Concienciación, visibilización y formación para erradicar la violencia hacia las personas mayores en nuestra sociedad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en el año 2002 el maltrato hacia las personas mayores como una problemática social y de salud. La competencia para realizar protocolos sobre violencia en personas de edad avanzada depende de cada comunidad autónoma, aunque no todas disponen de protocolos. En Cataluña, existe el Protocolo marco y orientaciones de actuación contra los maltratos a las personas mayores, redactado en el año 2012 por el Departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat de Cataluña.
Existen diversos factores de riesgo en el maltrato a personas mayores. Cabe destacar que en muchos casos donde existen formas de maltrato, la persona agresora no es consciente de ello, ya que, en estos casos, la función de la persona cuidadora constituye un factor de tensión en la dinámica familiar. Además, en ocasiones, la persona cuidadora sufre estrés y acaba cometiendo algún tipo de maltrato de forma involuntaria por falta de herramientas o recursos.
Asimismo, en parte, el maltrato a las personas mayores se debe a una causa estructural y es la misma sociedad la que puede ejercer una discriminación basada en mitos y estereotipos sobre la vejez o en una relación desigual entre hombres y mujeres.
Mayoritariamente, el maltrato a personas de edad avanzada tiene lugar en el ámbito familiar, donde residen la mayoría. Debido a las desigualdades sociales y estructurales, las personas mayores también pueden sufrir malos tratos de sus parejas, en la mayoría de los casos, del hombre hacia la mujer. Esta violencia acostumbra a darse en todo el ciclo vital. Por tanto, también en la vejez.
Las familias cuidadoras en ocasiones adoptan ese rol con falta de información y estrategias para realizar los cuidados de personas con dependencia, ya sea física o psicológica. Existen casos en los que la familia no dispone de ayudas técnicas necesarias o soporte emocional, provocando que la atención que recibe la persona mayor, sea de forma involuntaria e inadecuada.
No obstante, el ámbito doméstico y familiar no es el único donde una persona puede ser susceptible de sufrir malos tratos. Cabe referirse al maltrato en el ámbito institucional que es definido como toda acción u omisión relativa a una persona mayor residente en una institución que causa perjuicio a la persona o que la priva injustamente de su independencia. Podrían ser ejemplos de maltrato institucional confinamientos no autorizados, contención mecánica, infantilización en el trato, despersonalización o privación de la intimidad.
Es muy difícil apreciar las señales de maltrato, porque la mayoría no son observables a simple vista. En este sentido y para poder detectar situaciones de alerta, existen los indicadores, una herramienta sencilla utilizada para valorar las características y la intensidad de un hecho para determinar su evolución. En caso de sospecha de malos tratos, se evalúan los indicadores mediante la observación con el objetivo de no intimidar ni la persona cuidadora ni la persona que sospechamos que puede sufrir malos tratos.
Por otra parte, existe el maltrato físico, psicológico y económico, si bien la negligencia es el tipo más común de maltrato en personas de edad avanzada, definiéndose como la falta de atención de las necesidades, existiendo un riesgo en la seguridad y la salud de la persona. Algunos síntomas de negligencia son úlceras por presión, malnutrición, deshidratación o aislamiento.
Algunos estudios apuntan que la obstinación diagnóstica, como la realización de pruebas para aumentar el conocimiento de una patología sin que se prevea una mejoría y la obstinación terapéutica, que utiliza medios desproporcionados para prolongar artificialmente la vida biológica de un paciente con una enfermedad irreversible, podrían considerarse también como formas de maltrato.
En la mayoría de los casos, la persona maltratada acostumbra a ser mujer, mayor de 75 años y con deterioro cognitivo o demencia. La persona maltratadora, en cambio, no dispone de los recursos materiales y/o económicos para hacer frente al cuidado. Actualmente, se ha llegado a la conclusión que las mujeres pueden sufrir abusos más graves o con más consecuencias físicas y emocionales.
Cabe señalar además que, debido al aumento de la esperanza de vida en los últimos años, muchas veces la persona cuidadora también es de avanzada edad, teniendo en muchos casos una leve discapacidad o dependencia que le impide desarrollar el rol de cuidador como lo había hecho hasta entonces.
Es de vital importancia también la concienciación, la visibilización y la formación, en relación con la violencia en personas de edad avanzada, para poderlas atender de forma adecuada y, de esta forma, tratar de erradicar la violencia hacia las personas mayores en nuestra sociedad.
Hèlia Salleras Padern,
Trabajadora social de la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras (Gerona), servicio gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), de titularidad de la Generalitat de Cataluña.
El Día Mundial del Bienestar Mental de los Adolescentes pone el foco en prevenir trastornos mentales en la adolescencia
Desde el año 2020, cada 2 de marzo se celebra el Día Mundial del Bienestar Mental de los Adolescentes, con el fin de sensibilizar a la población sobre los problemas de salud mental que afectan a los/as adolescentes durante su desarrollo hasta la edad adulta, así como de desestigmatizar este tipo de trastornos y ofrecerles apoyo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada siete personas jóvenes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental, un tipo de trastorno que supone el 13% de la carga mundial de morbilidad en ese grupo de edad.
De acuerdo a diversos estudios, algunos de los trastornos de salud mental más comunes en la adolescencia (etapa clave del desarrollo humano) son los siguientes: ansiedad, alteración del estado de ánimo, déficit de atención y otros trastornos del comportamiento, trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia), depresión o conductas de riesgo como es el caso de consumo de drogas. Asimismo, el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.
Este día, al que nos sumamos desde la Fundación Salud y Comunidad, no solo tiene como misión promocionar la salud mental. Además, pone el foco en ofrecer información que ayude a prevenir cualquier tipo de trastorno. En este sentido, según señala la OMS, el hecho de no ocuparse de los trastornos de salud mental en la adolescencia, tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta, perjudican la salud física y mental de la persona y restringen sus posibilidades de llevar una vida plena en el futuro.
El Servicio de Atención Psicológica (SAP) de FSC ofrece orientación dirigida a adolescentes y jóvenes, tanto a nivel presencial como online, además de otros servicios tanto individuales como grupales a nivel psicoterapéutico.
Algunos de los objetivos que se pueden trabajar a través de las terapias son:
- Conocerse mejor a uno/a mismo/a, conociendo las propias capacidades y donde se tiene facilidad natural para desarrollarse.
- Aumentar la autoestima, lograr una mayor confianza. Conocer sus miedos e inseguridades y aprender a gestionarlas.
- Identificar mejor qué le motiva, qué le apasiona.
- Mejorar la capacidad de relacionarse con los demásde forma constructiva. Aprender a gestionar los conflictos desarrollando habilidades sociales como la empatía.
- Poder entender el malestar emocionalque se esconde detrás de determinados comportamientos límites o disruptivos.
- Reflexionar y revisar posibles usos abusivosde las nuevas tecnologías u otros.
En el SAP también se atienden problemas que tienen que ver con Trastornos de Conducta en la Adolescencia, como por ejemplo el Trastorno Negativista Desafiante y se realiza una labor de detectar a tiempo conductas disruptivas que pueden llegar a provocar otros tipos de trastornos.
Uno de los programas que llevamos a cabo en el SAP en relación con el bienestar de los/as adolescentes es el Servicio de Atención a las Adicciones Comportamentales SA@C, centrado en reestablecer una relación más saludable con las tecnologías. Se trata de un programa específico dirigido a adolescentes y jóvenes, así como a sus familias, al que nos hemos referido en otras noticias.
El programa se centra en la detección y prevención de las conductas adictivas relacionadas con las nuevas tecnologías en adolescentes y jóvenes, a través de diversas propuestas de intervención: atención psicoterapéutica individual con un psicólogo/a especialista en adicciones comportamentales, asesoramiento familiar, intervención familiar psicoeducativa, psicoterapia individual y familiar, atención médico-psiquiátrica cuando sea necesario, etc.
Según nos explican desde el SAP, durante la adolescencia, las tensiones son fuente de crecimiento y de maduración, pero en ocasiones pueden generar infelicidad y bloqueo en los/as jóvenes. Además, los/as adolescentes con trastornos mentales son particularmente vulnerables a sufrir exclusión social, discriminación, problemas de estigmatización (que afectan a la disposición a buscar ayuda), dificultades educativas, comportamientos de riesgo o mala salud física.
Es de vital importancia contar con recursos que beneficien su bienestar psicológico y que impacten de manera positiva en sus vidas, a través del aprendizaje socioemocional, de la mano de nuestros compañeros/as del SAP, profesionales con más de 20 años de experiencia en salud mental.
Información de contacto:
Puedes dirigirte al SAP a través del teléfono 93 424 04 00 y nuestro equipo de profesionales, se pondrá en contacto contigo en un plazo máximo de 24 horas.
https://www.psicologiabarcelona.org/
https://www.tratamientodelasadicciones.org/
FSC imparte formación a profesionales de unidades policiales especializadas en la lucha contra la violencia de género en el área del Grupo de Menores
Nuestro compañero Daniel Urbina, director del Centro de Acogida de Menores (CAM) de Ateca, en Zaragoza, servicio dirigido y gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y el Grupo Lagunduz, concertado con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), ha impartido recientemente una formación, en el marco del curso "Intervención con infractores en el ámbito de la violencia de género, violencia sexual y menores". El curso, dirigido a funcionarios de policía de las tres provincias aragonesas, se ha desarrollado en la sede de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, en Zaragoza.
Durante su intervención, ha presentado el Centro de Acogida de Menores (CAM) de Ateca y a las entidades gestoras del mismo; ha explicado qué tipo de perfiles se atienden en el servicio, qué intervención se realiza con los niños, niñas y adolescentes (NNA) usuarios/as del servicio, y ha ofrecido diferentes recomendaciones para un mejor desarrollo de las funciones policiales.
Asimismo, ha generado un espacio de reflexión a partir de los resultados obtenidos en el estudio INTERLEAVE, un proyecto europeo liderado por FSC, cuyos resultados han sido presentados recientemente. Cabe destacar además que ha compartido Mesa con una psicóloga que trabaja en intervención con infractores en la cárcel de Daroca, en Zaragoza, que ha complementado su participación, refiriéndose a la intervención con personas adultas.
A destacar las aportaciones que ha ofrecido Daniel Urbina para un mejor desarrollo de las funciones policiales. Concretamente, ha centrado su intervención en 5 recomendaciones básicas que detallamos a continuación:
- La importancia de generar seguridad en los niños, niñas y adolescentes con los que se interviene en el servicio, a partir del vínculo que puedan establecer durante sus interacciones. Para ello, la primera recomendación ha sido la necesidad de que los/as profesionales sean capaces de autorregularse antes de intervenir para promover esos estados de calma y seguridad.
- El valor de generar esos espacios de seguridad, no solo desde la propia interacción entre el profesional y el niño/a, sino también desde el cuidado del espacio físico en el que se realizan dichas interacciones, para que sean entornos amables y adaptados a sus necesidades. Esta recomendación está extraída directamente del modelo BARNAHUS (o “Casa de los Niños” en islandés) para la atención integral a víctimas de abuso sexual infantil, sobre el que se estructuraron algunas de estas recomendaciones.
- Un tercer aspecto a cuidar a la hora de generar esa sensación de seguridad, también vinculado al modelo BARNAHUS, tiene que ver con la necesidad de que las declaraciones de los/as NNA actúen como pruebas preconstituidas para evitar que tengan que declarar muchas veces y a muchas personas y/o profesionales distintos, minimizando de este modo los riesgos de re-traumatización. Hay que señalar que esta medida, ya está contemplada también en la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (LOPVI).
- Una cuarta recomendación ha versado sobre la necesidad de actuar con calidez, pero de manera profesional, evitando caer en la sobreprotección (en el caso de las víctimas) o la culpabilización (en el caso de los agresores), puesto que este tipo de interacciones reforzarían estos roles. En este sentido, el equipo profesional debe actuar como una” base segura” desde la que los/as menores puedan explorar el mundo, permitiéndoles que lo hagan, pero también como un refugio seguro al que puedan acudir ante cualquier necesidad.
- La quinta y última recomendación se ha centrado en analizar la función de las conductas, tratando de interpretar los comportamientos en un contexto más amplio, buscando siempre el por qué y el para qué de cada conducta, puesto que esa es la base de la intervención que se pueda llevar a cabo con los/as NNA. Asimismo, en el marco de esta última recomendación, Daniel Urbina ha abordado el concepto de validación y el trabajo realizado en los distintos niveles de validación existentes.
Según hemos podido saber por parte de las personas organizadoras del curso, ha sido una de las formaciones mejor valoradas por parte de las personas participantes: funcionarios de policía de las tres provincias aragonesas, que en su mayoría están trabajando en las Unidades de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) en el área el Grupo de Menores (GRUME), en investigación, protección y en las oficinas de denuncia.
Menores, la punta del iceberg de una violencia sistémica ejercida contra las mujeres
La violencia en el ámbito familiar, en el que las principales víctimas son las mujeres y los/as menores, constituye una auténtica vulneración de los derechos fundamentales a la vida, a la integridad física y a la libertad de las personas, constituyendo una grave expresión de las desigualdades entre mujeres y hombres, y produciendo un gran sufrimiento entre los/as menores. Asimismo, la violencia de género no solo convierte en supervivientes a las mujeres que la superan, sino también a sus hijos e hijas, si bien no siempre son supervivientes. Los Puntos de Encuentro promueven la recuperación integral de todos los niños/as y adolescentes que viven o han vivido situaciones de violencia machista.
La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha comparecido recientemente ante los medios de comunicación para dar a conocer los datos más recientes y hacer balance sobre la situación de la violencia de género en el año 2022.
Durante el pasado año, 49 mujeres fueron asesinadas por violencia de género en España. De estas 49 mujeres asesinadas, el 42,9% había puesto denuncia y aproximadamente, una de cada tres, el 32,7%, tenía entre 41 y 50 años. Además, el 65,3% eran cónyuges o pareja y el 34,7% estaba en fase de ruptura o eran exparejas.
Respecto a los presuntos agresores de estos 49 asesinatos, el 20,4% de ellos se suicidaron después de cometer presuntamente el asesinato y el 18,4% lo intentaron. Al igual que en las mujeres víctimas, aproximadamente, uno de cada tres, el 38,8%, de los presuntos agresores tenía entre 41 y 50 años.
En cuanto a los/as menores, en 2022 dos menores fueron asesinados por violencia de género contra sus madres. En ambos casos, el presunto asesino era el padre biológico. Por su parte, 38 menores quedaron huérfanos en 2022 por violencia de género.
Consultando la investigación más reciente, realizada en el ámbito de menores, queremos destacar el estudio “Menores y violencia” del Ministerio de Igualdad, cuyo objetivo es avanzar en el conocimiento de cómo es la situación de las y los menores en general, respecto a la igualdad y la violencia de género, prestando una especial atención a quienes han vivido la violencia de género contra sus madres, por parte de sus parejas o exparejas, y comparando su situación con la de quienes no han vivido dicha violencia.
Los resultados del estudio “Menores y violencia” del Ministerio de Igualdad ponen de manifiesto la necesidad de incrementar los esfuerzos para prevenir la violencia de género a múltiples niveles, incluyendo educación afectivo-sexual para la igualdad y prestando una especial atención a la utilización de las TICs para ejercerla.
Asimismo, se señala que los/as menores expuestos a la violencia de género contra sus madres, tienen más riesgo de presentar problemas de salud física y psicológica, consumir fármacos (tranquilizantes y antidepresivos), tabaco, alcohol, cannabis y otras drogas ilegales, un uso más problemático de Internet y de las redes sociales, menor autoestima, problemas académicos, etc.
Esta situación, que afecta a los/as menores, constituye la punta del iceberg de una violencia sistémica ejercida contra las mujeres y la manifestación más atroz de la desigualdad entre mujeres y hombres, tal y como se ha señalado desde el Ministerio de Igualdad y otros organismos en muchas ocasiones.
Nuestras compañeras responsables de los Puntos de Encuentro, gestionados y dirigidos por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Cataluña, servicios de titularidad de la Generalitat de Cataluña, han participado en grupos de trabajo para la mejora de las intervenciones, así como en diversas jornadas en las que han expuesto las oportunidades y obstáculos en las relaciones de madres y padres con los hijos e hijas en situaciones familiares de violencia machista.
En estos encuentros, han explicado que el espacio de acompañamiento es una oportunidad para las madres víctimas de violencia de género, en tanto que espacio de protección y de escucha, si bien también existen limitaciones, ya que a menudo, la intervención llega tarde, con procesos judiciales ya iniciados y cuando el sufrimiento de los niños/as y jóvenes ha sido sostenido en el tiempo.
También, se han referido a la adquisición y recuperación de herramientas y estrategias preservadoras hacia los hijos e hijas, ya que es importante que las madres recuperen y /o adquieran la capacidad de preservarlos del conflicto familiar.
En este sentido, los Puntos de Encuentro, gestionados por FSC en Cataluña, se ofrecen como espacio donde poder gestionar las dificultades y obstáculos, en los que es fundamental el trabajo en red, realizado de manera estratégica y coordinada, con el fin de promover la recuperación integral de todos los niños/as y adolescentes que viven o han vivido situaciones de violencia machista.
"La capacitación en competencias digitales situará a las personas que participan en el programa Cualifica-T de FSC en una situación de ventaja competitiva"
Con el fin de incentivar la formación en el ámbito sociosanitario, la Fundación Salud y Comunidad (FSC) desarrolla desde 2022 el programa Cualifica-T, en coordinación con el Servicio de Empleo y Formación de la Región de Murcia. En esta entrevista, Héctor Sánchez, técnico de inserción sociolaboral de ALIAD@S en Murcia, nos da mayor detalle de los cursos que se están realizando durante este año, en el marco del programa Cualifica-T, y sobre el programa en general.
- ¿Qué importancia tiene la formación en un programa como Cualifica-T?
La formación es un área transversal a todos los programas que desarrollamos, es una parte importante para conocer los derechos de las personas participantes, mejorar su empleabilidad y acceso a empleos de mayor calidad y, en definitiva, para mejorar su calidad de vida. En concreto, en el programa Cualifica-T la formación es el eje central, ya que los tres cursos de formación impartidos, incluido el certificado de profesionalidad de atención sociosanitaria, suponen casi 500 horas de formación grupal.
- ¿Cuál es la programación de cursos que estáis realizando durante este año?
En el marco del Programa Cualifica-T, y en coordinación con el Servicio de Empleo y Formación de la Región de Murcia, hemos puesto en marcha diferentes cursos:
- “Certificado de profesionalidad de atención sociosanitaria” (450 horas), en el que se forma para atender a personas dependientes en el ámbito sociosanitario, aplicando las estrategias diseñadas por el equipo interdisciplinar competente y los procedimientos adecuados, para mantener y mejorar su autonomía personal y sus relaciones con el entorno.
- “Técnicas de búsqueda de empleo eficaz” (20 horas), cuyo fin es conocer la situación del mercado de trabajo actual, así como las herramientas y estrategias existentes para realizar una búsqueda de empleo eficiente y afrontar una entrevista de trabajo con éxito.
- “Establecimiento de objetivos profesionales y plan de acción” (15 horas), cuyo fin es identificar el objetivo profesional de cada persona y realizar con ella una planificación de la búsqueda de empleo, acorde con dicho objetivo.
- “Orientación individual” (3 horas), que consiste en acompañar a las personas participantes en este programa, atendiendo sus necesidades individuales a lo largo del mismo.
- “Celador” (240 horas), cuyo objetivo es formar a personas para que colaboren en la movilización y realizar el traslado y atención de los usuarios/as y/o pacientes de un centro sanitario, y la ordenación y traslado de documentos y materiales del mismo. Para ello, se utilizan diferentes técnicas, equipos y materiales accesorios, bajo la supervisión del personal laboral correspondiente, para garantizar la integridad y seguridad de los usuarios/as y/o pacientes, cumpliendo con los protocolos y/o normativa aplicable en los centros sanitarios.
- ¿Cómo valoras la acogida que están teniendo estos cursos?
El certificado de profesionalidad de atención sociosanitaria es la formación por la que más personas preguntan y la puerta de entrada al resto de acciones formativas. Es una formación muy demandada, ya que tiene muchas salidas profesionales.
Por otra parte, a destacar el número de participantes que realizarán todas las formaciones que es de 15. Estos cursos están contemplados como itinerario formativo.
- ¿Qué acciones habéis puesto en marcha este año para la mejora de la formación?
Con este fin, este año el programa cuenta con un formador, que en este caso soy yo, que ya impartí formación durante el pasado año. Concretamente, una parte del certificado de profesionalidad de atención sociosanitaria, habiendo mejorado mis competencias docentes y conocimientos en la materia, para poder impartir la totalidad de los cursos.
De esta forma, hemos logrado mejorar el vínculo desde el inicio y hemos mejorado la participación y el acompañamiento en todo el proceso formativo. Me voy a encargar también de realizar la función tutorial y las orientaciones individuales para la mejora de la empleabilidad de las personas participantes en los cursos.
Además, este año hemos incluido la utilización de la tablet en el curso de atención sociosanitaria, para facilitar la dinámica formativa del mismo.
Por otra parte, disponemos de una amplia gama de materiales didácticos ampliados y mejorados para esta edición.
Asimismo, contamos con el resto de programas, es el caso del Programa DigitalizaT, a los que podrán ser derivados las personas participantes, si se valora la necesidad, motivación y perfil.
- ¿Qué tipo de metodología utilizáis en los diferentes cursos?
Utilizamos una metodología activa, participativa y muy práctica, haciendo uso de recursos digitales y realizando actividades de evaluación continua. Además, combinamos formación teórica y práctica.
- ¿Cuál dirías que es el perfil de profesional que demanda mayoritariamente en estos momentos el mercado laboral?
A grandes rasgos, las empresas están demandando perfiles con competencias digitales, “habilidades blandas” (empatía, habilidades de comunicación o resiliencia) y una mayor apuesta por la educación intermedia (formación profesional y/o certificados de profesionalidad).
Por otro lado, las formaciones que tienen que ver con el trato a personas son las más demandadas, y en concreto las de la rama sociosanitaria.
En este sentido, la profesionalización obligatoria para trabajar como cuidador/a de personas dependientes en instituciones que se ha puesto en marcha este año y siguiendo con el enfoque transversal de capacitación en competencias digitales por el que apostamos, situará a las personas que participen en el programa Cualifica-T de FSC en una situación de ventaja competitiva.
- La innovación es una parte muy importante de la formación. ¿Qué novedades habéis implementado en esta edición o cuáles pretendéis introducir?
Como novedad, este año hemos sustituido el material didáctico en formato de libro por manuales en formato pdf, para que las personas participantes puedan seguir la formación mediante tablets que les serán entregadas al inicio del curso, para el seguimiento de la parte teórica del “certificado de profesionalidad de atención sociosanitaria”.
Además, y como ya hicimos el pasado año, el uso de las TICs y recursos digitales será continuo durante el proceso formativo.
FSC participará en el curso monográfico "Visiones y reflexiones en torno a las drogas" de la UAB
La Fundación Salud y Comunidad (FSC), a través del Observatorio Noctámbul@s, del Proyecto Malva y del proyecto “En Plenas Facultades”, ha sido invitada a participar en un curso monográfico sobre drogas, organizado por la Universidad Autònoma de Barcelona (UAB), durante los meses de marzo y abril. En el curso, con reconocimiento de 2 ECTS, se abordarán las diferentes implicaciones que comporta el consumo de drogas (legales e ilegales) a nivel individual, comunitario y social, contando para ello con profesionales expertos/as en el ámbito de drogodependencias.
El programa de Salud de la Fundación Autónoma Solidaria de la UAB ha programado el ciclo de talleres, con un total de 7 sesiones, denominado “Visiones y reflexiones en torno a las drogas”, en el que se abordarán las diferentes implicaciones que comporta el consumo de estas, tanto en el ámbito individual, como comunitario y social.
Las diferentes sesiones permitirán conocer la subjetividad de la vivencia personal en el consumo de sustancias y del marco político del momento, así como la objetividad que el conocimiento científico aporta, con el fin de que las personas asistentes puedan construir su visión, más allá de las concepciones mediáticas y aplicando la perspectiva de género.
En este curso monográfico sobre drogas, organizado por la UAB, intervendrán como ponentes nuestras compañeras de FSC Ana Burgos, coordinadora del Observatorio Noctámbul@s y del Proyecto Malva, así como Florencia Manns, técnica del proyecto “En Plenas Facultades” y del Observatorio Noctámbul@s de FSC.
Sus ponencias se titulan "El sexismo también sale de fiesta. Alcohol, ocio nocturno y violencia sexual hacia las mujeres", en el caso de Ana Burgos, y “Efectos de las sustancias e implicaciones psicosociales. ¿Qué sabemos de cada sustancia?”, por parte de Florencia Manns, enmarcadas en el trabajo que realizan en los diferentes proyectos de FSC, en los que desarrollan su labor.
La sesión teórica de este curso, se complementará con una sesión de carácter práctico, en la que el alumnado podrá aplicar los conceptos trabajados durante el monográfico. Además, en esta sesión práctica podrá conocer mejor cuáles son las necesidades de las personas usuarias de servicios de atención a las drogodependencias y el trabajo de prevención e intervención llevado a cabo en los distintos proyectos.
Para más información, se puede consultar el programa del curso, y para inscripciones este enlace.
Historia de superación de Julio, atendido en el Servicio Acompañamiento Itinerarios Inserción Laboral (SAIIL) de FSC en Alicante
Comienzo mi historia desde los 14 años que empecé a trabajar en el campo, cortando uva. A partir de aquí, me dejé los estudios con 15 años (auxiliar administrativo) y fue el comienzo de mi vida laboral.
Tuve mucha facilidad para encontrar trabajo y lograba trabajar en donde me proponía, cambiando incluso de trabajo. Trabajé como operario, carpintero, comercial, camarero, celador y muchos trabajos más, pero al final no tenía ninguna profesión adquirida, trabajaba siempre como peón.
Después de una vida laboral con muchos altibajos y sin saber realmente qué profesión era la mía, me propuse conseguir tener una profesión y me hice vigilante de seguridad.
Este trabajo me lo tomé muy en serio y fui progresando hasta ser personal laboral fijo en el Aeropuerto de Alicante, como vigilante de seguridad.
Realizaba todas las formaciones necesarias para estar lo más actualizado posible, incluso recibí alguna que otra mención honorifica por el trabajo realizado. Todo me iba muy bien, estaba fijo en el Aeropuerto de Alicante y conseguí una buena estabilidad personal y familiar, era feliz.
En 2013, EULEN, la empresa de seguridad para la que yo trabajaba, hizo un ERE para despedir a 30 personas y, aunque no me correspondía estar entre ellas, me metieron en el listado y fui despedido con 42 años…
Me dieron una indemnización de 6.000 euros y a cobrar el paro. En un principio, no me preocupó mucho ya que, por mi experiencia y trayectoria laboral, pensé que no tardaría en encontrar trabajo.
Empecé a enviar currículums a todas las empresas de seguridad que conocía y no me llamaban de ninguna, necesitaban personal, pero querían trabajadores recién salidos de la academia…
Tras esta decepción, después de 10 años como vigilante de seguridad, y con el dinero de la indemnización, decidí montar un taller de serigrafía, que no funcionó, ya que la crisis de ese momento fue para todos.
Después de 5 años con mi vida sentimental, familiar y económica destrozada, mientras cobraba el paro, y después la Renta Activa de Inserción (RAI), estuve realizando hasta 5 certificados de profesionalidad, en busca de la inserción laboral que no conseguía y que cada vez era más complicada, ya que cumplía más edad.
Psicológicamente destrozado y con la autoestima por los suelos, con algo de depresión y sin ingresos de ningún tipo, solicité la Renta Valenciana de Inclusión Social y me dieron cita para 2 meses con la trabajadora social que me correspondía.
En este estado de desesperación, solicité mi certificado digital y yo mismo hice la solicitud en la sede electrónica de la Generalitat Valenciana, entrando en vigor desde esa fecha.
A los 2 meses, acudía a mi cita con la trabajadora social, a la que le pedí que me ayudara, que ya no sabía a quién pedirle dinero.
Gracias a Dios, me dieron una ayuda del ayuntamiento de 360 euros y me remitieron al Centro Social “Virgen del Carmen” a realizar un curso de inserción laboral, donde conocí a las profesionales del Servicio Acompañamiento Itinerarios Inserción Laboral (SAIIL), dirigido y gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Alicante. Me agarré a una de ellas, por su humanidad y comprensión, como el que se “agarra a un flotador en medio del océano”…
En ese momento, estaba muy hundido psicológicamente, ya hacía más de seis meses que había solicitado la Renta Valenciana de Inclusión Social y aún no había recibido nada, ni una contestación, por lo que emprendí acciones legales contra la Generalitat Valenciana por el incumplimiento del expediente, recurriendo al Defensor del Pueblo (Síndic de Greuges).
Llegó el COVID-19 y se me acabó la ayuda de 360 euros del ayuntamiento, vendí todo lo que tenía -hasta la bicicleta- y la Renta Valenciana de inclusión social no llegaba, ni contestaban y trabajo tampoco conseguía, por lo que me encontraba en una profunda depresión.
Quiero agradecer a M., profesional del SAIIL, que siempre estuvo ahí cuando la llamaba desesperado y siempre me echaba ese “flotador para que no me ahogara”, remitiéndome al Banco de Alimentos, o facilitándome una tarjeta de transporte para que pudiera desplazarme.
No podía estar más agradecido en esos momentos tan desesperados y en confinamiento, cuando llenaba la nevera de alimentos. Gracias “Acompañante del SAIIL”.
Después de un año y medio de solicitar la renta valenciana de inclusión social, la recibí y eso hizo que mi situación económica se normalizara un poco, mi autoestima y motivación aumentó. En ese momento, decidí prepararme las oposiciones para conserje de la Generalitat Valenciana y las aprobé, esperando a que me llamaran de otras oposiciones. Hoy en día, con 52 años, soy funcionario interino en la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Alicante como conserje.
Doy gracias a Dios, y a profesionales como M. del SAIIL que consiguió motivarme cuando ya estaba hundido y me había rendido. Ahora sé que tenía que pasar por todo ello para ser lo que soy hoy y ser feliz con mi trabajo de conserje, aunque la experiencia me ha dejado miedos que voy superando poco a poco.
Julio, persona atendida en el Servicio Acompañamiento Itinerarios Inserción Laboral (SAIIL) de FSC en Alicante.
"El voluntariado en 'Can Coll' ha sido clave para mi sana recuperación emocional y para sentirme motivada de nuevo"
Joana Vidal, de 69 años, ha formado parte durante 15 años del equipo profesional de la Comunidad Terapéutica “Can Coll”, gestionada y dirigida por la Fundación Salud y Comunidad (FSC). Concretamente, hasta su jubilación. En esta entrevista, conoceremos cómo se encuentra en este momento de la vida, así como sus tareas de voluntariado en esta misma comunidad. Además, hemos entrevistado previamente a Jordi Morillo, director del servicio, para que nos ponga en antecedentes sobre el trabajo profesional realizado por Joana en “Can Coll” y su actividad de voluntariado actual.
- Jordi, cuéntanos qué tareas ha realizado Joana en el centro en su etapa profesional.
Sí. Joana formó parte del equipo de la comunidad terapéutica “Can Coll” desde el año 2004, hasta su merecida jubilación en 2019.
Se hizo cargo de las funciones de monitora de cocina, un espacio donde la intervención directa con la persona usuaria del tratamiento es constante, y donde, desde su rol, pudo ayudar al resto de compañeras y compañeros a consolidar los cambios necesarios durante el proceso, para dotar de los conocimientos, técnica y actitud para el aprendizaje de herramientas necesarias para la vida cotidiana.
A lo largo de los años, se fue formando, y pudo participar de espacios terapéuticos concretos, como es el Programa de Perspectiva de Género y las dinámicas dirigidas exclusivamente a las mujeres.
- ¿Cómo describirías a Joana como persona y cuál dirías que ha sido y es su aportación al servicio?
Con su carácter firme, pero acogedora, se ha ganado, a lo largo de los años, el cariño, respeto y consideración, tanto de las personas usuarias (que la recuerdan con afecto y agradecimiento), como del resto del equipo técnico, aportando desde un punto de vista natural y desde el sentido común, una visión “doméstica” que ha servido para preparar mejor a las personas en tratamiento, a su salida del servicio.
- ¿Cómo sucedió el hecho de pasar a ser voluntaria en esta nueva etapa de la vida en la que se encuentra?
Cuando se jubiló, aceptó mi propuesta de seguir vinculada a “Can Coll”, llevando a cabo un voluntariado y de esta forma, hemos podido seguir manteniendo esta figura de gran valor en el centro.
- Vamos a hablar ahora con Joana.
Muy bien.
- Joana, ¿qué te motivó a realizar este voluntariado?
Cuando me jubilé como trabajadora de “Can Coll”, tuve que hacerme cargo del cuidado de mi marido, que sufría una enfermedad crónica. Cuando desgraciadamente falleció, decidí que no podía estar sola en casa durante todo el día y, además de vincularme a un centro deportivo, quise hacerme voluntaria de la Fundación Salud y Comunidad, pensando que iba a ser una buena opción.
En este sentido, el voluntariado en “Can Coll” ha sido clave para mi sana recuperación emocional y para sentirme motivada de nuevo.
- ¿De qué forma te ha valido tu experiencia laboral en “Can Coll” a la hora de realizar este voluntariado?
Me ha valido de mucho. Todo lo que sé respecto al paciente con problemas de adicción, lo aprendí en “Can Coll”, trabajando con personas muy profesionales y con un nivel de conocimiento enorme.
También, mi experiencia laboral en el centro durante muchos años, con la formación específica, me ha permitido no “meter la pata” e ir comprendiendo mejor, lo difícil que es dejar una adicción.
- Concretamente, ¿en qué consisten tus tareas como voluntaria?
Los jueves acompaño a la educadora responsable del Programa de Perspectiva de Género. Concretamente, en las dinámicas semanales que se llevan a cabo, aportando un punto de vista, quizás menos técnico, pero sí intuitivo.
Los viernes por la tarde, llevo a cabo un taller de costura, en el que ayudo y enseño a las personas usuarias a poder hacer remiendos básicos, coser bolsos, reciclar ropa vieja y darle un nuevo uso, en forma de carteras, bolsas de playa, etc. así como a aprender lo más básico como coser un botón, hacer un bajo de un pantalón, cortinas…
Además, asisto a la reunión de equipo semanal que se lleva a cabo en “Can Coll” los martes.
- ¿Qué es lo que más te gusta de tu labor de voluntariado?
Seguir en contacto con “Can Coll”, con mis compañeras y compañeros, y poder seguir aportando algo de conocimiento que permita a personas en tratamiento salir del centro mejor preparadas, incluso a niveles tan básicos como la costura, ya que es algo que les aporta autonomía.
- ¿Cómo es el ambiente de trabajo con el equipo profesional de la comunidad terapéutica?
Son mi familia, hemos compartido muchísimos años, nos queremos y sufrimos juntos, pero también nos cuidamos emocionalmente y nos tenemos en cuenta los unos a las otros.
- ¿Qué te aporta la experiencia de voluntariado en esta etapa de jubilación?
Me da vida, siempre dije que conocer “Can Coll” y entrar a trabajar en este servicio, era algo que el destino me tenía preparado, porque hasta ese momento, te puedo asegurar que no conocí la plenitud en el trabajo, la satisfacción personal por la tarea de ayuda que se lleva a cabo, así como el valor de la convivencia con un equipo joven, dinámico y multidisciplinar.
- ¿Con qué recuerdo te quedas del voluntariado que llevas haciendo hasta el momento?
Me da especial alegría ver como las personas que inician el tratamiento, llegan en condiciones precarias, y que cuando finalizan, están mucho mejor preparadas para mantener una vida abstinente.
En cuanto a mis tareas, es divertido ver cómo se cosen sus bolsos de playa, te enseñan un remiendo bien hecho, o te comentan alguna dificultad en la técnica del cosido y adquieren conocimientos nuevos. No espero más...
- ¿Recomiendas la experiencia del voluntariado a las personas mayores, en su etapa de jubilación?
Sí, en mi caso, fui muy feliz y viví plenamente mi relación profesional con la comunidad terapéutica, por lo que el continuar desde un voluntariado en esta nueva etapa, me ha proporcionado, y me sigue proporcionando, mayor satisfacción.
- Por lo que comentas, el voluntariado te está sentando muy bien…
Sí, me está sentando fenomenal. Definitivamente, la jubilación es un momento de la vida, en el que nos tenemos que reinventar, ocupar el tiempo de forma satisfactoria, y aprovechar nuestro conocimiento para poder aportar algo a la sociedad.
- Para finalizar la entrevista, ¿quieres aprovechar para comentar alguna otra cuestión?
Sí, me gustaría agradecer a la Fundación Salud y Comunidad, a su gerente, con el que he tenido siempre una relación muy afectuosa y cercana, al equipo de “Can Coll”, que son familia, poder haber formado parte de este proyecto durante tantos años, aportando desde mi posición, un granito de arena a la mejoría de las personas con problemas de adicción, a la vez que me ha permitido crecer personalmente, ser mejor persona, y darle sentido a mi vida en los últimos 20 años. Gracias.
El Programa de Inclusión de Mujeres Mediante Acompañamiento (IMMA) de FSC finaliza el 2022 con destacados logros
El programa IMMA de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), desarrollado en Castellón, comenzó como programa piloto en 2013. Fue financiado por primera vez por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana en 2016. Durante el pasado año, obtuvimos muy buenos resultados. Entre ellos, el incremento de un 5,8% más de mujeres atendidas, el aumento de acompañamientos y visitas domiciliarias o el incremento de la continuidad y profundidad de las intervenciones, con mayor incidencia. Este año, se cumplen 10 años en el que acompañamos a mujeres en contextos de prostitución para favorecer su proceso de salida, prioritariamente a víctimas de trata con fines de explotación sexual.
El proyecto IMMA de la Fundación Salud y Comunidad tiene diferentes objetivos: promover el acceso a los derechos de ciudadanía y recursos en condiciones de igualdad de las beneficiarias y generar un dispositivo de referencia para las víctimas de trata con fines de explotación sexual y el resto de mujeres que sufren explotación sexual en el territorio.
Por otra parte, promover la salud y la mejora en la calidad de vida de las participantes y facilitar a las víctimas de trata con fines de explotación sexual la coordinación para la denuncia y persecución de mafias que las explotan y extorsionan.
A la vista de la evaluación de la actividad realizada durante el pasado año, encontramos muy buenos resultados en el acceso a los sistemas de protección sociales y sanitarios, mejorando incluso los indicadores del pasado año. En este sentido, se ha reconocido el derecho a recibir atención sanitaria y servicios sociales a mujeres que, pese a su situación de alta vulnerabilidad, no estaban recibiendo estos servicios.
Destacamos también la atención psicosocial y sanitaria especializada en las situaciones de explotación sexual y prostitución que realizamos, con una gran profundidad y calado en las intervenciones, que incrementa la incidencia positiva a medio y largo plazo.
Se ha intervenido tanto en el centro, como sobre el terreno, y a través del teléfono móvil, adaptando el programa a las necesidades emergentes que presentaban las participantes. Asimismo, se han podido iniciar intervenciones en pequeño grupo, incrementándose los acompañamientos.
A continuación, señalamos algunos de los logros más destacados:
- Incremento de un 5,8% más de mujeres atendidas.
- Aumento de la continuidad y profundidad de las intervenciones, con mayor incidencia de estas.
- Importante incremento de la participación de las mujeres debido a la confianza que van depositando en el equipo profesional.
- Incremento en las asistencias en centro fijo, tanto a nivel social como psicológico y sanitario.
- Aumento de acompañamientos y visitas domiciliarias.
- Incremento de las demandas de atención psicológica continuada en el centro.
- Aumento de las mujeres que expresan haber sufrido Trata de Seres Humanos (TSH) con fines de explotación sexual en el pasado (22 mujeres) y mujeres que manifiestan estar sufriendo TSH con fines de explotación sexual en la actualidad (3 mujeres).
- Acompañamiento a víctimas de trata de seres humanos en el proceso de denuncia de la situación (2 mujeres). Este proceso es complejo y altamente delicado. Se ha realizado en colaboración con la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) y Fiscalía, realizando una importante coordinación.
- Un 18,6% (55 personas) de mujeres minimizan las horas que ocupan en la prostitución y/o la abandonan.
- Obtención del Premio Meninas 2022: un galardón vinculado al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, reconociendo nuestra especial implicación en la lucha contra la violencia machista y la protección de sus víctimas.
- La percepción del servicio recibido por parte de las usuarias es muy positiva (media de 4,9 sobre 5). Este hecho es un indicador de un pronóstico favorable de los objetivos del programa.
Por otra parte, entre los retos y propuestas de mejora para este 2023, el equipo profesional del proyecto destaca los siguientes:
- Ampliar la detección de mujeres víctimas de TSH con fines de explotación sexual.
- Incrementar la presencia del programa en clubs y pisos clandestinos.
- Generar recursos que den respuesta a hombres que sufren situaciones de TSH con fines de explotación sexual, dentro del objetivo “Lucha contra la trata y la explotación sexual de seres humanos”, dado que también hay niños y hombres jóvenes afectados por esta problemática.
El proyecto IMMA de FSC está financiado por la Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana, así como por la Asignación Tributaria del IRPF para Fines Sociales, el Ayuntamiento de Castellón, la Diputación de Castellón y el Ministerio de Igualdad.
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"En el PAAD es muy importante trabajar desde la demanda de la persona, para conseguir que se vincule al profesional y al servicio lo más rápidamente posible"
El Servicio de Acompañamiento para la Vida Autónoma (SAVA) de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), dirigido a personas de la provincia de Barcelona, cuyo objetivo es facilitar el paso a la vida autónoma de las personas beneficiarias del servicio, mantener esta autonomía y conseguir el máximo nivel de inserción en la comunidad, ha puesto en marcha un servicio complementario dirigido a personas que están en consumo o con conductas adictivas en activo. Se trata del Programa de Atención y Acompañamiento a las Dependencias (PAAD), del que Andrea Meana, coordinadora de ambos servicios, nos da mayor detalle en esta entrevista.
- Recientemente, habéis puesto en funcionamiento el PAAD… ¿cuáles son sus características principales?
El PAAD es un servicio que realiza acompañamientos educativos a personas que tienen dependencias a sustancias y/o conductas adictivas. Se trabajan aspectos relacionados con su día a día, como la gestión de su economía, la realización de un menú semanal y la compra, la búsqueda de actividades de ocio, se realiza seguimiento de su medicación, seguimiento de las situaciones que suponen un riesgo para la salud de la persona, etc... Estos acompañamientos se llevan a cabo en el domicilio de la persona usuaria, o lugar acordado entre educador/a y persona usuaria, como puede ser una biblioteca, un centro cívico, u otros recursos municipales que ofrece la ciudad de Barcelona.
- ¿Cuáles son las similitudes entre el PAAD y el SAVA?
Tanto el PAAD como el SAVA realizan estos acompañamientos educativos. El funcionamiento de ambos programas es el mismo: la persona usuaria hace la demanda de querer ser atendida por un educador/a social en las necesidades relativas a los aspectos educativos de su día a día. El educador social se acerca a la casa de la persona usuaria para realizar el acompañamiento educativo, en su entorno cotidiano. En este lugar, hablan de sus objetivos, los cuales están vinculados a la demanda de la persona, y se realiza un seguimiento de los mismos y de las necesidades que van surgiendo de sesión en sesión.
Tanto el SAVA como el PAAD son servicios que acompañan de forma individual, y ello tiene la gran ventaja de poder trabajar desde la especificidad y sin tener que velar por un grupo. Por ejemplo, una persona que está exponiéndose a conductas de riesgo, puede ser igualmente acompañada desde estos servicios, ya que no hay una normativa grupal por la que se tenga que velar.
El profesional seguirá quedando con la persona usuaria del servicio, se abordarán los riesgos, las estrategias y alternativas que tiene y se tomará una decisión acorde con su demanda, a la que posteriormente, se le hará un seguimiento y se revalorará si ha sido útil y si se sigue aplicando o si debe modificarse.
- ¿Qué diferencias podemos encontrar entre ambos servicios?
El Programa de Atención y Acompañamiento a las Dependencias (PAAD) es un servicio que ha nacido para poder cubrir las necesidades que no se podían cubrir desde el SAVA, principalmente porque este último es un servicio dirigido a personas que están en abstinencia. Por tanto, la principal diferencia reside en que el PAAD es un servicio dirigido a personas que están en consumo o con conductas adictivas en activo.
Desde el SAVA nos dimos cuenta de que había personas que no podían ser atendidas desde este servicio por no cumplir los requisitos necesarios de abstinencia, y todo lo que implica: puntualidad, compromiso de asistencia, temporalidad de los objetivos educativos... Por ello, decidimos crear el PAAD, un servicio que también tiene por objetivo favorecer la autonomía de las personas en consumo o con conductas adictivas en activo, a través del acompañamiento educativo. El PAAD es un servicio más flexible por lo que respecta a la puntualidad, cambios en la fecha de quedada, objetivos a conseguir en más tiempo, etc.
- ¿Qué destacarías además del PAAD?
Un aspecto destacable del PAAD tiene que ver con la coordinación entre los distintos equipos que atienden a la persona usuaria. Esta coordinación se hace especialmente necesaria, ya que, al estar en consumo, pueden producirse más desestabilizaciones a nivel psicológico y psiquiátrico.
El PAAD es un servicio que nace para cubrir otras necesidades diferentes a las del SAVA. En este sentido, el nacimiento del SAVA fue muy similar al del PAAD, ya que el SAVA surgió al observar que las personas, al terminar sus procesos residenciales para la deshabituación de las adicciones (en pisos o comunidades terapéuticas), seguían demandando y necesitando atención profesional para gestionar su día a día. Estas personas demandaban una atención menos intensiva y adaptada a esos momentos de mayor autonomía.
Además, desde el PAAD entendemos que es fundamental generar servicios inclusivos, en los que personas que están en consumo, tengan cabida y se pueda trabajar igualmente para la mejora de su calidad de vida. Desde este servicio, creemos que la mirada debe ponerse en minimizar el impacto negativo del consumo, potenciar alternativas saludables al consumo, y aumentar la autonomía.
La presencia de las conductas adictivas o del consumo en activo, hará que los objetivos a conseguir puedan verse influenciados por este, y es importante entender que el ritmo del acompañamiento será diferente al de una persona en abstinencia. Por ello, en el PAAD es muy importante trabajar desde la demanda de la persona, para conseguir que se vincule al profesional y al servicio lo más rápidamente posible, y así poder acompañarle en sus necesidades.
- Para finalizar la entrevista, el pasado día 24 de enero fue el Día Internacional de la Educación. ¿Qué función dirías que tiene la educación social, en el marco de estos dos programas?
La educación social tiene un papel fundamental en el contacto con personas que están discriminadas por la sociedad. Las personas con problemas de adicción siguen sintiendo el rechazo de la sociedad y en muchos casos también, de sus familiares y amistades. Muchas veces este rechazo tiene su origen en la incomprensión que hay alrededor de esta enfermedad, la cual genera juicio negativo en muchas ocasiones y falta de apoyo, llegando incluso a ocultar la enfermedad por miedo a ser rechazados (trabajo, relaciones sexo-afectivas, posibles amistades, temor al “cotilleo”, etc.).
Creo que una de las misiones del educador/a social tiene que ver con señalar esa desigualdad y ayudar a comprender (educar), con el fin de que haya menos desigualdad y rechazo. No solo se ayuda a comprender a las personas que rodean a la persona con el diagnóstico en las adicciones, también debe incidirse sobre la persona con el diagnóstico. El autoestigma está muy presente en las personas con adicción porque también han hecho suyos los mensajes que la sociedad dice de ellos.
Además, deviene una figura de alianza y apego para las personas con este diagnóstico, y puede ser clave para empezar a cuestionar el autoconcepto que tienen como personas con problemas de adicción. Cuestionar los mensajes sociales y educar por la igualdad creo que serían dos conceptos fundamentales que maneja la educación social.
- Es muy interesante la mirada que se hace desde la educación social…
Sí, la mirada estructural que hace la educación social pone el foco en la estructura de la sociedad y no tanto en los factores individuales. Es una mirada muy desestigmatizadora al no responsabilizar a la persona sobre su situación, sino verla como un síntoma de un sistema que no funciona de forma igualitaria y saludable. La educación social señala el funcionamiento social violento, injusto, duro... que termina por repercutir en las personas que conforman el sistema y que acaban siendo víctimas de un sistema que favorece las desigualdades.
Igualmente, la educación social apuesta por un trato más horizontal entre profesional y persona usuaria, lo que permite que esta última tenga una relación significativa con un/a profesional que puede resultar muy sanadora, no solamente por el respecto que recibe, sino también al verse tratada como persona más allá de un diagnóstico.
Por ello, es tan importante que haya programas como el PAAD o el SAVA con profesionales de la educación social, ya que son servicios que promueven la inclusión y disminuyen la desigualdad al ajustarse a las necesidades de la persona atendida. Tanto la flexibilidad de ambos servicios, como la horizontalidad y cercanía en el trato por parte del profesional, facilitan el acceso y el mantenimiento de la persona usuaria en los programas y facilita su autonomía e inclusión social.