La pretendida objetividad de los peligros del cannabis

Podríamos empezar desgranando todos los riesgos del consumo de cannabis: desde las diferentes zonas cerebrales hasta los riesgos sociales. También podríamos enumerar todas sus bondades y utilidades. Seguramente, en ambos casos los planteamientos serían ciertos.

La cuestión es ¿A qué intereses responde magnificar los riesgos o las bondades del consumo de cannabis? Vivimos en una sociedad donde la mayoría de nosotr@s seríamos capaces de enumerar en un minuto comportamientos más arriesgados que el consumo de cannabis y con consecuencias más nocivas como por ejemplo el consumo de alcohol, la conducción de motocicletas a alta velocidad, unirte a una pareja violenta, incluso llevar una vida sedentaria, etc. En estos casos no se produce discurso en torno a sus riesgos y/o peligros… ¿Quizás porque no hay intención de prohibirlos? Sin embargo, en el caso del cannabis se tiende a magnificar los riesgos con el fin de justificar un enfoque prohibicionista. Si hablamos de riesgos reales y objetivos deberíamos referirnos a cualquier situación que entrañe riesgos y, en todo caso, establecer criterios: ¿A partir de qué nivel de riesgo se decide prohibir algún comportamiento? Sería una tarea infinita y muy difícil de objetivar porque tendría relación con muchas otras variables de carácter individual o contextual difíciles de objetivar… Por tanto seguramente podríamos concluir que definir la prohibición del consumo de una sustancia a partir de la narración de sus riesgos es de todo menos objetivo.

Las personas (y aquí incluyo a los/las jóvenes) debemos conocer los riesgos que entrañan las situaciones que nos encontramos en la vida y tenemos derecho, a partir de la información objetiva, a aprender a gestionarlos. Es aquí donde los/as profesionales de cada ámbito tenemos un papel. Pretender legislar y gestionar a partir de prohibir todas aquellas situaciones que entrañan riesgos es, como mínimo, pretender “poner puertas al campo” y, como máximo infantilizar a la población.

El cannabis, en este sentido, no es una excepción. Sería conveniente no mezclar las diferentes ideologías ni alarmismos en la definición y el análisis de la situación. Hablar de riesgos es un arma de doble filo: puede servir para alarmar a la población en primer término pero también para perder credibilidad en un segundo momento. A ese respecto nuestra dilatada experiencia en la Fundación Salud y Comunidad en programas preventivos sobre el abuso de drogas nos demuestra que centrarse solamente en informar sobre los riesgos -especialmente cuando son sobredimensionados- presenta una efectividad muy limitada, y con algunos colectivos de destinatarios puede resultar incluso contraproducente. Lo sabemos hace años. ¿Nos podemos permitir el lujo de perder tiempo repitiendo los mismos errores?

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Gemma Altell
Subdirectora del Área de Adicciones, Género y Familia. Fundación Salud y Comunidad.


El poeta Abel Santos apoya a FSC con una donación por cada ejemplar vendido de su última obra

El próximo mes de noviembre saldrá a la venta en librerías, y también en formato electrónico a través de diversos portales, el nuevo libro del poeta barcelonés Abel Santos “Demasiado joven para el blues, Antología personal 1998-2014”, publicado por Eirene Editorial. El autor ha decidido donar 1 euro por cada ejemplar vendido a FSC, al tratarse de una entidad destacada en la asistencia y prevención de las drogodependencias.

demasiado-joven-blues-fsycEste libro reúne una selección de la obra de Abel Santos, tras 16 años escribiendo y publicando poesía, contiene además numerosos poemas inéditos.

El motivo de esta donación a FSC responde, según señala el propio autor, a haber vivido durante 8 años en su propia piel la problemática de la adicción a las drogas, aunque no por ello dejó de escribir. A partir de entonces surgieron los libros “El lado opuesto al viento” y “Todo descansa en la superficie”, este último escrito en los 6 años de sobriedad en la que se mantiene, “libros en los que advierto del peligro de traspasar ciertos límites”, según señala el poeta.

Se trata de una poesía en defensa de los olvidados, de los marginados, de los perdedores… y lo hace con poemas sobrios y directos, primando el lenguaje cotidiano de denuncia entremezclando, al tiempo, emociones y creencias, según palabras del poeta Manuel López Azorín que recogemos del blog de Abel Santos.

Citas musicales y poéticas sirven para introducirnos en “el agridulce blues de la vida”, una antología personal con poesía que parece acercarse al realismo social-marginal o realismo de clases, pero con variantes de pensamiento reflexivo y de poesía de la experiencia.

“Se trata de una poesía urbana, desasosegante a veces, con la dureza de la sociedad que nos maneja y nos conduce y nos manipula y, también, con la ternura del humano desamparado en ocasiones, batallador en otras, crítico, con bandera de compromiso, de denuncia, de conciencia reflexiva…”, expresa Manuel López Azorín en su reseña.

La antología contiene referencias musicales y literarias de, entre otros, The Doors, Eric Clapton, Ryan Adams, así como de Enrique Urquijo, y Camarón de la Isla; y de los poetas, entre otros, Benedetti, Bécquer, William Blake, García Montero, Brossa, Cortázar, y Dámaso Alonso.

Algunas fechas programadas de la presentación de “Demasiado joven para el blues, Antología personal 1998-2014” de Abel Santos, son:

  • 21 de noviembre, Madrid. Festival de Eirene Editorial.
  • 28 de noviembre, Ateneo de Barcelona.
  • 25 de febrero, Biblioteca Jordi Rubió i Balaguer, Sant Boi de LLobregat, Barcelona.

La Fundación Salud y Comunidad quiere agradecer al poeta Abel Santos el apoyo a nuestra entidad, a través de esta donación por cada ejemplar vendido que se destinará a alguno de sus proyectos de drogodependencias, por determinar. Este gesto altruista es un gran honor para todos nosotros y esperamos que este libro sea todo un éxito de ventas.


Puntos de Encuentro Familiar y perspectiva de género

El objetivo del presente artículo es aportar algunas reflexiones sobre las intervenciones técnicas que se llevan a cabo en los Puntos de Encuentro Familiar, desde una perspectiva de género y, más en concreto, en los casos de violencia machista.

punt-trobada-lleidaRecordemos que los Puntos de Encuentro surgen para dar respuesta al derecho de relación de los niños/as y adolescentes con los padres y madres, cuando la satisfacción de esta necesidad se ve amenazada por graves conflictos entre ambas partes, con especial atención a los casos en que se da violencia machista y, a veces, una orden judicial de protección vigente.

La Fundación Salud y Comunidad es una de las entidades que más Puntos de Encuentro Familiar gestiona en Cataluña y Baleares, y en la actualidad se están diseñando estrategias de innovación en el abordaje de las nuevas situaciones familiares con las que se encuentran los y las profesionales que trabajan en este ámbito.

Cabe decir, sin embargo, que nuestra labor profesional responde al marco más amplio, en términos jurídicos, del interés superior del niño/a. Esto supone valorar cuidadosamente caso por caso cuál es la situación más beneficiosa o, más bien, el menor perjuicio para el niño/a. Siempre teniendo en cuenta que los niños/niñas y adolescentes que llegan al servicio ya han sido dañados, en mayor o menor medida, por las situaciones familiares de las que provienen.

Partimos de que existe una desigualdad instaurada en el modelo social que hace que las mujeres tengan el encargo implícito de hacerse cargo de lo que supone la crianza de los hijos e hijas, a veces en su totalidad. Este hecho determina que la exigencia hacia los progenitores sea también desigual, y que a menudo la obligación del padre se limite a la de ser una figura de juegos, sin ninguna otra responsabilidad. Por otra parte, la mujer es estigmatizada socialmente cuando no es ella quien ostenta la custodia y la valoración que se realiza de un abandono, suele ser mucho más dura cuando es ella la que abandona que cuando se trata del padre. Sin embargo, es frecuente que cuando es el padre quien tiene la custodia, se produzca una delegación del cuidado en alguna figura femenina (pareja, tía, abuela, etc.).

Tener presente esto, facilita hacer una valoración más precisa del vínculo que los padres que llegan al servicio, ofrecen a los hijos e hijas. Que un padre pase dos horas semanales o quincenales con el hijo o hija, ofreciendo un espacio relajado de juego, es una cuestión de mínimos. Además, teniendo en cuenta que al tratarse de un espacio de relación "artificial", se da por hecho que los adultos ofrecerán su mejor imagen.

Centrándonos en los casos de violencia machista, tras la separación, a menudo persisten dinámicas de maltrato en la expareja (tales como el control, la amenaza y el maltrato económico) que, al no producirse contacto directo entre ellos, se realizan de forma más o menos explícita a través de sus hijos/as. Y es en este contexto de ser instrumentalizados, que los niños y niñas retoman el contacto con el padre en el Punto de Encuentro.

En general, estos niños y niñas viven el contacto con el padre con una mezcla de emociones a veces contradictorias y difíciles de asimilar, que afectan a su comportamiento y su cotidianidad. Nos encontramos, en estos casos, en que las madres que asumen la totalidad de la crianza de los hijos y las hijas, tienen que hacer frente también a la exigencia de acompañar y proteger al niño/a en este proceso de re-vinculación con el padre.

Respecto a los padres, en la casi totalidad de los casos, no reconocen el daño causado, ni a la mujer ni a los hijos e hijas. Esta falta de reconocimiento implica que no haya ningún tipo de reparación. Reparación entendida como una toma de conciencia de la responsabilidad de los propios actos y de las consecuencias, que lleva asociada ofrecer a los hijos/as una vinculación positiva, basada en la estimación y el respeto; el polo opuesto al maltrato.

En ocasiones, nos encontramos con padres dispuestos a pedir disculpas a los hijos e hijas, pero sin haber interiorizado ni asumido esta responsabilidad. En el mejor de los casos, lo que se observa es que se trata de un mero trámite, de palabras sin contenido, por no traducirse en hechos. En otros, es una estrategia para conseguir algo a través de ellos y ellas (control, sometimiento, manipulación, generar sentimientos de culpa...). En estos casos, un "lo siento", lejos de ser el inicio de una reparación del vínculo, supone un nuevo desprecio y la continuidad del maltrato.

Retomando la idea de la desigualdad de género, que se traduce en diferentes exigencias en el rol parental, se hace patente que los padres, en el mejor de los casos, crean un clima lúdico durante el tiempo que comparten con los hijos e hijas. Cuando se producen dificultades en la relación, tales como que los niños/as hagan reproches, se muestren enfadados, nerviosos o con miedo, se nieguen a tener contacto con el padre, etc., responsabilizan a la madre de estas dificultades en el vínculo y delegan en ella dar respuesta a la necesidad de acompañamiento de los hijos/as. Lo más grave sin embargo, es cuando los y las profesionales perdemos de vista la responsabilidad de cada progenitor en la protección de los hijos/as, y reproducimos la exigencia hacia la madre y/o cargamos en ella la responsabilidad de que se realicen o no las visitas.

Por otro lado, nos encontramos con mujeres en diferentes etapas en el proceso de recuperación de la relación de violencia. Cuando han iniciado esta recuperación, es común que experimenten rabia hacia el hombre que las ha maltratado, y que realicen una sobreprotección de los hijos e hijas, en un estado de marcada fragilidad emocional y de sentimientos de culpa por sentir que no han sido capaces de protegerlos durante la convivencia (sobreprotección que, por desconocimiento, a veces es malinterpretada en el ámbito judicial, al valorar que se trata de "interferencias parentales" o el antiguo SAP, Síndrome de Alienación Parental).

En los casos en que la mujer ni siquiera se ha planteado iniciar el proceso de recuperación, lo que a menudo nos encontramos es a niños/as y adolescentes totalmente desamparados e indefensos, ya que quienes les han de ofrecer seguridad han pasado a ser figuras que, por motivos diferentes, no pueden realizar esta función y los dejan desprotegidos.

La mayor dificultad a la hora de abordar la tarea técnica se encuentra en estos casos. Los y las profesionales deben centrarse en los niños/as, en sus necesidades y protección, entendiendo que son las mayores víctimas de la violencia. Es por ello que, sin perder de vista la sobrecarga ejercida sobre la mujer, es a ella a quien se le plantea la necesidad de que tome medidas que lleven a una protección real de los hijos e hijas. Medidas que pasan, de forma invariable, por iniciar un proceso terapéutico de empoderamiento personal.

Por supuesto, y para que se trabajen las causas, no solo las consecuencias, se hace necesario que estos padres realicen un proceso terapéutico para cambiar la tendencia a establecer relaciones violentas y de dominación y que les permita ofrecer a los hijos/as una reparación real por el daño causado. Desde el servicio, se incide en la intervención en este sentido y hay que decir que en la mayoría de casos, los padres no llegan a iniciar un proceso de cambio, dado que siguen culpabilizando a la expareja y manteniéndose al margen de la responsabilidad por lo sucedido.

En este contexto, las necesidades de niños/as y adolescentes quedan desdibujadas y el mantenimiento del contacto con el padre constituye una fuente de sufrimiento. Así, a menudo nos encontramos con visitas de carácter lúdico, que en realidad esconden una propuesta de relación paterno-filial perjudicial, ya que el padre, no solo no responde a las necesidades de los hijos/as, sino que éstos deben complacer y, en algunos casos, incluso proteger a la madre.

En definitiva, si no se produce una reparación por parte del padre, el mantenimiento de las visitas en estas circunstancias constituye en sí mismo una continuidad del maltrato.

Así pues, consideramos de vital importancia realizar una valoración profesional en cada caso, basada en lo que se observa en el espacio de las visitas de la relación paterno-filial, sin perder de vista que lo que da sentido y nos permite interpretar estas observaciones, es el contexto familiar en que se producen. Sin embargo, se hace necesaria una reflexión que tenga en consideración los estereotipos de género que impregnan las relaciones y los roles paternos y maternos (incluidas aquellas relaciones en las que no se ha detectado violencia), así como lo que implica el fenómeno de la violencia machista en la situación vital de cada miembro de la familia. Es tener en cuenta todos estos factores lo que nos permitirá realizar una valoración más precisa de cuál es, en cada caso y en cada momento, el menor perjuicio para el niño/a o adolescente.


Trabajando los estigmas. La metadona, un tratamiento

Hace 7 años que el CAS Brians 1 cuenta con la figura del agente de salud (AS). Estas personas son usuarias del servicio que han recibido una formación específica basada en la Reducción de Daños y la Educación entre Iguales. El Centro de Atención y Seguimiento (CAS) en Drogodependencias de Brians es un servicio de la Red de Atención al Drogodependiente (XAD), gestionado por FSC y financiado por el  CATSALUT del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya.

metadonaLa función del AS es servir de enlace entre los usuarios consumidores de drogas y los profesionales del CAS. La figura del agente de salud es importante en la detección de necesidades de la comunidad penitenciaria para implementar diferentes estrategias de actuación más adaptadas a la realidad.

Este año uno de los ámbitos de trabajo en los que más se ha incidido con el grupo de agentes de salud ha sido el programa de metadona. El programa se ha centrado en los prejuicios que existen entre las personas privadas de libertad en torno a este tratamiento. Se han detectado dificultades que se viven ante el inicio o el mantenimiento del tratamiento de metadona, fruto de las creencias erróneas y los mitos en torno a los efectos de esta sustancia.

Por ello, el equipo educativo junto con el equipo sanitario del CAS, consensuaron hacer un abordaje transversal a través de diferentes acciones hasta finalizar el año.

En este sentido, se está elaborando un tríptico que tiene como objetivo deconstruir el ideario negativo en relación a la metadona. El tríptico estará disponible en el espacio de biblioteca de cada módulo y se dará a las personas que ingresen por primera vez en el centro.

Otra acción ha sido realizar un cartel con el lema: "La metadona ayuda, la etiqueta que me pones no". Este cartel pretende reforzar la idea de romper con el estigma que sufre la persona que se encuentra en el programa de metadona, pero además, sensibilizar a los/las profesionales, tanto de régimen como de tratamiento, ya que son personas cercanas a los pacientes de metadona. El cartel está expuesto en los diferentes módulos residenciales desde el mes de agosto y permanecerá allí hasta el mes de noviembre.

También se ha llevado a cabo ​​un juego: "Desmitifícate" donde, de una manera lúdica, se han abordado los mitos que rodean al tratamiento de la metadona. Se ha realizado con mucho éxito en uno de los módulos del centro, por eso hay previsión de poder repetir la experiencia en otros módulos.

Finalmente, y poniendo la mirada en el futuro, desde el equipo del CAS se quiere elaborar un material gráfico dirigido a las familias, dada su importancia en el proceso.

El trabajo desarrollado hasta el momento ha sido creativo y motivador, tanto para los agentes de salud como para los profesionales implicados. Además, cabe señalar que cada una de las acciones propuestas han sido bien recibidas.


La erradicación de la pobreza y las personas sin hogar. ¿Hacia un cambio de paradigma?

El próximo 17 de octubre es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza declarado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1993. Desde el Centro de Acogida e Inserción (CAI) en Alicante, gestionado por FSC desde el año 2002, queremos compartir con vosotros un debate en torno a este tema que nos acompaña a lo largo de varios siglos de historia.

alicante-housing-first-pobrezaEl tratamiento de la pobreza o su erradicación

Hay que remontarse al siglo XVI para observar el proceso de reforma de la asistencia a los pobres y marginados en Europa que, hasta entonces, era potestad exclusiva de las distintas órdenes religiosas y atendía a una concepción de pobreza estructural que santificaba la pobreza, tanto por lo que hacía a la suerte del desheredado como por lo que implicaba de obligación en la piedad y la limosna para las clases más pudientes. Esta concepción de la pobreza era fundamentalmente estática, no concebía por norma ningún proceso de mejora, reeducación o reinserción de la miseria, sino que la contemplaba como una parte fundamental de la comunidad a la que la divina providencia ponía a prueba. En lo fundamental, las divisiones sociales se mantenían estables. La pobreza voluntaria y el servicio a la comunidad permanecieron en la base de la cultura cristiana occidental hasta la época de la Reforma. Prueba de ello serían las distintas órdenes mendicantes que recorrían el mundo europeo durante la baja Edad Media, y la pervivencia de la institución de la limosna hasta nuestros días.

Solo con la introducción de la idea de la perfectibilidad humana, del progreso material como forma de ascenso moral y de la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos (emparentada con las primeras formas del Estado moderno), se abrirían paso lentamente, durante casi cuatro siglos, las ideas de una asistencia pública, laica, y orientada hacia una erradicación definitiva de la pobreza estructural. La idea de la dignificación de la condición humana implicaba a su vez la instrucción de ciudadanos para la República y el aumento de la productividad de cada país en los albores del proceso de industrialización y el comercio a escala planetaria.

Es con el proceso de urbanización y generalización de la industria durante el siglo XIX cuando la miseria urbana de familias obreras llegadas a las ciudades, y la formación de grandes bolsas de pobreza, crearán las imágenes de las masas hambrientas y desposeídas que amenazaban el orden social. La idea de aquellas “clases peligrosas” llevará de un lado a la reforma filantrópica y a la ordenación exhaustiva del espacio urbano (como la que llevó a cabo Haussmann en París), y de otro a la inspiración revolucionaria que ya no entendía la pobreza como santidad ni la reforma institucional y filantrópica como solución a la denominada “cuestión social”, sino que veía en la transformación social la única esperanza para los desheredados del nuevo  mundo urbano e industrial que se gestó durante el siglo XIX y parte del XX.

En nuestros días, la discusión sobre si la condición del pobre es una falta individual a la que la caridad debe atender o un problema que el Estado social debe erradicar, vuelve a plantearse bajo argumentos distintos. Varios autores como Loïc Waquant (Las cárceles de la miseria), David Harvey (Urbanismo y desigualdad) o, desde otro punto de vista, José Manuel Naredo (Raíces económicas del deterioro ecológico y social), han demostrado que los procesos sociales de empobrecimiento que afectan a las comunidades y a los sujetos forman parte de un conjunto de relaciones globales, y que los enfoques centrados en la trayectoria individual o en las condiciones subjetivas de supervivencia (en los denominados "estilos de vida"), son inoperativos para explicar procesos de largo alcance que afectan al conjunto de unas sociedades desarrolladas cada vez más integradas e interdependientes.

No obstante, durante los últimos decenios, las teorías de corte economicista y arraigadas en escuelas de pensamiento individualistas, pusieron el acento en la responsabilidad del sujeto, en su toma de decisiones y en las dimensiones subjetivas de la pobreza. Estas elaboraciones, aun considerando sus aportaciones al tratar de abordar aspectos de la pobreza que no solo se refieren al acceso a determinadas rentas o ingresos, fueron esgrimidas a menudo para depositar en el comportamiento individual la explicación de cualquier proceso de exclusión social, y en algunos casos para criminalizar la pobreza; como sostuvo Wacquant, en algunos lugares se pasó de la red asistencial a la redada policial.

Los resultados de la aplicación de políticas basadas en estos supuestos han sido desastrosos para amplias capas de la población, y han agravado las consecuencias de la polarización social. Además, se dan en un escenario en el que las comunidades y los sujetos han visto deteriorados sus lazos de solidaridad más valiosos. Los frenos institucionales a la situación de declive económico se muestran impotentes para contener el ascenso de los índices de pobreza (relativa y absoluta) en los países más desarrollados, y la situación a escala mundial es trágica. Según el Banco Mundial, en su informe de 2013, 1.220 millones de personas viven con menos de 1,25 dólares diarios.

En España hay tres millones de personas en situación de "pobreza severa" (con ingresos menores de 307 euros al mes), que representan el 6,4% del total de población (en 2007 representaban el 3,5%). La población que se sitúa por debajo del umbral de pobreza asciende al 20,4% del total, y la que se encuentra en riesgo llega hasta el 27,3%, según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida, difundida por el INE en mayo de este año.

El concepto de exclusión social

El término "exclusión social" fue acuñado por Robert Castel en su estudio La metamorfosis de la cuestión social (1977), para dar cuenta de procesos que escapaban a una conceptualización "clásica" de la pobreza como falta de recursos económicos. Así, las dimensiones de la exclusión social daban cuenta de aspectos como la discriminación por género, raza, nacionalidad, orientación sexual, nivel educativo, confesión religiosa, etcétera, y hacía hincapié en la naturaleza de "proceso", es decir, de las condiciones sociales que delimitan en un momento histórico la integración o no de sujetos, grupos y comunidades dentro de la sociedad global. Castel recogía así la nueva "cuestión social" que surgía de la culminación de las sociedades más desarrolladas, en las que, por primera vez, los recursos a nivel mundial podrían ser suficientes para erradicar la pobreza, y sin embargo los índices de desigualdad seguían creciendo, mientras grupos y comunidades enteras continuaban sometidos a procesos de exclusión.

A pesar del enfoque innovador que supuso tratar los procesos de exclusión desde un punto de vista histórico y relacionado con las estructuras sociales que definían el acceso o la marginación de una participación social efectiva, con el tiempo, la categoría "exclusión social", quedó reducida a un estado o una forma de vida en el que los sujetos caían por causas atribuibles a su conducta. Efectivamente, el hecho de que las estructuras sociales y los privilegios se mantengan, hace que el imaginario social sea también difícil de modificar, por más que los conceptos o los términos técnicos varien. En la medida en que algunas metáforas siguen funcionando socialmente, nuestras prácticas no pueden rebasar ciertos límites. En este sentido, Naredo acierta cuando dice que para ir a la raíz de las causas del deterioro social habría que cambiar la metáfora que habla de producción y crecimiento, por otra que hable de adquisición y desposesión.

Personas sin Hogar: ¿hacia un cambio de paradigma?

El trabajo con Personas sin Hogar ha atendido también a estos cambios en la "cuestión social" y al uso de determinadas metáforas o conceptos que condicionan las prácticas profesionales y conforman un imaginario social común. La caracterización del homeless, de la persona sin techo o sin hogar, ha recorrido también el camino hacia una conceptualización más adaptada a la realidad de las sociedades industrialmente avanzadas, pero no por ello ha podido superar las barreras simbólicas que mencionábamos antes. De este modo, el término "sinhogarismo", que en principio trataba de contemplar las múltiples dimensiones de la problemática de las personas sin hogar, se fue convirtiendo en una categoría estanca, referida a una especie de forma de vida marginal que abarcaba la totalidad de la vida de la persona que sufre la carencia de vivienda (los "ismos" tienden a tomar la parte por el todo). Como decíamos antes, al no modificarse las estructuras sociales (en este caso las del acceso a la vivienda y la propiedad urbana), el problema quedaba intacto a pesar de que los términos variasen.

En los últimos años, sin embargo, asistimos a los intentos de realizar un cambio de paradigma en las formas de intervención con Personas sin Hogar, que han tenido sus primeras experiencias en el ámbito europeo desde 2010. En un primer término, la Comisión Europea adoptó la tipología ETHOS sobre exclusión residencial elaborada por FEANTSA (la Federación Europea de Asociaciones Nacionales que trabajan con las personas sin hogar). Esta tipología hacía hincapié en los fenómenos de exclusión residencial, orientando sus esfuerzos de conceptualización no tanto en los sujetos o las estrategias individuales de supervivencia como al tipo de acceso a la vivienda y cómo afecta este acceso restringido a los procesos de exclusión. El cambio suponía centrar el problema en la vivienda, más que en el "tratamiento" previo para acceder a ella. Es decir, se pasaba del "treatment first" al " Housing First":

"The main elements of the Housing First approach have to be seen in contrast to approaches requiring 'treatment first' and/or moving homeless people through a series of satages (staircase system) before they are 'housing ready'."

Este paso por "etapas", o peldaños de una escalera que va desde el albergue hasta la vivienda "normalizada", atiende al concepto de sinhogarismo que sigue poniendo el énfasis en el tratamiento individual, dejando en un segundo plano las estructuras sociales de acceso restringido a la vivienda, y minimizando la importancia del ámbito comunitario (que se basa fundamentalmente en las relaciones de vecindad) para una participación efectiva en la vida social.

La perspectiva centrada en la estrategia "Housing First", por el contrario, equilibra esta situación defendiendo que la vivienda es un derecho inalienable y que, a partir de asegurar este derecho y desarrollar los apoyos profesionales necesarios, la erradicación del problema de las personas sin hogar es un objetivo no sólo deseable sino alcanzable.

Este enfoque del problema de las personas sin hogar se basa en 8 principios fundamentales: 1-la vivienda es un derecho humano fundamental; 2-respeto y empatía para los receptores de ayuda; 3-compromiso de trabajar con la persona durante todo el tiempo que necesite; 4-alojamiento individual estable en apartamentos; 5-separación de la vivienda de los servicios profesionales de apoyo; 6-elección propia y autodeterminación para el tratamiento; 7-acompañamiento en la recuperación; 8-reducción del daño.

Los primeros resultados de las experiencias piloto en cinco ciudades europeas (Amsterdam, Budapest, Copenague, Glasgow y Lisboa), están recogidos en el artículo del que se ha extraído la cita anterior.

Las conclusiones del estudio de estos resultados hablan con prudencia del éxito que la estrategia "Housing First" puede tener en la erradicación de la exclusión residencial. Los datos de las cinco experiencias no resultan del todo extrapolables, y sería necesario tener mediciones longitudinales para extraer conclusiones definitivas. Además, se estima imprescindible la estrategia "Housing First" se adapte a las distintas condiciones locales, atendiendo al mercado privado de la vivienda, las políticas públicas de acceso a la vivienda o la existencia previa de recursos especializados como albergues temporales, centros de día, etcétera. Por lo que la obtención de resultados bajo distintas condiciones también limita la posibilidad de ofrecer análisis comparados.

Sin embargo, sí se ha podido constatar para las cinco experiencias que la tasa de mantenimiento de la vivienda en casos que necesitan apoyo profesional (sobre todo el estudio se centra en personas con problemas de salud mental o de abuso de drogas) son muy altos. La forma de medición del éxito de la intervención pasa por tanto también a centrarse en la vivienda, siendo el mantenimiento de la misma aquello que define, lógicamente, la consecución del objetivo de la intervención. En todo caso, se constata que no basta con la vivienda, sino que la combinación de la estrategia que plantea la "vivienda primero" y el apoyo terapéutico, a partir de consolidar el alojamiento individual en un apartamento sin condicionarlo al tratamiento, tiene perspectivas de éxito mucho mayores que el tratamiento habitual basado en el modelo "escalera" o "tratamiento primero".

Este cambio de paradigma en la intervención con personas sin hogar está en sus inicios, y todavía es pronto para medir su efectividad en el contexto europeo. Todo indica, no obstante, que la aproximación al problema a partir de la estrategia "Housing First" dota de herramientas conceptuales diferentes y, sobre todo, dignifica la atención y facilita la intervención técnica. Su adopción en EE.UU. hace casi dos décadas, está siendo seguida ahora en Europa, y algunas organizaciones en España comienzan a adoptar esta perspectiva de trabajo.

Como sostiene el informe de julio de 2009 de la National Alliance to End of Homelessness (EEUU), adoptar el enfoque "Housing First" requiere de un cambio organizacional importante, de la alineación de distintas instancias sociales en el ámbito local, y de un cambio en las formas de intervención profesional que suponen un gran reto. Sin embargo, puede que el intento por adoptarlo y afrontar ese reto sea el principio de un verdadero esfuerzo por la erradicación del problema y no de su mera gestión.

Juan M. Agulles, sociólogo, coordinador Técnico del Centro de Acogida e Inserción para Personas sin Hogar


Acercándonos a la ciudadanía desde el Programa de Intervención con Drogodependientes de FSC

Un año más, desde la “Taula de Participació Social” de segundo nivel del Centro Penitenciario de Hombres de Barcelona, el Programa de Intervención con Drogodependientes (PID) de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha organizado y participado en una serie de actividades conjuntamente con la asociación de vecinos, con motivo de la celebración de la Fiesta Mayor del barrio Esquerra del Eixample de Barcelona.

FSC forma parte, desde el año 2010, de la “Taula de Participació Social” (TPS) de segundo nivel del Centro Penitenciario de Hombres de Barcelona como entidad colaboradora. La TPS es un órgano consultivo y de relación entre el Departamento de Justicia y las organizaciones colaboradoras y de voluntariado presentes en el centro penitenciario.

La acción de la TPS pretende favorecer la articulación de las diferentes estructuras y organizaciones públicas y privadas que intervienen en el barrio Esquerra del Eixample, a partir de la realización de diversos programas de intervención comunitaria y/o participación ciudadana.

Esta participación en los espacios públicos del barrio pretende hacer más visible el trabajo que desarrollan las personas privadas de libertad, y promover el intercambio entre las mismas y la comunidad, con el fin de contribuir a potenciar el sentimiento de pertenencia al barrio y el valor de la corresponsabilidad, entendiendo que las personas internas son miembros de la ciudadanía.

El pasado 26 de septiembre, con motivo de la Fiesta Mayor del barrio Esquerra del Eixample, en el “Centre Cívic Urgell- Centre Cultural Teresa Pàmies”, se inauguró “Tempus Fugit”, la exposición de pinturas sobre tela, dibujos en papel y esculturas realizados por internos del Centro Penitenciario de Hombre de Barcelona.

El Programa de Intervención con Drogodependientes (PID) de FSC presentó en dicha exposición el proyecto de Narrativas digitales, realizado conjuntamente con profesionales del centro penitenciario. En este proyecto los usuarios se presentan, se dan a conocer y se acercan al espectador a través de un vídeo-montaje creado por ellos, a partir de su voz, imágenes y música.

La experiencia resultó muy positiva y permitió visibilizar la tarea que se desempeña dentro de la prisión y que juega un papel clave en la inserción de las personas privadas de libertad en la comunidad, de la que todos/as somos corresponsables.

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"Construyamos una nueva salud mental, ahora sí", lema del Día Mundial de la Salud Mental en Cataluña

El Día Mundial de la Salud Mental es una iniciativa de la Federación Mundial para la Salud Mental, amparada por la OMS, que une sus esfuerzos para luchar con una finalidad común: la promoción de la Salud Mental entre la población con actividades en más de 100 países del mundo.

En Cataluña, personas con trastornos mentales, sus familias y profesionales del ámbito social y sanitario celebraron en Igualada (Barcelona) el acto central del Día Mundial de la Salud Mental, con el lema "Construyamos una nueva salud mental, ahora sí”. La jornada se celebró en el Parc de l’Estació Vella de la localidad el pasado día 11 de octubre.

Una reivindicación que se concretó en la participación de todos los asistentes en el mural "AHORA SÍ", donde se mostraron palabras para construir esta nueva Salud Mental (innovación, participación, inclusión, igualdad, etc.)

El Club Social Relaciona’t, espacio de encuentro ofrecido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) para personas que sufren patología dual (usuarios/as con un diagnóstico de trastorno mental y con un trastorno por abuso de drogas), se sumó a este acto desde “la necesidad de un acompañamiento a las personas que lo necesitan, digno y de cooperación, buscando una ciudadanía participativa de pleno derecho”.

Durante esta jornada, se defendió la necesidad de un cambio en el modelo utilizado en la atención que se ha venido proporcionando a las personas con algún tipo de problemática de Salud Mental hasta el momento. En este sentido, se reivindicó la creación de un nuevo modelo de intervención, basado en la recuperación e inclusión comunitaria. Se expresó, además, la necesidad no solo de ofrecer recursos y servicios de calidad, que se hacen más necesarios que nunca, sino la importancia de cambiar la mirada que hasta ahora se ha tenido en cuanto a la Salud Mental.

“Queremos apostar y apoyar esta reivindicación de un cambio, trabajando por y para el respeto común en las acciones e intervenciones realizadas. Es importante encaminar este cambio en el modelo hacia un bienestar de las personas, reforzando los recursos y capacidades personales de cada usuario/a”, comentaban desde el Club Social Relaciona’t.

También se mantenía que el estigma, los prejuicios y la discriminación siguen muy extendidos y profundamente arraigados dentro de la sociedad, complicando y haciendo más lento el proceso que lleve a un cambio como el planteado anteriormente.

Otro aspecto importante que hace que el tratamiento en Salud Mental sea diferente al de otros ámbitos sanitarios, es la necesidad de limitar la libertad individual de las personas o de aplicar incluso tratamientos obligatorios en circunstancias especiales. Por eso, tal y como este año defendió el lema del Día Mundial de la Salud Mental en Cataluña, se hace necesaria la protección, pero también el respeto de los derechos humanos para evitar abusos.

Sin embargo, en una gran parte del continente europeo se ha producido un movimiento de alejamiento respecto los servicios centrados en los hospitales, y ha tenido lugar una “reconceptualización” gradual de las necesidades, remarcando los derechos humanos y la inclusión social.

Un informe elaborado por la Social Exclusion Unit (2004:4) en Inglaterra señala que:

“Hay cinco razones principales por las cuales los problemas mentales causan y refuerzan la exclusión social con mucha frecuencia: el estigma y la discriminación (…) las bajas expectativas respecto a las capacidades de las personas que presentan alguna problemática de Salud Mental (…), la falta de responsabilidad clara para la promoción de los desarrollos profesionales y sociales (…), la inexistencia de un apoyo continuado que permita trabajar a estas personas (…), y las barreras en la comunidad”.

Según el equipo de profesionales del Club Social Relaciona’t de FSC, estas razones podrían tener perfectamente cabida en muchos países europeos, entre ellos el nuestro.

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Nuevas fórmulas de trabajo grupal en el Servicio de Atención a mujeres maltratadas y sus hijos/as en Barcelona

El Servicio de Atención, Recuperación y Acogida (SARA), servicio de titularidad del Ayuntamiento de Barcelona gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), ha iniciado este mes de octubre nuevas dinámicas de intervención grupal en situaciones de violencia machista, con el objetivo de superar las dificultades presentes en las intervenciones individualizadas. El abordaje grupal de este tipo de problemáticas ha demostrado ser más eficaz y eficiente, de ahí que el reto que tiene el servicio durante este último trimestre, sea, por primera vez, trabajar con múltiples grupos al mismo tiempo.

El grupo es un escenario con valor diferencial y único, un mediador natural entre la persona y la sociedad que puede y debe ser utilizado a conciencia en la intervención profesional. En un grupo, los espejos, las ideas, identificaciones, explicaciones, confrontaciones y valoraciones provienen de iguales tanto como de profesionales y, por tanto, se incrementan las ocasiones de empatía y movilización para el cambio, generando propiedades sanadoras y proactivas, que, o no aparecen en otros contextos, o no lo hacen con la misma intensidad.

Además, el grupo contrarresta los sentimientos de soledad; aporta legitimidad social, el reconocimiento de ser alguien, y reduce el aislamiento en que se encuentra la persona que vive violencia; fortalece a la persona para posicionarse de una forma activa respecto a ella misma, de las relaciones sociales con los demás y con el entorno, y para construir un proyecto de futuro; permite compartir experiencias que resuenan en las demás personas, se encuentra comprensión y se intercambian diferentes maneras de enfrentar las dificultades, actuando de estímulo para intentar otras estrategias y para tomar decisiones respecto a la propia vida; permite identificar, trabajar y cuestionar las creencias que contribuyen a legitimar y perpetuar la situación de violencia y que han sido asumidas por muchas de las personas miembros del grupo.

En cuanto a tipologías de intervención grupal desarrolladas en el SARA, en octubre ha empezado la intervención mediante grupos socioeducativos (para mujeres y para niños/as y adolescentes) y grupos psicoterapéuticos de ámbito social para niños/as/adolescentes y madres, específicos para mujeres y específicos para adolescentes.

Los dos grupos socioeducativos que se realizan son “Territorio de Mujeres” y “Acerca Cultura”. Este último es el programa socioeducativo de los equipamientos culturales de Cataluña dirigido al sector social que pretende facilitar la accesibilidad a la cultura. Es una experiencia de inclusión que favorece la igualdad de oportunidades y la inclusión social accediendo a los espectáculos de música, teatro y danza que se ofrecen en la programación habitual de los equipamientos.

Los grupos psicoterapéuticos de ámbito social para las mujeres que se llevan a cabo son 3: “Generando Juntas”, “Identificación y recuperación de la violencia” y “Más allá de la violencia”.

“Generando Juntas” está pensado para facilitar un espacio, al principio de la intervención, para que las mujeres puedan expresar el malestar que sienten por las situaciones de violencia que están viviendo y contenerse mutuamente. Como novedad, es necesario resaltar que el grupo permite la incorporación de nuevas participantes en cualquier momento.

Las mujeres que participan en él pueden estar conviviendo aún con la pareja o pueden haber iniciado la ruptura física y/o emocional de la misma. Este espacio puede ayudar a la vinculación de las mujeres al servicio y que puedan comenzar su proceso de recuperación lo más pronto posible. Las técnicas de arte-terapia, expresión corporal y relajación serán herramientas transversales en todo el proceso grupal. Teniendo en cuenta el estado emocional de angustia y preocupación de las mujeres que pueden participar, estas técnicas más indirectas permitirán llegar a conectar más fácilmente con sus sentimientos y emociones.

También existen grupos psicoterapéuticos para madres y niños/as adolescentes. En concreto, un espacio de encuentro y relación dirigidos a madres y bebés de 0 a 3 años. Se trata de un instrumento terapéutico y de cambio, para mujeres que hayan sufrido violencia machista y sus hijos e hijas entre 0 y 36 meses. Es un espacio de crianza y aprendizaje, donde la comunicación y el intercambio de experiencias y conocimientos entre las diferentes madres participantes son valores con los que trabajamos, potenciando así sus propios recursos.

Se realizan otros grupos terapéuticos para niños/as a partir de 4 y hasta 17 años y sus madres, distribuidos por franjas de edad.

Además, también se llevan a cabo los talleres “El reto de ser madre” y talleres de inserción sociolaboral.

Más información: sara@bcn.cat


El acompañamiento como clave de éxito en el Piso Terapéutico para usuarios/as con Patología Dual

Hoy, 10 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una celebración con la que se pretende sensibilizar a la población en general, y poner de relieve la necesidad de identificar, tratar y prevenir correctamente las distintas enfermedades mentales. La estigmatización y cronicidad están muy presentes en este tipo de pacientes, de ahí la importancia de poder ofrecer un tratamiento donde las personas sientan que ocupan un lugar distinto al que ocuparon en el pasado.

piso-patologia-dualLa falta de recursos psicosociales de continuidad específica para usuarios/as con Patología Dual conlleva el fracaso de un elevado número de tratamientos ubicados en la Red de Salud Mental y en la Red de Atención a las Drogodependencias, empeorando así la salud física y mental de estas personas.

El Piso Terapéutico de la Fundación Salud y Comunidad, que cuenta con una ayuda de la Obra Social “la Caixa”, va dirigido a hombres y mujeres que presentan algún tipo de adicción y, además, tienen diagnosticado un trastorno en Salud Mental. Para atender las particularidades que presenta este tipo de población, ofrecemos modalidades de tratamiento absolutamente personalizadas.

El servicio se encuentra situado en Barcelona, en una zona urbana bien comunicada y con posibilidades de establecer contacto con otros recursos asistenciales y comunitarios. Un elemento innovador del proyecto es el circuito integral en el cual se engloba, formado por otros servicios de atención en Salud Mental de la misma entidad. Así, desde el Piso Terapéutico de Patología Dual se trabaja estrechamente con el Servicio Tutelar para personas incapacitadas judicialmente “Amb tu”, el Club Social, el Servicio de Orientación e Información para personas con enfermedad mental, el Centro de Día de Adicciones o el Programa de Inserción Sociolaboral en colaboración con el Programa INCORPORA de “la Caixa”.

cuadro-piso-pdualEl proceso tiene una duración aproximada de 8 a 12 meses, según las necesidades y particularidades de las personas, y se abordan 5 áreas de intervención definidas en los itinerarios de tratamiento. Mediante las diferentes actividades grupales y las entrevistas individuales, con un equipo de profesionales interdisciplinar, las personas pueden alcanzar los objetivos marcados en su proceso.

El abordaje terapéutico con la familia revierte positivamente en el tratamiento con nuestros usuarios, ya que son numerosas las familias que desconocen cómo tratar y convivir, en ocasiones, con algunos de ellos. Desde el recurso residencial guiamos y ofrecemos estrategias y pautas básicas que promuevan una mejor convivencia y orientamos a las familias para que puedan entender aspectos relacionados con la enfermedad mental.

La experiencia nos dice que cuando estamos dispuestos a escuchar y a abrir nuestras propias barreras mentales, somos capaces de entender e integrar las diferencias del otro y las propias.

¡Feliz Día Mundial de la Salud Mental!


Descrito el cambio de la cubierta del VIH que lo hace infectivo

Gran parte de la capacidad del VIH para escapar al sistema inmunitario y a los intentos para desarrollar vacunas están en el carácter cambiante de su cubierta. Por eso, la descripción —y obtención de imágenes— que sufre el virus justo antes de infectar a una célula se considera un paso clave para derrotarlo.

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Las proteínas gp120 y gp 40 entrelazaddas en la cubierta del VIH. / NIAID

Este trabajo, realizado por un equipo multicéntrico dirigido por científicos de la Universidad de Yale, ha sido publicado simultáneamente en Nature y Science.

Los investigadores han completado y detallado hasta un nivel atómico el proceso del cambio de la cubierta del virus. En concreto, se han centrado en dos proteínas, la gp120 y la gp40 que, de una manera conjunta, forman la punta de lanza del virus a la hora de unirse a las células que va a infectar. Pero el VIH no va por el torrente sanguíneo lanza en ristre. La lleva oculta, plegada, y solo en el momento de la unión a la membrana de la célula que es su objetivo una serie de cambios en su configuración hacen visible la lanza.

Entonces, esta especie de arpón sirve para que el virus se acerque a la célula hasta que sus membranas se fusionan y el VIH le introduce su material genético, comenzando al proceso de infección.

Los científicos denominan a la estructura habitual, la plegada, cerrada, y tiene la característica de que no es identificada ni por los anticuerpos naturales ni por los artificiales. Por eso es tan difícil atacar inmunitariamente al virus. En cambio, la estructura de ataque, la abierta, sí que es vulnerable. Por eso el virus intenta mostrarla el menor tiempo posible, lo que lo hace más difícil de detener.

Esta descripción tiene evidente utilidad práctica: se trata de conseguir bloquear las formas abiertas, o, mejor aún, que el virus nunca adopte esa disposición. Como confirmación a su trabajo, los autores señalan que esto último es lo que pasa en las personas llamadas no progresoras que aunque se infectan por el VIH lo mantienen controlado sin necesidad de medicación. Ellos lo explican porque se trata de individuos cuyos anticuerpos impiden que las proteínas de la superficie del virus cambien de conformación. Es como si el virus tuviera la llave para entrar en las células, pero la amenaza del sistema inmunitario le impidiera sacarla del llavero.

Fuente: El País