El proyecto "En Plenas Facultades" (EPF) de FSC arranca el curso 2024/2025 con el mismo ímpetu que cuando empezó hace 25 años

En el proyecto EPF de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) comenzamos este nuevo curso universitario con las mismas ganas de seguir formando a Agentes de Salud, promocionando las sexualidades saludables y enfocando la prevención del uso de drogas desde la reducción de riesgos, siempre con la perspectiva de género como eje. El balance tan positivo del último curso nos motiva a intentar igualar o superar nuestra presencia en 11 universidades de 6 comunidades autónomas españolas, en las que hemos desarrollado 28 intervenciones formativas, con el apoyo del alumnado.

Entre estas formaciones, se encuentra el reconocimiento de créditos ECTS o créditos RAC que el alumnado obtiene por realizar actividades universitarias que no forman parte de su plan de estudios, así como seminarios específicos sobre prevención, promoción de la salud o perspectiva de género en la prevención del consumo de drogas.

Un total de 455 estudiantes se han formado en el EPF durante el pasado curso 2023/2024 y han realizado acciones preventivas, siguiendo la metodología “peer to peer” (educación entre iguales) en el ámbito universitario, a través de 66 campañas que han supuesto un impacto en su entorno. Ello se refleja, entre otros hechos, en el aumento de personas que siguen las redes sociales del proyecto EPF.

Además, 2024 está siendo un año muy especial, ya que cumplimos 25 años siendo un referente pionero en la prevención universitaria. Es por ello que el pasado mayo celebramos este aniversario con la IV Jornada EPF, presencialmente en el Espacio Francesca Bonnemaison de Barcelona, un evento que tuvo como título “Sex&Drugs: 25 años de viaje en la prevención con jóvenes”.

No solo ha sido un año muy destacado por los datos y por la celebración de nuestro aniversario, sino también por saber que la confianza de las instituciones y universidades comprometidas con el proyecto EPF se ha renovado y ha aumentado. Un año más, contamos con el apoyo y la financiación del Plan Nacional sobre Drogas y de la División de control de VIH, ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social; de la Agencia de Salud Pública de la Generalitat de Cataluña; de la Diputación de Barcelona; del Gobierno de Aragón, de la Comunidad de Madrid, así como también del Gobierno del País Vasco y de la Generalitat Valenciana.

Con su ayuda, durante el próximo curso 2024/2025, desarrollaremos diversas formaciones sobre “Salud, Drogas y Sexualidades” en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (Campus de Gipuzkoa); Universitat Jaume I de Castelló; Universitat de Barcelona (Campus Mundet); Universitat de Lleida (Campus Cappont); Universitat de Girona; Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya; Universitat de Manresa-UVic-UCC; Universitat Rovira i Virgili, Tarragona (Campus Catalunya); Universidad Carlos III de Madrid (Campus Getafe); Universidad Complutense de Madrid (Campus Somosaguas); Universidad de Zaragoza, y en la Universidad de Murcia (Campus el Palmar).

Por último, señalar que durante este curso 2024/2025 lanzaremos los nuevos materiales de difusión del proyecto en las acciones preventivas. Es el caso de adhesivos, chapas, libretas y trípticos informativos que nos servirán de apoyo durante la realización de las actividades preventivas en los campus, siempre con el objetivo que perseguimos desde hace 25 años: la prevención en el ámbito universitario.


Brindando por muchos más años de felicidad compartida en el vigésimo aniversario de las Viviendas con Servicios "Gran Vía" de Barcelona

Este año, las Viviendas con Servicios “Gran Vía” de Barcelona, gestionadas y dirigidas por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), de titularidad del Ayuntamiento de Barcelona, han cumplido 20 años. Recientemente, ha tenido lugar la celebración de este aniversario tan esperado, al que acudió la mayoría de usuarios/as de las viviendas. Han sido 20 años compartiendo muy buenas experiencias y otras circunstancias que, si bien no han sido fáciles, siempre se han superado con la ilusión de seguir adelante, con espíritu de mejora y el compromiso por seguir ofreciendo un servicio cercano de calidad a las personas mayores que viven en este recinto residencial.

Recientemente, ha tenido lugar la celebración de este vigésimo aniversario en este servicio, cuyo objetivo es ofrecer a las personas mayores una vivienda adecuada y adaptada para posibilitar su máxima independencia y favorecer la vida comunitaria, así como su integración social.

La celebración contó con la asistencia de Francisco González Sedeño, presidente de la Fundación Salud y Comunidad; Carme Trilla, subdirectora del Área de Atención a la Dependencia de FSC; Silvia Salinas y Mari Carmen Navas (directoras de las Viviendas con Servicios “Concilio de Trento I” y Viviendas con Servicios “Concilio de Trento II”, también de Barcelona), Sergio Castelló (psicólogo y coach de las Viviendas con Servicios “Gran Vía”,  “Concilio de Trento I” y “Concilio de Trento II” ) y otros profesionales de nuestra entidad.

En el evento, cuidadosamente organizado para que no faltara ningún detalle, “hubo risas, brindis y comida especial para la ocasión, así como discursos muy emotivos, música en directo y muchos bailes”, afirma Mariló Chacón, directora de las Viviendas con Servicios “Gran Vía” de Barcelona.

Para poder expresar el sentir de la celebración, compartimos unos textos muy emotivos que se leyeron en el transcurso del acto. Uno de ellos es de Teresa A., trabajadora familiar, cuya tarea en el servicio es ofrecer la atención y cuidados requeridos a las personas mayores que necesitan apoyo en las actividades de la vida diaria (AVD), teniendo en cuenta su contexto familiar y entorno.

No importan las lentes, las canas,
ni ser lenta o con la espalda encorvada.
Lo que importa es la vida y la lucha ganada.
No importa el tiempo que pasa
Y que también se irá.
Lo que verdaderamente cierto
es aprovechar la vida
A cualquier edad.

Teresa. A.

También, compartimos el texto que leyó Margarita, usuaria que vive en las Viviendas con Servicios “Gran Vía” de Barcelona desde hace 6 años.

Queridos amigos y vecinos,

Es un honor para mí estar hoy aquí, celebrando el vigésimo aniversario de este maravilloso edificio que hemos tenido la suerte de llamar hogar durante dos décadas. Hace 20 años, este lugar era solo un proyecto lleno de sueños y esperanzas. Hoy, es un testimonio vivo de lo que podemos lograr juntos.

A lo largo de estos 20 años, hemos visto crecer no solo el edificio, sino también nuestra comunidad. Hemos compartido innumerables momentos especiales: risas, conversaciones y, a veces, también lágrimas. Cada rincón de este edificio tiene una historia que contar, una memoria que guardar.

Quiero agradecer a todos los que han sido parte de este viaje. A los constructores y diseñadores que dieron vida a este lugar, a los administradores que lo han mantenido en perfecto estado y, especialmente, a cada uno de ustedes, los residentes que con espíritu y calidez han transformado estos muros en un verdadero hogar.

Este edificio no es solo una estructura física, es un reflejo de nuestra comunidad, de nuestra convivencia y apoyo mutuo.

Mirando hacia adelante, estoy segura de que los próximos 20 años nos traerán aún más alegrías y retos. Continuaremos trabajando juntos para mejorar y mantener este lugar que tanto queremos.  

En nombre de todos, felicito a este edificio por sus primeros 20 años y a cada uno de nosotros por ser parte de esta hermosa historia. Brindemos por el pasado, el presente y el futuro y por muchos años más de felicidad y prosperidad.

Margarita

Entre los logros en la gestión del servicio durante estos 20 años, cabe resaltar la gran variedad de actividades programadas que se han llevado a cabo en el servicio, y que se siguen realizando, con el objeto de fomentar la relación entre los vecinos/as, así como el gran trabajo realizado por el equipo profesional, sin cuya implicación todas las mejoras no hubieran sido posibles.

En este sentido, cabe destacar la labor realizada por el equipo de profesionales de las Viviendas con Servicios “Gran Vía” de Barcelona para que en esta celebración todo saliera tan bien. Se trata de Carmen Martínez, Teresa Alonso, Jairo Caguana, Montserrat Jiménez, Fátima Chkhikhem y Gerard Porteros.

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"Con mi labor de voluntariado, he tenido la oportunidad de conocer la globalidad de la problemática adictiva, tanto de los usuarios, como de sus respectivas familias"

Me llamo Joan Salas, he nacido en Barcelona y tengo 68 años, actualmente estoy de voluntario en el Centro de Día “La Crisálida” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), desde hace dos años.

Aunque tengo la formación de asistente social, nunca he ejercido esta profesión. Seguramente, de ahí nace mi interés, una vez jubilado, de participar en las tareas sociales.

En la Fundación Salud y Comunidad he realizado diferentes colaboraciones en diversos centros, como en el piso terapéutico COSMOS, en el Centro de Día de Hospitalet con el grupo del Servicio Penitenciario, y unas sesiones informativas sobre los procesos adictivos a los familiares de los internos de la Comunidad Terapéutica “Can Coll”. Por tanto, con mi labor de voluntariado, he tenido la oportunidad de conocer la globalidad de la problemática adictiva, tanto de las personas usuarias, como de sus respectivas familias. Sin embargo, el aspecto que me ha dado la posibilidad a ser voluntario, ha sido mi experiencia de 40 años como practicante de yoga y de meditación.

Actualmente, llevo a cabo la actividad CUERPO Y MENTE, que consiste en un programa de aprendizaje progresivo de técnicas de relajación, basadas en los conocimientos milenarios de la ciencia del yoga, con el objetivo de ir reduciendo el malestar producido por la ansiedad, la angustia y el estrés asociado a la abstinencia adictiva, obteniendo así los beneficios físicos, psicológicos y emocionales que se derivan de una vida más serena y plena.

En las sesiones se practican diferentes modalidades de respiraciones profundas, de estiramientos musculares, éstos siempre adecuados a las habilidades físicas personales, con el fin de ir aumentando la capacidad vital de los pulmones y la elasticidad y fortaleza de los músculos, al tiempo que se practican técnicas sencillas de concentración, paso previo a una meditación de calidad, que posteriormente servirán de base para afrontar con mayor reflexión y pausa las tensiones cotidianas.

A nivel personal, ha supuesto un enriquecimiento poder socializar con los usuarios y establecer un feedback de experiencias vivenciales que surge espontáneamente.

No quiero despedirme, sin expresar mi reconocimiento a la profesionalidad del personal de “La Crisálida”, empezando por Sandra, siguiendo con Eva, Ana, y acabando con Claudia, que han sido capaces de conseguir un clima acogedor de trabajo en el centro, donde me encuentro supercomodísimo y muy valorado.

Y, por último, quiero animar a las personas a que dispongan de tiempo y tengan alguna aportación para mejorar la vida de los demás, lo hagan, siempre recibirán más de lo que darán.


Joan Salas, voluntario en el Centro de Día “La Crisàlide” de FSC


"Soy una persona abierta, que siempre va con la verdad por delante"

Jesús tiene casi 50 años y es usuario desde hace 20 de la Residencia de Personas con Diversidad Funcional Relleu, propiedad de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Relleu (Alicante), servicio que cuenta con 24 plazas concertadas con la Generalitat Valenciana. Con él hablamos hace unos días y nos contó, entre otras cosas, cómo es su vida en el centro, en qué actividades participa, e incluso nos habló de su pareja   María del Mar, que también es usuaria del servicio. Tanto el equipo profesional, como él mismo, y algunos compañeros/as, lo definen como una persona extrovertida y muy sincera, algo que también se refleja a lo largo de esta entrevista. 

 – Jesús, ¿cómo te encuentras?

Muy bien, muy contento porque es la primera vez que me entrevistan… Por otra parte, en general, me siento muy juvenil y feliz. Eso sí, por aquí hace mucho calor, estamos en alerta amarilla.

– Entonces hay que refrescarse…

Sí, tenemos la piscina de Relleu, pero van muchas personas… De todas formas, a mí no me gusta ni la piscina ni la playa, ni tampoco los parques acuáticos, porque a estos últimos va mucha gente y me parecen peligrosos, viendo las imágenes que a veces salen por la tele.

– Bueno, pues vamos a hablar un poquito de tu día a día en el centro… ¿cómo es?

Mi vida aquí es tranquila, me entretengo mucho con actividades y lo paso bien. En general, todo está bien para mí (la comida, aunque ya saben que no me gusta ni el queso ni otras cosas y no me lo ponen; también, las instalaciones del centro, etc.).

– ¿En qué actividades participas?

Voy a un taller de jardinería y mantenimiento. Me gustan mucho las plantas, la naturaleza, y también los animales. Además, me gusta ir de paseo y ver las vistas tan bonitas que tenemos por aquí. También, salir al pueblo de Relleu y a otros como Benidorm, a veces voy con mis compañeros/as, ya sea a pasear, a tomar un café, etc.

– ¿Cómo es la convivencia en general en el centro?

Buena, tanto con el equipo profesional, como con las personas usuarias. Todas son buenas personas, cariñosas. Además, tengo pareja en el centro, ya dos años y medio. Eso sí, a veces nos enfadamos, pero también nos perdonamos… En el fondo, nos llevamos muy bien. A ver si dura, yo quiero que esta relación dure… Ella es la hermana de Antonio, otro usuario del centro, con el que ya hablaste.

– Sí, sí, lo recuerdo… ¿Y cómo se llama ella?, seguro que le hace ilusión que la nombres…

Se llama María del Mar.

– ¿Te gustaría decir algo sobre ella?

Sí, quiero decir que tiene mal humor, pero también que es muy cariñosa, he de reconocer que se porta muy bien conmigo. Además, alguna que otra vez me hace un regalito… y eso me gusta.

– De ti ya me habían dicho que eres una persona muy sincera… pero a ver si a ella no le gusta que digas lo de su mal humor…

No, no, tranquila… seguro que no se enfada. Ya me conoce y sí, soy una persona abierta, que siempre va con la verdad por delante. Me gusta ser muy sincero, pero tampoco quiero problemas, no me gustan los líos, ya que soy una persona pacífica.

– Y también sé que te ha gustado mucho “salir de fiesta” en tu adolescencia.

Sí, ahora ya no salgo de esa forma. He sido muy festero, me ha gustado mucho ir a la discoteca y “el bakalao” (música electrónica), yo era de los que hacían la ruta. Me gustaba el ambiente, la gente que iba, etc. Disfruté mucho esa época de mi vida.

– ¿Te sigue gustando esta música?

Sí, además sé pinchar discos, a modo de “disc jockey”…

– ¡Qué interesante!, pero sé que ahora también escuchas otro tipo de música, ¿verdad?

Sí, escucho un poco de todo. En mi habitación, que es mi espacio, además tengo una cama muy cómoda, me gusta escuchar música de cantantes como Antonio Orozco, el Canto del Loco, pero también música de “bakalao”.

– Vaya, que eres uno de los fieles a este tipo de música… La tiene muy presente.

Sí, desde luego.

- ¿Quieres contarnos algo más?

Sí, que el otro día me fui de tiendas y también de fiesta, pero por la tarde, a una discoteca que está en la zona de la playa de Benidorm.

– ¿Cómo fue la experiencia?

Buena. Me hizo recordar muchas cosas de mi pasado festero, pero ese día no bebí alcohol… ahora ya estoy en otra etapa bien distinta de mi vida.


"Recuerdo a casi todas las personas que estuvieron ingresadas en 'Can Coll' desde que comencé a trabajar porque me han enseñado mucho"

Sofía Enrique trabaja como educadora social en la Comunidad Terapéutica “Can Coll” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Cataluña. Su trayectoria profesional en nuestra entidad se remonta a enero de 2007, cuando realizó sus prácticas como educadora en esta comunidad. Desde entonces, ha formado parte del equipo profesional de la misma. Actualmente, trabaja en el servicio, siendo la profesional referente de la 4ª fase. Se trata de la última fase del proceso, en la que se trabajan objetivos terapéuticos. En ella, la atención es más individualizada y personalizada con las personas usuarias, según nos explica.

“Siempre con una actitud de progreso, adaptativa, comprometida, y responsable, cohesiona al equipo, marcas directrices desde su experiencia, analiza, actúa y acompaña con una variedad infinita de herramientas adquiridas, y es una gran referencia para las personas que se han ido incorporando a lo largo de todos estos años”.

Así se define a Sofía desde la dirección del servicio, a lo que se añade que “ha ido evolucionando como persona y como profesional, adquiriendo con los años, la experiencia necesaria para ser una referencia dentro del equipo de educadores, habiendo aprendido del conocimiento y experiencia de otras profesionales que han formado parte de la historia de Can Coll” y esta es la experiencia que ella nos narra:

Soy Sofía Enrique, tengo 38 años y estudié Educación social en la Universidad de Vic, en Barcelona. En el tercer año, tenía que hacer prácticas y elegí “Can Coll” para hacer prácticas relacionadas con la adicción en personas adultas, que era mi interés en ese momento. Posteriormente, estuve seis meses en la comunidad, donde realicé mi proyecto final de carrera sobre la relajación y la expresión corporal.

Pasados tres meses desde la finalización de esta etapa académica, Jordi Morillo, director del centro, me llamó para comenzar a trabajar como educadora de tardes, realizando dinámicas de grupo, haciendo tutorías e intervención directa con las personas usuarias de la comunidad. Al respecto, decir que, en estos diecisiete años que llevo en el servicio, he trabajado de tardes, mañanas, noches y fines de semana, realizando todo tipo de tareas en el ámbito de la intervención directa.

Además, he compartido muchos espacios con ellos y ellas buenos, malos, dolorosos, tristes, alegres, divertidos y festejando navidades, carnavales o “castañadas” (fiesta y tradición popular muy arraigada en Cataluña). Recuerdo a casi todas las personas que estuvieron ingresadas en “Can Coll” desde que comencé a trabajar, porque me han enseñado mucho.

Quiero decir también que en algunos momentos no es fácil trabajar en la comunidad, si bien, después de muchos años, he visto como mi aprendizaje en este ámbito ha crecido infinitamente y me siento muy agradecida.

Actualmente, trabajo en la comunidad, siendo la referente de la 4ª fase del proceso. Se trata de la última fase, en la que se trabaja objetivos terapéuticos con las personas usuarias, como, por ejemplo, a nivel laboral, de ocio, seguimiento terapéutico, gestión del dinero, etc. En esta fase, la atención es más individualizada y personalizada con las personas usuarias.

Para finalizar, quiero dar las gracias a todos los compañeros y compañeras con los que he trabajado, compartiendo aprendizajes y muchos momentos en “las trincheras” y en el despacho en el que trabajo, en la Comunidad Terapéutica “Can Coll” de la Fundación Salud y Comunidad.


"Me quedo con todos estos años trabajando en el proyecto EPF que me han hecho ampliar conocimientos y crecer, sobre todo, a nivel personal"

Sílvia Gómez lleva casi 16 años trabajando en el proyecto “En Plenas Facultades” (EPF) de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y, desde hace 8, es la coordinadora del proyecto. Es graduada en Terapia Ocupacional por la Universidad de Vic, en Barcelona. Posteriormente, realizó un Máster en Coaching Ejecutivo, Personal y de Equipos en la UPF-Barcelona School of Management (UPF-BSM) y, hace unos años, cursó el Máster en Sexología por la Universidad Camilo José Cela (IUNIVES. Instituto Universitario de Sexología). Además, ha realizado diversas formaciones sobre prevención y reducción de riesgos en drogodependencias y, también, sobre perspectiva de género. Esta entrevista, nos permite conocerla mejor, así como el trabajo que realiza en nuestra entidad.

- Remontándonos a los inicios, ¿cómo y cuándo conociste el proyecto “En Plenas Facultades” de FSC?

Mi primer contacto con el EPF fue hace 18 años, concretamente en 2006, como estudiante en la Universidad de Vic, en Barcelona. Tenía mucho interés por ampliar conocimientos en las temáticas del proyecto (drogas y sexualidades) y, estando cursando esta formación, me encantó la metodología participativa, en la cual se centraba el curso, titulado la “Educación entre iguales/Peer Education” y su aplicación en el entorno universitario, para trabajar los contenidos de prevención y promoción de la salud.

Durante el siguiente año, en 2007, me hice voluntaria del proyecto y al tercer año de voluntariado, me propusieron ser la persona referente del proyecto en la Universidad de Vic, lo cual me ha llevado hasta el día de hoy, con la coordinación del proyecto.

- ¿Qué balance haces a nivel profesional de este tiempo que llevas al frente del proyecto?

Es positivo. No puedo obviar que el proyecto en sí, y con él mi trabajo en la entidad, han estado al borde del precipicio alguna que otra vez, debido a los recortes en las subvenciones. Sin duda, me quedo con todos estos años trabajando en el proyecto EPF que me han hecho ampliar conocimientos y crecer, sobre todo, a nivel personal.

- Además, recientemente habéis celebrado los 25 años del proyecto con las IV Jornadas EPF “Sex&Drugs: 25 años de viaje en la prevención con jóvenes” en Barcelona. ¿Qué destacarías sobre este aniversario?

 Sin duda, que el EPF es el único proyecto estatal que, desde hace 25 años, y de forma continuada, trabaja con población joven universitaria, centrándose en las temáticas de prevención y promoción de la salud.

Este dato no es baladí, puesto que, para llegar a la celebración de estos 25 años de vida, se debe tener en cuenta el esfuerzo, dedicación, empeño, respeto, y también cariño, de todas las profesionales que forman y han formado parte del proyecto.

A lo largo, de estos años, “En Plenas Facultades” ha estado activo en un total de 18 universidades diferentes, y en algunas lleva desde hace 17, lo cual se puede considerar todo un logro, tanto por parte del proyecto, como por parte de las universidades que siguen apostando por el trabajo de la prevención y la reducción de riesgos en drogodependencias y la promoción de sexualidades saludables y, en general, de la promoción de la salud en sus campus.

- Habrán sido muchos los momentos vividos y las buenas experiencias que os ha ofrecido este proyecto en 25 años…

 Sí, echando la vista atrás, son muchos los buenos momentos vividos y los recuerdos. Y estos se dividen entre los compartidos con compañeros/as del proyecto; de los que guardo aprendizajes, risas y mucho cariño (algunas ya no trabajan en el proyecto, pero su huella sigue estando presente) y los momentos, algunos muy especiales, vividos durante las formaciones con el alumnado, cuando realizar formaciones era mi única tarea.

El momento vital en el que se encuentra la mayoría del estudiantado del EPF, conocido como “adultez emergente”, es un momento de tránsito hacia la vida adulta, del descubrimiento de nuevas experiencias, pensamientos, sensaciones y de sentires diversos.

Además, el hecho de tener la oportunidad de trabajar las temáticas centrales del proyecto (drogas y sexualidades) en este momento vital del alumnado y el poder hacerlo en un entorno distendido, abierto (de mente), seguro, sin tapujos ni prejuicios y desde el respeto, propicia que se den diálogos y debates muy enriquecedores e íntimos (en algunas ocasiones). De la misma forma, el poder acompañar en la resolución de sus dudas en esos momentos, y en otros posteriores, dado que hay estudiantes que te siguen pidiendo tu consejo/opinión, una vez terminadas las formaciones, es para mí un reconocimiento por su parte y un logro por la mía.

Alguna vez me ha pasado, el coincidir o el hecho de que se acerquen a saludarme exalumnos/as universitarios que hoy en día ya son profesionales en diferentes ámbitos y que me hablan del recuerdo que tienen, cuando realizaron su formación con el EPF… El hecho de que te recuerden con cariño desde su experiencia, no tiene precio.

- ¿En qué momento os encontráis ahora en el proyecto EPF?

 El proyecto se encuentra en un buen momento a nivel de resultados y de reconocimiento, por parte de las administraciones que lo financian. A día de hoy, está activo en un total de 11 universidades de 6 comunidades autónomas diferentes, algunas de las cuales son de reciente incorporación como la Universidad del País Vasco y la Universidad de Zaragoza.

También se está realizando una evaluación del proyecto, con el objetivo de mejorar su eficacia y seguir aumentando sus resultados.

- Mirando hacia el futuro, ¿qué objetivos os planteáis?

El objetivo a medio/largo plazo, además de mantener los buenos resultados en todas las universidades y la confianza, tanto de estas instituciones como de las administraciones financiadoras, es seguir ampliando (en medida de lo posible) el número de comunidades autónomas y universidades “con sello EPF” y, con ello, incrementar el número de profesionales en el equipo del proyecto.

Debo decir como coordinadora del proyecto, y también a modo personal, que además de la mejora de resultados, para mí unas de las prioridades es la mejora de las condiciones laborales y mantenimiento del equipo de profesionales que formamos parte del proyecto, sin el cual, ninguno de los resultados anteriores hubiera sido posible.

- Para finalizar la entrevista, ¿te gustaría destacar algún otro aspecto?

Sí, me gustaría finalizar diciendo que creo firmemente en la necesidad de trabajar la prevención y la promoción de la salud con población universitaria. En este sentido, es importante dar voz, escuchar y proporcionar herramientas a las nuevas generaciones de futuros y futuras profesionales para que construyan un mensaje preventivo desde sus propias necesidades.


"El voluntariado en el programa Círculos España me ha hecho creer en la capacidad de reinserción de las personas y en la justicia restaurativa"

Nacha de Alfonso Martínez es voluntaria desde hace algo más de un año del programa Círculos de Apoyo y Responsabilidad. Círculos España en Valencia, al tiempo que es estudiante del Grado de Trabajo social. En esta entrevista, nos traslada su experiencia como voluntaria de este proyecto, subvencionado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del IRPF, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior (entidad que, junto a la Fundación Salud y Comunidad, supervisa el proyecto), que cuenta con el apoyo de la Fundación “la Caixa”.

–  ¿Qué es lo que te motivó a hacer este voluntariado?

Decidí hacerlo porque me sentía afín a los valores de la iniciativa y quería conocer el ámbito en el que se desenvuelve, el penitenciario, desde dentro.

–  ¿En qué consiste, a grandes rasgos, tu tarea como voluntaria?

Cada círculo está compuesto por 6 voluntarios/as, una coordinadora y el Miembro Central (una persona que ha cometido delitos de agresión sexual y se encuentra en el final de su condena). El voluntariado tiene la función de servir como reflejo de lo que se va a encontrar esta persona a la hora de exponerse a la sociedad, acompañándole en la reinserción y controlando sus posibles factores de riesgo. Con ello, esperamos disminuir su posibilidad de reincidencia.

Al principio, realizábamos una reunión semanal, pasando con el tiempo a ser quincenal, posteriormente fue mensual y ahora, estamos a las puertas de que el contacto sea únicamente por teléfono. Cada círculo dura un año y medio, por lo que está llegando a su fín.

–  ¿Cómo se ha ido desarrollando el voluntariado?, ¿cómo es el ambiente?

Se ha desarrollado bien, el ambiente es muy bueno. Se hace mucho hincapié en el “feedback”, tanto en lo positivo, como en lo negativo y constructivo. A lo largo de toda la experiencia, la profesional responsable está al tanto de todos y cada uno de los voluntarios/as, tanto como grupo, como individualmente, ya que es un voluntariado que realmente te puede afectar personalmente.

-   ¿De qué forma consideras que habéis servido de apoyo al Miembro Central, a través del voluntariado?

Se trata de un apoyo especialmente importante en un momento en el que esta persona se enfrenta a su nueva realidad en la sociedad. Me parece que la labor es muy significativa, creo que las posibilidades de reincidencia son mucho mayores, cuando estas personas no cuentan con una red y seguimiento cercano.

-  ¿Qué te ha enseñado esta experiencia de voluntariado?

Me ha enseñado mucho sobre realidades que eran desconocidas para mí. Además, me ha hecho creer en la capacidad de reinserción de las personas y en la justicia restaurativa. También, me ha aportado herramientas y visión para mi futuro profesional.

- El voluntariado se ha complementado con diversas formaciones, ¿qué destacarías?

Sí, se realizó una inicial y han tenido lugar otras formaciones posteriormente, a lo largo de este año y medio, de forma continuada. La inicial fue muy útil para comprender el funcionamiento y temática del voluntariado, conocer a otros/as voluntarios/as y observar nuestro comportamiento en las posibles situaciones que iban a ser dadas (a  través de debates sobre casos prácticos).

En el caso de las demás formaciones que nos han ofrecido periódicamente, su función ha sido la de informarnos sobre distintos temas relacionados con la violencia sexual. Por ejemplo, la ciberdelincuencia.

Una de las formaciones a destacar, fue el encuentro en Madrid con otros voluntarios/as. Allí conocimos que éramos muchas las personas que nos habíamos implicado en el proyecto, lo que nos motivó en la labor y permitió que hablásemos sobre las distintas situaciones y conflictos con los que nos habíamos encontrado en nuestros círculos, compartiendo recomendaciones. En esta formación, nos centramos también en la realidad de los abusos infantiles y en toda la red que existe de personas usuarias que intercambian este contenido. Las formaciones, sumadas a la experiencia propia, han sido una gran fuente de aprendizaje para mí.

- ¿Con qué momentos te quedarías de lo vivido hasta el momento como voluntaria de este proyecto?

Me quedo con los momentos en los que el Miembro Central ha mostrado la conexión que siente con nosotros/as y ha expuesto los avances que ha conseguido, de nuestra mano.

-  Para finalizar la entrevista, ¿quieres comentar o incidir en algún aspecto más?

Sí, quiero animar a otras personas a que realicen un voluntariado, es beneficioso en todos los sentidos. Además, para mí, lo más importante es ver que de lo que aporto al programa, salen frutos y que lo que hago, de verdad tiene un porqué y un resultado. En este voluntariado, ese es el sentimiento totalmente.

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"Colaborar como voluntario en FSC durante 10 años ha sido y es una experiencia enriquecedora"

Han pasado 3 años desde que entrevistamos por segunda vez a Josep Godina, voluntario de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), de 73 años, que colabora en los servicios centrales de FSC, en Barcelona. Hemos querido volver a hablar con él para conocer cómo se encuentra y saber si sigue tan motivado en su tarea como voluntario. Como nos trasladó en esta última entrevista, realizar tareas administrativas de apoyo en la entidad, le sigue aportando mucho, ya que le hace seguir en activo, con todos los beneficios que ello supone para una persona de su edad.

– Josep, ya han pasado más de 3 años desde que te entrevistamos… ¿cómo te encuentras?

Bien.

– Con esta tercera entrevista, has pasado a ser la persona más entrevistada en la fundación. ¿Qué te parece?

Me parece estupendo que sea así.

– ¿Cuánto tiempo le dedicas al voluntariado en estos momentos?

Como anteriormente, acudo a los servicios centrales de la fundación a hacer voluntariado los lunes y martes de 9:00 a 13:00 horas. No ha habido ningún cambio en la dedicación realizada hasta ahora.

– Además, sabemos que, más allá de lo que supuso la pandemia, no ha habido ninguna interrupción en la realización de este voluntariado por otras circunstancias, ¿verdad?

Así es. A excepción de ese tiempo de pandemia, he estado realizando el voluntariado de forma continua.

– ¿Qué balance haces de estos 10 años de voluntariado en la entidad?

Colaborar como voluntario en FSC durante 10 años ha sido y es una experiencia enriquecedora.

En la última entrevista, nos decías que es como una terapia que disfrutas muchísimo… ¿Lo sigue siendo?

¡Y tanto que disfruto haciendo este voluntariado! (ríe).

– ¿Con qué tarea o tareas te han sentido más a gusto en estos 10 años de voluntariado?

Con todas las tareas que me piden, me siento a gusto.

- ¿Hay alguna tarea más que querrías hacer en la fundación como voluntario?, alguna que eches de menos o que quieras conocer…

Sí, en informática.

– En pocas palabras, ¿cómo te hace sentir este voluntariado?

Me hace sentir muy bien. Veo a otras personas de mi edad muy bajas de moral y que no tienen fluidez de palabra. En cambio, en mi caso, haciendo este voluntariado con vosotros/as y hablando todo el día con personas jóvenes, me encuentro más vivo y mucho mejor.

En este sentido, quiero decir que principalmente, me relaciono con Sonia de Personal en las tareas relacionadas con los DNI y teléfonos para los cierres de cursillos y con Meri de Recursos Humanos. Destacar la paciencia que tienen las dos conmigo.

– Para finalizar la entrevista, ¿quieres comentar alguna otra cosa?

Sí, que este voluntariado, aunque pasen los años, me sigue aportando mucho, ya que me hace seguir en activo y animar a otras personas mayores a que también lo hagan.

En mi caso, espero poder seguir realizándolo durante mucho tiempo más, mientras me encuentre bien de salud.



"Me gusta seguir sorprendiéndome de las pequeñas-grandes cosas que ocurren en un recurso tan dinámico y plural como es un piso terapéutico"

Alicia Clotet es la responsable de una de las Residencias urbanas de inserción para personas dependientes de drogas de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, el Piso Terapéutico “Teodoro Llorente”. Actualmente, combina este trabajo con el de psicóloga en el Servicio de Atención Psicológica (SAP) en Barcelona. Esta entrevista, nos permite conocer su trayectoria laboral en la entidad y sus funciones actuales, de las que nos habla ampliamente. También, algunos detalles que nos han sorprendido, como su deseo vocacional por ser periodista durante su juventud. Desde luego que, con esta entrevista, nos ha demostrado ser una buena narradora…

- ¿Por qué decidiste estudiar Psicología?

Pues la verdad es que mi buena relación con la psicología en general y la profesión en particular, no fue algo elegido por mí, sino que acabé entrando por otros motivos que poco tenían que ver con mi deseo vocacional.

Yo quería ser periodista, pero por aquel entonces, entrar en la carrera de Ciencias de la Información no era sencillo, y yo me quedé fuera. Mi segunda opción fue Psicología, como podía haber sido cualquier otra de las tres opciones más que puse en el papelito de elección de carreras.

Por tanto, ahí estaba. Con 18 años, en una universidad y en una carrera que no era la elegida y con un único elemento a mi favor: una de mis amigas estudiaba Psicología y hablaba muy bien de ella.

El inicio del camino tampoco fue fácil, pues al finalizar la primera semana de clases, llegué a casa y le comuniqué a mi madre que el lunes no iba a regresar a la universidad; que había estado durante una hora y media escuchando, sin enterarme de nada, a un profesor hablando sobre paradigmas. Por suerte, ella me ayudó a ver que no podía tirar la toalla la primera semana y, con las semanas, o más bien con los meses, me di cuenta de que esto no estaba tan mal. Poco a poco, se fue convirtiendo en una oportunidad para aprender más, en relación con el magnífico y sorprendente mundo de las personas, las relaciones y la salud o enfermedad mental.

Una vez finalizada la carrera, y teniendo claro que ya no quería ser periodista, decidí buscar fortuna en el campo de las drogodependencias y, poco después, en la Terapia Familiar Sistémica (realizando el Máster de Terapia Familiar en el Hospital Sant Pau de Barcelona).

- ¿Cómo fueron tus inicios en FSC y tu recorrido laboral en la entidad?

Cuando acabé mis estudios de Psicología, me encontré ante el complicado dilema de por dónde empezar a introducirme en el contexto laboral. Antes, no era como ahora. En la carrera, no ofrecían posibilidad de hacer prácticas en ningún lugar, si querías hacerlas debías buscártelas tú.

Así que empecé a buscar lugares donde pudiera empezar a aprender y comprobar si me gustaba este ámbito y, lo más importante, si me veía trabajando en este sector. De modo que, fui centro por centro entregando mi currículum vitae. Fue el Centro de Atención y Seguimiento (CAS) de Sarriá, en Barcelona, en aquel momento ABS, donde me brindaron la oportunidad de hacer mis prácticas durante un curso escolar, acompañando a Teresa Martí.

Una vez finalizadas, me ofrecieron la posibilidad de poder continuar en algún otro recurso del ámbito y de la misma entidad. Concretamente, en el Centro de Día de L’Hospitalet del Llobregat, en Barcelona.

Fue allí, en 1996, de la mano de Toni Garín, donde tuve mi primera oportunidad laboral como educadora de fines de semana. Allí empecé a crecer profesionalmente y a aprender de esta intensa profesión de la que, todavía hoy, tanto disfruto.

En 2001, se me brindó la oportunidad de poder cumplir uno de mis sueños, trabajar dentro de un centro penitenciario, e inicié mi trayectoria en el Programa PID del Centro Penitenciario de Hombres (CPHB) “La Modelo” de Barcelona, que estaba gestionado por la Fundación Salud y Comunidad.

En estos momentos, estaba realizando el Máster en Terapia Familiar Sistémica y, cuando lo finalicé, inicié mi trayectoria en el Servicio de Atención Psicológica (SAP) en Barcelona, acompañada y supervisada por Laura Sangüesa. Servicio en el que continúo trabajando a día de hoy, compaginándolo con la dirección del piso terapéutico.

Estuve trabajando hasta el 2009, cuando - aprovechando el parón de la baja de maternidad de mi segundo hijo-, entendí que era el momento de hacer un pequeño giro profesional y fue entonces cuando pasé al Área de Adicciones, Género y Familia de la Fundación Salud y Comunidad. Concretamente, a la Comunidad Terapéutica “Riera Major”, concretamente trabajé hasta el 2015, año en el que dejé la comunidad para dirigir una de las Residencias urbanas de inserción para personas dependientes de drogas de FSC, el Piso Terapéutico “Teodoro Llorente”. Actualmente, combino el trabajo en este piso y en el SAP.

- ¿En qué consiste tu trabajo en estos servicios?

En el SAP, en acompañar a las personas que solicitan ayuda profesional para que puedan abordar sus dificultades, sus objetivos, sus preocupaciones… de un modo más saludable para ellas y para su entorno, reflexionar en torno a sus dificultades, preocupaciones, sus temores y aprendan a gestionarlas de un modo más saludable. Estar a su lado mientras persiguen sus objetivos, sus deseos y ayudándoles a que no desistan, que continúen luchando. Realizo tanto sesiones terapéuticas a nivel individual, como familiar como también grupal.

En cuanto al trabajo y funciones como psicóloga y coordinadora del recurso en el piso, mi función implica poder gestionar el mismo y al equipo de profesionales, y en acompañar emocionalmente a las personas que se encuentran realizando un tratamiento por su adicción a sustancias u otro tipo de adicciones comportamentales. Además de la coordinación con los diferentes servicios de la red de adicciones y la supervisión de las diferentes estrategias de intervención.

- Además, en estos servicios trabajan otros profesionales del ámbito de la psicología. Nos gustaría que nos ampliaras un poco más para conocer mejor su trabajo.

Sí, en el SAP, las funciones principales guardan relación con la realización de las terapias individuales y familiares, con el grupo de familias de personas que tienen un problema de adicción y se encuentran en tratamiento.

Respecto a la intervención en el piso terapéutico, se realiza la entrevista de valoración de ingreso, las acogidas, atención en crisis, algún espacio grupal, entre otras. Además, es importante la transmisión de contenidos teóricos e informativos, de orientación y acompañamiento en los procesos de adicciones.

- En tu caso, ¿qué tareas te gustan más?

Disfruto cuando acompaño en el crecimiento, tanto de las personas usuarias como del equipo de piso. Me gusta seguir aprendiendo cada día, continuar sorprendiéndome de las pequeñas-grandes cosas que ocurren en un recurso tan dinámico y plural como es el piso terapéutico. Me encanta el último día de todas aquellas personas que obtienen el alta terapéutica, cuando, junto con sus referentes familiares, hacemos un balance de todo lo luchado, todo lo aprendido y los cambios realizados.

Pero esta profesión también tiene momentos muy duros, situaciones muy complicadas de observar, de gestionar y de digerir con posterioridad, tanto para ti como para tus compañeras de trabajo y de profesión. Son difíciles todos aquellos momentos acompañando a personas con un gran sufrimiento personal, transitando con el duelo de las pérdidas, con el dolor del trauma… También son difíciles los momentos, en los que debes comunicar el final imprevisto de su tratamiento residencial por adicción, a una persona y a sus familiares.

- ¿Cómo es el ambiente de trabajo en estos servicios de FSC?

Tengo la gran suerte de poder convivir con profesionales que disfrutan de su profesión, que se responsabilizan de sus funciones y que ponen muy fácil la tarea de gestión de equipo.

Tanto en el piso terapéutico como en el SAP, tenemos un lenguaje compartido, el del sentido del humor. Este nos permite continuar disfrutando de nuestra profesión, de nuestra compañía, reírnos entre pasillos, en los espacios informales y continuar hacia delante, con la misma mirada constructiva y positiva de siempre.

Destacar que este sentido del humor, en muchas ocasiones, es compartido con las personas que atendemos, a pesar de los momentos complicados, de las situaciones difíciles… El sentido del humor continúa siendo uno de los principales vehículos de comunicación, tanto en mi vida personal como profesional.

- ¿Te gustaría aprovechar esta entrevista para hacer algún otro comentario o comentarios?

Sí, decir que he tenido la gran suerte de estar rodeada siempre de magníficas profesionales. Hay muchas personas que continúan a mi lado, después de muchos años trabajando juntas y que continúan ayudándome a crecer personal y profesionalmente, y a las que estoy y estaré muy agradecida siempre. Podría daros sus nombres, pero son muchas y no me gustaría correr el riesgo de olvidarme de alguien.

Pero como todo en la vida, siempre hay personas que, por algún motivo, marcan más y no querría finalizar esta entrevista sin poderles dedicar unas palabras. Gracias Toni Garín porque tú confiaste en mí por primera vez, me brindaste mi primera oportunidad en el Centro de Día y me facilitaste poder cumplir mi sueño de trabajar en una Centro Penitenciario. Siempre presente también está mi compañera de penurias y de lucha Andrea Valls, en un contexto laboral tan apasionante como hostil, como es “La Modelo”.

¡Cómo no!, una mención especial a quien, en un momento vital muy delicado para mí, de necesidad de cambio, estuvo ahí para tenderme la mano y me acompañó a seguir creciendo y disfrutando de mi profesión: Maite Tudela. Sin olvidarme de la incombustible Gemma Maudes, hemos crecido juntas, al principio desde la distancia, poco a poco más cercanas… Ahora, en estos momentos, junto con Dolors Comasòlivas, mis mayores puntos de apoyo.

Y, para acabar, alguien que ha estado siempre, desde 1997 a mi lado, ayudándome a crecer como persona, como profesional, siendo mi guía, mi mentora, mi mejor aliada y la más crítica, mi compañera, mi amiga… Nieves Fernández. GRACIAS MAESTRA.


"Después de 16 años, han pasado por la Comunidad Terapéutica ‘Can Coll’ casi 1.300 historias de vida"

Me llamo Demelsa Gómez, tengo 44 años y llevo 16 trabajando como administrativa en la Comunidad Terapéutica “Can Coll” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Cataluña. Quiero relatar lo que han supuesto estos años de trabajo para mí y mi vivencia personal.

En primer lugar, cuando empiezas a trabajar en un sitio nuevo, aunque vayas a realizar el mismo oficio, todo es diferente... Has de habituarte a nuevas tareas, a un nuevo emplazamiento, así como a nuevos compañeros/as. Todo es nuevo y diferente, pero siempre aprendes cosas. Y también creces, como profesional y como persona. Todo enseña… ¡Pero no creía que me iba a enseñar tanto! Esta afirmación tiene su porqué, seguidamente os lo explicaré.

En ocasiones, realizar un trabajo, así de entrada, lo das por hecho por la experiencia que ya tienes, e incluso lo que se espera de ti como persona. Es inevitable sentirse así. Además, también suman los años de experiencia laboral, si bien en este ámbito en el que trabajamos, creo que suma mucho más lo que tú eres como persona y puedes ofrecer.

Durante mis años de trabajo en “Can Coll”, he tenido suerte de estar rodeada de un buen equipo de profesionales. Ha habido personas nuevas a mi alrededor todos estos años, si bien muchos de nosotros/as llevamos años trabajando “codo con codo”, cada uno a lo suyo, pero yendo todos/as a una. Por mi parte, les he echado una mano y ellos/as también a mí, en momentos de mucho trabajo. Ese mismo equipo es el que en parte me ha ayudado a crecer, es lo bueno de estar rodeada de educadores/as sociales y psicólogos/as. Te das cuentas de en qué puedes cambiar y cómo puedes mejorar para poder avanzar en la vida. Siempre les estaré agradecida a cada uno de ellos/as, todos/as han sumado en mi crecimiento personal.

Y, ¡cómo no!... Las personas usuarias del servicio, que también me han ayudado a crecer. Siempre me ha gustado trabajar con personas, poder ayudar. Y aunque, desde fuera, no podría parecer que una administrativa pueda ayudar fuera de “lo administrativo” a alguien en una comunidad, en mi caso, en este lugar, he intentado e intento aportar mi “granito de arena” ...

Me gusta interactuar con los usuarios/as, poder responder a sus preguntas, explicarles algo que no entiendan, ayudarles en lo que pueda, dentro de mis responsabilidades, ¡claro!, y con una sonrisa. Después de 16 años, han pasado por “mi dominio administrativo” en la Comunidad Terapéutica “Can Coll” casi 1.300 historias de vida…

De ellas, hay muchas de las que ya no tengo recuerdos, son demasiadas... Otras personas solo han estado en la comunidad días, o incluso horas, pero hay muchísimas de las que sí tengo muchos recuerdos. Personas con las pude tener un bonito vínculo, compartir algunas risas, e incluso, algunas lágrimas… Pero, como decía anteriormente, todas han sumado, cada una de ellas me ha aportado algo.

Y, ¡qué decir del entorno! Es inmejorable. Rodeados de naturaleza, paz, tranquilidad… Salir de este lugar para hacer un descanso, no creo que pueda explicarlo con palabras. Para mí, personalmente, es una gran suerte venir a trabajar a un sitio como este cada día. Dejas la carretera, el tráfico… para adentrarte en un lugar tan natural y acogedor, y con personas increíbles que, en otro lugar, sería difícil conocer.


Demelsa Gómez
Administrativa en la Comunidad Terapéutica “Can Coll” de la Fundación Salud y Comunidad.