El Centro de Acogida de Menores de Altea gestionado por FSC muestra su lado más solidario
Los niños/as y adolescentes que residen en este servicio de la Generalitat Valenciana en Alicante, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), han querido colaborar y mostrar su apoyo al esfuerzo realizado por los/as profesionales que se encuentran en primera línea de batalla frente al COVID-19, realizando mascarillas para después donarlas, en un gesto de gran solidaridad.
Con la ayuda del equipo educativo del servicio, que ha aportado sus conocimientos sobre costura, se han llevado a cabo dos talleres de mascarillas, en los que han participado desde los más pequeños, de 3 a 14 años, hasta los más mayores, de 15 a 17 años, haciendo una donación posterior de mascarillas, realizadas en estos talleres, a la Guardia Civil de Altea.
El acto de entrega de estas mascarillas en el centro contó con la presencia de la dirección del servicio, y de los/as menores participantes en estos talleres, mostrando los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad que fueron a recogerlas, su agradecimiento a la labor, realizada por los/as menores.
“Los niños/as y adolescentes tuvieron la iniciativa de realizar equipos de protección, en este caso de mascarillas, para después donarlas y demostrar así su lado más solidario, debido a la necesidad de equipos de protección con la que se han encontrado los enfermeros/as, médicos/as, policías, guardias civiles, etc… durante la crisis sanitaria”, señala la dirección del servicio.
Desde nuestra entidad nos sentimos muy orgullosos/as de esta labor solidaria para evitar la propagación del COVID-19, que muestra, una vez más, el lado más humano de los/as menores y profesionales de los centros de atención a menores, gestionados por el Área de Atención a la Dependencia de FSC.
Un Sant Jordi diferente en el Centro de Día de Reinserción "La Crisàlide" de FSC
Como siempre, Sant Jordi es el día grande de “La Crisàlide”, servicio gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona. Salimos a la calle todos juntos y trasladamos el buen ambiente que tanto cuidamos dentro de las cuatro paredes del centro a las calles. Pero este año, tristemente para nosotros/as, nuestras rosas de madera, nuestros puzles infantiles de la leyenda de Sant Jordi y nuestros puntos de libro elaborados en el Taller de Arteterapia, se han quedado inacabados sin poder salir a la calle...
Este ha sido, sin duda, un Sant Jordi bien diferente de lo que teníamos pensado, por la situación en la que nos encontramos de crisis sanitaria debida al COVID-19. A todos los meses de preparación, las gestiones para conseguir el sitio adecuado y el trabajo del voluntariado con las piezas de madera, les ha podido esta situación de confinamiento, y mal nos sabe por ese espíritu positivo que nos define y con el que afrontamos nuestra actividad diaria. De alguna forma, nuestras ilusiones se han visto truncadas…
Nuestro día de compartir con los transeúntes, con las familias, con los/as profesionales, con las personas usuarias y con el equipo terapéutico, no ha sido posible. Aun así, hemos compartido juntos la experiencia de la creación a distancia y, a falta de madera, hemos realizado rosas de papel y de tela que después hemos compartido con el resto de compañeros/as.
El objetivo, sentirnos más cerca todos/as mientras realizábamos la misma actividad, aunque desde la distancia física del hogar de cada uno/a. Este es el sentido que Sant Jordi tiene para todas las personas que formamos el centro: es nuestro día, lo preparamos juntos, lo organizamos juntos, lo vivimos juntos y eso intentamos también al proponer la realización de rosas de papel o tela desde casa.
La distancia puede ser física, pero al menos durante ese tiempo de creatividad, nuestros pensamientos y corazones estuvieron unidos en la realización de esas rosas. El resultado, un collage de fotos de rosas desde distintos rincones de nuestras casas para compartir y regalarnos entre todos/as que logró animarnos.
Eso sí, la promesa es la siguiente: cuando recuperemos nuestras rutinas, nuestro día a día, nuestras vidas en lo que ha venido siendo la normalidad, seguiremos trabajando las piezas que quedaron pendientes para que, dentro de un año, todo esté preparado para el gran día.
Este ha sido un Sant Jordi diferente, con la vista puesta ya en la celebración del próximo año....
“Cuento de Sant Jordi” desde el Piso Terapéutico “Teodor Llorente” para personas con adicciones de FSC en Barcelona
“14 de marzo de 2020 a las 20 horas y 20 minutos, y sentados en la sala azul de la nave espacial Orión, se decide enviar en misión especial a la tierra a Lil para recabar información de todo lo que sucede en un habitáculo situado en la calle Tearente nº 21 de Barcelona, en la tierra.
Han llegado informaciones de que en dicho lugar conviven unas quince personas con personalidades diferentes y una única misión, algo que ha despertado nuestro interés de una manera especial.
Lil, tu misión es “poder dirigirte a ese lugar y realizar un estudio”.
Así empieza el relato colaborativo que, desde uno de los pisos terapéuticos para personas con adicciones de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, concretamente el Piso Terapéutico “Teodor Llorente”, se ha realizado con motivo de la celebración de la Diada de Sant Jordi.
Alicia Clotet Roca, psicóloga y directora de este servicio, explica que, debido a la crisis sanitaria y a la situación de confinamiento en la que nos encontramos, “atendemos a personas que continúan realizando el tratamiento en piso, pero también a otras que lo están haciendo desde sus casas de forma telemática. Les propusimos la creación de un relato en cadena, de trabajo en equipo, donde cada uno de ellos continuaba el relato escrito por sus compañeros, y así surgió la iniciativa”.
Este año, según señala, no se ha podido celebrar esta fecha tan señalada en el calendario de la manera habitual. Sin embargo, en tiempos de crisis, surgen nuevas oportunidades y la creatividad se acentúa por lo que, entre las personas usuarias y las profesionales del servicio, se ha encontrado una celebración alternativa que, además de permitir contar con una historia finalizada, ha servido para añadir humor, distracción y motivación, así como amenizar la situación compleja que estamos viviendo.
Para poder ir construyendo esta historia, ha sido esencial el compromiso de cada persona participante para poder así conseguir obtener el relato finalizado a tiempo para la celebración del día de Sant Jordi. Cada miembro del grupo ha escrito una parte del relato y cada uno de ellos continuaba el cuento, en el punto donde lo había dejado uno de sus compañeros. Hablamos pues, de un cuento construido entre todos.
Y es que, a través de la historia, se ponen de manifiesto aspectos que las personas usuarias trabajan a lo largo de su tratamiento: la dependencia emocional, el hecho de priorizarse a uno mismo/a, la importancia de poder compartir sentimientos, emociones, la necesidad de acompañar y ser acompañado, el compañerismo, afrontar los miedos…
Las personas usuarias y el equipo de profesionales han querido compartir el resultado final de esta actividad, esperando que, durante los minutos posteriores, os permita disfrutar de su lectura tanto como a ellas de su realización.
Haz click aquí para acceder al “Cuento de Sant Jordi”.
"El confinamiento aumenta la vigilancia del agresor sobre su víctima, que estará más sometida debido a una reducción de su capacidad de movilidad"
El confinamiento ha puesto más de relieve algunas situaciones de gravedad, como es el caso de las mujeres que sufren violencia de género que se han visto recluidas en sus hogares con sus propios agresores, poniendo aún más en peligro sus vidas, o el de las personas usuarias de drogas, algunas de las cuales reciben tratamiento en viviendas tuteladas por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), servicio que se ha tenido que adaptar a las nuevas circunstancias en la atención a estas personas, sin que su tratamiento se vea afectado. Así lo señalan nuestros compañeros Gemma Maudes, psicóloga y subdirectora del Área de Drogas, Género y Familias de la FSC y Fran Calvo, Doctor en Psicología, psicopedagogo, educador social y director del Piso Terapéutico “Cosmos” de FSC, en una entrevista realizada recientemente en la revista “Independientes” especializada en adicciones.
- ¿Cómo os habéis adaptado a las nuevas necesidades que se han dado a raíz de la alerta sanitaria?
La situación de confinamiento ha implicado que las personas que atendemos de manera ambulatoria en los servicios de drogodependencias de FSC deban permanecer en sus casas. Nos preocupan las personas que tienen poco apoyo familiar y en las que, por sus circunstancias, el apoyo profesional es de suma importancia, pero también nos preocupa el caso de las mujeres que padecen violencia de género y que han quedado recluidas con sus agresores en los domicilios, limitando así las ya de por sí reducidas posibilidades de protección en algunos casos y expuestas a mayor riesgo de violencia.
En el caso de los servicios residenciales, los usuarios/as pudieron decidir voluntariamente confinarse en los centros, al ofrecerles estos un espacio de seguridad, o dado que tenían un apoyo familiar débil o por ser personas que vivían solas, o bien decidieron volver con sus familias de forma temporal, hasta el final de esta excepcionalidad.
En cualquiera de los casos, nos pusimos a trabajar en los servicios en la adaptación de los tratamientos y modelos de seguimiento a la nueva realidad, generando espacios de seguimiento telefónico, así como recursos de intervención asincrónica como actividades de tipo didáctico o participación en seguimientos individuales o grupales, a través de diferentes servicios de mensajería instantánea o de videollamadas.
- ¿Qué riesgos tienen las mujeres que sufren violencia de género al quedar recluidas en casa con sus agresores?
Cuando pensamos en nuestro hogar, es probable que sintamos que se trata de un lugar que nos da protección, seguridad y un espacio de intercambio y compañía con las personas que convivimos en él. Pero es muy probable que cualquier persona que haya vivido estos días de confinamiento pueda estar de acuerdo con que se da más contacto con el núcleo familiar, con una reducción de las actividades sociales y de espacio propio, y con ello, puedan amplificarse tensiones o aumentar la sensación de irritabilidad. La mayor parte de los colegios de psicología describen este hecho como parte del proceso de reclusión y, por esta misma razón, se invita a que planifiquemos y busquemos actividades y rutinas que hagan más llevadera esta situación.
Pero para estas mujeres, estos espacios se convierten en un lugar de riesgo con la aparición de las conductas violentas. Y más aún, si estas quedan invisibilizadas o impunes. Las mujeres que padecen violencia, están más expuestas a su agresor en esta situación de confinamiento.
Por otro lado, el hecho de que el confinamiento reduzca los contactos sociales, reduce asimismo la posibilidad de que las mujeres que padecen maltrato puedan denunciar esta situación. Además, aumenta la vigilancia del agresor sobre su víctima, que estará más sometida por una reducción de su capacidad de movilidad. Somos conscientes de que la cuarentena dificulta la presentación de denuncias y, por tanto, deja más invisibilizados aún los casos de aislamiento de estas mujeres y sus hijos e hijas.
- ¿Qué ocurre cuando se da un consumo de drogas por parte de la mujer que sufre violencia o del hombre que la ejerce?
Se pueden dar diferentes situaciones. Una de ellas tiene que ver con el hecho de no poder acceder de forma habitual a las sustancias como consecuencia del confinamiento. Este hecho puede incrementar el malestar asociado a la abstinencia, cosa que en sí misma ya amplifica este malestar.
Por otro lado, el hecho de estar más tiempo en casa puede generar un tipo de consumo en reclusión que quizá no se da tanto en un momento de más actividad laboral, generando más intoxicaciones y más riesgo en situaciones de violencia.
Pero si nos centramos en el ámbito de violencia que sufren las mujeres, podemos caer en hacer una interpretación de que las mujeres sufren esta violencia por la drogodependencia o por el uso de sustancias, y no directamente por ser una razón de género. Esta violencia de género es una violencia específica hacia las mujeres por parte de los hombres, fruto de un sistema estructural desigual entre hombres y mujeres, donde la interseccionalidad con el consumo es muy elevada.
El consumo de sustancias, que provoca alteraciones de conciencia, desinhibición o disminución de la capacidad de reacción, favorece la aparición de la violencia estructural contra las mujeres.
- ¿Qué se puede hacer ante algo así en las circunstancias actuales?
Es importante mantener los canales de atención a los servicios de forma normalizada, desplegar recursos de atención de urgencia y mejorar los canales virtuales de contacto con los casos susceptibles de padecer violencia, o aquellos ya detectados como víctimas.
De hecho, nuestros servicios ambulatorios de atención a la mujer (puntos de encuentro, centro de día, servicio de atención psicológica, etc.), no han dejado de funcionar, manteniendo el canal de comunicación con las profesionales referentes en todo momento y en situaciones como la de ahora, aún más.
- ¿Cómo realizáis el seguimiento en los pisos tutelados en los que se ofrece un servicio de atención a las drogodependencias?
Los equipos profesionales hicieron y están haciendo grandes esfuerzos para adaptar sus horarios a las nuevas necesidades, tratando de permanecer menos tiempo en el centro para evitar el riesgo de contagio, y seguir trabajando, con la misma calidad, desde casa.
Las profesionales contactamos a diario -incluso varias veces al día- con las personas que tenemos asignadas como referentes y realizamos un seguimiento individualizado. Varias veces por semana hacemos seguimientos a través de videollamada, trabajando en la misma línea que cuando trabajamos en persona, tratando de que se sigan empoderando para poder afrontar las situaciones de riesgo asociadas a su adicción.
Curiosamente, la situación de confinamiento está generando otras situaciones a las que la persona debe dar respuesta, propiciando espacios de reflexión con los que trabajar a nivel de tratamiento dicha adicción.
Además, se realizan sesiones grupales de tratamiento varias veces por semana y con profesionales de diferentes perfiles, trabajando multitud de elementos beneficiosos en este proceso como habilidades sociales, herramientas de afrontamiento, estrategias de planificación del tiempo libre, gestión emocional y un gran etcétera. Es decir, hemos adaptado las terapias grupales al espacio virtual y, sobre todo, las personas confinadas en casa con sus familiares, agradecen la posibilidad de verse, aunque sea a través de una pantalla, con las personas que les están acompañando en el tratamiento.
Disponemos, además, de canales de comunicación urgente las 24 horas del día para poder ser atendidas en estos momentos en los que debemos ser especialmente sensibles con el estrés al que están sometidas.
- ¿Qué diríais que aportan fundamentalmente las nuevas tecnologías en esta situación?
Las tecnologías de la información y la comunicación aportan el soporte para que toda esta comunicación no presencial tenga sentido. Dotan del canal comunicativo. Vivimos momentos muy difíciles, pero justamente son estos momentos los que nos dan oportunidades de cambio y maneras de reciclarnos, innovar… Las TICs no pretenden suplir, si no complementar la comunicación con las personas que atendemos en nuestros servicios.
En nuestra entidad, nos hemos adaptado a esta situación ofreciendo una serie de recursos alternativos dirigidos a minimizar el impacto de esta crisis. Y de ahí surge la idea de incorporar las TICS de manera totalmente terapéutica. Es decir, incorporarlas donde las tecnologías de la información y la comunicación son poco habituales, debido a la incomunicación, sobre todo en las primeras etapas de tratamiento (si hablamos de comunidades terapéuticas), dándole un uso terapéutico.
Este es el milagro de estos tiempos. De hecho, estamos tan acostumbrados a hacerlo que no nos damos cuenta, pero siempre se está comunicando. Mis palabras tendrán un efecto en ti (estarás de acuerdo, no lo estarás, te gustará más o menos lo que te digo), pero tendrán un impacto comunicativo que es inherente a las relaciones humanas.
En la Fundación Salud y Comunidad tratamos de hacer beneficiarias de este milagro a las personas con adicciones.
- Acceso a la entrevista íntegra realizada a Gemma Maudes y Fran Calvo:
Los Puntos de Asesoramiento Energético de Barcelona inician el servicio de atención telefónica para dar respuesta a la crisis del COVID-19
Los Puntos de Asesoramiento Energético (PAE) del Ayuntamiento de Barcelona ofrecen la información, atención e intervención necesaria, para que las personas puedan ejercer sus derechos energéticos y las compañías no les nieguen el acceso a los suministros básicos. En ellos, se ayuda a racionalizar el uso energético y de agua, y a optimizar las facturas, protegiéndose los derechos de personas en situaciones de vulnerabilidad energética. La Fundación Salud y Comunidad (FSC) gestiona y dirige los PAE en los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó, de Barcelona. La atención telefónica en todos ellos se ha iniciado con buenos resultados en este mes de abril.
De acuerdo con las medidas de seguridad por la crisis sanitaria del COVID-19, los PAE iniciaron su propio confinamiento en la modalidad de teletrabajo desde el mismo inicio del estado de alerta. En ese momento, el Ayuntamiento de Barcelona suspendió hasta el 27 de marzo toda atención directa excepto las urgencias. Durante aquellas primeras dos semanas se pudieron acelerar así las gestiones de los expedientes de personas en situaciones más apremiantes, para no dejar a nadie sin suministros básicos.
Con la prórroga del estado de alarma, el servicio se adaptó a la nueva realidad y redefinción los circuitos para poder volver a estar plenamente a disposición de la ciudadanía y retomar su actividad habitual, ofreciéndola en un formato nuevo.
En este sentido, desde principios de este mes, las personas interesadas pueden solicitar asesoramiento energético, a través del teléfono de información 010, e igualmente a través de la página web municipal: https://www.barcelona.cat/covid19/ca/suport-social?p=drets-energetics
Si bien el Real Decreto-ley 11/2020 de 31 de marzo establece la garantía de suministros de energía eléctrica, productos derivados del petróleo, gas natural y agua, la preocupación de muchas personas por su consumo persiste, ya que la permanencia en su domicilio conlleva un mayor consumo y también, proporcionalmente, el aumento del gasto relacionado que se convierte en deuda.
La acumulación de deudas por la imposibilidad de hacer frente a las facturas de suministros es una preocupación constante de muchas personas y familias. Desde los PAE en los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó, de Barcelona, que gestiona nuestra entidad, ayudamos a racionalizar el uso energético y de agua, y a optimizar las facturas, protegiendo los derechos de personas en situaciones de vulnerabilidad energética.
Ahora que pasamos más tiempo en casa, también consumimos más energía y agua, siendo un buen momento para ser más conscientes de cómo lo hacemos, y de ajustar nuestros hábitos para ser más eficientes en el ahorro. De esta manera, no solo se logrará disminuir los importes de las facturas, sino también el impacto medioambiental.
Desde los puntos de asesoramiento energético, ofrecemos unos consejos para un consumo más eficiente.
Confinamiento en la exclusión social
Lo primero que aprendes cuando empiezas a trabajar con personas sin hogar es que no es lo mismo un hogar que un techo o que una casa. Aprendes e interiorizas mejor la evolución que ha tenido la definición de este colectivo, basada en el tipo de atención que se les ha ido prestando a las personas sin hogar.
Desde “transeúntes”, porque transitaban de ciudad en ciudad por albergues en los que se les ofrecía tres días de alojamiento y una corta entrevista con “la asistenta social” para ver qué podía hacer por ellos/as, pasando por “sin techo”, cuando los albergues empezaron a ser centros de acogida, centros de día, centros de calor y café, y ofrecían algo más que pernocta y manutención básica; hasta llegar a “persona sin hogar”, que implica un plus cualitativo en la atención, al añadir el término-concepto persona. Ello nos remite a las sensaciones que nos evoca la palabra hogar para evidenciar las carencias de estas personas.
Virginia Wolf decía “en realidad, nada ocurre hasta que se describe”, refiriéndose a las mujeres y a todo lo femenino, al uso del lenguaje neutro que invisibiliza a las mujeres. Con las personas sin hogar pasa un poco lo mismo: no se nombran, no tienen un nombre en concreto, no son “las mujeres”, o “la tercera edad”, o “los hombres”, son personas, población, gente, ciudadanos y ciudadanas… que resulta que no tienen hogar, ni techo, ni casa.
El lenguaje es importante porque estructura la mente, dicen las/os profesionales de la psicología, y porque otorga identidad a las cosas y a las personas. Cuando le dices a una persona sin hogar: “quédate en casa”, estamos multiplicando por cero, estamos multiplicando la invisibilidad. Un mensaje mundial, globalizado como es este, deja fuera una vez más a cada una de las personas sin hogar, a cada una de ellas en la situación que cada una esté viviendo. Es una curiosa paradoja: cuando lo más importante en nuestras vidas es nuestra casa, cuando el mundo se paraliza para cuidarse y protegerse en casa, cuando la casa es la vida, aquellas personas que no tienen una, ni siquiera protagonizan una noticia que dure más de un día, no son prioridad en los debates ni en las medidas que se podrían establecer. La invisibilidad sigue siendo su marca, elevada a la pandémica potencia.
Aquellas personas sin hogar que han tenido la suerte de coincidir en estos momentos, en tiempo y espacio, residiendo en alguno de los servicios gestionados y dirigidos por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), pasará el confinamiento bajo techo, y en el caso del Centro de Acogida para Personas Sin Hogar (CAI) de Alicante, de titularidad municipal, rodeadas de un equipo excelente de profesionales que procura a diario que, además de techo, tengan hogar. Al resto, el “quédate en casa”, les sugiere una vez más que el mundo sigue funcionado sin tenerles en cuenta y que su confinamiento tendrá que ser en la exclusión, su casa es la exclusión.
Un compañero del CAI nos pidió que reflexionáramos sobre esta pandemia para dejar constancia de este mal sueño, de cara al futuro. Una de las preguntas que nos hacía era, ¿qué haces con tu tiempo libre estos días?, otra de mis compañeras argumentaba que con tanto trabajo no tenía tiempo libre. En realidad, creo que no tenemos tiempo libre, tenemos tiempo en casa. Las/os que tenemos casa, y tenemos hogar, ahora más que nunca, la identificamos con nuestra vida, ahora más que nunca vivimos nuestras casas, ya no son únicamente el lugar donde llegar a descansar o donde pasar nuestro tiempo libre o cenar en familia, ahora son nuestro lugar de trabajo, de descanso, de encuentro, nuestro gimnasio, nuestro colegio. Nuestra casa es nuestra vida.
Entonces, ahora más que nunca, me planteo esta pregunta: ¿las personas que no tienen casa acaso no tienen vida? Nosotras/os, las personas con hogar, estamos confinadas en nuestras casas; ellas, las personas sin hogar, siguen confinadas en la exclusión.
Y salimos cada día a aplaudir desde los balcones de nuestras casas, y soñamos y tenemos la confianza plena en que esto pasará, que todo irá bien y que ya queda un día menos. Un día menos para salir de nuestras casas. A las personas sin hogar no creo que les importe mucho que podamos salir de nuestras casas, les importará en la medida en que al mundo le importe que ellas no puedan confinarse en una. En ellas se ha cumplido aquello de “que paren el mundo, que quiero bajarme”, el mundo ya se ha parado, y las personas sin hogar ya se han bajado, si es que alguna vez estuvieron subidas.
Cristina Jordá Cerdá
Trabajadora Social del Centro de Acogida para Personas Sin Hogar (CAI) de Alicante, gestionado por FSC.
La Red EPF de Voluntariado de FSC recibe una subvención del Cuerpo Europeo de Solidaridad
La Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha recibido recientemente esta ayuda, a través de la Red EPF de Voluntariado, integrada por estudiantes y exalumnado que ha realizado el curso del proyecto “En Plenas Facultades” sobre prevención y reducción de riesgos en el consumo de drogas y promoción de sexualidades saludables en población universitaria. Es la primera vez que nuestra entidad recibe esta subvención del Cuerpo Europeo de Solidaridad (“European Solidarity Corps”), impulsado por la Unión Europea, que ofrece a jóvenes la oportunidad de realizar un servicio de voluntariado en su propio país, en otro país de la Unión Europea o fuera de ella.
Esta iniciativa se centra en ofrecer oportunidades a jóvenes de entre 18 y 30 años que estén realizando un servicio de voluntariado, que se encuentren en un período de prácticas o que trabajen en el ámbito de la solidaridad, ya sea en su país de procedencia o en cualquier otro. Su objetivo principal es la promoción de la solidaridad como valor, impulsando la participación de los y las jóvenes y las organizaciones, en actividades que sean accesibles y solidarias, con la finalizad de fortalecer la cohesión, la integración social, la ciudadanía y la democracia en Europa.
Gracias a este reconocimiento por parte del Cuerpo Europeo de Solidaridad, la Red EPF de Voluntariado, ha recibido un impulso para seguir trabajando sus bases, su identidad y su plan de acción para la futura implementación de actividades preventivas entre la población universitaria.
La Red EPF se gesta a raíz de la demanda de estudiantes que han hecho el curso y quieren seguir realizando intervenciones preventivas y de promoción de la salud entre sus iguales en las universidades y entorno más cercano, con el objetivo de que los conocimientos teóricos y prácticos adquiridos durante el curso, se sigan transmitiendo y vayan más allá de las aulas.
Esta nueva red de voluntarias y voluntarios, además de la realización de actividades preventivas propias, siguiendo la línea metodológica “Educación entre Iguales” (“Peer-to-Peer Education”), le ofrece al proyecto EPF continuidad en su labor preventiva y soporte, tanto en su difusión externa como en algunas de las intervenciones que se lleven a cabo, aportando información actualizada de la vida y de los movimientos estudiantiles dentro de la comunidad universitaria.
La Red EPF de voluntariado se alía de esta forma con el proyecto “En Plenas Facultades” para seguir realizando una prevención selectiva, dirigida a grupos que tienen más posibilidades de consumir drogas, los llamados grupos de riesgo, pues los conocimientos adquiridos mediante la participación en los cursos, estarán adaptados a la realidad de cada campus y de cada territorio, con identidad propia.
El Cuerpo Europeo de Solidaridad incentiva la participación de jóvenes con menos oportunidades; por ejemplo, a través de líneas especiales de financiación, desempeñando las organizaciones un papel clave en el funcionamiento del mismo.
La Fundación Salud y Comunidad se ha sumado con gran ilusión a esta iniciativa, de la mano del proyecto “En Plenas Facultades”.
Esta iniciativa es posible gracias al Programa de Promoción, Selección y Capacitación del Voluntariado de FSC subvencionado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, con cargo a la asignación tributaria de 0,7 del IRPF.
Trabajando juntos para que no haya ningún positivo por COVID-19 en el Centro de Acogida e Inserción para Personas Sin Hogar de Alicante
Desde que se decretó el estado de alerta por la crisis sanitaria hace ya un mes, el equipo de profesionales de este servicio, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), no ha registrado ningún positivo por COVID-19. Ello se debe al intenso trabajo que se lleva realizando desde hace semanas para que las personas sin hogar residentes en el CAI reciban la mejor atención durante este tiempo de confinamiento y se cumpla con las medidas de protección sanitarias para evitar contagios. Cabe destacar que se ha puesto especial atención en las personas con enfermedades crónicas al ser quienes más riesgo de contagio tienen.
El director del servicio, Fidel Romero, ha expresado su satisfacción por estos buenos resultados, si bien incidiendo en el hecho de que, aunque no se ha registrado ningún positivo, ni en residentes ni en trabajadores, “se trata por el momento de un resultado parcial, cuando probablemente aún nos queda cierto tiempo por delante de confinamiento y cabe seguir siendo prudente, en cumplimento de las medidas de protección establecidas”.
“El no haber enfermado hasta ahora es bueno porque nos ha dado mucho margen para organizarnos, algo que resultaba totalmente incierto durante la primera quincena; nos ha permitido incluso poner en marcha servicios básicos externos al centro, como duchas, un nuevo servicio de lavandería fuera del centro y recuperar el equipo profesional de calle. Considero que es un éxito que tiene parte de suerte, pero en el que también es fundamental el trabajo que hemos construido entre todas y todos los profesionales del servicio”, señala Fidel Romero.
Respecto al momento actual en el centro, señala que, tras las primeras semanas en las que se han adaptado protocolos y espacios para guardar las medidas de seguridad, ha ido llegando la calma y las propuestas de actividades que hacen más amenos y llevaderos los días.
En este sentido, según nos traslada, la pasada semana el equipo profesional hizo llegar a los residentes mensajes de ánimo y apoyo, a través de un vídeo. Asimismo, un grupo de residentes, está realizando con la ayuda del integrador social del servicio, un proyecto de cortometraje, donde están grabando su experiencia de cómo están viviendo esta situación.
Por otra parte, además de cubrir las necesidades básicas, para lo cual está siendo muy importante la labor realizada por los equipos de cocina, lavandería y limpieza del servicio, se sigue ofreciendo atención e intervención individual por parte de las y los profesionales de los ámbitos de trabajo social, psicología, enfermería y educación social. Con ello, se está logrando mantener, dentro de las posibilidades, las intervenciones que ya se venían realizando con los planes individuales de inserción sociocomunitarios desarrollados.
Además, el equipo permanente, formado por técnicos auxiliares educativos y subalternos, junto con el equipo técnico, está llevando a cabo un excelente trabajo por mantener un buen ambiente en la convivencia diaria.
Cada profesional del CAI está asumiendo un gran esfuerzo y compromiso en su trabajo que no sería posible sin la dirección del servicio, las diferentes coordinaciones y el área de administración.
“En eso estamos, no alarmados, pero sí en la alerta y con confianza… Confío en nuestra capacidad como equipo, desde la admiración por cuanto hemos hecho en este primer mes; confío, desde la experiencia de la potencia desplegada en estas semanas; confío, a través de las palabras y hechos de los que hemos sido testigos, confío plenamente, aun desde la incertidumbre de lo que nos queda por delante, en que seremos capaces de afrontarla juntos”, expresa en un mensaje de ánimo Fidel Romero.
FSC gestiona un dispositivo de emergencia social en Barcelona dirigido a personas sin hogar para dar respuesta a la crisis del COVID-19
El Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha recientemente cinco nuevos dispositivos sociales para atender a personas vulnerables, para que puedan pasar el tiempo de confinamiento, como consecuencia de la pandemia del COVID-19. La Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha iniciado estos días la gestión de uno de estos cinco dispositivos de emergencia, que ofrece 225 plazas dirigidas a personas sinhogar en Fira de Barcelona. En este espacio, se han instalado camas y zonas de servicios, duchas, comedor, descanso y actividades, con el objetivo de garantizar la alimentación, seguridad, higiene y servicios de enfermería a todas las personas acogidas.
Entre estos cinco dispositivos del Ayuntamiento de Barcelona, se encuentra el que gestiona y dirige la Fundación Salud y Comunidad, ya operativo desde hace unos días, con la ampliación del pabellón 7 Victoria Eugenia del recinto de Fira de Barcelona.
Se trata de un dispositivo que cuenta con 225 plazas y que tiene como objetivo principal garantizar un espacio seguro para personas sin hogar que permita realizar un confinamiento en condiciones dignas durante el periodo de estado de alarma, cumpliendo los protocolos y recomendaciones de las autoridades sanitarias.
El servicio pone a disposición de las personas atendidas diferentes prestaciones que puedan garantizar la cobertura de sus necesidades básicas, sanitarias, sociales y emocionales. Concretamente, se trata de un servicio de camas, duchas, ropero, comedor, lavandería, consigna, zonas de descanso y de entretenimiento.
Complementariamente, FSC está desarrollando actividades educativas y preventivas, con el objetivo de generar dinámicas de convivencia positivas, así como de disminuir los posibles estados de ansiedad que pueden provocar el confinamiento y la situación de emergencia sanitaria. Asimismo, en la medida de las posibilidades, se va a realizar acompañamiento educativo y social a las personas atendidas en situación de sin hogar.
El nuevo dispositivo ha sido posible gracias a la colaboración de Fira de Barcelona, la Agencia de Salud Pública de Cataluña, la Unidad Militar de Emergencias (UME), el Ejército de Tierra, Bomberos de Barcelona, Guardia Urbana de Barcelona, Mossos d’Esquadra, y el área de Derechos Sociales de la Ayuntamiento de Barcelona, que han participado en el montaje de la instalación.
Según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona, con este servicio, que se ha puesto en marcha en el marco del programa impulsado por el Gobierno ante la crisis sanitaria, se pretende asegurar las necesidades básicas sanitarias, de alimentación e higiene de las personas que viven en la calle y de aquellas otras que atraviesan una situación de gran vulnerabilidad.
En los últimos días, Fira de Barcelona ha puesto en marcha diversas iniciativas para contribuir a paliar los efectos de la pandemia, además de la cesión de este palacio en el recinto de Montjuïc para habilitar este servicio.
En el caso del dispositivo gestionado por FSC, se ha procedido a la selección de 60 profesionales sanitarios y psico-sociales, al diseño de protocolos y pautas de intervención, así como a la adquisición de equipamientos y materiales, ensayos de intervención… y a la recepción y acomodación de las personas sin hogar que han ido llegando, pasando a ser usuarias de este servicio, alrededor de 180 hasta el momento. Cabe destacar también el esfuerzo realizado en la selección de voluntariado por parte de nuestra entidad para dar apoyo en este servicio.
Desde la Fundación Salud y Comunidad nos sentimos satisfechos de poder seguir aportando, en colaboración con la administración pública, nuestra experiencia como entidad del Tercer Sector en la gestión de servicios dirigidos a personas vulnerables, agradeciendo una vez más la confianza depositada.
Los menores del Centro de Acogimiento Especializado "Valle de Cayón" disfrutan del primer carnaval del año en Europa
Un grupo de residentes del Centro de Atención Especializada de Menores de Cayón (CAEM), servicio de la Dirección General de Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), en consorcio con la Asociación Lagunduz, ha acudido recientemente a la Vijarena en Silió (Cantabria), celebración que abre el calendario de los carnavales europeos de 2020. En esta salida de ocio, participaron vistiendo de una manera vistosa y pudieron conocer de primera mano esta fiesta que es puro arte e historia, acompañados por un equipo del servicio.
El primer domingo de enero, como marca la tradición ancestral, la localidad cántabra de Silió celebró la Vijarena, una mascarada de invierno en la que se congregan multitud de personajes que cuentan con su propia identidad y a la que asistió un grupo de menores de este servicio.
La mascarada de este año ha contado con más de 150 participantes, ataviados/as con 90 trajes distintos, muchos de ellos dedicados a la naturaleza. Esta celebración supone un espectáculo único, gracias a la sofisticación de unos disfraces elaborados con materias primas naturales y del entorno.
La salida, organizada desde el servicio, tenía como fin realizar una actividad directamente relacionada con el ocio, la cultura y la naturaleza, y ofrecer a los/as menores modelos que les pudieran servir para organizar su propio tiempo libre de una manera más lúdica.
Esta salida permitió que el grupo de menores pudiera conocer in situ este carnaval de gran trascendencia cultural, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional y en proceso de ser declarado bien de Interés Cultural Inmaterial. Se trata de una fiesta primitiva relacionada con el folclore cántabro y de origen pastoril, donde Jano, dios idealizado con dos caras, el bien y el mal, lo viejo y lo nuevo, es el protector de los rebaños.
Además, el grupo de menores del CAEM de Cayón compartió momentos entrañables con el pintor, escultor y diseñador, de estudio y de arte urbano, Okuda San Miguel, uno de los artistas cántabros más prolíficos y reconocidos internacionalmente, lo que permitió a la educadora del servicio que acompañaba a los/as menores, a comentar y darles algunos pequeños apuntes sobre el mundo del arte.
Posteriormente, visitaron el Palacio de los Hornillos, situado en Las Fraguas, muy cerca de Silió, en una extensa finca, de 60 hectáreas, 30 de las cuales están dedicadas a jardines y bosques centenarios dignos de ser visitados, y en esta ocasión una oportunidad única para disfrutar de un ocio en la naturaleza, sin perder de vista el objetivo de la actividad de prevenir hábitos de sedentarismo y de aburrimiento. El Palacio de los Hornillos resultó de gran interés para los/as menores, al tratarse de la localización del rodaje de la película “Los otros”, del director español Alejandro Amenábar.
También, el grupo aprovechó para hacerse unas fotos en la Iglesia de San Jorge, que tiene forma de templo romano y está a pocos metros del Palacio de los Hornillos, declarada Monumento de Interés Histórico Artístico. La atractiva estética de estilo neoclásico, las columnas o las escaleras fueron emplazamientos donde los/as menores se sacaron unas instantáneas, maravillados por la belleza de la arquitectura de esta iglesia.
Sin duda, esta salida supuso toda una vivencia y permitió al grupo de menores del CAEM de Cayón, participar, por un lado, de una actividad dirigida a la consecución de objetivos socio-educativos, orientados a ofrecerles experiencias significativas que les permitieran conocer e interiorizar alternativas y opciones para un ocio saludable y, por otro, a fomentar, a través de la misma, el conocimiento del entorno social y cultural como una forma de hacer un buen uso del tiempo libre.
Como dato curioso, los etnógrafos/as explican la fiesta de la Vijarena como una despedida del año finalizado, con sus sinsabores y sufrimientos, y una bienvenida con fuerza al entrante del que se esperan todo tipo de bendiciones, que es lo que deseamos a este grupo de menores, que se aventuró a participar en esta fiesta que recuerda la importancia del oso en la cultura y la memoria de las montañas cántabras.