Miradas feministas al abordaje del uso y dependencia de drogas desde el Proyecto Malva de FSC

La Fundación Salud y Comunidad (FSC) acaba de presentar un nuevo material denominado “MIRADAS FEMINISTAS AL ABORDAJE DE DROGAS. Guía breve para incorporar la perspectiva de género en el ámbito de drogas“, impulsado por el Proyecto Malva, que ha sido financiado por el Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD).

La perspectiva de género es necesaria en el ámbito de drogas por el estigma, aún latente en nuestra sociedad, hacia las personas que presentan consumos problemáticos y, en el caso de las mujeres, en relación a una fuerte penalización por alejarse de lo que se espera socialmente de ellas, tal y como se señala en esta guía.

Igualmente, se mantiene que ciertos consumos son incompatibles con las expectativas de la feminidad, lo cual tiene consecuencias graves. Algunas de estas consecuencias se refieren a la invisibilización de los consumos de las mujeres, tanto del tipo de consumo (por ejemplo, mayor consumo de hipnosedantes, con y sin receta y de otras drogas legales) o el modo en que consumen (mayores consumos en soledad, lo que dificulta su accesibilidad a recursos asistenciales); estigmas hacia las mujeres consumidoras, directamente relacionados con el género y su sexualidad (atribuyéndole la imagen social de “mala madre”, “viciosa”, “fracasada”… lo cual tiene un fuerte impacto en la salud individual y colectiva) o mayor rechazo y abandono de las mujeres con problemas de adicciones (se ha demostrado que llegan en más proporción solas a los servicios de tratamiento).

En esta guía, recientemente presentada, también se indica que las mujeres recurren más tarde y más deterioradas a los recursos especializados en drogodependencias. Ello es debido a que las barreras de acceso y permanencia en los mismos, están relacionadas con las penalizaciones de género y las “lógicas androcéntricas” de los servicios.

  • Datos desagregados por sexo: debemos desagregar los datos para visibilizar la realidad estadística de mujeres, hombres y personas no binarias, pero cuantificar a las personas que acceden al recurso no es suficiente; es necesario aplicar un análisis con perspectiva de género –“PG”- (considerando los roles, mandatos, estereotipos y estigmas), que nos permitirá comprender qué hay detrás de las cifras.
  • Indicadores de género: es importante elaborar indicadores de género, tanto cualitativos como cuantitativos, en la evaluación. Estos se formulan considerando las actitudes, creencias y sistemas de valores en función del género, así como de la relación de las mujeres con y en el recurso (acceso, permanencia, toma de decisiones, etc.).
  • Formación de profesionales y voluntariado en las teorías feministas del género: es imprescindible que las personas que trabajan en drogas estén formadas en “PG”, preferiblemente de manera presencial, vivencial y a través de metodologías participativas.
  • Enfoque Integrado de Género y acciones específicas: la “PG” no es un tema o punto y aparte en el proyecto o programa; es una cuestión transversal, por lo que debe estar presente en todas sus fases. Paralelamente, debe acompañarse de acciones específicas para promover la equidad.
  • Dotación presupuestaria con “PG”: resulta imprescindible dotar de recursos financieros a las acciones específicas y al fomento de la transversalidad de género.
  • Lenguaje no sexista e imágenes no estereotipadas y diversas: es fundamental que, en la redacción de los proyectos, informes y memorias, así como en el diseño de materiales, utilicemos un lenguaje inclusivo, que evite el masculino genérico y la terminología sexista. También, que hagamos uso de imágenes, colores y formas no estereotipadas y que fomenten la diversidad.

La perspectiva de género debe visibilizar y contrarrestar “desequivalencias estructurales” existentes en la sociedad y, por tanto, ser una herramienta de cambio hacia la equidad. Según insiste el equipo técnico del Proyecto Malva de FSC, “no estaremos aplicando la PG si partimos de enunciados generalistas que carezcan de base teórica feminista o si reforzamos desigualdades”.

Otra idea clave de este documento se refiere a que un buen ejercicio sería plantearse desde cero el recurso/intervención incorporando la “PG” y descubrir qué cambios serían necesarios para, posteriormente, llevarlos a cabo. No hay que perder de vista que los recursos asistenciales, así como muchos tratamientos terapéuticos, según se mantiene, se idearon en un momento en que básicamente los hombres los demandaban y acudían a ellos.

También, en esta guía se determina que es imprescindible poner a las mujeres en el centro. En este sentido, desde el Proyecto Malva de FSC se afirma que “tenemos mucho que aprender de las estrategias que han desarrollado a lo largo de sus vidas para resistir y sobrevivir a las violencias sufridas por el hecho de ser mujeres y, por otra parte, consumidoras. Ellas son expertas en sus propias realidades y deben ser las protagonistas en los recursos”.

Tal y como se hace constar en la contraportada de esta guía, la mirada de género es una necesidad, una cuestión de derechos y de efectividad de las intervenciones. De ahí la importancia de esta iniciativa, impulsada desde nuestra entidad, elaborando esta guía sobre perspectiva de género en el ámbito de drogas, que ofrece recursos y herramientas con este fin.


Acceso a la guía:

https://www.drogasgenero.info/wp-content/uploads/Libreto_DrogasGenero_Malva_2020.pdf


La Red EPF de Voluntariado de FSC participa por primera vez en el “III Festival Apoye. No Castigue 2020”

Recientemente, ha tenido lugar la acción “Apoye. No Castigue 2020”, una iniciativa a la que se le ha querido dar una gran visibilidad a nivel mundial que promueve tanto la reducción de riesgos y de daños, como las políticas de drogas en las que se prioricen la salud pública y los derechos humanos, enmarcada en este festival, celebrado del 15 al 28 de junio.

Debido a la crisis sanitaria mundial del COVID-19, las acciones previstas para este día se tuvieron que reorganizar y adaptar a las circunstancias actuales, haciendo uso de las nuevas tecnologías, con la mirada puesta en que la reducción de daños se incorpore en la agenda política mediante el fortalecimiento de la capacidad de movilización de las comunidades afectadas y sus aliados, e igualmente, a través de la apertura de un diálogo con las personas responsables de formular las políticas, y la sensibilización de los medios de comunicación y la opinión pública.

El proyecto “En Plenas Facultades” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), tuvo la oportunidad de participar por primera vez durante la noche del 21 de junio, a través de la Red EPF de Voluntariado, junto a otras personas expertas en la temática a nivel internacional, en un espacio – en concreto en el panel “Educación psicoactiva” –  en que se abordaron las políticas de drogas, en relación a los sistemas de educación actuales.

El objetivo de este panel era reflexionar y comprender la “educación psicoactiva” desde el paradigma de la reducción de riesgos y de daños en el consumo de drogas, su importancia en el contexto actual y sus implicaciones futuras.

Este espacio se extendió durante más de una hora, en torno a las siguientes cuestiones, de especial interés por todo lo que aportaron al debate y que nos trasladan desde el proyecto EPF:

  • ¿Cómo se ha abordado tradicionalmente el tema de las sustancias psicoactivas en las instituciones de salud?
  • ¿Qué rol juega el estigma para ofrecer educación sobre drogas?
  • ¿Cómo contribuyen los paradigmas de reducción de riesgos y de daños, y gestión de placeres a la hora de abordar la temática sobre drogas en espacios educativos?
  • ¿Qué programas o estrategias contribuyen mayoritariamente al cambio de paradigma en la educación psicoactiva?
  • ¿Cuáles son los retos y oportunidades en este momento, de cara a desarrollar nuestras actividades educativas?

Como conclusión general, se determinó que el papel de la educación en valores y derechos humanos es fundamental a la hora de hacer el cambio de paradigma, especialmente centrado en la “desestigmatización” de las personas usuarias de sustancias y también, que es clave la implicación de los gobiernos y de la sociedad civil en el desarrollo e implementación de políticas públicas que fomenten la promoción de la salud.

Además, se acordó que las estrategias para abordar este fenómeno han de ser críticas y reflexivas, a través de la utilización de metodologías participativas y vinculadas a la realidad de cada territorio.

Por último, en este espacio se concluyó que tanto desde los proyectos dedicados a la educación y promoción de la salud en el ámbito de las drogas, como es el caso del proyecto EPF de FSC, como desde los gobiernos, se debe ser capaz de entender y comprender a la juventud como un colectivo que ha de ser considerado, en relación a sus derechos, a la hora de diseñar los programas a ellos/as dirigidos, especialmente en el caso de Latinoamérica.

Según nos informan desde el proyecto EPF, el vídeo del panel ha tenido 1.500 reproducciones desde su lanzamiento y ha sido compartido a través de la red social Facebook casi 50 veces, siendo uno de los más vistos y compartidos de todas las actividades organizadas por el festival.

En conclusión, la participación en este encuentro fue muy fructífera, ya que pudimos dar a conocer el proyecto EPF y la Red EPF, así como nuestra experiencia en la educación y promoción de la salud. Igualmente, pudimos conocer de la mano de expertos/as otras realidades y entornos educativos que se están llevando a cabo en Latinoamérica, especialmente enriquecedoras.

Acceso al vídeo con la participación del proyecto EPF en el panel:

 

https://www.facebook.com/FestivalApoyeNoCastigue/videos/2930783790496225


CEAM de Altea: de centro de atención presencial a personas mayores a albergue durante el estado de alarma para acoger a personas sin hogar

En esta entrevista, Marga Planells, responsable de Administración del Centro Especializado de Atención a Mayores (CEAM) de Altea, de titularidad municipal, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), nos habla de cómo se ha ido adaptando el servicio durante el estado de alarma y el recorrido hasta el momento actual, en el que se han reactivado los servicios de fisioterapia, podología y peluquería con cita previa, así como el de cafetería del centro. Como dato curioso, el centro de atención a personas mayores se habilitó como albergue para acoger a personas sin hogar, mientras duró el confinamiento, con un aforo de 10 personas.  Una experiencia inesperada, debido a las circunstancias de la pandemia, que ha aportado un gran aprendizaje y bagaje al equipo profesional del servicio.

- El pasado día 13 de marzo, se suspendieron presencialmente las actuaciones en el CEAM, con motivo del estado de alarma.  ¿Qué papel han desempeñado las nuevas tecnologías ante esta nueva situación?

Muy importante. Los distintos profesionales que daban servicio hasta esa fecha, siguieron realizando sus funciones haciendo uso de las nuevas tecnologías, gracias a las cuales se pudieron mantener -con las limitaciones lógicas- las clases de los diferentes talleres: de informática; taichí; de movimiento; de yoga y taller de idiomas.

- ¿De qué forma se organizó la atención a los usuarios/as, haciendo uso de las nuevas tecnologías?

Se crearon un total de 25 grupos de WhatsApp para cada una de las actividades (fisioterapia, podólogo, yoga, taichí, pintura, cerámica, bolillos, lectura, inglés, español, mente activa, costura, poesía, gimnasia, pilates, hidroterapia…), a través de los cuales se remitieron vídeos de actividades y ejercicios de fisioterapia.

Estos vídeos se han ido subiendo a la web de la Fundación Salud y Comunidad, concretamente se pueden ver en el enlace https://www.fsyc.org/ceam-altea/, de forma que todas las personas mayores y sus familiares pudieran verlos, durante el confinamiento en casa.

Paralelamente a estas actuaciones, los monitores/as mantenían contacto telefónico con los usuarios/as. Se procedió a llamar semanalmente a todos aquellos/as que no tuvieran WhatsApp, para estar en contacto con ellos/as y que no se sintieran solos, transmitiéndoles la información necesaria, tranquilidad, e interesándonos por su estado físico y psíquico.

- La comunicación en esos momentos era muy necesaria…

Sin duda, nuestro objetivo era estar en contacto de una forma u otra con cada uno de ellos/as, sobre todo con las personas que sabemos que no disponen de redes de apoyo familiar, para así ayudarles a resolver cualquier incidencia que les pudiera surgir, canalizándolas hacia el servicio que fuera necesario.

Por otra parte, también ha sido importante, la comunicación con el Departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Altea, al que se ha informado de las distintas actividades que se han ido realizando, y con el que seguimos manteniendo un estrecho contacto.

- ¿Qué destacarías además de estos meses, en los que habéis tenido que adaptar la actividad del CEAM de Altea?

A partir del día 2 de abril, compartimos esta actividad con la apertura del ALBERGUE TEMPORAL ALTEA para personas sin hogar, siguiendo instrucciones de los Servicios Sociales, servicio que estuvo abierto hasta el 15 de junio, coincidiendo con la entrada en la Fase 3 de la Comunidad Valenciana.

Desde este momento, las funciones del personal asalariado del CEAM cambiaron, ya que el servicio tuvo que ofrecer atención presencial durante las 24 horas. Para ello, se establecieron tres turnos rotativos diariamente (de 08:00 a 15 horas; de 15:00 a 22:00 horas y de 22:00 a 08:00 horas). Los dos primeros con personal del CEAM y el turno último, de noche, con personal del servicio de ambulancias DYA de Altea.

Para ello, se gestionó y coordinó con los Servicios Sociales cada una de las necesidades puntuales, tales como llamadas a centros de salud, consultas médicas, medicación, farmacia, Unidad de Conductas Adictivas (UCA), etc.

- ¿Qué servicios se ofrecieron a los usuarios/as?

Los usuarios/as del albergue contaron con servicio de camas, tres comidas programadas al día; zona de higiene personal; zona de recreo al aire libre; lavandería; televisión y WiFi.

Además, pusimos a disposición de los usuarios/as del albergue juegos de mesa, tales como parchís, ajedrez, puzles, cartas… para que ocuparan su tiempo.

Por otra parte, se les proporcionó pintura para que pintaran la parte inferior de las paredes de la parte externa de la terraza del servicio y las paredes interiores de la cafetería, y estuvieron ayudando en la limpieza de los espacios habilitados para el descanso y las comidas, tareas, todas ellas, que realizaron con buena actitud y disposición.

- Con el paso a la Fase 1 de la desescalada el pasado 18 de mayo, ¿de qué forma se empezó a reactivar el servicio del CEAM?

A partir de esa fecha, se reanudó el servicio individual con cita previa en la peluquería y el podólogo, por las mañanas. Por otra parte, también el servicio de fisioterapia, ofreciendo diversos horarios, los mismos que se establecieron en el servicio de cafetería.

- ¿Y cuál es la situación actual?

Desde el mes de julio, el horario de verano es de 08:00 a 15 horas. Seguimos trabajando con cita previa, atendiendo a los usuarios/as en los servicios de fisioterapia, podología y peluquería, y con el servicio de cafetería abierto en los horarios determinados. Ello ha requerido reorganizar los turnos de trabajo, para poder atender correctamente a los usuarios/as.

Por otra parte, los talleres permanecen cerrados presencialmente al igual que la piscina.

- Con la reanudación del servicio, ¿qué medidas más específicas se han tomado para garantizar la seguridad de las personas mayores y del equipo de profesionales que trabaja en el centro?

Siguiendo los protocolos establecidos, se han implementado diferentes medidas para evitar posibles contagios, las que se vienen realizando en todos los centros de día de atención a personas mayores en la Fundación Salud y Comunidad.

Por otra parte, se ha confeccionado un plan de contingencias y un protocolo de limpieza, que ha sido seguido con rigurosidad y que han sido entregados a los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Altea.

- Llegado este punto, ¿cómo resumirías “el sentir” del servicio y de sus profesionales en el momento actual?

De mayor tranquilidad. Las experiencias vividas, a raíz de la pandemia, nos han aportado mucho. Hemos crecido como personas y profesionales, sobre todo teniendo en cuenta la experiencia vivida en el albergue con un colectivo, el de las personas sin hogar, con el que no habíamos trabajado anteriormente, al tratarse nuestro centro de un servicio de atención a personas mayores.

Un colectivo, el de las personas sin hogar, que, en un principio, por desconocimiento, nos infundía ciertos miedos e inseguridades.

Lo bonito de la experiencia ha sido ver cómo íbamos ganando terreno a nuestros miedos con la convivencia y el trato diario, dándonos cuenta de que todos somos personas y lo importante es el respeto, si bien también ha habido momentos delicados que hemos sabido afrontar. Por tanto, ha habido mucho aprendizaje y enriquecimiento personal y profesional en todo ello.


Retos superados por el Programa Ruptura de acogimiento familiar durante el estado de alarma

En apenas unas semanas, se cumplirán 3 años desde que la Fundación Salud y Comunidad (FSC) asumió el compromiso de gestionar el Programa Ruptura, a través del cual, jóvenes de 13 a 17 años de origen francés realizan una estancia temporal (entre 3 y 6 meses), atendidos/as por familias de acogida que, nuestra entidad selecciona y forma para este fin.

Desde entonces, más de 40 jóvenes han podido disfrutar de esta experiencia, en muchos casos difícil, pero en la mayoría de casos enriquecedora. Sin embargo, nada parecido con lo vivido desde la declaración del estado de alarma del pasado mes de marzo, y que nos ha tenido a todos/as casi 3 meses confinados.

Concretamente, 8 jóvenes (2 chicas y 6 chicos) se encontraban en diferentes familias de acogida ubicadas en municipios de la Marina Baja y Alta (Alicante), en el momento en el que, debido a la declaración de pandemia por el COVID-19, tuvieron que interrumpirse todas las actividades que se venían realizando e iniciar un proceso que ha resultado, en algunos casos, muy complejo.

Es fácil imaginar que, si para todos nosotros/as la experiencia ha sido, como poco, complicada, para un joven que no conoce nuestra lengua, a más de 1.000 km. de los suyos y en una familia que no es la suya, la situación podía haberse convertido en casi dramática.

Teniendo en cuenta este aspecto, el equipo profesional del Programa Ruptura se marcó como prioridad ofrecer a los jóvenes participantes en este programa, mayores alternativas de contacto telefónico con sus allegados, e igualmente a través de las redes sociales, y a su vez, aumentar el seguimiento y atención por parte del equipo profesional del programa, aunque fuese telefónicamente.

No obstante, aunque en los primeros días nos encontramos con sentimientos de incertidumbre, miedo e incomprensión, gracias al esfuerzo realizado por las familias de acogida y al trabajo coordinado entre todos los técnicos/as que trabajan en el proyecto, la situación se fue relajando; incluso podemos decir que, por momentos, las familias y los jóvenes aprovecharon para realizar actividades conjuntas que, hasta esos momentos todavía no habían realizado.

Según hemos podido saber, a los técnicos/as del programa, les era grato escuchar durante las llamadas diarias de seguimiento que se realizaban, cómo entre todos/as, jóvenes y familias, desarrollaban la imaginación y la creatividad para ocupar parte del mucho tiempo libre que disponían.

Intercambio de recetas de cocina, juegos de mesa, sesiones de visionado de series y películas, talleres de lectura y aprendizaje de nuestro idioma, realización de rutinas físico deportivas, jardinería y, en definitiva, un sinfín de actividades que, en la mayoría de los casos, favorecieron la creación de vínculos más fuertes entre las familias y los jóvenes.

Aunque, también cabe comentar que, no todo se ha ido desarrollando siempre como hubiésemos deseado; ya que, también surgieron momentos de tensión, en los que fueron aflorando algunos de los problemas que los jóvenes ya traían. Pero, viendo la parte positiva de todas las situaciones, estas incidencias que han surgido, también han supuesto nuevas oportunidades de cambio y de trabajo sobre la resolución de conflictos entre las familias y los jóvenes atendidos.

De todas estas tensiones, quizás las más difíciles de tratar han sido las generadas por los jóvenes que tuvieron que ver cómo sus vuelos se cancelaban, llegada la fecha de su retorno a Francia, sin ninguna fecha prevista. En algunos casos, los jóvenes demostraron una capacidad de comprensión y de paciencia sorprendentes, pero en otros, llegamos a vivir momentos muy duros; teniendo incluso que solicitar la intervención del Cónsul Honorario de Francia en la Agencia Consular de Alicante, quien intercedió para conseguir un vuelo de retorno y los correspondientes salvoconductos para desplazarnos por territorio nacional y también a la llegada de los jóvenes a Francia.

Actualmente, una vez superadas las fases de la desescalada, de los 8 jóvenes que comenzaron el confinamiento permanecen 6; quienes, afortunadamente han ido retomando sus actividades con ilusión y conocedores de haber sido capaces de superar una de las mayores experiencias vitales de sus existencias.


Compromiso y máxima profesionalidad siempre, en el cuidado a las personas mayores de la Residencia de Yécora de FSC

Con la entrada en la “nueva normalidad”, una vez finalizado el estado de alarma por la crisis sanitaria del COVID-19, el equipo de profesionales de la Residencia de Yécora (Álava), gestionada por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y la Asociación Lagunduz, sigue ofreciendo la mejor atención, en el cumplimiento de las medidas de protección sanitarias para mantener a los usuarios/as libres de contagio. Es un gran reto el que se les plantea en esta nueva etapa a trabajadores/as y familiares de residentes, del que estamos seguros que saldrán airosos/as, dada la profesionalidad e implicación demostrada en todo momento, en el cuidado de las personas mayores por parte del servicio.

 Tras la realización de las pruebas pertinentes por el Servicio Público de Salud de la zona, para nosotros/as supone una gran satisfacción poder decir que hemos logrado mantener el centro libre de COVID-19, antes y durante el estado de alarma, así como en el momento actual, con la llegada de la “nueva normalidad”.

Estos meses de estado de alarma han supuesto un proceso de aprendizaje en todos los sentidos, sintiéndonos ahora, si cabe, aún más preparados para seguir manteniendo al virus fuera de nuestro centro y alejado de nuestros/as residentes.

Son muchas las familias de la zona que, durante estos meses, se han dirigido a la Residencia de Yécora para solicitar plaza de residencia, depositando su confianza en nuestro buen hacer. En respuesta a ello, poco a poco, vamos realizando nuevos ingresos, según se van produciendo vacantes, ya que la ocupación a lo largo de todo el año ha sido del 100%.

Durante el período de confinamiento, el equipo de profesionales del centro ha estado muy implicado y se ha mostrado colaborador, haciendo un buen uso de los medios de protección por su propia salud y la de nuestros/as residentes. La labor de todas las personas que en este servicio trabajan, se ha volcado en el acompañamiento y especial atención a los usuarios/as que en el centro residen, ya que, en todo momento fueron muy conscientes del sentimiento de soledad de las personas mayores usuarias, al no poder recibir visitas y no tener cerca a sus familiares.

Como ya explicábamos en otra noticia, con el estado de alarma y la situación sobrevenida, desde la Fundación Salud y Comunidad, se puso en marcha la iniciativa “Ringsistiré”, impulsada en todos los centros de mayores, como medida de apoyo. En el caso de este centro, incorporando la figura de una psicóloga que, todas las tardes, realizaba de una forma más profesionalizada, el mantenimiento de un contacto estrecho de los usuarios/as con sus respectivos familiares, tratando de que pudieran asimilar mejor la nueva situación.

Este contacto se fue realizando a través del teléfono y videollamadas, e igualmente, mediante correo electrónico. Asimismo, a través de esta figura, se potenciaron actividades que hacían más llevadero el confinamiento y la ausencia de visitas a las personas mayores residentes.

Desde un principio, se mantuvo un contacto diario y cercano con todas las familias, compartiendo siempre la información que desde las administraciones nos iban proporcionando y manteniéndolas al día del estado de salud físico y emocional de sus familiares residentes.

A pesar de las medidas restrictivas impuestas por el confinamiento, podemos decir que hemos seguido celebrando cumpleaños o fiestas patronales con menús especiales, amenizados con música popular para seguir manteniendo la alegría, e igualmente, que hemos seguido organizando salidas programadas a la zona de jardín del servicio, siempre pendientes de las medidas de seguridad, que daba un “aire fresco” a la rutina diaria a la que nos sometía el confinamiento.

Durante este tiempo, hemos vivido situaciones muy emotivas y, finalmente, momento especialmente esperado, hemos compartido con nuestros/as residentes el “reencuentro” tan deseado por todos/as, profesionales, familiares y las propias personas mayores, de las que nos sentimos orgullosos/as por lo bien que han tomado las circunstancias y que tanto merecían ese tiempo de felicidad compartida, con sus familiares.

En el momento actual, el equipo de trabajo de la Residencia de Yécora es plenamente consciente de que la amenaza de contagio sigue latente, por lo que las medidas de prevención y protección de la salud propia y de nuestros/as residentes siguen siendo, aún más exigentes, ya que no se puede bajar la guardia ante esta situación de “aparente normalidad”.

Por ello, seguimos trabajando con mucha ilusión y compromiso, con la esperanza puesta en que esta situación, pase a ser tan solo “un alto en el camino”, permita de una vez por todas devolver a nuestros/as residentes el cariño de sus familiares en forma de besos, abrazos y achuchones, tan esperados y deseados por todos/as.

Para finalizar, pero no menos importante, queremos expresar nuestro especial agradecimiento al equipo de OSI Rioja Alavesa, organización sanitaria de referencia que integra el servicio de Atención Primaria de la comarca en la que se integra el servicio, por su implicación y cercanía en todas las actividades que hemos desarrollado, siempre de forma coordinada y con tan buena disposición por su parte.

También, al equipo del Parque de Bomberos de Laguardia que amablemente ha acudido todas las semanas a ayudarnos con las tareas de desinfección del centro, y a la alcaldía y corporación municipal de Yécora, siempre pendientes de nuestras necesidades y dispuestos a ayudar. Sin duda, sin todos ellos/as no hubiera sido posible poderlo contar de esta forma.


Reanudación de las actividades con las medidas de seguridad necesarias en las viviendas con servicios para mayores gestionadas por FSC en Barcelona

Nos adentramos en esta ocasión en las viviendas con servicios para personas mayores del Ayuntamiento de Barcelona, dirigidas y gestionadas por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, para conocer cómo han pasado los meses de confinamiento, durante el estado de alarma, y cómo progresivamente se va volviendo a las actividades habituales, con riguroso cumplimento de las recomendaciones sanitarias.

 Como en el caso de otros centros de mayores, cuya realidad hemos ido conociendo mejor ahora, estos meses no han sido fáciles, si bien se han llevado bien, gracias a las diferentes medidas preventivas que se han ido tomando desde el Área de atención a la Dependencia y de atención a la infancia y la adolescencia de FSC.

Para ello, según nos trasladan desde el área, ha sido fundamental la relación estrecha mantenida con el Ayuntamiento de Barcelona y la coordinación en todo momento, con el objetivo de llevar a cabo estas actuaciones preventivas, asegurándose así de que todos los usuarios/as estaban bien atendidos.

Con este fin, desde el área, se han realizado reuniones virtuales con las directoras de las Viviendas con Servicios “Concilio de Trento I”, “Concilio de Trento II” y “Gran Vía”, así como con las personas responsables del ayuntamiento. Este trabajo estrecho, planificando las fases, dando instrucciones claras a los trabajadores/as, facilitando Equipos de Protección Individual (EPIs), ha hecho que el impacto en estos servicios haya sido mínimo.

“La coordinación con el Ayuntamiento de Barcelona y con los Servicios Sociales, se hizo de forma constante para poder hacer el trabajo con la máxima eficiencia durante los meses de confinamiento. Gracias a todo ello, y a la coordinación estrecha con el área, pudimos contar con las mejores condiciones de seguridad. Diariamente, se informaba de la situación al Ayuntamiento de Barcelona, a través de una serie de indicadores y también, se hacía seguimiento telefónico, por lo que la comunicación con la administración titular era constante”, señalan desde la dirección de estos servicios.

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Se activaron rápidamente los protocolos ofreciendo unos servicios mínimos a aquellas personas que más lo necesitaban, e igualmente, se mantuvo contacto telefónico diario para acompañarles y tratar de que lo llevaran mejor durante esos días tan duros de confinamiento, miedo y desesperación, por momentos. Adquirir EPIs fue una prioridad desde el principio para proteger, tanto al equipo profesional como a los usuarios/as de estas viviendas, al igual que se hizo en los otros dos dispositivos de esta tipología, a los que nos hemos referido, gestionados por FSC en Barcelona.

Según explica Mariló Chacón, directora del servicio, “igualmente, a los usuarios/as se les hacía la compra de comida y de medicación, y también a algunos de ellos/as se les activó el servicio de comida a domicilio. Siempre estuvimos pendientes de sus peticiones. Posteriormente, cuando la situación se fue controlando, comenzamos a dinamizar el centro, jugando semanalmente al bingo desde sus mismas puertas”.

Concretamente, en relación a las actividades, Silvia Salinas, directora de las Viviendas con Servicios “Concilio de Trento I”, señala que en este servicio se realizan durante todo el año diversos talleres, “y en ellos, intentamos mantener y estimular la parte plástica, cognitiva y social de nuestros usuarios/as. Los talleres que más acogida tienen son los de estimulación cognitiva, lectura, manualidades, juegos de mesa y tertulia que son los que hemos intentado mantener durante el confinamiento. Durante estos meses nos hemos visto obligados/as a ser creativos y variar la forma de realizar dichos talleres”.

Igualmente, se pudo dar continuidad al taller de lectura, gracias a la distribución de libros nuevos en los domicilios de los usuarios/as que quisieron participar, realizándose la lectura de dos novelas diferentes. Además, se repartieron semanalmente ejercicios de estimulación cognitiva a cada usuario/a.

Durante el inicio de la Fase 1 del estado de alarma, se llevó a cabo otro taller de lectura, pero esta vez de manera presencial, en grupos de 4 personas, para poder mantener las distancias de seguridad, que además fue utilizado para ofrecer un espacio de escucha y contención, después de tantos días sin apenas interactuación entre los vecinos/as.

Por otra parte, uno de los talleres a los que se pudo dar continuidad fue el de manualidades. La primera manualidad que comenzó en marzo y que quedó parada fue la elaboración de rosas por San Jorge, que los usuarios/as habían empezado y que terminaron en sus domicilios en el mes de abril. Posteriormente, el equipo profesional las repartió entre los 40 usuarios/as del servicio, puerta a puerta, respetando siempre todas las medidas y distancias de seguridad.

También hemos recogido el testimonio de Mª Carmen Navas, directora de las Viviendas con Servicios “Concilio de Trento 2”, que expresa cómo cambió de pronto la situación y nos habla de la incertidumbre y miedo vivido, durante los primeros momentos, ante las nuevas circunstancias. “Las EPIS se convirtieron en el centro de nuestro universo. Se cerraban las puertas. Entonces, hacer equipo entre el equipo de profesionales fue la clave para sumar y coordinarse, mejor que nunca. El reto era dinamizar el equipamiento en la distancia, acercarnos más que nunca a los vecinos/as sin poder tocarlos, verlos y entrar en sus casas para garantizar que todas sus necesidades quedaban cubiertas y la seguridad de todos/as quedaba intacta”.

La directora de este servicio reconoce también que el confinamiento ha dejado grandes sorpresas, al comprobar que los usuarios/as han participado más que nunca en las actividades. Así lo expresa, mostrando su especial agradecimiento a las usuarias por haberlo sabido afrontar de la mejor forma: “Gracias Perlas de Gracia, nos habéis salvado muchas tediosas horas de confinamiento… Ejercicios de memoria, tablas de gimnasia, libros y pasatiempos eran distribuidos, en mi memoria también bolsas que eran colgadas en las puertas, sobres con cartones para jugar al bingo, ¡cuánta comunicación se ha generado a través de las puertas! Tan pronto pudimos, iniciamos algunos talleres en los pasillos, respetando siempre las distancias de seguridad, así organizamos el taller de bingo y el de gimnasia. El día de San Jorge, tan importante para nosotros/as, nos cogió en pleno confinamiento, pero, aun así, todos nuestros vecinos/as tuvieron su rosa y su desayuno especial, chocolate deshecho y melindros”, explica.

De la fase actual, tras el estado de alarma, destaca la importancia de “recuperar las rutinas de dentro-fuera, de relación, tocaba empezar a habitar la nueva normalidad y crear nuevos planes de trabajo. A día de hoy, en ello estamos, intentando con mucha creatividad llenar los vacíos que las restricciones nos dejan, aprendiendo de todo y de todos/as. Vamos recuperando el contacto con el usuario/a, si bien a un metro y medio… En estos días de despertar, estamos retomando gestiones, trámites, visitas médicas detenidas en un lejano mes de marzo. Este año nos ha tocado observar la primavera… Un vecino me decía que ha seguido de cerca el brotar del árbol de delante de su casa. Seguimos llenos de energía y con ganas de disfrutar del verano y encarar el otoño. Siempre adelante”, expresa Mª Carmen Navas.

En definitiva, podemos concluir diciendo que nos sentimos orgullosos/as de haber “superado” una pandemia con mucha profesionalidad, pero sobre todo con mucha cercanía con nuestros usuarios/as de las viviendas con servicios de Barcelona. Ello ha sido posible, como apuntábamos al inicio, gracias a la estrecha coordinación con el Ayuntamiento de Barcelona, ya que desde el inicio de la alerta sanitaria nuestro principio fue el de la unidad y en ello, centramos todos nuestros esfuerzos.

Un esfuerzo de coordinación interno que ha sido reconocido por el Ayuntamiento de Barcelona recientemente. En este sentido, Esther Quintana, jefa del Departamento de Personas Mayores de esta institución, en una reunión virtual, expresaba su satisfacción por el trabajo realizado por todos/as durante este periodo. Un reconocimiento que para nosotros/as es muy importante.

Ahora, tras superar las distintas fases del proceso de desconfinamiento por la crisis del COVID-19, el nuevo periodo implica la progresiva reanudación de las actividades habituales en estos servicios, pero manteniendo las medidas de prevención necesarias, y en ello estamos para seguir ofreciendo las máximas garantías de seguridad.


Musicoterapia para el bienestar emocional de las personas mayores durante el confinamiento

Durante la crisis sanitaria generada por el COVID-19, se ha llevado a cabo un proyecto basado en la musicoterapia en la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras (Gerona), de titularidad de la Generalitat de Cataluña, gestionada y dirigida por la Fundación Salud y Comunidad (FSC).

Uno de los principales objetivos de este proyecto, enmarcado en la actividad “Ringsistiré”, impulsada por FSC en todos los centros de mayores, está directamente relacionado con los efectos beneficiosos que tiene la música en las personas mayores.

Si bien, antes explicaremos, en líneas generales, en qué consiste la actividad “Ringsistiré. Con la alerta sanitaria, nuestra entidad decidió incrementar la dotación del equipo profesional del Área de Atención Psicosocial, al igual que hizo con otros perfiles profesionales, dentro de las posibilidades y en aquellos centros residenciales que así lo precisaran, y en los que fuera factible. El perfil profesional que se aportó, dadas las circunstancias, fue preferentemente, el de psicólogo/a o el de musicoterapeuta.

Mediante esta figura, se buscó aumentar la comunicación en los distintos servicios entre familiares y residentes. Con este fin, se habilitó un enlace en la web de nuestra entidad para que, desde los diferentes servicios de atención a personas mayores, pudieran intercambiar archivos con los familiares. Estos archivos podían ser tanto imágenes, como en formato de audio y vídeo.

En esta ocasión, vamos a conocer en concreto el proyecto que se ha desarrollado en la Residencia y Centro de Día “Els Arcs” de Figueras, cuya finalidad ha sido acompañar y hacer la vida mejor a los usuarios/as durante el tiempo de confinamiento, dentro de las dificultades por las que se estaba atravesando en nuestro país, tratando de fomentar la comunicación entre ellos/as y sus familiares, a través de las nuevas tecnologías, en la línea de los objetivos específicos de la actividad mencionada.

La directora de este centro, Maleni Cisneros, nos cuenta que "han sido unos meses muy duros, pero gracias a Víctor García, musicoterapeuta, y a este proyecto, las personas mayores han cantado, han bailado... hemos observado reacciones de mayores con la música que nos han sorprendido gratamente, echaremos de menos a Víctor“.

Por su parte, María Blasa, coordinadora del Área Psicosocial del servicio, señala que “la experiencia ha sido muy positiva; sabemos que la música es una buena terapia para trabajar diferentes aspectos cognitivos y emocionales. En la situación de ausencia de visitas de la familia, confinamiento, batas blancas, pantallas, mascarillas… la música ha sido un valor seguro al que aferrarse. A través de ella, hemos conectado con 'todo está bien', 'lo vamos a superar', aportándonos tranquilidad y esperanza”.

Gracias a este proyecto, se han realizado vídeos personalizados de todos y cada uno de los usuarios/as, con algunas excepciones (voluntariamente o por el perfil cognitivo). En estos vídeos, hemos podido ver cómo se emocionaban las personas mayores cantando canciones y dedicándoselas a sus familiares. En otros vídeos, más espontáneos, hemos visto a los usuarios/as disfrutar de momentos musicales, bailando, cantando o tocando instrumentos musicales, creándose un ambiente distendido con la música.

Durante el tiempo que ha durado el confinamiento, se han enviado estos vídeos a los familiares de los mayores, realizando un seguimiento individualizado desde el centro, así como por correo electrónico, WhatsApp, y en el último mes, mostrándolos durante las visitas, ofreciéndose además la posibilidad de tener “5 minutos musicales”, para que el usuario/a pudiera tener un rato agradable con su familiar, algo que está teniendo muy buena acogida en estos momentos.

En este sentido, en algunos casos, sobre todo el de las personas con demencia, la música les ha ayudado a activarse y a estar más despiertos/as para poder compartir un rato con sus familiares, facilitando también la expresión emocional. Las respuestas por parte de los familiares a todo ello, han sido muy emotivas y de agradecimiento, por la comunicación que se ha facilitado y generado.

Algunos usuarios/as que han participado en esta actividad, nos han querido contar sus emociones y experiencias vividas, a través de este proyecto de musicoterapia.

En el caso de J.C., afirma que “cuando escucho la música se me pasan los malos pensamientos. ¡Me quita las penas! Para mí la música es todo, me acompaña. Además, les va muy bien a las personas con enfermedades”.

R.P. señala: “la música nos da vida. Es mejor que ir al médico. Para un enfermo, sentir la música es abrirle a la vida. Se le olvidan todos los males que tiene. Yo estaba triste y, desde que he ido a cantar, me ha traído la luz”.

Por su parte, J.M. nos dice: “me pongo muy contenta cuando voy a cantar. Es muy necesaria la música en las residencias de personas mayores”.

Por último, C.J. nos cuenta: “el rato que he estado cantando, no hemos pensado en nada más. Me gustaría seguir haciendo la actividad, al menos una vez a la semana o al mes”.

Según afirma María Blasa, “este proyecto ha sido un acierto, así lo consideran todas las personas usuarias, familiares como trabajadores/as del servicio. En este sentido, que la Fundación Salud y Comunidad haya apostado por introducir la figura del musicoterapeuta en este momento, priorizado el bienestar emocional, ha sido muy bien valorado, ya que el mensaje de la música nos ha llegado a todos los que formamos esta comunidad”.

Como ejemplo de la buena acogida también, os dejamos igualmente algunos testimonios de algunos familiares de usuarios/as sobre este proyecto de musicoterapia:

F.S. explica que "la musicoterapia es muy positiva por las personas mayores, hacen un trabajo de memoria sin demasiado esfuerzo, les sube la autoestima al ver que todavía son útiles, se ponen contentos y se relajan. Si se hiciera más a menudo, creo que serían más felices".

Por su parte, A.T. señala: “quiero agradecer a Víctor todo lo que ha hecho con la música en beneficio de las personas mayores, les ha dado mucha alegría y entretenimiento con su música. Todos sabemos que es una gran terapia para ellos. Me sorprendió el día que fui a ver a mi abuela después de tanto tiempo, ella estaba triste al ver que no podía abrazarla y, gracias a Víctor, pude verla cantar y disfrutar de aquel momento musical; fue capaz de sacarle una sonrisa. Muchas gracias por todo y ojalá vuelva pronto”.

Por último, I.L. afirma que “el trabajo de Víctor ha sido una maravilla. Ha devuelto la alegría y la ilusión de vivir a los mayores. Solo hay que mirar sus caras y cómo bailaban. Las fotos y vídeos de mi madre reflejan alegría en su rostro. Para mí, todo lo resume la palabra amor. Gracias Víctor por tu buen hacer, has hecho un gran trabajo con las personas mayores”.

El equipo de profesionales del servicio en su conjunto, quiere agradecer también al musicoterapeuta Víctor García, su entrega y dedicación, a través de este proyecto. Estas palabras lo dicen todo: “ha puesto color, a través de la música, en nuestras vidas, dejando una huella en todos y cada uno de los profesionales y usuarios/as del centro”.

Os invitamos a ver los vídeos realizados en la actividad “Ringsistiré” que se pueden visionar en el canal de YouTube de la Fundación Salud y Comunidad: https://www.youtube.com/user/FSYC


"Haciendo bondad en el mundo, se sigue hacia adelante"

Honorina, de 87 años, natural de la provincia de León, afincada desde hace 26 años en Barcelona, es usuaria veterana de las Viviendas con Servicios “Concilio de Trento I” del Ayuntamiento de Barcelona, gestionadas y dirigidas por la Fundación Salud y Comunidad (FSC). Hemos estado hablando con ella para saber cómo ha pasado el periodo de confinamiento durante el estado de alarma, motivado por la crisis sanitaria del COVID-19, y cómo están siendo estos primeros días de vuelta a la normalidad, en los que ya sale a la calle y participa en actividades de ocio, organizadas desde el servicio.

- ¿Desde cuándo es usuaria de estas viviendas con servicios y cómo ha sido la experiencia?

Soy usuaria desde hace unos 13 años, estrené estas viviendas cuando se inauguraron. La vivienda la estoy disfrutando muchísimo, vivo sola, ya que soy viuda, pero no me aburro, siempre encuentro algo que hacer.

- ¿Cómo se encuentra de salud?

Bien, aunque tengo mis cositas (artritis, ciática, algo de corazón, hígado…), pero ya con la edad es lo normal. Lo importante es que me puedo valer por mí misma, aunque ahora tardo más en hacer las cosas que antes.

- ¿Cómo ha vivido este confinamiento?

Lo he llevado bien, sabía que el confinamiento era por nuestro bien, a excepción de 3 días, en los que tuve mucho dolor por mis enfermedades, y en los que ya no sabía qué hacer ni qué tomar, pero encontré la solución a través de unas pastillas naturales que escuché recomendar a un doctor en la radio. ¡Bendita la hora en la que lo escuché por la radio!

- ¿Es oyente habitual de radio?

Sí, especialmente de dos emisoras que me han acompañado mucho durante este tiempo de confinamiento. Me levantaba y lo primero que hacía era poner la radio, una de ellas es una emisora musical, y a menudo ponían sevillanas a primera hora que me animaban mucho.

- ¿Y usted bailaba?

Sí, claro. Me ponía a bailar sevillanas con el bastón y me valía para hacer ejercicio en casa (ríe).

- ¿Qué tipo de programas le gustan?

Además de los programas musicales, me gusta escuchar programas en los que se habla de salud y sobre cómo mejorar, en los que intervienen personas expertas que dan recomendaciones. Como te decía, gracias a ese doctor que escuché por la radio, pude mejorar cuando ya no sabía qué hacer. Tomo tanto medicación tradicional como alternativa para complementar.

- ¿Y qué más actividades ha realizado durante el confinamiento para entretenerse, además de escuchar la radio?

Pues me inventé un “amigo imaginario” para jugar al parchís con él (ríe), hacía “sopa de letras”, leía… También, me gusta cocinar, ahora he podido retomar la cocina, pero entonces me traían la comida mis hijas, he estado todo el tiempo sin salir de la vivienda.

- ¿Y se comunicaba de alguna otra forma con la familia?

Sí, a través del móvil podía ver vídeos que me enviaba la familia y recibir videollamadas. Tengo una gran familia de la que estoy orgullosa: 4 hijas, 9 nietos y 4 bisnietos, con la que he estado muy comunicada todo el tiempo.

- ¿Y cómo ha sido la atención por parte del equipo profesional del servicio, durante el tiempo de confinamiento?

No tengo queja de nada, me han atendido muy bien, tanto desde la dirección del centro, igualmente el equipo de trabajadoras, hasta el conserje…

- ¿Tiene alguna anécdota curiosa de este periodo de confinamiento?

Sí. Durante el momento en el que salíamos a aplaudir a los sanitarios/as en los balcones. Unas chicas jóvenes, de unos 18 años, siempre me preguntaban “¿está bien?, ¿le vamos a comprar algo”? y si -por lo que fuera- no salía (a veces era tan sencillo como no salir por el frío que hacía en el balcón), cuando me volvían a ver, me decían “¿ha estado mala?, no la hemos visto salir a aplaudir estos días”.

- Bonito gesto de solidaridad.

Sí, emocionante todo ello. Se preocupaban por mí y me sentía más acompañada, cuando salía al balcón y las veía. Haciendo bondad en el mundo, se sigue hacia adelante.

- En general, me parece que ha tenido buen estado de ánimo.

Sí, lo he llevado bien, como comentaba. Sabía que el confinamiento era por nuestro bien, especialmente pensando en las personas mayores que estamos más delicadas de salud. Había que quedarse en casa, no había otra.

- Y, con la vuelta a la normalidad, se han retomado las actividades de ocio, organizadas desde el servicio, con todas las medidas de seguridad.

Así es.

- ¿En qué actividades está participando?

He hecho antifaces que me he inventado, 9 para mis nietos y 4 para mis bisnietos, además de uno que me he quedado yo de recuerdo. Me ha entretenido mucho esta actividad.

También, he participado en una actividad de lectura en grupo, guiada por una voluntaria, con otras usuarias del servicio. También me ha gustado mucho. Hemos leído libros de cuentos, uno de los cuales ha escrito ella.

- ¿Y cómo es la relación con los vecinos/as de las viviendas “Concilio de Trento I”?

El trato es bueno. En las actividades, y en la vida del servicio en general, estamos empezando a coincidir, tras este tiempo de confinamiento.

- Y ya ha podido salir a la calle, ¿verdad?

Sí, al supermercado van mis hijas. Yo voy al mercado de “El Clot” por las mañanas, cada día para no cargar cojo una cosa, así siempre tengo la excusa para volver a salir (ríe).

Ahora ya es otra cosa, pueden volver a venir mis nietos a merendar a casa, como venían haciendo antes del confinamiento, y les puedo preparar empanadas, tortilla de patata, pizza... A ellos les encanta venir y que les prepare estas meriendas.

- Para finalizar, me gustaría que nos diera algunos consejos para el buen envejecimiento, a pesar de las enfermedades que se puedan tener, como es en su caso.

Pues tener muy buen ánimo, de poco sirve quejarse (recurriendo al refranero español, “mal de muchos, consuelo de todos”), hacer ejercicio (lo que se pueda, según el estado de cada cual) y alimentarse bien. En mi casa, nunca falta la fruta y la verdura. Y, por supuesto, no tomar drogas; alejarse de todo ese mundo.

-  Esto último también es muy importante.

Sí.

- ¿Y algún deseo que le quede por cumplir?

Sí, llegar al menos a los 90 años. Cada 5 años, además, a mí me gusta celebrarlo en un buen restaurante con la familia, ya me queda poco (ríe).


Volviendo a la normalidad con responsabilidad en el Centro de Acogida de Menores “El Verdader”

Cuando se declaró el estado de alarma y oímos la palabra “confinamiento”, surgieron en el equipo profesional dudas, miedos… No sabíamos cómo iban a reaccionar los niños/as y adolescentes acogidos en este servicio de la Generalitat Valenciana, dirigido y gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC). Sobre todo, en esos primeros momentos de incertidumbre, desconocíamos cómo íbamos a organizar nuestro día a día. De pronto, todo había cambiado. Pero conforme fueron pasando los días y las semanas, esos miedos se fueron atenuando, dando paso a un día a día diferente, que se iba sobrellevando de la mejor manera.

“Y así fueron pasando los meses... Ahora, ante las nuevas circunstancias, pasado el estado de alarma, poco a poco estamos tratando de volver a la normalidad… Por fin, los/as menores pueden salir fuera del centro con mayor libertad horaria, disfrutar también de nuevo de la playa y, sobre todo, de las visitas y salidas con sus familiares”, señala Sonia Felipe, coordinadora de este servicio, situado en la provincia de Alicante.

“Esta experiencia nos ha enseñado valores que, en ocasiones, caen en el olvido, como compartir, ayudar, así como la importancia de la cohesión en la convivencia. Valores que, de ahora en adelante, tendremos muy presentes, tanto el equipo profesional del servicio, como nuestros valientes residentes”, afirma.

Pero no ha sido fácil llegar hasta aquí, ante el temor de posible contagio por el COVID-19. Por ello, según explica Sonia Felipe, la primera prioridad del servicio fue proteger a los/as menores y al equipo profesional, a través del establecimiento de todas las medidas de seguridad indicadas desde la entidad, que, cabe destacar, los/as menores cumplieron, y siguen cumpliendo, de forma muy responsable.

“A nivel de higiene personal, así fue desde el primer instante, a través del lavado de manos frecuente, manteniendo la distancia de seguridad entre ellos/as y con sus educadores/as, ordenando y limpiando frecuentemente sus habitaciones, mediante la toma frecuente de temperatura, etc.”, explica Sonia Felipe.

Igualmente, “con la orientación y protocolos remitidos por nuestros/as responsables, pudimos establecer medidas de control, como reorganizar los turnos, en los que siempre trabajaran las mismas personas juntas o hacer jornadas intensivas para minimizar los viajes al servicio. Fueron muy valiosos sobre todo los protocolos frente al coronavirus, facilitados por el Departamento de Prevención de FSC, ya que nos brindaron las herramientas para protegernos y saber cómo actuar en caso de posible contagio”, mantiene la coordinadora del Centro de Acogida de Menores “El Verdader”.

Por otra parte, otro de los grandes retos del servicio fue cómo organizarse para seguir con el curso académico de los/as menores, “tarea nada sencilla de organizar con tantos niños/as con sus profesores de forma concurrente; con metodologías de trabajo diferentes y muchas videoconferencias a la vez. Si bien el caos inicial se disipó, llegando, ahora, al final de curso, habiendo cumplido las expectativas esperadas por alumnos/as y profesores/as. El profesorado ha sido muy comprensivo con nuestra situación y pudimos tener en la mayoría de los casos, su apoyo. La nueva situación exigía el uso de las nuevas tecnologías, apoyo académico del personal educador y trasladar las pautas del colegio al centro, y así lo hicimos. Aunque se echaba de menos el contacto social con los amigos/as, los momentos de juegos; en definitiva… compartir vivencias”, explica.

Otro de los momentos más difíciles para los/as menores y adolescentes, fue aceptar que ya no iban a poder ver a sus familiares durante un tiempo indefinido. Pero se pudieron compensar las visitas y salidas con videollamadas en tiempo real, que en esos momentos también aportaban calidez, trasladando todo el cariño de forma virtual.

Durante el confinamiento, señala Sonia Felipe que a los/as menores, también les ayudó mucho contar con un espacio exterior donde podían salir a jugar fuera, organizar sesiones de deporte, talleres al aire libre y todo tipo de actividades lúdicas.

Asimismo, los retos planteados desde el área de atención a la dependencia y de atención a la infancia y adolescencia de la Fundación Salud y Comunidad, fueron también decisivos para sobrellevar el aislamiento, con el mejor ánimo posible. “Nos hicieron pasar divertidos momentos, y ello reforzó la unión del grupo. Por ejemplo, con la elaboración del vídeo 'Nos quedamos en casa', los/as menores se lo pasaron genial, se ilusionaron mucho al grabarlo y todavía más, cuando lo mostraron con orgullo a sus familiares, tanto biológicos como acogedores”, expresa Sonia Felipe.

También, hubo tiempo para otro reto con el que disfrutaron mucho, el de la elaboración de las mascarillas, “y no dudaron en elegir a las personas mayores de la Residencia de Yécora de FSC. Sabían que en esos momentos eran las personas más vulnerables y les hacía ilusión mandarles un rayo de luz, de esperanza… Y esa ilusión se hizo más grande al ser correspondidos/as mediante un vídeo de agradecimiento que hicieron las personas mayores. Todavía perduran en nuestra memoria esas imágenes”, reconoce.

Sin duda, este testimonio que nos llega desde el Centro de Acogida de Menores “El Verdader”, en su vuelta progresiva a la normalidad, tras los meses de confinamiento por el COVID-19, es otra muestra de que al final, todo está saliendo bien.

Eso sí, en las circunstancias actuales, cabe seguir manteniendo esa responsabilidad individual para evitar contagios, y seguir priorizando la seguridad, tanto en menores como en el equipo profesional, y en ello se están poniendo todos los esfuerzos por parte de nuestra entidad, si bien estamos seguros/as de que lo seguirán haciendo tan bien como hasta ahora y seguramente mejor, con todo lo aprendido durante este tiempo de confinamiento.


Saliendo del estado de alarma por la pandemia del COVID-19 en el centro de primera acogida y valoración "Lázaro"

En esta ocasión, os queremos dar a conocer cómo está pasando el estado de alarma, ya en su recta final, y la situación derivada de confinamiento, el centro de primera acogida y valoración “Lázaro”, un servicio único en nuestra entidad por sus características. El recurso, situado en Azuqueca de Henares (Guadalajara), está gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) y la Asociación Lagunduz. Se trata del primer centro al que un/una menor ingresa como residente, una vez decretado su situación de desamparo o riesgo de exclusión social, en la red de protección de Castilla- La Mancha.

Pero antes de explicar cómo ha afectado al funcionamiento del servicio esta situación excepcional, vamos a adentrarnos en el mismo, de la mano de su director, Rafa Pinto. “Nuestra misión es la de atender a los/as menores que nos llegan, normalmente mediante urgencias detectadas por la Dirección Provincial de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha, y valorar de la forma más eficiente y rápida, sus necesidades socioeducativas y su bienestar emocional, para que sean derivados/as al mejor recurso para ellos/as, de acuerdo a su caso específico”, explica.

La atención que se les brinda en este servicio es integral, abarcando desde las necesidades más básicas, alfabetización, hábitos de higiene… pasando por planteamiento de objetivos de vida, análisis de la situación, refuerzo de fortalezas…. e incluyendo atención psicológica.

El centro comenzó su andadura en 2004, pasando en el año 2017 a ser gestionado por nuestra entidad, y superando el pasado mes de mayo la cifra de 1.000 menores atendidos/as desde su inicio. El servicio cuenta con un equipo profesional, integrado por 12 educadores, 1 auxiliar técnico educativo, 1 psicóloga, 2 auxiliares de servicios generales y un director que es quien nos acompaña en todo momento.

Desde el año 2017 y, debido al flujo tan alto de llegada de menores migrantes no acompañados, principalmente de algunos países del continente africano, el servicio se ha especializado en la intervención con este perfil de adolescentes, procurando brindar siempre una atención de la más alta calidad, centrada en las necesidades de cada persona de manera individual. Es por ello, que cuando fue decretado el estado de alarma el pasado mes de marzo, en el centro tan solo contábamos con menores migrantes, siendo el 80% de origen magrebí”, mantiene Rafa Pinto.

Tratándose de un servicio de carácter temporal, muchos de los/as menores residentes cuando se inició la situación de confinamiento, no eran capaces, debido a cuestiones lingüísticas, de comprender la situación, al no ser capaces de entender nuestro idioma, o debido a cuestiones culturales, respecto a una cultura que les era ajena. “Y debido también al hecho de haber llevado un estilo de vida marcado por factores de riesgo que se ven afectados en muchas ocasiones por su tránsito migratorio, hasta su ingreso en este centro. A ello, se añadió el hecho de que 2 días antes del decreto, ingresaron de urgencia a dos menores que venían de una situación de calle y que no tenían interiorizados hábitos de vida saludables, explica.

Respecto al cumplimiento de las indicaciones del equipo educativo, en general, emanadas por las autoridades sanitarias competentes, señala que curiosamente, durante el confinamiento, los/as menores han mejorado pautas de conductas que manifestaban antes de la alerta sanitaria. “De hecho, al equipo educativo nos ha llegado a sorprender la adaptación a todo lo que ha llevado consigo el confinamiento (sin salidas al exterior, ni realización de actividades formativas o de ocio fuera de las instalaciones, ausencia de contacto físico con amigos/as…). Se han adaptado en su conjunto a la 'nueva realidad' que nos ha tocado vivir en cada momento durante la pandemia, aunque es cierto que en algunos casos ha costado más que en otros, pero, ni en estos últimos casos, su comportamiento se ha mostrado muy diferente al ya mantenido previamente”, afirma el director del servicio.

Según transcurrían los días, en el recurso se fue instaurando una “nueva normalidad”, en la que no existía la calle, ni el parque, ni la posibilidad de dar un paseo. “Nueva normalidad” en la que tuvimos que recluirnos en nuestra propia casa. “Nueva normalidad” en la que era responsabilidad del equipo profesional ver la forma de hacernos cargo de todos esos huecos y espacios que los/as menores no sabían cómo llenar ahora.

“Nuestras instalaciones cuentan con un generoso patio, y durante este confinamiento se ha convertido en su válvula de escape, su territorio prometido, su cancha de futbol, su barbacoa, su lugar de trabajo, su zona de entrenamiento, su zona de labranza, su zona de charla, su sombra para la siesta…  cada menor ha usado el patio para paliar alguna de las carencias que el confinamiento les ha creado… guiados en todo momento por el equipo profesional”, matiza Rafa Pinto.

Durante el confinamiento, se ha hecho prácticamente de todo: vídeos, marquetería, juegos, deporte, pintura, siembra, cuidados del jardín, pimpón (pimpón, bendito y maravilloso tenis de mesa… la actividad estrella, sin duda, reconoce Rafa Pinto), fútbol, deporte, entrenamiento, cine (con palomitas incluidas, apunta), concursos de chapas, corte y confección… pero también los/as menores han aprendido a estar más y mejor con ellos/as mismos/as y sus compañeros/as. “Tuvimos que aprender a comer respetando dos metros de distancia, a celebrar consejos de centro con mascarillas, a lavarnos las manos 'a cada poco' y, secarlas bien, a reírnos a lo lejos, a llorarnos, también a lo lejos, a pedir ayuda a gritos, pero siempre echando en falta un abrazo. No ha sido una situación fácil”, mantiene.

Al ser la mayoría de los/as menores practicantes de religión islámica, en medio del confinamiento se vivió el Ramadán, celebración espiritual por antonomasia de esta comunidad y que, por las circunstancias, no han podido celebrar como siempre. “Seguro que será un recuerdo que tardarán en borrar. No podían compartir estos momentos con nadie, más allá del espacio del propio centro. Los/as menores se hicieron responsables de esta celebración, siendo ellos/as mismos/as quienes se repartieron las tareas que del Ramadán emana (preparar la rotura del ayuno, los rezos, servir a los compañeros/as, etc…) y la gran mayoría aceptaron dichas responsabilidades de buen grado”, explica Rafa Pinto.

Gracias al esfuerzo del sector educativo, aquellos/as menores que contaban con recursos educativos, han mantenido una rutina de realizar “deberes”, la cual les ha permitido avanzar aún más en sus aprendizajes e inmersión lingüística. Durante todo el confinamiento, en el servicio, se ha mantenido y se mantiene un taller de castellano, en el que los/as menores avanzan en el conocimiento del idioma, se practican habilidades sociales y se divierten. Es un momento de atención grupal en el que poco a poco, muy poco a poco, van creando “piña”, en la medida de las posibilidades, y se generan sinergias positivas.

Nos encontramos ya en los últimos días de este confinamiento del estado de alarma, y aunque hace ya tiempo que los/as menores tienen autorizadas las salidas al exterior, sorprende que la mayoría no haga uso de este tiempo fuera del centro o si lo hace, es por el mínimo tiempo estipulado. En esta nueva normalidad, muchos de ellos/as han interiorizado el recurso como una parte de ellos/as mismos/as, un lugar donde aprender y fortalecerse para su vida futura… En definitiva, como un lugar de apoyo. Sin irnos más lejos, el pasado domingo, en vez de irse de paseo, muchos decidieron participar en la gran gymkana del centro, o estos días, nos han sorprendido los más mayores, imbuidos, con verdadero interés, en un taller de fabricación de slime casero.

Ante las nuevas circunstancias y las que vendrán, el lunes ya no se concibe como una meta a la que hay que llegar… Ahora, desde el centro de primera acogida y valoración “Lázaro”, reconocen que, tras el transcurso de una intensa semana, todo ha cambiado y se va sin prisa, lejos de querer “comerse el mundo”. Cada cosa a su tiempo. A buen seguro, se seguirá recorriendo el camino, paso a paso, pero con seguridad y con la confianza y firmeza del trabajo bien hecho, contando para ello con un equipo profesional que también ha aprendido mucho de la nueva situación, y que, gracias a este aprendizaje, ahora cuenta con más recursos y herramientas.