“Hacemos como… que vamos al mercado” en la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras, gestionada por FSC
Los intercambios sociales y lingüísticos tienen una marcada influencia en el desarrollo cognitivo, así como en la preservación del deterioro y/o recuperación de capacidades. Desde esta perspectiva, promover actividades en las que los intercambios comunicativos sean conocidos y casi ritualizados, aportan seguridad para su práctica y ejercen un papel muy importante como socializadores.
Teniendo en cuenta este hecho, el equipo del Área Psicosocial de la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras (Gerona), de titularidad pública, gestionada por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), ha recreado el “hacemos como… que vamos al mercado” para simular que realizamos una actividad muy cotidiana como es ir a comprar. Para ello, utiliza reproducciones en plástico de frutas, verduras, pescado, bollería, pan, conservas, lácteos, así como material para realizar los pagos, como billetes y monedas.
Las personas mayores usuarias del servicio desarrollan la actividad desde diferentes posiciones: a las personas con capacidad cognitiva normal o con deterioro por edad, les permite practicar operaciones básicas como sumas y restas, recordar recetas y elegir los alimentos para cocinarlos, así como hablar sobre los productos, de dónde vienen, cómo se cultivan, y se conservan. También, la actividad permite estimar el precio, manejar dinero, sumar mentalmente, pagar y contar el cambio.
El pase de diapositivas requiere JavaScript.
Los usuarios/as con mayor deterioro cognitivo realizan la actividad como algo real que les permite poner en práctica secuencias de intercambio, ya casi olvidadas. Así, se les nombrar los productos o se les pregunta qué son, pueden elegir qué quieren y se les ayuda a pagar. Según hemos podido observar, cuando acaba la actividad, tienen algo que explicar, como si esa ruptura en la cotidianidad las ayudara a sentirse bien, ya que es una tarea conocida, que hacen con satisfacción.
Nuestro pequeño mercado se realiza de lunes a miércoles en el jardín del centro y ha conseguido captar la atención de las personas más reticentes a bajar a la planta baja. Con ello, promovemos la deambulación y la necesidad de moverse, tan necesaria en las personas mayores, dando soporte al equipo de fisioterapeutas en las actividades de mantenimiento de la capacidad física.
Completaremos esta actividad ofreciendo otro tipo de productos para que las personas usuarias del servicio puedan decorar las habitaciones, de acuerdo a sus gustos y preferencias. En este sentido, ya hemos empezado a elaborar cuadros, jarrones, macetas con flores, cojines... que ayudarán a las personas mayores a seguir sintiéndose “como en casa”.
Maria Blasa Vilches
Coordinadora del Área Psicosocial
Residencia y Centro de Día “Els Arcs”
Fundación Salud y Comunidad
Enfocados en “el aquí y el ahora” en abstinencia en el Piso Terapéutico Teodor Llorente de FSC
Amaneció como cualquier otro día del mes de marzo, pero enseguida, ese viernes 13, empezó a dar pistas de que todo iba a ser diferente en el piso terapéutico Teodor Llorente, servicio de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona. Lo que no sabíamos por aquel entonces es que, a partir de ese momento, iniciábamos un camino que nos iba a tocar construir poco a poco, juntos/as, por separado, conectados/as, distanciados/as compartiendo, silenciando…
Entrábamos, sin ser muy conscientes de ello, en un momento de vida individual, grupal, familiar y social diferente. “Ahora no podemos hacer esto”, “ahora no podemos hacer lo otro”, “ahora podemos hacer menos”. Mucho tiempo después (seguramente más del que esperábamos), empezamos a poder hacer algo más, unas semanas después conseguiríamos recuperar alguna que otra actividad perdida, y posteriormente, algunas otras más…
Pensábamos que íbamos a ir recuperando nuestra vida poco a poco, pero no. Apenas unas semanas nos han servido para aprender una nueva lección; esto no va solo del COVID-19, esta es la historia de un grupo de personas que un buen día llegaron a nuestro piso terapéutico Teodor Llorente para continuar con un tratamiento por su adicción a sustancias.
Esta es la historia de un grupo de personas que, como a muchas otras, les ha tocado vivir y sentir un momento vital incierto, inseguro, acompañado de temores, miedos, angustia… Pero también una oportunidad de aprendizaje, de adaptación, de resiliencia, de más aprendizajes…
Un camino que nos ha obligado a desengrasar los músculos oculares de corto recorrido, de mirar y construir el hoy, de sentir el ahora y aprender del mismo. Los pequeños pasos, las miradas cortas, el trabajo individual, la colaboración grupal, la implicación familiar… todo ello ha ido adquiriendo su particular significado durante este tiempo.
Todas y cada una de las personas que realizan tratamiento y conviven en nuestro piso ya dieron un paso hacia adelante hace muchos meses cuando decidieron que querían tener una vida mejor, que debían frenar el consumo de sustancias y empezar a tomar las riendas de sus vidas.
Ahora, tiempo después, continúan cuidando y alimentando esa decisión. El impacto del COVID-19 ha sido y está siendo seguramente devastador; pero a pesar de todo, siguen construyendo su proyecto de vida en abstinencia.
Cada día, enfocados en “el aquí y en el ahora”, renuevan esa decisión y les toca lidiar con las dificultades inherentes a todo tratamiento por adicción, pero también con el tener que construir un proyecto de futuro en un momento tan incierto, tan cambiante… construir hacia delante sin poder mirar más allá del hoy o del mañana. Caminar sin saber qué puede pasar o cómo puede que estemos dentro de una semana…
Esta es una historia que va sobre caminar juntos/as y con un mensaje común: “a pesar de todo, continuamos escribiéndola”. Durante estos meses, hemos tenido la oportunidad de poder seguir compartiendo y creciendo, a pesar de la distancia física entre todas las personas que estábamos trabajando en un mismo tratamiento; hemos podido crear un relato colaborativo sin estar todos/as juntos, hemos compartido deporte, concurso de repostería, grupos, confidencias, temores, tutorías, incertidumbres, cansancio, muchas emociones, retos, risas…
Hemos aprendido a vernos todos/as (residentes y profesionales) de un modo diferente, más humano, más cercano, a pesar de la distancia. Hemos podido sentir en muchos momentos que navegábamos juntos/as, con momentos de grandes dudas, de mucha tensión, pero en la misma dirección. Colaboración y confianza han sido ingredientes básicos en este recorrido.
Todos/as juntos, hemos ido construyendo poco a poco una historia conjunta, un camino que, a pesar de la fuerte tempestad, nos ha hecho a todas y a cada una de las personas que han pasado por el piso y ya han finalizado su tratamiento, y también a las que todavía continúan o que han llegado después, mucho más grandes como personas. Ahí reside el verdadero valor de esta, que es nuestra historia.
Ahora nos toca seguir escribiéndola en el día a día. Debemos seguir construyendo, cuidándonos, protegiéndonos y protegiendo a las personas que son importantes para nosotros/as, ya que esta historia no ha acabado; es un “seguimos hacia adelante, a pesar de todo”, pero lo importante es que el ánimo sigue en pie para tratar de seguir construyendo el mejor relato y el mejor final posible para esta historia.
https://www.youtube.com/watch?v=67A5kaXNF7Y
Impacto de la crisis sanitaria generada por el COVID-19 en el mercado de trabajo y las personas más vulnerables
La crisis sanitaria generada por el virus del SARS-COV-2, más conocido como COVID-19, ha generado un profundo impacto a todos los niveles. Tanto los gobiernos, como las sociedades, así como el mercado de trabajo, han tenido que adaptarse a unas medidas sanitarias, sociales y económicas, sin ningún precedente cercano en las últimas décadas.
Desde los programas de inserción laboral del Área de Inclusión Social de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), recogemos en este artículo, de manera muy esquemática, algunas consecuencias del impacto que está teniendo esta crisis. Nos centraremos especialmente en el mercado de trabajo y en las personas a las que acompañamos en sus procesos de inclusión laboral, que mayoritariamente se encuentran en una situación más vulnerables y/o en riesgo de exclusión.
Nos hemos aventurado, además, a aportar algunas propuestas a tener en cuenta desde las organizaciones de intervención sociales y los programas de orientación e inserción laboral.
En el mercado de trabajo
El pasado 14 de marzo el gobierno español declaraba el estado de alarma mediante el Real Decreto 463/2020, un hecho histórico teniendo en cuenta que una declaración de este calibre supone un impacto directo en las libertades de las personas. El estado de alarma y las medidas aprobadas, han tenido y siguen teniendo un impacto muy directo en el mercado de trabajo y, especialmente, en sectores económicos clave en la economía española, como por ejemplo en el sector de la hostelería y turismo (el artículo 10.4 del RD 463/2020 se refiere directamente a suspender las actividades de hostelería y restauración, pudiendo prestarse exclusivamente servicios de entrega a domicilio, por poner un ejemplo).
Ante esta situación, comienzan a entrar en escena los llamados Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, más conocidos como ERTE, siendo a fecha de 15 de abril cerca de 4 millones de personas las afectadas por estas medidas (3.889.000 trabajadores/as, según datos que daba a conocer Pedro Sánchez en la sesión de control al gobierno en el Congreso de los Diputados).
El efecto que están teniendo en relación al conjunto de la población activa no ha quedado del todo claro, al menos teniendo en cuenta que la última encuesta de la población activa (EPA) que ha presentado hace poco el Instituto Nacional de Estadística (INE) nos ofrece datos del primer trimestre del año, es decir no tan solo del mes de marzo¾cuando empiezan a aplicarse a finales de este mes los ERTE¾, sino también de los meses de enero y febrero, en los que la economía y el mercado de trabajo no habían recibido aún el impacto de la crisis generada por el COVID-19.
Ante esta situación, nos encontramos con un mercado de trabajo que tiene por delante un profundo reto de recuperación económica que muchos sitúan en 2022 o incluso 2023, aunque son solo suposiciones, debido a la dificultad de prever la evolución de la pandemia.
No obstante, no todos los sectores económicos y perfiles profesionales se han visto afectados de igual manera. Según un estudio realizado por Randstad Research[1], encontramos sectores cuya previsión de recuperación es claramente optimista. Nos referimos concretamente a:
- Actividades sanitarias (previsión de recuperación en el 2º Trimestre 2020).
- Agricultura (previsión de recuperación en el 3º Trimestre 2020).
- Industria farmacéutica (previsión de recuperación en el 3º Trimestre 2020).
- Recogida de residuos (previsión de recuperación en el 3º Trimestre 2020).
- Actividades jurídicas y contabilidad (previsión de recuperación en el 3º Trimestre 2020).
- Industria química (previsión de recuperación en el 4º Trimestre 2020).
- Educación (previsión de recuperación en el 4º Trimestre 2020).
Por otro lado, los sectores que más tardarán en recuperarse son:
- Actividades relacionadas con el turismo (previsión de recuperación en el 2º Trimestre 2022).
- Comercio al por menor (previsión de recuperación en el 2º Trimestre 2022).
- Servicios de alojamiento (previsión de recuperación en el 2º Trimestre 2022).
Asimismo, las personas que se encuentran en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y las pequeñas y medianas empresas (PYMES), son también los y las más perjudicadas de esta situación económica.
¿Qué sucede con las personas en situación más vulnerables?
Si algo hemos aprendido de todas la crisis sociales y económicas vividas, y teniendo aún muy presente los estragos provocados por la crisis del 2008, es que el impacto generado en las personas, en todos los sentidos (emocional, social, económicamente, etc.), es totalmente desigual, afectando de manera más perjudicial a las personas y colectivos en situación más vulnerables.
Todos los y las profesionales que trabajamos en el ámbito de la intervención social y, especialmente, aquellos y aquellas que lo hacemos en dispositivos de inclusión laboral, nos encontramos ante un nuevo reto: generar nuevas oportunidades que nos permitan encontrar soluciones para realizar el acompañamiento en la búsqueda de empleo a personas en situación de mayor vulnerabilidad.
Tal como señalamos en este artículo, habrá sectores económicos que requerirán de un mayor tiempo de recuperación, pero también nos encontramos con otros cuya actividad no se ha visto alterada por la crisis sanitaria y con unas previsiones de recuperación más optimistas. Por tanto, nos planteamos la necesidad de llevar a cabo una tarea de capacitación y orientación laboral con las personas, siempre que sea posible, siendo muy conscientes de cuál es la realidad del mercado. Pero esto, tenemos que hacerlo teniendo en cuenta los intereses y motivaciones de las personas, atendiendo a la particularidad de su situación.
A modo de cierre, desde los programas de inserción laboral del Área de Inclusión Social de FSC queremos lanzar algunas propuestas. En este sentido, apostamos por desarrollar acciones que nos permitan:
- Reforzar el acompañamiento sociolaboral, especialmente a las personas más afectadas, prestando atención a las múltiples necesidades a cubrir, no solamente las aborales.
- Orientar laboral y competencialmente, de manera integral, poniendo a la persona en el centro.
- Promover acciones de capacitación, desde la mirada del desarrollo de competencias, del “empoderamiento” y el desarrollo personal.
- Ofrecer información que ayude a entender la “nueva normalidad” y los sectores económicos y perfiles profesionales con más oportunidades.
- Guiar a las personas en todo su proceso e itinerario que emprenderán para favorecer que puedan mejorar su situación.
Desde el ámbito de inclusión laboral de la Fundación Salud y Comunidad, seguiremos poniendo en el centro a la persona, con el mayor rigor profesional que caracteriza a nuestros y nuestras profesionales, desde el espacio de vínculo social que nos ofrece cada uno de los programas que desarrollamos, y siendo muy conscientes de que el reto que tenemos por delante es de una gran magnitud y complejidad.
[1] https://research.randstad.es/el-turismo-la-construccion-o-la-hosteleria-no-se-recuperaran-totalmente-hasta-2022/
Aliad@s con las empresas y con las personas en riesgo o en exclusión social
Cuando el mundo se detuvo en el mes de marzo, teníamos dos opciones: quedarnos paralizados/as, o empezar a movernos con el objetivo de motivar a todas las personas que confían en nosotros/as para seguir con las mismas ganas de mejorar su situación personal y profesional, a pesar de todo.
El equipo de Aliad@s (Área Laboral para la Innovación y Acompañamiento en el Desarrollo Ocupacional y Social) de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) que desarrolla su actividad en la Región de Murcia y provincia de Alicante permaneció fuerte, convencidos/as de que éramos capaces de seguir trabajando y ayudando a nuestros/as participantes, sin dejar de aportar la calidad que merecen, y todo desde casa.
La gestión de esa ayuda, que hasta ese día era nuestra “normalidad”, pasó a ser una ardua tarea de reinvención, aprendizaje y aprovechamiento de recursos. Nos encontramos con muchas personas que perdieron su empleo, que no podían continuar en la búsqueda de un trabajo que mejorase su situación, por la imposibilidad de conciliar al estar al cuidado de hijos/as tras el cierre de los colegios o porque de repente, pasaban a ser de “alto riesgo”, otras que se iban a incorporar a un nuevo empleo y finalmente no llegaron a hacerlo, con dificultades para solicitar prestaciones en una administración desbordada por el escenario que estábamos viviendo y un largo etcétera.
Tras un inicio confuso y complicado, pues todo cambio conlleva resistencias, el equipo desempolvó sus conocimientos digitales para estar, si cabe, más cerca de las personas. Entendimos entonces la importancia real de estar al día con las nuevas tecnologías y la labor que teníamos por delante: conseguir que nuestros/as participantes se adaptaran a esta forma de colaboración mutua en esta mal llamada “nueva normalidad" y crear una “forma de trabajo distinta”, pero con la misma calidad que hasta ahora.
Invertimos el 70% de nuestra jornada en tener contacto “directo” con ellos/as. Acompañarles durante semanas en las que la preocupación, la desorientación, la incertidumbre y el miedo a que todo pudiera empeorar fue la norma.
No era el momento de dejarlos solos/as, sino de ponernos en marcha con más fuerza, si cabe. Teníamos que buscar la forma de aprovechar la necesidad palpable del uso de las TIC para romper esos miedos que muchos tenían. Hacerles ver que la economía sumergida les había creado una falsa seguridad que ahora se les venía abajo y, partir de todo esto, para que nuestro tren siguiera en marcha y no dejar a nadie por el camino.
Creamos entonces un sistema de webinar (vídeo-seminario o vídeo-conferencia online) semanal. Con este sistema podíamos seguir avanzando con cada uno/a de ellos/as y aprovechar al máximo nuestro tiempo y recursos.
Esta modalidad de sesiones grupales sirve además para que las personas dejen de sentirse solas en su problema, la sensación de aislamiento desaparece, pueden compartir sus emociones y pensamientos sin tener miedo a las críticas y, en ocasiones, tiene un efecto indirecto de “empoderamiento” de la persona.
Les ofrecimos formaciones, talleres y charlas enfocadas al autoconocimiento; sobre cómo afrontar una entrevista de trabajo online; qué buscan las empresas durante un proceso de selección; cómo inscribirse en distintos portales y ETT´S; cómo acceder a su Servicio de Empleo y Formación, y, en definitiva, a desarrollar sus habilidades y aumentar oportunidades durante su búsqueda de empleo. Incluimos talleres de formación profesional y sobre cómo formarse con la modalidad online. Estos talleres estuvieron dirigidos, sobre todo, a personas que han decidido retomar los estudios o reciclarse en estos tiempos de crisis.
Estas sesiones fueron lideradas tanto por el equipo profesional del proyecto Aliad@s como por empresas invitadas “aliadas” con nosotros/as, que de manera altruista han colaborado y han estado dispuestas a desarrollar las actuaciones que se les ha requerido.
Las empresas “aliadas”, la mayoría de ellas afrontaban cierres, ERTES, reestructuraciones, teletrabajo… y aunque no les fue fácil y no todas pudieron, trabajaron junto a nosotros/as, mano a mano y dispuestas a alcanzar nuestro principal objetivo común: trabajar por la inclusión socio-laboral de nuestros/as participantes y seguir sensibilizando al tejido empresarial y a la sociedad en general.
Dirigido el proyecto a otro “público” (empresas, administración pública y entidades del tercer sector) y con nuestro empeño de seguir concienciando y cambiando realidades, trabajamos en temas tan importantes y delicados como son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la violencia de género.
Para ello, contamos con dos grandes profesionales expertas en la materia para la impartición de estas charlas y con la misma modalidad online que usamos para las personas participantes, realizamos dos sesiones de gran relevancia en la actualidad:
- Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y Agenda 2030. ¿Por qué me interesa aplicarlos en mi organización y cómo lo puedo hacer? Suma la Agenda 2030 y los ODS como parte de tu estrategia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
- Ojos que no ven… Empresa que lo siente: la violencia de género es una realidad silenciosa, que se ha incrementado durante el confinamiento y el teletrabajo. ¿Quieres saber cómo actuar ante un caso en tu empresa? ¿Quieres saber cómo detectarlos?
Gracias a este esfuerzo y dedicación, podemos decir que estamos más preparados/as para lo que pueda venir y que hemos conseguido seguir trabajando en la mejora de la empleabilidad de nuestros/as participantes y en poner nuestro granito de arena para que el tejido empresarial esté más cerca que nunca de la realidad para la que trabajamos.
Ahora, más unidos/as que nunca, somos más conscientes, si cabe, de que lo digital ha llegado para quedarse y, aunque nunca reemplazará a lo humano, si seguimos adaptándonos a las situaciones, siempre seremos mejores Aliad@s.
Equipo de Inclusión Socio-Laboral de Murcia y Alicante.
Fundación Salud y Comunidad.
FSC recibe una ayuda de la Fundación Cajamurcia y Bankia para mejorar la calidad de vida de personas en exclusión residencial
Desde el año 2016, la Fundación Salud y Comunidad (FSC), a través del Servicio de Acompañamiento a Familias con Alquiler Social (SEAFAS), realiza un programa de empleo en el que han participado más de 500 personas de difícil inserción en la Región de Murcia. Este programa tiene como objetivo mejorar la empleabilidad de las personas, desarrollando actuaciones de orientación, formación, intermediación y sensibilización, en coordinación con otros organismos y entidades.
Tras la resolución de la Convocatoria de Ayudas de la Fundación Cajamurcia y Bankia (edición 2020) con la concesión de 200.000 euros a 67 entidades, el “Programa de mejora continua de la empleabilidad para personas en exclusión residencial”, presentado por FSC, ha resultado beneficiario de una ayuda.
Esta ayuda nos permite poder seguir desarrollando actuaciones individuales y grupales en el marco de este programa, participando en el mismo personas en situación de vivienda insegura, en las que además confluyen otros factores de exclusión, hasta la finalización de su Plan de Empleo Personalizado (PEP).
Desde la Fundación Salud y Comunidad, queremos destacar que este apoyo económico para el acompañamiento sociolaboral de estas personas, y en general, para la mejora de su calidad de vida, llega en uno de los momentos en los que más se necesita, dadas las circunstancias socioeconómicas sobrevenidas por la crisis sanitaria del COVID-19.
La Fundación Salud y Comunidad pone en marcha la Unidad Móvil de Cribado del VHC en Valencia
Con el objetivo de facilitar la eliminación de la hepatitis C en los grupos de población más vulnerables y con difícil acceso al sistema sanitario, la Fundación Salud y Comunidad (FSC), con la colaboración de la compañía biofarmacéutica AbbVie, pone en marcha la Unidad de Cribado Móvil (UMC) en la ciudad de Valencia. De esta manera, la entidad busca diagnosticar al mayor número de personas posibles y contribuir así al objetivo marcado por la OMS de eliminación el virus de la hepatitis C (VHC) como problema de salud pública en 2030.
La unidad es un programa multidisciplinar, cuyo equipo profesional está compuesto por una enfermera profesional, responsable de realizar las pruebas rápidas mediante la extracción de sangre y de ofrecer la atención básica sanitaria, y un monitor experimentado encargado de dispensar el material necesario y hacer una pequeña entrevista de las personas cribadas.
“Trabajaremos siempre en continua colaboración con los profesionales del ámbito social y sanitario que desempeñan su función en el Centro de Intervención de Baja Exigencia (CIBE) de Valencia, gestionado y dirigido por FSC”, sostiene Alba Miranda, profesional del Área de Inclusión Social y Reducción del Daño en Drogodependencias de esta entidad. “La unidad se irá moviendo a distintos lugares de Valencia, adaptándose en tiempo y espacio a la población para ofrecerles accesibilidad al diagnóstico, la información y el tratamiento”, afirma.
En los casos de resultado positivo, FSC ofrecerá la derivación a atención especializada y facilitará el acompañamiento a los centros sanitarios. “Cuando una persona da un resultado positivo, en primer lugar, se favorece un espacio tranquilo y seguro para decírselo. Con actitud empática y calmada, se ofrece apoyo e información, se explica que el resultado necesita ser confirmado con una analítica y se brinda acompañamiento y derivación a otros recursos más especializados. Asimismo, se lleva a cabo un seguimiento durante todo su proceso terapéutico”, explica Alba Miranda.
Por otro lado, “cuando una persona da un resultado negativo se le comunica que si tuviera prácticas de riesgo habría que repetirle el test a los 6 meses y se comprobaría que conoce las medidas de protección”, señala.
El proyecto, que se ha iniciado de manera cautelosa debido a la situación actual por el COVID-19, está previsto que se desarrolle durante un año. “Dado que en el CIBE de Valencia están registradas alrededor de 8.000 personas, es allí donde se ha instaurado la caravana y donde se está empezando a cribar y a gestionar acompañamientos a hospitales cumpliendo con todas las precauciones sanitarias. Esperemos que muy pronto podamos desarrollar la actividad a pleno rendimiento”, concluye Alba Miranda.
El trabajo con jóvenes en el ámbito de ejecución penal: oportunidades y retos
En el año 2015 nace el proyecto “Impulso Joven”, fruto de la colaboración entre la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y la Secretaría de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima (Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña), para su aplicación en el Centro Penitenciario de Jóvenes de Quatre Camins (La Roca del Vallés, Barcelona).
La misión principal del proyecto es realizar un acompañamiento integral a los jóvenes internos, y a sus familias, a lo largo del proceso penitenciario, con el objetivo de contribuir a su empoderamiento y desarrollo de habilidades sociales.
La población penitenciaria constituye un reflejo de los cambios políticos, económicos, culturales y sociales que vivimos, y en este contexto se hace imprescindible establecer un análisis detallado de las situaciones y necesidades particulares, con el fin de poder adaptar la intervención a sus especificidades.
En este artículo, queremos poner el foco en el análisis de las características de las personas atendidas el pasado año 2019, en el que se atendió a un total de 30 jóvenes. La edad media de los mismos fue de 23 años. En primer lugar, se puede constatar que la mayoría de los jóvenes atendidos siguen siendo de nacionalidad española (56,6%) y latinoamericana (25,2%). Se trata de jóvenes con baja experiencia laboral y formativa (el 80% no dispone del título de la ESO), que proceden de familias con una situación socioeconómica frágil. Asimismo, prácticamente su totalidad (93%) consume regularmente una o varias sustancias como el alcohol, la cocaína o el hachís y, en algunos casos, presentan al mismo tiempo particularidades relacionadas con la salud mental.
Además, se observa que la gran mayoría de los jóvenes atendidos se muestran motivados para el cambio, y que aprovechan las oportunidades que se les ofrece en el centro penitenciario, y desde el mismo proyecto, para completar su formación, iniciar su carrera laboral y reducir el consumo de tóxicos.
Igualmente, se constata que con frecuencia comparten aspectos personales comunes: dificultad a la hora de gestionar emociones como la ira y la tristeza, sentimientos y actitudes de hostilidad, falta de motivación personal, impulsividad en la relación con sus iguales, baja autoestima y seguridad, apatía e ideas y conductas autodestructivas, entre otras.
Sin embargo, se valora imprescindible trabajar con la particularidad de las personas que se atienden desde el proyecto, ya que cada una de ellas manifiesta características propias de su personalidad y de su historia de vida, lo que conlleva una configuración personal única y, por consiguiente, necesidades de tratamiento distintas.
Los factores descritos han resultado ser objeto de intervención en los jóvenes participantes en 2019 y se han observado patrones familiares que han influido en su aparición y mantenimiento. Estos patrones se refieren al estilo educativo y afectivo de los progenitores que se ve reforzado por la propia dinámica familiar. Concretamente, se identifica un estilo educativo permisivo, caracterizado por límites difusos o la ausencia de estos, en muchos casos, debido a la dificultad de los progenitores de llegar a acuerdos respecto a cómo educar a los hijos/as y/o el deseo de evitar reproducir el estilo educativo de la familia de origen (generalmente autoritario); y un estilo afectivo evitativo y/o ambivalente, en el que se dan respuestas desproporcionadas, inadecuadas y/o inconsistentes a las necesidades básicas de los hijos/as.
Estas dinámicas propician la interacción inadecuada entre el joven y su entorno, ya que tienden a generar sentimientos de inseguridad y miedo al rechazo en los hijos, así como desconfianza en su relación con los demás. Por todo ello, el abordaje de las mismas con el núcleo familiar juega un papel crucial en su proceso de rehabilitación.
Así mismo, se percibe que los chicos que han nacido y vivido gran parte de su infancia en otros países antes de su llegada a España (un 43,4% de los jóvenes atendidos ha nacido fuera de España), presentan más dificultades de relación con el entorno, debido al cambio cultural y social inherente al proceso migratorio y a la resultante complejidad de la estructura de su sistema familiar.
Por un lado, se da la circunstancia de los jóvenes que han sido criados por la familia extensa en sus países de origen por la migración de una o varias de sus figuras de referencia, debido a la necesidad de hacer frente a las dificultades socioeconómicas con las que conviven. En este sentido, observamos que un 73% de las personas atendidas que tuvieron que emigrar de su país de origen, fueron criados por la familia extensa (consanguínea).
La reagrupación del núcleo familiar en el nuevo país, suele hacerse llegada la adolescencia de los menores y tiende a ser un acontecimiento deseado y temido a la vez, entre otras cosas, por el sentimiento de inseguridad que genera en los mismos el desarraigo del país de origen y de sus cuidadores, así como el de los progenitores, por la incerteza respecto a si conseguirán establecer un vínculo cercano con sus hijos. De nuevo, la intervención con el mencionado núcleo resulta relevante, en este caso, para permitir a los jóvenes elaborar el duelo por la pérdida de las figuras de referencia y la posterior adaptación a la nueva realidad en el país de destino.
Por otro lado, en el proyecto emergen casos de jóvenes migrantes no acompañados. En general, se trata de jóvenes que han crecido en un ambiente carencial y desestructurado, los cuales migran solos siendo menores de edad a este país, se sienten desorientados y se hace patente el hecho de que no existen dispositivos o recursos suficientes que permitan la total integración de estos jóvenes a la sociedad. El porcentaje de jóvenes migrantes no acompañados en el Centro Penitenciario de Jóvenes supera el 70% en la actualidad. Este tipo de situación requiere de metodologías innovadoras que contemplen la figura de un referente que vincule con estas personas y pueda favorecer su acogida en todas sus dimensiones, así como ampliar la red de recursos comunitarios para su reinserción.
En la línea de lo mencionado anteriormente, el análisis realizado de las personas atendidas, permite al equipo de profesionales del proyecto detectar la necesidad de realizar un abordaje más intenso, más allá de los muros del centro penitenciario, con el objetivo de optimizar el aprovechamiento de los recursos comunitarios existentes y favorecer la oferta de nuevos espacios y oportunidades a los jóvenes.
Mireia Oliva Framis
Psicóloga del proyecto “Impulso Joven”
Fundación Salud y Comunidad
"Han sido unos meses muy exigentes a todos los niveles, en los que he adquirido aprendizajes importantes, tanto a nivel profesional como personal"
Mucho han cambiado las cosas desde la primera entrevista a Nico Asensio, responsable del servicio de prevención de riesgos laborales de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), hace ya algo más de 2 años, en la que nos trasladaba la importancia de la prevención en este ámbito, así como de su funcionamiento eficiente en los centros y servicios dirigidos y gestionados por nuestra entidad. En esta entrevista, nos habla sobre prevención de riesgos laborales y COVID-19, en relación a las medidas determinadas por las autoridades sanitarias, seguidas e implantadas en FSC con motivo de la pandemia, entre otros aspectos de interés.
- ¿Cómo fueron los primeros momentos, en materia de prevención de riesgos laborales en FSC?
Los primeros momentos fueron muy intensos y con mucha incertidumbre, con una demanda interna de información, comprensiblemente elevada, a la que había que dar respuesta, de manera clara y rápida.
Los cambios normativos frecuentes, las indicaciones del Ministerio de Sanidad cambiantes (en ocasiones confusas), las exigencias que nos llegaban a nivel autonómico y local, etc., fueron una constante durante mucho tiempo. Todo ello, nos obligaba a estar atentos en todo momento a cualquier novedad que hubiera que trasladar a los centros de trabajo.
Tengo la impresión que hemos vivido en esos “primeros momentos” durante gran parte de estos últimos meses.
- ¿Qué medidas se han tomado, con motivo de la pandemia?
En las fechas previas a la declaración del estado de alarma (durante el mes de febrero), desde el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) de FSC, se adoptó una línea de actuación orientada a colaborar con las autoridades de Salud Pública, haciendo difusión de la información y mensajes de tranquilidad procedentes de estas.
El 27 de febrero, con 17 casos confirmados de COVID-19 en España, emitimos desde el Servicio de PRL el primer comunicado, dirigido a todo el personal de la entidad, informando sobre qué era el COVID-19, cuáles eran sus síntomas, cómo se propagaba, como podíamos prevenirla, etc. Todo ello en función de las evidencias científicas de aquel momento.
Esa actividad de información se ha llevado a cabo de manera frecuente durante todos estos meses y hasta el momento actual.
- Has hecho mención a la colaboración con las autoridades de Salud Pública…
Sí. No hay que olvidar que se trata de un problema de salud pública y no de salud laboral. A partir del 14 de marzo, momento en que se declara el estado de alarma, los servicios de PRL, pasamos a ser actores colaboradores del Ministerio de Sanidad, cuyas directrices hemos seguido en todo momento, si bien también hemos tomado medidas desde nuestra entidad.
- ¿En qué han consistido estas medidas?
Desde el Servicio de PRL de FSC hemos elaborado un documento marco (PLAN DE PREVENCIÓN, ACTUACIÓN Y CONTINGENCIA FRENTE AL CORONAVIRUS). Todas las medidas adoptadas, están planificadas y previstas este documento que permite que cada centro, en función de su actividad, pueda adoptar las medidas preventivas adecuadas en todo momento.
En función del nivel de riesgo (o exposición) de cada centro, se han tomado las medidas preventivas oportunas y planificadas. No hay que olvidar la diversidad de actividades que abarca FSC y dentro de cada una de ellas, los diferentes escenarios que se pueden presentar, sobre todo si hacemos referencia a los centros residenciales (menores, tercera edad y otros colectivos en situación de vulnerabilidad), motivo por el cual, el nivel de riesgo determinado inicialmente, puede variar.
- ¿En qué sentido?, ¿podrías poner un ejemplo?
Por ejemplo, ante una situación de un residente que sea caso positivo de COVID-19, en este caso, las medidas preventivas han de estar en concordancia con el nuevo nivel de riesgo, tanto a nivel organizativo de la actividad del centro, como en las medidas de protección individual que ha de adoptar el personal que da atención a ese caso. Todo ello está previsto y planificado en el documento marco.
Retomando las medidas concretas que se han adoptado, podríamos elaborar un largo listado de medidas concretas adoptadas, pero en líneas generales:
- Elaboración de protocolos y documentos de buenas prácticas para prevenir el contagio.
- Promoción de la higiene personal: adquisición de geles desinfectantes, toallas desechables, ubicándolas en las entradas/salidas de los centros, zonas comunes y zonas de trato directo con el público, para propiciar e incentivar el lavado de manos (colocación de carteles informativos).
- Extremar la limpieza de puestos de trabajo e instalaciones, aumentado (según proceda) las tareas de limpieza y el uso de productos desinfectantes.
- Uso de mascarillas: se informa del uso correcto y se colocan carteles que recuerdan esa información.
- Identificación de personal vulnerable, evaluación del riesgo y adopción de medidas preventivas, si procede.
- Implementar las medidas necesarias para minimizar el contacto entre el personal y entre este y los usuarios/as o público que pueda concurrir en el centro de trabajo.
- Actuaciones frente a terceros: control/restricción del acceso de proveedores, clientes, usuarios/as, a nuestras instalaciones para minimizar el contacto.
Otra actividad, que no es propia de los servicios de PRL, pero en la que estamos colaborando con el Ministerio de Sanidad, es la realización del estudio de contactos en el ámbito laboral.
Desde el inicio, hemos sido esos -tan nombrados actualmente- “rastreadores” de contactos, determinando, cuando ha sido necesario, el confinamiento preventivo del personal que había sido contacto estrecho de un caso sospechoso o confirmado de COVID-19.
- ¿Qué destacarías de la implementación y seguimiento de estas medidas en los centros y servicios gestionados y dirigidos por FSC?
Sin quitar reconocimiento a ningún/a profesional de FSC, ya que todos/as lo tienen, quiero destacar el trabajo de las direcciones de los centros de trabajo, que han tenido que implantar todas las medidas preventivas necesarias que se les iba indicando, adaptarse a los continuos cambios que nos veíamos obligados/as a introducir, lidiar con las complicaciones que se iban presentando y hacer posible el mantenimiento de la “normalidad” en las actividades y servicios esenciales que se prestaban y de los que son responsables.
- ¿En qué situación nos encontramos ahora en la entidad, en materia de prevención de riesgos laborales?
Estamos (o estábamos) en una pausa, que parece va a ser más breve de lo que muchos/as preveíamos. La situación actual empieza a parecerse a aquellos inicios de marzo, algo que esperábamos pudiera ocurrir a las puertas de otoño, no a mediados de julio.
Vamos a ver cómo evoluciona todo, pero hay que estar en alerta y preparados. El coronavirus sigue en España y parece que la estacionalidad no es un factor tan determinante en su control.
La forma en la que pueda evolucionar la situación actual, va a tener mucho que ver con el comportamiento que cada uno de nosotros/as tengamos a la hora de respetar y cumplir las medidas de control y prevención que los organismos de Salud Pública establezcan en cada momento.
No hay soluciones mágicas mientras que no tengamos una vacuna. Por ello, es importante no relajarse a la hora de adoptar las medidas preventivas esenciales: distancia de seguridad e higiene frecuente de manos, unido a la medida accesoria y obligatoria de utilización de mascarillas en los términos que las autoridades sanitarias establezcan en cada momento y en cada territorio.
- ¿Qué dirías que se ha aprendido hasta el momento actual?
Creo que, si algo hemos aprendido, es que no se pueden hacer predicciones, hay muchas variables que intervienen en la “ecuación”. Demasiadas incógnitas por despejar, como para aventurarse a predecir, por ejemplo, un escenario futuro.
Sea lo que sea lo que nos depare el futuro a corto plazo, seguro que vamos a estar mejor preparados en materia de prevención de riesgos laborales.
- Para finalizar, ¿cómo has pasado tú estos meses, en cuanto a vivencia personal, familiar, etc.?
Han sido unos meses muy exigentes a todos los niveles, en los que he adquirido aprendizajes importantes, tanto a nivel profesional como personal.
He tenido la suerte de poder trabajar de manera aislada en las oficinas de FSC durante todo el confinamiento. Algo que no hubiera sido posible si mi situación familiar, por temas de conciliación, no me lo hubiera permitido.
La Comunidad Terapéutica “Can Coll” de FSC vuelve de forma progresiva a una cierta normalidad tras el estado de alarma
En este servicio de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), hemos vivido un confinamiento muy especial por la tipología del centro, derivado de la declaración del estado de alarma por la crisis sanitaria del COVID-19, que queremos compartir, a través de las acciones que se han realizado para prevenir posibles contagios. En el momento actual, para que la vuelta se realice con plenas garantías de seguridad y con los criterios establecidos, se han centrado todos nuestros esfuerzos en cumplir con rigurosidad las indicaciones de las autoridades sanitarias y de prevención de riesgos laborales, determinadas desde FSC.
Durante estos meses, hemos podido mantener el ritmo de tratamiento, adaptando las fases de evolución terapéutica de los usuarios/as a la situación de emergencia sanitaria provocada por la pandemia.
Se han llevado a cabo cambios a nivel de organización del equipo de intervención, alargándose los turnos horarios, y a su vez, se han espaciado los días de asistencia al centro, para minimizar el número de personas que entraban y salían, garantizando la seguridad de las personas usuarias. Con este fin, se han cumplido de forma estricta los protocolos determinados por las autoridades sanitarias, y por el Departamento de Riesgos Laborales de la Fundación Salud y Comunidad.
Igualmente, facilitamos el máximo de horas de confinamiento en su domicilio del equipo profesional del centro, con el fin de minimizar riesgos y garantizar su seguridad, poniendo asimismo los medios necesarios para evitar posibles contagios en el servicio.
Por otra parte, se realizaron la mayoría de dinámicas grupales en el exterior de la casa, haciendo uso de mascarillas, procediendo a la desinfección sistemática de espacios y objetos, y garantizando, en la medida de lo posible, la distancia de seguridad personal.
Además, el centro se cerró a proveedores externos, llevando a cabo la recepción de pedidos en el exterior de la casa, limitando el acceso a los despachos por parte de las personas usuarias, y no realizándose ingresos nuevos, hasta que el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia de la Generalitat de Cataluña lo autorizó.
Una vez pasados los momentos más restrictivos del estado de alarma por las medidas impuestas, se han llevado a cabo, si bien de forma progresiva, salidas de los usuarios/as del servicio durante el fin de semana y visitas de sus familiares, cumpliéndose siempre los protocolos de seguridad.
Según nos traslada el equipo profesional del centro, el confinamiento ha sido muy duro para todos los profesionales y también, para las personas usuarias del servicio, pero podemos decir, con gran satisfacción, que se han podido superar estos difíciles momentos sin ningún contagio, realizándose pruebas PCR al equipo profesional y a los usuarios/as, y pruebas serológicas al equipo.
Una vez se empezaron a dar las oportunas altas terapéuticas por finalización de tratamiento, una persona que acabó su estancia, músico de profesión, quiso hacer un regalo al centro, como muestra de agradecimiento, que queremos compartir.
Se trata de un vídeo musical que expresa muy bien el vínculo terapéutico que se forja con los tratamientos realizados en la Comunidad Terapéutica “Can Coll” de FSC, un vínculo que muchas veces va más allá de lo profesional, y que nos hace mejorar a todos/as como personas, ya que siempre se aprende de la convivencia.
Esperamos que os guste y lo disfrutéis tanto como nosotros/as.
https://www.youtube.com/watch?v=qGwMdRb-dhs
La comunicación de las personas mayores con sus familiares: clave para paliar la soledad durante el estado de alarma en la Residencia de Gavá
Uno de los colectivos más afectados por la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 han sido los centros de atención a personas mayores. En el caso de la Residencia y Centro de Día de Gavá, en Barcelona, gestionada y dirigida por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), con la declaración del estado de alarma, a mediados de marzo, nos vimos obligados a cerrar el servicio al exterior, no permitiéndose la entrada de familiares. Nuestro deber era proteger y salvaguardar al máximo a las personas mayores, usuarias del centro. Y así seguimos haciéndolo hasta la fecha de hoy.
Según nos traslada Carola Casol, trabajadora social de este servicio de titularidad de la Generalitat de Cataluña, los meses de abril y mayo no fueron nada fáciles. “Los usuarios/as se tuvieron que confinar en sus habitaciones, se tuvo que cambiar la organización, los circuitos anteriormente establecidos... prácticamente cada día había cambios y tuvimos que ir adaptándolos. Muchos mayores, debido a su patología, no entendían por qué su familia no podía visitarlos y el motivo de no poder salir de la habitación o a la calle, de acuerdo a su rutina anterior”.
“Para poder apaciguar la situación de confinamiento, desde el centro se organizaron videollamadas con las familias para que, al menos una vez a la semana, pudieran hablar y verse a través de las pantallas, así como llamadas telefónicas casi diarias, lo cual ayudó enormemente a sobrellevar la situación”, explica Carola Casol.
Un momento muy emotivo lo protagonizó la visita de Raquel Sánchez, alcaldesa de Gavá, el día de San Jorge, el pasado mes de abril. La alcaldesa quiso apoyar a las personas mayores usuarias del centro, así como a los profesionales del servicio, para mostrar el agradecimiento y la estima a los mayores por parte de toda la población.
Raquel Sánchez hizo entrega de un gran número de rosas a las personas usuarias, en nombre del Ayuntamiento de Gavá, un gesto muy valorado por los usuarios/as del servicio. En esta visita, la alcaldesa de Gavá fue recibida por Paloma Barrera, coordinadora higiénico sanitaria, en representación del servicio.
Otro de los momentos más emotivos llegó a finales del mes de mayo, con la iniciativa “Los Balcones de la Concórdia”, a través de la cual se determinó cita previa para poder ver, ya en persona, a los respectivos familiares. Cada persona mayor salía al balcón en el momento establecido y su familia la podía ver desde la calle. Las emociones eran vividas a flor de piel, tanto por parte de los usuarios/as, como de la familia y de los profesionales que estaban supervisando la actividad. “Muchas familias nos hicieron sentir como un miembro más, fueron momentos de verdadera unión”, señala la trabajadora social.
Por suerte, la situación fue mejorando y desde finales de junio, hemos podido dar un paso más. Se han organizado visitas una vez por semana al exterior del servicio, aplicando con rigurosidad todas las medidas del protocolo de seguridad (dos metros de distancia, una sola persona por visita, utilización de guantes y mascarilla y establecimiento de la norma de no poderse tocar la cara). Desde entonces, los usuarios/as han podido salir a la calle, y lo han hecho para poder ver de forma más cercana a un miembro de su familia. “El primer día, estaban realmente emocionados; para el equipo profesional ha sido muy importante poder dar este paso más”, afirma Carola Gasol.
En estos momentos, ya desde la distancia y con serenidad, una vez que ha pasado lo peor, cabe buscar el aprendizaje a toda esta situación, señala la trabajadora social del servicio. “Igualmente, todos los profesionales del centro, dirección, equipo técnico, y en especial los psicólogos/as, equipo auxiliar, recepción, cocina, limpieza, lavandería... durante estos meses han dado el 200% y han demostrado que son unos héroes por estar ahí, por darlo todo. Por tanto, destacaría la entrega y el aprendizaje”, expresa.
“Además, cabe poner en valor el papel de las familias. Ellas han sufrido mucho ante toda esta adversidad e incertidumbre. Han confiado ciegamente en nosotros/as y nos han animado a seguir adelante, lo cual es verdaderamente satisfactorio. Cuando la vida te sacude de esta manera, te hace replantearte creencias y valores. Estoy convencida de que todos/as hemos aprendido mucho como personas, y hoy no somos los mismos/as que en el mes de marzo, cuando empezó todo”, reconoce la trabajadora social.
Desde la Fundación Salud y Comunidad nos sentimos muy satisfechos por haber cumplido, a través de todas estas iniciativas de comunicación, nuestro objetivo de tratar de paliar la sensación de soledad que han podido sufrir durante algunos momentos las personas mayores usuarias de este centro, sentimientos que se vieron incrementados por las restricciones de acceso a las residencias, impuestas durante el estado de alarma para frenar la expansión del COVID-19.