aceptación que la persona estigmatizada tiene de las características negativas atribuidas a su grupo en su conjunto, así como el grado en que las incorpora a su propio sistema de valores y a su autoconcepto.
En este sentido, la mayoría de los estudios sobre el estigma internalizado (elemento que forma parte del “autoestigma”) se han realizado en personas con enfermedad mental y en personas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), poniendo de manifiesto que la discriminación percibida tiene efectos muy negativos sobre su bienestar psicológico.
Con respecto a las personas con VIH, diversas investigaciones han demostrado la existencia de un alto grado de internalización del estigma que, en ocasiones, llega a ser más alto que el propio estigma existente hacia estas personas en la sociedad.
Por otra parte, las personas estigmatizadas afrontan el estigma internalizado de diversas maneras. De acuerdo con Barreto (2015), las estrategias de afrontamiento más importantes diferencian respuestas proactivas que tratan de evitar la circunstancia estresante o reducir su impacto y las estrategias reactivas que se suceden a la misma. También distingue entre respuestas centradas en el problema que tratan de resolver la causa de la circunstancia estresante y las respuestas centradas en las emociones, las cuales tratan de reducir su impacto emocional.
Además, tal y como mantienen los ya citados Molero y cols. (2017), las estrategias de afrontamiento se pueden agrupar en función de su carácter individual, grupal o societal.
En relación con ello, entre las estrategias de afrontamiento individuales más utilizadas por las personas estigmatizadas, se encuentran las siguientes: la evitación de las interacciones intergrupales, la ocultación de la identidad estigmatizada o enfrentarse a la discriminación.
En cuanto a las estrategias grupales, entre ellas, destacan la movilidad individual (cambiar de grupo), la creatividad social (tratando de reducir la importancia de la dimensión estigmatizada. Por ejemplo, protegiéndose la persona frente a los estereotipos, mostrando la superioridad de su grupo en otros dominios) o la acción colectiva, con el fin de mejorar el estatus del grupo.
En el caso de las personas sin hogar que atendemos en los diversos servicios gestionados y dirigidos por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), detectamos estrategias individuales para protegerse frente al estigma y esquivar la identificación, como puede ser el hecho de evitar a otras personas sin hogar, tanto durante la situación de exclusión residencial como cuando sus circunstancias mejoran. Ello responde a lo que vendría a ser la búsqueda de la diferenciación respecto al grupo y todos los prejuicios que le acompañan.
Aunque, por el contrario, por lo que observamos en algunos centros de esta tipología gestionados por nuestra entidad, también hay quienes configuran su identidad de manera consciente en torno a su situación de exclusión residencial y a la subcultura que envuelve la vida en la calle. De esta manera, reivindican la heterogeneidad del grupo, enfrentándose a las ideas estereotipadas difundidas y evidencian la vulneración del derecho a una vivienda digna. En este caso, se pretende una mejora de su estatus de forma colectiva.
Asimismo, un efecto importante del estigma en el plano social es la exclusión a la que se ven sometidas estas personas. En el contexto de la estigmatización, y a través de diferentes acciones, con el tiempo se van consiguiendo los cambios necesarios en las leyes e instituciones, para ir logrando la igualdad de derechos, si bien todavía queda camino por recorrer.
Tal y como señalan estos autores, no es tarea fácil ir logrando cambios que se vean reflejados de forma efectiva en la sociedad. Sin embargo, la historia ha demostrado que la movilización de los grupos estigmatizados ha conseguido importantes avances hacia el respeto y defensa de sus derechos. Entre los numerosos grupos estigmatizados, es el caso de los logros alcanzados por el movimiento feminista y de la lucha del movimiento LGBT+ que continúan trabajando para la normalización e “igualdad real” en la sociedad, tratando de ir un paso más allá de la igualdad legal.
A este respecto, desde los servicios de atención a personas sin hogar que gestionamos en FSC, intentamos que las personas a las que acompañamos (a través de la atención diaria que ofrecemos o talleres grupales), así como el público en general (mediante charlas, publicaciones, etc.) o profesionales de otras áreas vinculadas (en el trato diario o a través de reuniones de coordinación), entiendan que las situaciones que viven estas personas tienen un componente estructural y que caer en la culpabilización individual no contribuye a la mejora de su situación, sino todo lo contrario.
Sin duda, asumir responsabilidades de manera individual es importante en un proceso de mejora de la situación personal, pero todo ello sin obviar el contexto estructural que lo engloba y pudiendo hacer uso de los recursos institucionales suficientes. Así, frente al estigma, el acceso a una información veraz es trascendental, pero también dotar de servicios a los grupos sociales y colectivos que están siendo difamados mediante mensajes estereotipados o sometidos a situaciones de desigualdad.
Inicio del ciclo de seminarios de UNAD. Atendiendo a una necesidad real con la implantación de la perspectiva de género en los servicios de adicciones
El próximo 14 de marzo tendrá lugar la jornada “Implantación de la perspectiva de género en los recursos de adicciones. Atendiendo a una necesidad real”, organizada por UNAD, la Red de Atención a las Adicciones. Este seminario, a celebrar en Sevilla, supone la primera cita dentro de su programa de eventos formativos, previsto en distintos lugares de la geografía española a lo largo de este año. El evento, impulsado desde la Comisión de Adicciones y Género de UNAD, en la que participamos desde la Fundación Salud y Comunidad (FSC), está financiado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD).
La jornada, organizada con la colaboración de la Federación Andaluza ENLACE, reunirá a profesionales de instituciones, entidades sociales y universidades para abordar cuestiones como la intervención en mujeres desde la perspectiva de género, los protocolos en materia de adicciones y violencia de género, así como las experiencias de trabajo en la atención a mujeres con adicciones.
El programa de contenidos previsto incluye sesiones temáticas sobre cuestiones como la intervención con familias, los protocolos de violencia de género, la salud de mujeres gitanas o las buenas prácticas en materia de interseccionalidad.
En la inauguración del evento, participarán Luciano Poyato Roca, presidente de UNAD; Auxiliadora Fernández López, vocal de UNAD Andalucía; y representantes de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas y de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía.
La ponencia central de la jornada correrá a cargo de Elisabeth Ortega Suárez, psicóloga experta en género y adicciones, y directora de Centro Terapéutico de Adicciones RED, y versará sobre la intervención con familias con adicciones desde la perspectiva de género.
El aforo es limitado y la inscripción gratuita, por lo que las personas interesadas en asistir, deberán reservar su plaza en este enlace, pudiendo acudir a todas las sesiones o únicamente a aquellas en las que tengan mayor interés. El evento también se podrá seguir online a través de la plataforma Zoom.
Desde la Fundación Salud y Comunidad, entidad que forma parte de la Comisión de Adicciones y Género de UNAD, nos satisface poder cooperar en el trabajo en red junto a otras organizaciones, para que se puedan celebrar jornadas como esta. Cabe destacar que, en las últimas reuniones, se ha evaluado el trabajo realizado por la comisión en 2023 y se está trabajando en las actividades de 2024.
Las niñas y adolescentes del Hogar “Matilde Salvador y Segarra” de Castellón disfrutan en una jornada intercultural en Moncófar
Las 5 menores de edad que residen en el Hogar de Acogida de niñas y adolescentes “Matilde Salvador y Segarra” de Castellón, servicio de titularidad de la Generalitat Valenciana, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), han realizado una salida comunitaria al municipio de Moncófar, en la provincia de Castellón, acompañadas de parte del equipo profesional del servicio. La salida, realizada con motivo de un encuentro intercultural, ha sido muy satisfactoria. Nuestra entidad gestiona este servicio de atención a menores de edad del sistema de protección de la Comunidad Valenciana desde hace aproximadamente 2 años. El Hogar cuenta con capacidad para 6 niñas y adolescentes de 6 a 17 años. Durante el pasado año, han residido un total de 14 de 4 nacionalidades distintas.
En este sentido, el objetivo general de la actividad fue dar a conocer y/o ampliar los conocimientos que las jóvenes tienen sobre otras culturas y religiones, y, de forma paralela, desarrollar un trabajo grupal coordinado, que les pudiera ayudar a entender la importancia de trabajar en equipo y del papel que desempeña la comunicación y la escucha, para lograr los objetivos planteados a nivel grupal, competencia que puede ser extrapolable a otros contextos.
Para ello, el equipo profesional del Hogar, preparó durante la semana previa a la jornada intercultural, diversas actividades para que las adolescentes pudieran familiarizarse mejor con otras culturas. Por ejemplo, se elaboró un menú que “permitió la sinergia de las diferentes nacionalidades de las jóvenes que residen en el servicio, lo cual posibilitó dar a conocer las costumbres propias de cada país y cultura. También, se comió cordero halal, mici rumano, así como la carne típica que se emplea en las barbacoas en España”, explica Sheila Gracia, directora del servicio.
En esta actividad previa, realizada en las instalaciones del servicio, se trabajó de manera trasversal la puesta en común de ideas, así como la adecuación de las cantidades a comprar para la preparación de las comidas y la elaboración de las mismas. Todo ello, realizado de forma autónoma por parte de las niñas y adolescentes, bajo la supervisión de las profesionales del Hogar, lo cual les permitió poner en práctica habilidades aprendidas para la vida diaria, así como afrontar imprevistos que pueden surgir en la vida cotidiana y cómo actuar para solucionarlos, como preparación para la vida independiente.
Cabe destacar que, durante la preparación previa de esta jornada intercultural, las niñas y adolescentes del Hogar se mostraron muy emocionadas y expectantes, ya que se trataba de una salida a un espacio novedoso, en la que pondrían en práctica aquellas recetas que habían seleccionado durante la semana.
“Al llegar a la zona comunitaria, las adolescentes se mostraron muy cohibidas buscando únicamente la interacción entre ellas. Pero pasados unos minutos, debido a las diversas situaciones cotidianas que se fueron generando al compartir un mismo espacio, se mostraron más abiertas a la interacción con el resto de las personas que se encontraban en este lugar. Por ello, al finalizar la jornada, nos dijeron que habían pasado un buen día. Del mismo modo, el equipo educativo pudo observar cómo las niñas se habían ayudado entre ellas, compartiendo dudas e interaccionando con otras personas. También, quedó reflejado que disfrutaron de los momentos de ocio, mediante el juego o la música compartida, lo cual consideramos que fue muy positivo”, afirma la directora del Hogar de Acogida de niñas y adolescentes “Matilde Salvador y Segarra” de Castellón.
Desde la Fundación Salud y Comunidad, nos satisface que todas estas experiencias comunitarias que han vivido las jóvenes, y el hecho de haber compartido valores interculturales desde el respeto a la diversidad, les permitan seguir avanzando en su crecimiento personal, en el proceso de aprendizaje en el que se encuentran.
Abordaje de la estigmatización asociada con mujeres adictas desde el Espacio Ariadna de FSC
En cuanto a la intervención en el Espacio Ariadna, servicio de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, el trabajo socioeducativo y terapéutico que se realiza con las mujeres atendidas, a la vez que con sus criaturas, es principalmente apoyado por la teoría transfeminista y con mirada interseccional.
Valoramos como herramienta distintiva dentro de la intervención como SAR (Servicio de atención y recuperación), que la intervención sea, tanto a nivel grupal como individual. En este sentido, que las mujeres acogidas puedan sentir apoyo de grupo, les hace compartir experiencias, a la vez de desestigmatizarse, tener una mejor autoimagen, y por tanto, realizar un abordaje del estigma internalizado.
Asimismo, entendemos como eje vertebrante en la intervención dos aspectos básicos. Por un lado, la autonomía personal y, por otro, tener una intervención con perspectiva de género. En este sentido, es imprescindible, en lo que se refiere al desarrollo de la autonomía personal. Muchas de las mujeres que atendemos, se basan en la visión estigmatizada de las personas consumidoras, y muchas veces, como dependientes. Si se da la vuelta al prisma, y se fomenta la toma de decisiones propia como eje central de su vida, la persona se valora como epicentro y su autoimagen y estigma internalizado disminuye.
Por último, en torno a la intervención en perspectiva de género, es importante tener un enfoque integrado para combatir la discriminación por cuestión de género. Hacer un trabajo terapéutico, entendiendo la violencia machista, no sólo como situación que les ha afectado a sí mismas, sino como a una problemática estructural, hace que las personas a las que atendemos se desculpabilicen, y aumente, en la mayoría de los casos , su empoderamiento y autogestión. Mejorando así, el estigma consigo mismas, y por tanto, su calidad de vida.
Dentro de los estigmas externos, queremos destacar que la estigmatización a las mujeres que atendemos, viene derivada, en gran medida, por el sistema patriarcal. Desde el servicio, tenemos como objetivo la intervención, y tomar dentro de los idearios individuales, conciencia del estigma del sistema patriarcal. También que, combatirlo, implica el desafío y estructuras de poder desiguales.
También, el estigma del concepto de mala madre, que hace referencia a los juicios negativos a los que se enfrentan las mujeres por no cumplir las expectativas impuestas, e idealizadas de las madres que deberíamos ser. Es habitual, que las mujeres a las que atendemos, se sientan juzgadas por sus marentabilidades, y los maternantes, y modos de crianza. Más que otras mujeres.
Este estigma opresor genera culpa, angustia y baja autoestima. Además, poder dificultar el acceso a los recursos de recuperación. Por este motivo, el equipo profesional trabaja en conciencia con este estigma, que se manifiesta de forma externa, y también internalizada.
En cuanto al estigma de acceso al tratamiento de adicciones, esta tipología de estigma puede dificultar que las mujeres con consumos problemáticos, busquen y valoren un tratamiento como no adecuado. Además, de no tener la misma accesibilidad de forma objetiva respecto a tratamientos masculinizados.
Es importante que como mujeres – cis y trans- se pueda garantizar un acceso a tratamiento enfocado en la abstinencia, pero para abordar el consumo problemático de sustancias. Es este hecho uno de los principales por los que nació Espacio Ariadna. Además, es importante la no separación, y que las mujeres pudieran acceder a tratamiento terapéutico por la recuperación, tanto de violencias machistas de las que son supervivientes, y la interseccionalidad con el consumo problemático, así como otras variables.
De forma general, y en consecuencia con las bases de intervención en el Espacio Ariadna, abordar la estigmatización asociada con mujeres adictas, requiere un enfoque integral y holístico.
Por último, un estigma importante que se tiene en cuenta, es el miedo al rechazo, el cual es un estigma asociado principalmente al consumo de sustancias; también otras afectaciones personales, como la emocionalidad, cuyas violencias machistas son supervivientes, etc.
Los principales objetivos para trabajar desde el equipo socioeducativo y terapéutico del Espacio Ariadna, con los estigmas de las mujeres en consumo de sustancias, es promover la conciencia sobre las violencias, de las que son supervivientes, a la vez que hacerlas también conscientes de adición, y de los mecanismos, tanto internos como externos de ésta.
Por último, para reducir los estigmas, tanto internos como externos, el Espacio Ariadna promueve un entorno de cuidados, apoyo y comprensión con perspectiva de género y desde el acompañamiento integrado.
Por otro lado, en lo que se refiere a los estigmas internalizados en las mujeres atendidas, en el Espacio Ariadna, destacamos como importante el estigma interno o internalizado. Es lo que se autoetiqueta, como derivante de la percepción que se tiene de una misma, a consecuencia de los roles y atributos de género que nos ha proporcionado el sistema.
Las mujeres atendidas en el Espacio Ariadna, pueden internalizar el estigma asociado a ser mujeres consumidoras de sustancias, lo que puede afectar a algunos aspectos propios como la autoestima, el autoconcepto y la percepción de sí mismas, como personas merecedoras de recibir ayuda y apoyo. Este etiquetado viene derivado de las creencias de lo que debemos ser, como mujeres normativas.
En el Espacio Ariadna de la Fundación Salud y Comunidad, trabajamos en la línea de derribar estos estigmas. Algunos de estos externos y otros, altamente internalizados.
Alba Sedano,
trabajadora social en el Espacio Ariadna de FSC, con perspectiva de género transfeminista y mirada interseccional.
El centro de acogida municipal "Beatriz Galindo" en Madrid, entre los nominados a los Premios Europeos a la Innovación Política
El servicio, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), forma parte de la Red de Atención a Personas sin Hogar del Ayuntamiento de Madrid. Recientemente, ha sido nominado a los Premios Europeos a la Innovación Política 2023 (Innovation in Politics Awards), concretamente en la categoría de “Cohesión social”. Estos premios reconocen anualmente el trabajo de representantes políticos creativos de toda Europa que destacan por su valentía para encontrar soluciones innovadoras a los retos del presente.
Los proyectos innovadores se premian en base a valores europeos como el equilibrio social, la democracia y los derechos humanos, independientemente de su afiliación política y escala territorial.
Cada año, un jurado compuesto por más de 1.000 ciudadanos/as de toda Europa evalúa los proyectos nominados y selecciona cuáles serán los proyectos finalistas y ganadores en las nueve categorías de premios.
El centro de acogida municipal “Beatriz Galindo” es un servicio especializado que atiende a mujeres que se encuentran en una grave situación de desarraigo y vulnerabilidad. Estas pueden encontrarse en situación de calle y/o ser ya atendidas en la Red de Atención a Personas Sin Hogar, pudiendo presentar problemas de adicciones, enfermedad mental grave y/o duradera, situaciones de prostitución o de violencia de género.
El servicio se inauguró a finales de 2021 y desde entonces, es un referente en la asistencia de mujeres, a las que se ofrece un acompañamiento personalizado en su proceso de rehabilitación, con el objetivo de mejorar las posibilidades efectivas de recuperación de sus proyectos vitales personales.
Este recurso se enmarca en las políticas de promoción de la igualdad del Ayuntamiento, siguiendo el modelo de “Atención centrada en la persona” que caracteriza a sus servicios sociales.
Durante el pasado año, el servicio atendió a un total de 86 mujeres, en su mayoría de 36 a 55 años, y logró que hicieran un uso continuado de las instalaciones, pudiendo garantizar así la cobertura de sus necesidades básicas en un contexto de cuidado y seguridad. Asimismo, el 58 % de las usuarias participó en el programa de adicciones y reducción del daño y un 75 % en el de prevención, atención y recuperación de la violencia machista.
Cabe destacar que el Ayuntamiento de Madrid detectó la necesidad de prestar una atención específica a mujeres en máxima exclusión en sus experiencias de intervención en espacios mixtos. En este sentido, abrir este centro pionero en España resultó fundamental para apoyar de una forma adecuada a estas mujeres que se veían atravesadas por diferentes violencias, encontrándose en situación de sinhogarismo, al ser su realidad en la calle diferente a la de los hombres. Se trata de una apuesta por la innovación social que ya fue premiada por el Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid el pasado año.
La gala de entrega de reconocimientos de los Premios Europeos a la Innovación Política 2023, se celebrará el próximo 2 de mayo en Barcelona, en una cita que congregará a líderes políticos, empresariales, fundaciones y ciudadanos/as de toda Europa.
Sinhogarismo femenino, una aproximación desde la experiencia del Centro para personas en situación de sin hogar "El Carme"
El sinhogarismo, como fenómeno con un importante componente estructural, hace especial mella en determinados grupos sociales que, de por sí, ocupan una posición de desventaja. Entre estos grupos, por una cuestión de justicia ante la histórica invisibilización que han sufrido, cabe destacar el caso de las mujeres.
Aunque minoritarias (pero en aumento) e infradetectadas entre la población sin techo, existen diferentes estudios que evidencian cómo la presencia de mujeres es mayor en otras categorías de exclusión residencial, de acuerdo con la clasificación ETHOS. Formas ocultas de exclusión que, relegadas al ámbito privado, quedan invisibilizadas y, por tanto, ignoradas a la hora de ofrecer respuestas orientadas a la mejora de su situación. Nos referimos al hecho de convivir con una pareja maltratadora, en casas de amistades o conocidos en condiciones de precariedad extrema, infravivienda, sufriendo abusos, etc.
Y si vivir en la calle es duro, muy duro… ¿qué tendrán que haber pasado las mujeres que se encuentran en esta situación para aceptarla como alternativa a otras formas de exclusión residencial?
No es extraño que, aun siendo unas supervivientes ante el fallo de los sistemas de protección social, las mujeres que conocemos a través de los recursos de atención a personas sin hogar, lleguen rotas. Y es que, comparativamente respecto a los hombres, presentan un mayor nivel de deterioro físico y mental (Sánchez, 2007), cuestión que va de la mano con el elevado número de experiencias traumáticas que han sufrido a lo largo de su vida.
En concreto, en el Centro “El Carme” de Valencia, gestionado y dirigido por Fundación Salud y Comunidad (FSC), de titularidad del Ayuntamiento de Valencia, otra de las características que comparten estas mujeres, suele ser el hecho de padecer algún tipo de adicción, lo cual sin duda agrava su situación.
En este sentido, las mujeres sin hogar en consumo activo presentan mayor estigma (por consumir, por no responder al rol asignado de cuidadoras del hogar, ser malas madres, etc.), mayor deterioro (ansiedad, depresión, ideas autolíticas, trastornos alimentarios, estrés postraumático, etc.) y, en consecuencia, mayor nivel de vulnerabilidad.
En relación con esto último, el hecho de haber sufrido a lo largo de su trayectoria vital o estar sufriendo en la actualidad abusos sexuales, violencia, relaciones de dependencia, embarazos no deseados, prostitución como modo de supervivencia y mantenimiento del consumo, o comportamientos de riesgo, puede conllevar que sus prioridades cambien y no respondan a las expectativas profesionales, siendo su objetivo (incluso de forma inconsciente) mantenerse en pie antes que abandonar el consumo.
A menudo, tal como se ha señalado, fueron o están siendo víctimas de la violencia machista (agresiones, acoso, insultos, vejaciones, etc.). Una violencia que no solo es ejercida por sus parejas, sino que también puede proceder de otros hombres con los que comparten espacio en la calle, o incluso en los recursos de atención a población sin hogar.
No podemos obviar que nos encontramos en un ámbito masculinizado y que, tradicionalmente, los dispositivos destinados a este grupo poblacional han sido espacios masificados y diseñados para ser utilizados por hombres, ignorándose así las especificidades que presentan las mujeres sin hogar.
Por ello, frente a estas amenazas, junto a la imperiosa necesidad de investigar sobre el sinhogarismo femenino, conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de diseñar los espacios de atención y las intervenciones, como, por ejemplo: generar contextos donde las mujeres sin hogar se puedan sentir seguras física y emocionalmente; ofrecer relaciones con profesionales que favorezcan la toma de decisiones (evitando el autoritarismo, la infantilización, la confrontación, etc.) y que permitan identificar fortalezas (tejido relacional, capacidad de vincular, etc.); trabajar el vínculo profesional y la conexión; trabajar su identidad, su imagen, autoconcepto, fuentes de autoestima, roles, género, etc.; alternar la atención individual con el trabajo en grupo (permitiéndoles así abordar el estigma de forma conjunta); legitimar sus emociones; ofrecer incondicionalidad, tiempo y escucha; cuidar la confidencialidad; o reforzar logros y avances, entre otras.
La duda es: ¿es esto posible en espacios mixtos en los que los hombres también están presentes? Evidentemente, no es el contexto ideal, pues como muestran otros trabajos, en este tipo de espacios las mujeres tienden a autocensurarse, a no expresarse con libertad, no hablar de su intimidad, etc. Se sienten cohibidas, cuando no silenciadas, y se reducen las posibilidades de establecer relaciones de apoyo no competitivas.
Sin embargo, no siempre es posible trabajar con mujeres en espacios no mixtos ni todos los espacios mixtos son iguales (el tamaño y volumen de atenciones importa, como también la arquitectura del centro, etc.). Tampoco todas las mujeres sin hogar (incluyendo a quienes se encuentran en consumo activo) tienen las mismas necesidades o han vivido las mismas experiencias vitales. Por ello, también cabe destacar algunas recomendaciones a nivel general, si trabajamos con mujeres en centros mixtos como, por ejemplo: contar con protocolos de actuación (frente a violencia machista y/o situaciones de acoso), desglosar los datos de atención, formar al equipo de profesionales y trabajar en equipo para repensar la intervención o el espacio, reservar zonas o espacios exclusivos para mujeres, trabajar también con los hombres sin hogar, adoptar un enfoque de género en el diseño arquitectónico, o revisar los espacios con gafas violetas, entre otras.
Afortunadamente, en los últimos años se va detectando una mayor sensibilidad por las especificidades de las mujeres en situación de sin hogar, aumentan los recursos o espacios segregados, como también los espacios mixtos se someten a procesos de revisión con enfoque de género. Ojalá llegue el día en que no tengamos que seguir hablando de todo esto porque el derecho a una vivienda digna sea efectivo para toda la población. Mientras tanto, y a pesar de los avances, seguiremos recorriendo el largo camino que nos queda, revisándonos y repensándonos.
Elena Matamala Zamarro
Directora del Centro para personas en situación de sin hogar "El Carme” de Valencia.
Visita de representantes institucionales al Hogar para niños, niñas y adolescentes migrantes Burgos
El Centro Hogar Burgos, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y el Grupo Lagunduz, ha recibido la visita de Cristina Manzano y Pablo Paredes, representantes de la Agencia de Asilo de la Unión Europea (AAUE). También acudió Pablo Moreno, representante del Ministerio de Juventud e Infancia, y Ana Carazo, Técnico del Servicio de Protección y Atención a la Infancia de la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León. El Hogar Burgos es un servicio para la atención de niños, niñas y adolescentes (NNA) migrantes no acompañados tutelados desde el Sistema de Protección a la Infancia de la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de Burgos, teniendo el Hogar la guarda de estos/as menores.
El objetivo de la visita fue que pudieran conocer las instalaciones y el funcionamiento del servicio, siendo recibidos por Toni Gelida, gerente de la UTE Hogar Burgos, y Pedro Luis Alegre, director del Centro Hogar Burgos.
Según señala Pedro Luis Alegre, “resolvimos todas sus dudas relativas a la estancia de los/as NNA en el servicio, desde el momento en el que se produce la acogida y, por tanto, la tutela por parte de la Junta de Castilla y León, comentando las diferentes fases por las que los/as NNA pasan durante su estancia en el centro. Además, les hablamos sobre sus rutinas, horarios, autonomía, contactos con las familias de origen, historias de vida, intervención diaria, duelo migratorio, atención psicológica, etc.”.
Asimismo, explica que “les comentamos las inquietudes de los/as NNA, una vez inician su vida en el Hogar. También, de las metas que nos planteamos desde los primeros momentos, como es el caso de su aprendizaje del español. Además, les hablamos de todos los recursos externos en los que nos apoyamos, como Accem, Cruz Roja, ATALAYA, etc. para que, de esta forma, puedan tener acceso a la documentación requerida para distintos fines, lo cual se gestiona a través de la figura del trabajador social. También, les comentamos la importancia que tiene su formación, para lo que nos apoyamos en diferentes recursos como la FAE, Fundación LESMES, etc. En este sentido, les hablamos de talleres como el EDD3+, en su apartado de migrantes y, finalmente, de lo relativo a la búsqueda activa de empleo”.
Tras abordar los aspectos más relevantes de la vida diaria de los/as NNA en el centro, se habló de temas relativos a la solicitud de protección internacional, asilo; diferencias entre asilo, protección internacional y refugiados, futuras formaciones, etc.
En palabras del director del servicio, “la visita fue muy interesante. De esta forma, pudimos intercambiar impresiones y conocer posibles apoyos y ayudas dirigidas al colectivo migrante. A destacar también que una de las acciones que se plantearon fue la creación de material para la futura formación de personal, tanto funcionariado como no, para garantizar que se pueda ofrecer el mejor servicio posible al colectivo de menores migrantes. La reunión fue muy distendida, en ambiente de cordialidad, teniendo como objetivo principal la garantía de los derechos de los/as NNA”.