El Proyecto Malva de FSC realiza su primera formación online con motivo de la alerta sanitaria por COVID-19

Los próximos días 19, 21, 26 y 28 de mayo, de 18 a 20 horas, tendrá lugar el curso de formación para profesionales “Perspectiva de género y drogas”, con la particularidad de que en esta ocasión la formación será online. El curso, celebrado en otras ocasiones de forma presencial, tiene diferentes objetivos. Entre ellos, reflexionar sobre la perspectiva de género en los ámbitos de la prevención y la atención al consumo / abuso de drogas y de la violencia de género, y presentar nuevas propuestas de intervención bajo este paradigma.

La formación de profesionales de los ámbitos de drogas y género es una acción primordial para el Proyecto Malva de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), como también lo es para la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2014, en su línea sobre la incorporación de la perspectiva de género en el ámbito de las adicciones, en la que se enmarca este curso.

La situación excepcional que estamos viviendo durante el estado de alarma, nos ha llevado a adaptar las metodologías y las diferentes intervenciones que veníamos realizando en este proyecto, para garantizar la continuidad de la formación, incluyendo la mirada de género en el abordaje del consumo de sustancias.

Por ello, en este curso, financiado por el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) del Ministerio de Sanidad, vamos a utilizar plataformas online que permitan compartir recursos, presentaciones, vídeos… que favorezcan la interacción con las personas participantes y que promuevan dinámicas de e-learning, a través de las que todas/os podamos seguir aprendiendo, si bien en esta ocasión desde nuestras casas, atendiendo a las medidas establecidas.

Son muchas las y los profesionales del ámbito de drogas que han mostrado su interés en explorar e incorporar la perspectiva de género en su práctica profesional. Este paradigma teórico y práctico requiere de una reflexión muy profunda sobre nuestro imaginario social y cultural y un ejercicio complejo de poner en cuestión ciertos aprendizajes entorno a las diferencias entre hombres y mujeres, los estereotipos de género y la desigualdad.

Asimismo, desde el ámbito de la violencia machista se hace evidente desde hace años que hay que tener herramientas para trabajar con los y las consumidoras y, en concreto, en el contexto de ocio nocturno, en el que esta violencia está aún más normalizada e invisibilizada.

Este curso propone a los y las profesionales profundizar en el conocimiento y la reflexión sobre la perspectiva de género aplicada al trabajo con drogas y desarrollar estrategias que desde la prevención puedan, no solo evitar reproducir un imaginario sexista, sino que también puedan transformarlo.

 La formación es gratuita, si bien requiere inscripción previa a través de este enlace.


Conversando durante el confinamiento con 3 mujeres usuarias de servicios de violencia de género y drogas de FSC

Alba nos cuenta que cuando finalice la situación de confinamiento, volverá a intentar hacer sus sueños realidad. Por su parte, Sara nos confiesa que siente haber discutido en algún momento con su compañera de piso pero que, en general, el confinamiento lo lleva bien. Y Nerea, todos ellas reciben nombres ficticios para mantener el anonimato, que una vez finalice el estado de alarma, quiere hacer muchas cosas. Entre otras, salir tranquila por la calle, poder disfrutar de un buen café en alguna terraza, pasear por la montaña, y comenzar una nueva vida, una nueva etapa de su vida… Son mujeres que residen en el “Espai Ariadna” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), servicio para mujeres drogodependientes y sus hijos e hijas, que sufren violencia de género, y en los pisos de violencia de género y adicciones del Consorcio de Barcelona, gestionados por nuestra entidad.

- ¿Desde cuándo residís en estos servicios?

Alba - Resido en el “Espai Ariadna” desde el 30 de mayo del pasado año. Me ofrecieron este recurso desde un centro de atención y seguimiento a las drogodependencias (CAS) al que acudía en Barcelona, lo cual agradezco muchísimo.

Sara - En mi caso, desde el 1 de septiembre del pasado año.

Nerea - Por mi parte, va a hacer ahora un año que llevo en tratamiento en este servicio.

- ¿Qué motivo o motivos os trajeron a residir en ellos?

Alba - Debido a la violencia que había sufrido en relaciones de pareja, y también por cuestiones relacionadas con las drogodependencias.

Sara - Me trajo hasta aquí la violencia de género y el consumo de alcohol.

Nerea - En mi caso, el consumo de diversas sustancias y la violencia de genero. El consumo porque era alto, mi vida era un caos, y ya no podía sostener más el día a día, debía acudir a un centro de ayuda… y también debido a la violencia de género, ya que tenía bastantes secuelas psicologías, y debía curarlas.

- ¿Cómo está siendo vuestro día a día durante el confinamiento?

Alba - Mi día a día durante el confinamiento transcurre de la siguiente manera: me levanto, tomo mi medicación, y después, tengo una sesión de tutoría con mi educadora referente, lo cual es muy importante para mí. Más tarde, realizo tareas domésticas (limpieza o cocinar la comida del día).

Entre semana, también tengo terapia con la psicóloga, ¡es muy necesario en estos tiempos!

Sara - En mi caso, está siendo fatal; estoy cansada de estar encerrada, pero lo llevo bien.

Nerea - Mi confinamiento está siendo bastante plano: hago mis tareas del piso (limpiar, cocinar…), leo, hago mis rutinas y ejercicios de autoestima, hablo con la psicóloga, tomo mi medicación… interiormente me encuentro animada, activa. Estoy en la tercera fase, es decir a punto de terminar mi proceso y esto me produce mucha fuerza interior para seguir adelante, estoy alegre. Además, practico zumba por las tardes y bollywood y esto me ayuda.

- ¿Ha supuesto mucho cambio en vuestro día a día respecto a la situación anterior al confinamiento?

Alba - Sí, la situación actual es bastante distinta a la anterior rutina que teníamos en el “Espai Ariadna”. Todas las tutorías y los grupos se realizan ahora a través de Skype, gracias a las posibilidades que nos ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación.

Sara - También ha supuesto mucho cambio para mí porque tenía varias citas médicas y me las anularon todas.

Nerea - Pues sí, ha supuesto un cambio respecto a la situación anterior al confinamiento, ya que antes salía a hacer mis gestiones, a ver a la trabajadora social y al INEM, concretamente a un curso de habilidades sociales bastante interesante, en el que trabajábamos la asertividad, la pasividad, la agresividad, las emociones… Para mí, y mi crecimiento personal, era muy importante asistir. Ahora no puede ser. También, tenía una red social más amplia, y ahora estoy sola con mis cuatro compañeras con las que comparto piso. Supone un gran cambio.

- ¿Cómo os encontráis anímicamente?

Alba - Yo, personalmente, me encuentro bien, aunque depende del día. A veces, es necesaria medicación “de rescate”, si bien es opcional. A ella recurro cuando tengo ansiedad, pero en general estoy estable.

Sara - Me encuentro muy bien.

Nerea - Antes me sentía más divertida, alegre… ya que estaba libre, libre de hacer todo lo que quisiera, excepto consumir. Libre de emociones, contenta y satisfecha del proceso que estaba llevando a cabo con cada gestión y trámite realizado, muy feliz de estar abstinente un año y cinco meses estando en la calle, encantada de tener ganas de volver a vivir, gracias al tratamiento. Anímicamente, me encuentro fuerte por fuera, pero he engordado ya que me han entrado ganas de comer durante el confinamiento, estoy con mucha fuerza positiva respecto a las emociones, me siento activa y con ganas de trabajar. Pero por las noches sufro algunas pesadillas en relación al consumo y eso me pone en shock, luego por la mañana me pongo nerviosa, con craving, tengo que pedir “un rescate” a las educadoras, si bien a medida que pasa el día, ya me encuentro mejor. A pesar de todo esto, estoy bastante animada y activa en el piso con mis compañeras, emocionalmente soy muy vulnerable y tengo que tener cuidado con estas pesadillas, ya que son síntomas de alarma y ya pronto finalizaré mi tratamiento, por lo que debo estar alerta ante las recaídas.

- ¿Y cómo os encontráis a nivel físico?

Alba - Podría mejorar un poco, haciendo más ejercicio, pero no siempre estoy motivada para ello.

Sara - Por mi parte, muy bien.

Nerea – En mi caso, pronto tengo una ecografía transtorácica cardiaca en el corazón, creo que no será nada, pero tengo que hacérmela.

- ¿Cómo es la situación general de las mujeres que estáis viviendo confinadas con vuestros hijos/as en el servicio?, ¿cómo lo estáis llevando en general?

Alba - Las mujeres con las que convivo están bien, aunque a veces hay conflictos de convivencia, pero es normal. Tratamos de tener una buena convivencia durante el confinamiento.

Sara - Nos apoyamos unas a otras. Mis hijos no viven aquí conmigo.

Nerea - Todas las mujeres que estamos confinadas lo llevamos de la mejor manera posible. Intentamos tener una buena convivencia, aunque ya nos llevamos muy bien, somos una familia, una piña, nos contamos cómo estamos, cómo nos encontramos… Nos ayudamos cuando necesitamos ayuda, nos reímos, también nos enfadamos… El confinamiento, el resto de mujeres, lo llevan como pueden: protegiéndose cuando salen a comprar, a veces tienen altibajos, preocupándose por el coronavirus siguiendo las noticias… Así es la situación general de las mujeres de mi casa. Una compañera mía es marroquina y está haciendo el Ramadán, ella está cumpliéndolo durante el confinamiento y es de admirar, solo quería comentarlo.

- ¿Estáis realizando actividades grupales durante estos días?, ¿de qué tipo?

Nerea - Las actividades grupales que realizamos me encantan y no paro de aprender de ellas. Tenemos la de “Autoestima” que es muy importante y valiosa para mí, aprendemos qué es y a valorarnos y querernos más. En la última clase, la educadora me felicitó por mis progresos y mis ganas de aprender todo sobre mi autoestima. La verdad es que me quedé parada y a la vez, encantada por las felicitaciones. En cuanto a “Prevención de recaídas”, se aborda desde el enfoque de la prevención para no recaer en el consumo. Es esencial en mi vida este grupo porque existe la posibilidad de recaer y necesito todas las técnicas, herramientas, como rutinas, tareas, ocupaciones… para no recaer en el consumo. Es esencial. “Violencia de género” es un grupo importantísimo para todas las mujeres, ya que se habla sobre el maltrato y las mujeres maltratadas. Yo soy una mujer psíquicamente maltratada y este grupo me ha ayudado a volver a pensar en positivo y a tener herramientas para que en un futuro no me vuelva a suceder lo mismo.

Alba - En mi caso, participo dos días a la semana en actividades grupales con otras mujeres. En concreto, en los grupos de “Autoestima” y de “Prevención de recaídas”. Además, también participo en el grupo de “reunión de convivencia”.

Sara - Hacemos las actividades vía Skype, asisto a los grupos de “Violencia de género” y de “Prevención de recaídas”.

- ¿Cómo está resultando la experiencia terapéutica, a través de las nuevas tecnologías?

Alba - En esta situación de confinamiento, las nuevas tecnologías nos van de maravilla, estoy satisfecha. Todos los grupos y terapias se realizan a través de Skype.

Sara - Por mi parte, además utilizo el móvil, ya que de tecnología no sé mucho más.

Nerea - Yo también uso el móvil y, además, el ordenador para hacer tutorías con mi educadora referente, y hablar con mi psicóloga y mi psiquiatra a través de Skype. El ordenador lo utilizamos para hacer reuniones generales con el director o actividades.

- ¿Qué destacaríais de estas actividades grupales?, ¿qué actividades os gustan más y por qué?

Alba - Me gusta mucho la dinámica de estas sesiones, se aprende muchísimo. ¿Las que más me gustan? ¡todas! Las encuentro muy necesarias.

Sara - En mi caso, participar en ambos grupos, “Violencia de género” y de “Prevención de recaídas”, es importante, ambos los necesito.

Nerea - Los grupos que más me gustan son el de autoestima y el de prevención de recaídas, porque el de autoestima es para mí esencial como mujer, para mí misma, para amarme más, y, sobre todo, para valorarme. Es una sesión en la que crezco internamente, me ayuda a conocerme más. En cuanto al grupo de prevención de recaídas, es importante para mí tener herramientas para no recaer, y en un futuro, acordarme de los consejos que nos ofrecen en las terapias, y, sobre todo, en las señales de alarma, para detectarlas.

- ¿Qué es lo que os gustaría hacer una vez finalice el estado de alarma?

Alba - Una vez terminada la pandemia, me gustaría que todas las personas cambiasen su perspectiva de las cosas y valoraran mucho más lo que es la vida. Cuando finalice la situación de confinamiento, volveré a intentar hacer mis sueños realidad, gracias a lo que he conseguido en este servicio.

Sara - Ir a la Iglesia Evangélica y dar gracias a Dios.

Nerea - Una vez finalice es estado de alarma, me gustaría ir a ver a mi padre que lleva “encerrado” desde el principio. También, salir tranquila por la calle, arreglar todas mis gestiones, poder disfrutar de un buen café en una terraza, pasear por la montaña, aunque ahora ya lo puedo hacer, ir a mi casa de fuera de Barcelona y disfrutar de la estancia, comenzar una nueva vida, una nueva etapa de mi vida…

- ¿Os gustaría comentar alguna cuestión más para finalizar la entrevista?

Alba - Hechos anecdóticos ocurren cada día, pero no recuerdo ahora mismo nada más a comentar.

Sara - Sí, que siento haber discutido en algún momento con mi compañera de piso. Y que quiero pedirles a todas mis compañeras perdón.

Nerea - Quiero decir que me ha encantado la entrevista, que he pasado un buen rato disfrutando de las preguntas, algunas me han removido por dentro, otras me han hecho pensar en mi pasado, en algunas he descargado muchas emociones… En fin, he tratado de expresar todo lo que pensaba y me he sentido cómoda. Gracias por este rato tan especial que he vivido.


Uso saludable de las pantallas durante el confinamiento

El Servicio de Atención Psicosocial (SAP) de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, ofrece la orientación y herramientas necesarias para acompañar a las familias en la gestión de un uso adecuado de las tecnologías. Se trata de un espacio terapéutico para identificar señales de alarma, potenciar los factores de protección y ofrecer una atención individualizada a aquellas personas que detecten un uso inadecuado de las mismas, con la mirada puesta en que se sigan beneficiando de las muchas posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías.

Uno de los retos y aprendizajes que debemos asumir los equipos de profesionales de la salud en este período de confinamiento, es la práctica asistencial preventiva frente al posible mal uso o abuso de las tecnologías digitales.

El COVID-19 está impulsando al mundo a una nueva era de conectividad. Las pantallas nos están permitiendo miles de posibilidades: nos facilitan poder seguir con la realización de nuestro trabajo, transforman nuestras empresas y actividades, nos conectan con personas significativas y, a nuestros adolescentes y jóvenes, les sirven para mantener sus conversaciones hasta altas horas de la madrugada con sus iguales. Por otro lado, nos permiten el acceso a actividades de tiempo libre para llenar nuestras horas de conciertos, clases de yoga y sesiones de gimnasia, entre otras.

Otro aspecto de gran trascendencia es cómo las tecnologías están transformando nuestro sistema educativo. La actividad online de los/as escolares ha aumentado un 100% desde el decreto de cierre de las escuelas, permitiendo a los niños/as, adolescentes y jóvenes poder continuar con su formación.

Ahora bien, actualmente vivimos un momento de gran incertidumbre, sometido a profundos cambios en nuestra idiosincrasia que permanecerán durante tiempo indefinido con nosotros/as; un momento de modificaciones radicales en nuestras formas de proceder; de crisis, debacle económica y nuevas oportunidades e iniciativas adaptativas; una coyuntura que puede generar desánimo, que provoca que las personas presenten un aumento significativo de sus niveles de ansiedad y miedo ante lo indefinido, buscando alivio en antídotos que no siempre son inocuos, pudiendo utilizar las pantallas para evadirse de la realidad.

Además, dada la excepcionalidad y, en muchas ocasiones, la falta de recursos, hay una mayor permisividad en la cantidad de horas en las que nos permitimos estar conectados/as. Parte de esta mayor flexibilidad viene dada porque en diferentes y un gran número de responsabilidades, ya sean laborales o educativas, las pantallas se utilizan como herramienta.

En estas condiciones, es previsible un uso abusivo de las pantallas entre los colectivos especialmente vulnerables: la población adolescente, los jóvenes, personas con patologías mentales previas o personas adictas en recuperación, inmersas todas ellas en una situación de alto riesgo de aumento de la conducta adictiva.

Esta situación, en la que el uso abusivo se normaliza, también hace que el riesgo de iniciarse en juegos online relacionados con las apuestas sea aún mayor. Un uso excesivo de las pantallas no es necesariamente una adicción. La adicción radica en el riesgo de realizar una conducta de forma repetitiva y compulsiva, que consecuentemente provoca el abandono de otros intereses, genera cambios en el comportamiento y un malestar significativo, cuando no se puede realizar dicha conducta. El confinamiento, además, disminuye algunos factores de protección como podría ser la realización de otro tipo de actividades al aire libre, acudir a clase y relacionarnos con nuestros iguales. Y aumenta los factores de riesgo incrementando el número de horas y de tareas que se realizan a través de las pantallas.

Debido al auge de las apuestas online y de las consultas telemáticas por el aumento de estas conductas adictivas durante el confinamiento, en las tres primeras semanas de marzo, la actividad en el móvil ha aumentado un 16%, incremento que se eleva al 19% en la semana del 16 de marzo, de acuerdo con un informe elaborado por la agencia Ymedia.

Diferentes entidades han solicitado una mayor regulación. La adicción al casino, bingo y póquer online se ha multiplicado durante el estado de alarma. Con los locales presenciales de apuestas cerrados, los/as ludópatas están encontrando en el juego online la única forma de alimentar su adicción, mientras que las asociaciones de exjugadores alertan que las llamadas de auxilio a sus centros se han multiplicado desde que empezó el confinamiento.

La respuesta a esta demanda, por parte del Ministerio de Consumo, ha sido la prohibición de la publicidad del juego online a través de Internet durante el confinamiento, limitando la franja de anuncios publicitarios en las televisiones de una a cinco de la madrugada. Esta regulación era del todo necesaria pero no suficiente.

Desde la Fundación Salud y Comunidad, como profesionales con amplia experiencia en el ámbito de las adicciones, tenemos una responsabilidad importante en nuestro compromiso con la sociedad, especialmente con aquella población más vulnerable, tanto las personas que presentan una dependencia previa como con nuestros/as jóvenes, en relación al uso compulsivo de las tecnologías y el posible aumento de las adicciones comportamentales (compras, juegos online, pantallas …).

Debemos reflexionar a modo de prevención, acerca del impacto que recibirá nuestro estilo de vida, una vez finalice el confinamiento, como consecuencia de los cambios adaptativos que vienen paulatinamente instaurándose, y, además, urge contemplar las diferentes variables psicológicas como el miedo, la incertidumbre, el aislamiento o la soledad, que ha despertado el estado de alarma, en cuanto que son previsibles factores de riesgo.

Una encuesta realizada la pasada semana a un total de 50 personas que atendemos en el Servicio de Atención Psicosocial (SAP) de FSC en Barcelona, nos permite destacar algunos resultados: el 93% refiere estar dedicando más tiempo de lo habitual al uso de las tecnologías; el 65% considera que el confinamiento le está sirviendo de pretexto para una hiperconexión, y el 41% de los encuestados/as comenta haber intentado reducir, sin éxito, su uso. Además, el 30% afirma que recibe quejas de sus familiares por el exceso de pantalla, y un 35% reconoce evitar otras actividades en favor de la conexión.

Podemos concluir que, en efecto, se da un aumento significativo del uso de las tecnologías digitales, pero la percepción del riesgo se diluye en la excepcionalidad del momento, como así lo demuestra la mayor permisividad en su uso, y la diversidad de utilidades (laborales, educativas, lúdicas y relacionales).

Una vez se inicie el desconfinamiento, nuestros adolescentes y jóvenes mantendrán las clases a distancia, sin acudir a las escuelas, y después disfrutarán de sus vacaciones estivales hasta que el nuevo curso se inicie, muy probablemente, de forma semipresencial, tiempo suficiente como para que se adquieran hábitos poco saludables, en lo que al uso de las pantallas se refiere. La alta exposición y la baja percepción de riesgo son dos factores importantes para desarrollar una adicción.

Como señalábamos al inicio, el Servicio de Atención Psicosocial (SAP) de FSC, ofrece un servicio de orientación y las herramientas necesarias para acompañar a las familias en la gestión de un uso adecuado de las nuevas tecnologías, evitando que se pueda caer en una relación de dependencia.


Mayte Soler Alcaide
Psicóloga sanitaria. Terapeuta familiar
Especialista en Adicciones comportamentales en FSC


Información de contacto:
Puedes dirigirte al SAP a través del teléfono 93 424 04 00 y nuestro equipo de profesionales, se pondrán en contacto contigo en un plazo máximo de 24 horas.

https://www.tratamientodelasadicciones.org/
https://www.psicologiabarcelona.org/


Cartas desde el confinamiento

… Y nos confinaron en casa para prevenir contagios. Y pasaron tres días, y cinco días, y siete días; y parecía que la cosa era muy seria e iba para largo. Y nos lo empezamos a creer. Y empezamos a adaptarnos. A imaginar. A reflexionar, a creer en nosotros y crecer. Y de la crisis hicimos una oportunidad.

Días después del decreto de estado de alarma, ofrecimos la oportunidad a las personas que en ese momento estaban realizando tratamiento residencial en los servicios de drogodependencias gestionados y dirigidos por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), de poder confinarse en sus domicilios con sus familiares de referencia, pudiendo recibir nuestra atención de forma telefónica y virtual, si bien un grupo de personas de cada servicio se tuvo que quedar confinado en los centros residenciales.

Concretamente, se trató de aquellas personas sin vínculos familiares o cuyos lazos podían suponer un riesgo en la evolución de su tratamiento; o bien de personas que no tenían un lugar al que ir, o personas a las que el centro les proporcionaba una seguridad personal que no querían perder. Decidieron, pues, quedarse confinados en las comunidades terapéuticas y en los pisos de reinserción. Era necesario reinventar la propuesta de tratamiento y tiempo libre, para poder cubrir las horas de los días que teníamos por delante.

En otro lugar, una cincuentena de estudiantes de 2º curso del Grado de Educación Social de la Universidad de Girona se recluía también en su casa. Pero tenían ánimo de hacer cosas, de participar e involucrarse con aquellas personas más vulnerables, que por alguna razón estaban recluida en los centros de tratamiento, replanteándose, no solo abandonar el consumo de drogas, sino hacer un cambio en su estilo de vida.

Empezamos a pensar en cómo estos estudiantes, de manera voluntaria, podían realizar un acompañamiento a las personas en tratamiento. Y se nos ocurrió la idea de organizarnos y realizar alguna acción conjunta.

Ya en los años 30, un físico (A. Einstein) y un psicoanalista (Freud), sin haberse visto en persona, utilizaron la correspondencia por carta como una oportunidad para debatir sobre problemas de la civilización de aquellos momentos. También, en la guerra civil española, las cartas se convirtieron en apoyos para la difusión masiva de propaganda política. O, recordemos también, cuando los prisioneros de guerra estuvieron recluidos en campos de concentración: su manera de comunicarse con su familia fue vía correo postal. Ha sido históricamente, por tanto, la vía principal de comunicación.

A día de hoy, gracias a los servicios de mensajería instantánea, hemos podido seguir organizados y haciendo acciones conjuntas. Así fue como encontramos la vía de comunicación de los/as estudiantes, mediante las cartas, con las personas en tratamiento, confinadas de forma anónima.

Animados con esta propuesta, decenas de cartas fueron escritas y enviadas de forma anónima a una profesional de la entidad que las centralizaba y las distribuía entre los centros gestionados por FSC. Los usuarios/as de los servicios respondían a aquel profesional del que solo conocían un alias. De esta forma, se estableció una relación en la distancia y en el anonimato. Y dejó momentos como estos que queremos compartir con todos vosotros/as:

Sin saber quién eres, ya me siento cerca de ti. A mí me encanta escribir, descubrir a gente nueva y poder aprender de las personas, ya que todas llevamos muy dentro, un mundo mágico por descubrir. Y pienso que esta es una oportunidad genial para poder compartir e intercambiar palabras con una persona a la que no conozco, pero con la que podré conectar a través de palabras y sentimientos…

 Durante estos días, he tenido mucho tiempo para pensar y reflexionar. Se me hace difícil no tener contacto con mis amigos y amigas. Realmente, estamos viviendo una situación muy difícil, pero vamos a salir, ¿no crees?...

 Aquí seguimos la rutina que teníamos. Los educadores, terapeutas y demás personal se han organizado para venir el mínimo imprescindible y evitar posibles contagios. Pero lo mejor de todo es que, aunque están confinados, sigo haciendo tratamiento y trabajando activamente en mí desde que me levanto hasta que me acuesto…

Hoy han pasado ya 12 días y soy consciente de la angustia, los miedos, las esperanzas que todos y todas podemos tener, al fin y al cabo, somos personas. Tenemos costumbres y tradiciones que van más allá de las puertas de casa y que ahora son difíciles de cumplir de puertas adentro…

No he notado mucha diferencia desde que tenemos que estar confinados en casa porque, por el tema de mis adicciones, ello ya me hacía pasar muchas horas en casa y sintiéndome igual de sola que me siento ahora. También tengo suerte de poder salir a hacer algún paseo porque tengo un perro que el mes próximo hará 11 años y me hace mucha compañía. Estoy haciendo desintoxicación ambulatoria y llevo hoy 12 días limpia y estoy contenta pero también muy blanda, llorando y sin muchas ganas de hacer nada, sobre todo los primeros días. Tengo la suerte de contar con el apoyo de un equipo de profesionales que hacen teletrabajo y nos llaman para saber cómo estamos. Y nos dan consejos de cómo pasar mejor estos días. El tema es tener la mente ocupada sin quedarte enroscado en ideas que son negativas o duelen…

Me ha encantado la poesía de Benedetti, llega al alma. “¿Cómo sé en ti pueblecito?”. Siempre será mejor que en una gran ciudad como es Barcelona, ​​donde en estas circunstancias se te antoja muy grande y gris. Yo sigo aquí, en mi pisito donde, a pesar de ser un ático con sol, para mí todo son sombras; sombras de recuerdos, sombras negras que veo deslizarse furtivas por las habitaciones y fantasías donde los sueños se convierten en realidad y la realidad en sueño. Siento hastío, rabia, desespero .... En fin, intento llevarlo como puedo: hago estiramientos, zumba, me enganchado a Facebook ... leo a ratos ... hay que matar las horas, pero todo me cansa. Bueno, cuando esto termine, está clarísimo que tú te iras a tus playas y yo ¿sabes dónde? .... ¡A Praga! No me voy de este mundo sin volver a esta ciudad de ensueño…

Agradecemos la valiosa colaboración del alumnado de 2º curso del Grado de Educación Social de la Universidad de Girona, promoción 2018-2022, y de nuestros compañeros de la Fundación Salud y Comunidad, Gemma Maudes, psicóloga y subdirectora del Área de Drogas, Género y Familias y Fran Calvo, Doctor en Psicología, psicopedagogo, educador social y director del Piso Terapéutico “Cosmos” de FSC, que han hecho posible la elaboración y difusión de este contenido.


El Centro de Acogida de Menores de Altea gestionado por FSC muestra su lado más solidario

Los niños/as y adolescentes que residen en este servicio de la Generalitat Valenciana en Alicante, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), han querido colaborar y mostrar su apoyo al esfuerzo realizado por los/as profesionales que se encuentran en primera línea de batalla frente al COVID-19, realizando mascarillas para después donarlas, en un gesto de gran solidaridad.

Con la ayuda del equipo educativo del servicio, que ha aportado sus conocimientos sobre costura, se han llevado a cabo dos talleres de mascarillas, en los que han participado desde los más pequeños, de 3 a 14 años, hasta los más mayores, de 15 a 17 años, haciendo una donación posterior de mascarillas, realizadas en estos talleres, a la Guardia Civil de Altea.

El acto de entrega de estas mascarillas en el centro contó con la presencia de la dirección del servicio, y de los/as menores participantes en estos talleres, mostrando los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad que fueron a recogerlas, su agradecimiento a la labor, realizada por los/as menores.

“Los niños/as y adolescentes tuvieron la iniciativa de realizar equipos de protección, en este caso de mascarillas, para después donarlas y demostrar así su lado más solidario, debido a la necesidad de equipos de protección con la que se han encontrado los enfermeros/as, médicos/as, policías, guardias civiles, etc… durante la crisis sanitaria”, señala la dirección del servicio.

Desde nuestra entidad nos sentimos muy orgullosos/as de esta labor solidaria para evitar la propagación del COVID-19, que muestra, una vez más, el lado más humano de los/as menores y profesionales de los centros de atención a menores, gestionados por el Área de Atención a la Dependencia de FSC.


Un Sant Jordi diferente en el Centro de Día de Reinserción "La Crisàlide" de FSC

Como siempre, Sant Jordi es el día grande de “La Crisàlide”, servicio gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona. Salimos a la calle todos juntos y trasladamos el buen ambiente que tanto cuidamos dentro de las cuatro paredes del centro a las calles. Pero este año, tristemente para nosotros/as, nuestras rosas de madera, nuestros puzles infantiles de la leyenda de Sant Jordi y nuestros puntos de libro elaborados en el Taller de Arteterapia, se han quedado inacabados sin poder salir a la calle...

Este ha sido, sin duda, un Sant Jordi bien diferente de lo que teníamos pensado, por la situación en la que nos encontramos de crisis sanitaria debida al COVID-19. A todos los meses de preparación, las gestiones para conseguir el sitio adecuado y el trabajo del voluntariado con las piezas de madera, les ha podido esta situación de confinamiento, y mal nos sabe por ese espíritu positivo que nos define y con el que afrontamos nuestra actividad diaria.  De alguna forma, nuestras ilusiones se han visto truncadas…

Nuestro día de compartir con los transeúntes, con las familias, con los/as profesionales, con las personas usuarias y con el equipo terapéutico, no ha sido posible. Aun así, hemos compartido juntos la experiencia de la creación a distancia y, a falta de madera, hemos realizado rosas de papel y de tela que después hemos compartido con el resto de compañeros/as.

El objetivo, sentirnos más cerca todos/as mientras realizábamos la misma actividad, aunque desde la distancia física del hogar de cada uno/a. Este es el sentido que Sant Jordi tiene para todas las personas que formamos el centro: es nuestro día, lo preparamos juntos, lo organizamos juntos, lo vivimos juntos y eso intentamos también al proponer la realización de rosas de papel o tela desde casa.

La distancia puede ser física, pero al menos durante ese tiempo de creatividad, nuestros pensamientos y corazones estuvieron unidos en la realización de esas rosas. El resultado, un collage de fotos de rosas desde distintos rincones de nuestras casas para compartir y regalarnos entre todos/as que logró animarnos.

Eso sí, la promesa es la siguiente: cuando recuperemos nuestras rutinas, nuestro día a día, nuestras vidas en lo que ha venido siendo la normalidad, seguiremos trabajando las piezas que quedaron pendientes para que, dentro de un año, todo esté preparado para el gran día.

Este ha sido un Sant Jordi diferente, con la vista puesta ya en la celebración del próximo año....


“Cuento de Sant Jordi” desde el Piso Terapéutico “Teodor Llorente” para personas con adicciones de FSC en Barcelona

“14 de marzo de 2020 a las 20 horas y 20 minutos, y sentados en la sala azul de la nave espacial Orión, se decide enviar en misión especial a la tierra a Lil para recabar información de todo lo que sucede en un habitáculo situado en la calle Tearente nº 21 de Barcelona, en la tierra.

Han llegado informaciones de que en dicho lugar conviven unas quince personas con personalidades diferentes y una única misión, algo que ha despertado nuestro interés de una manera especial.

Lil, tu misión es “poder dirigirte a ese lugar y realizar un estudio”.

Así empieza el relato colaborativo que, desde uno de los pisos terapéuticos para personas con adicciones de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, concretamente el Piso Terapéutico “Teodor Llorente”, se ha realizado con motivo de la celebración de la Diada de Sant Jordi.

Alicia Clotet Roca, psicóloga y directora de este servicio, explica que, debido a la crisis sanitaria y a la situación de confinamiento en la que nos encontramos, “atendemos a personas que continúan realizando el tratamiento en piso, pero también a otras que lo están haciendo desde sus casas de forma telemática. Les propusimos la creación de un relato en cadena, de trabajo en equipo, donde cada uno de ellos continuaba el relato escrito por sus compañeros, y así surgió la iniciativa”.

Este año, según señala, no se ha podido celebrar esta fecha tan señalada en el calendario de la manera habitual. Sin embargo, en tiempos de crisis, surgen nuevas oportunidades y la creatividad se acentúa por lo que, entre las personas usuarias y las profesionales del servicio, se ha encontrado una celebración alternativa que, además de permitir contar con una historia finalizada, ha servido para añadir humor, distracción y motivación, así como amenizar la situación compleja que estamos viviendo.

Para poder ir construyendo esta historia, ha sido esencial el compromiso de cada persona participante para poder así conseguir obtener el relato finalizado a tiempo para la celebración del día de Sant Jordi. Cada miembro del grupo ha escrito una parte del relato y cada uno de ellos continuaba el cuento, en el punto donde lo había dejado uno de sus compañeros. Hablamos pues, de un cuento construido entre todos.

Y es que, a través de la historia, se ponen de manifiesto aspectos que las personas usuarias trabajan a lo largo de su tratamiento: la dependencia emocional, el hecho de priorizarse a uno mismo/a, la importancia de poder compartir sentimientos, emociones, la necesidad de acompañar y ser acompañado, el compañerismo, afrontar los miedos…

Las personas usuarias y el equipo de profesionales han querido compartir el resultado final de esta actividad, esperando que, durante los minutos posteriores, os permita disfrutar de su lectura tanto como a ellas de su realización.

Haz click aquí para acceder al “Cuento de Sant Jordi”.


"El confinamiento aumenta la vigilancia del agresor sobre su víctima, que estará más sometida debido a una reducción de su capacidad de movilidad"

El confinamiento ha puesto más de relieve algunas situaciones de gravedad, como es el caso de las mujeres que sufren violencia de género que se han visto recluidas en sus hogares con sus propios agresores, poniendo aún más en peligro sus vidas, o el de las personas usuarias de drogas, algunas de las cuales reciben tratamiento en viviendas tuteladas por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), servicio que se ha tenido que adaptar a las nuevas circunstancias en la atención a estas personas, sin que su tratamiento se vea afectado. Así lo señalan nuestros compañeros Gemma Maudes, psicóloga y subdirectora del Área de Drogas, Género y Familias de la FSC y Fran Calvo, Doctor en Psicología, psicopedagogo, educador social y director del Piso Terapéutico “Cosmos” de FSC, en una entrevista realizada recientemente en la revista “Independientes” especializada en adicciones.

- ¿Cómo os habéis adaptado a las nuevas necesidades que se han dado a raíz de la alerta sanitaria? 

La situación de confinamiento ha implicado que las personas que atendemos de manera ambulatoria en los servicios de drogodependencias de FSC deban permanecer en sus casas. Nos preocupan las personas que tienen poco apoyo familiar y en las que, por sus circunstancias, el apoyo profesional es de suma importancia, pero también nos preocupa el caso de las mujeres que padecen violencia de género y que han quedado recluidas con sus agresores en los domicilios, limitando así las ya de por sí reducidas posibilidades de protección en algunos casos y expuestas a mayor riesgo de violencia.

En el caso de los servicios residenciales, los usuarios/as pudieron decidir voluntariamente confinarse en los centros, al ofrecerles estos un espacio de seguridad, o dado que tenían un apoyo familiar débil o por ser personas que vivían solas, o bien decidieron volver con sus familias de forma temporal, hasta el final de esta excepcionalidad.

En cualquiera de los casos, nos pusimos a trabajar en los servicios en la adaptación de los tratamientos y modelos de seguimiento a la nueva realidad, generando espacios de seguimiento telefónico, así como recursos de intervención asincrónica como actividades de tipo didáctico o participación en seguimientos individuales o grupales, a través de diferentes servicios de mensajería instantánea o de videollamadas.

- ¿Qué riesgos tienen las mujeres que sufren violencia de género al quedar recluidas en casa con sus agresores? 

Cuando pensamos en nuestro hogar, es probable que sintamos que se trata de un lugar que nos da protección, seguridad y un espacio de intercambio y compañía con las personas que convivimos en él. Pero es muy probable que cualquier persona que haya vivido estos días de confinamiento pueda estar de acuerdo con que se da más contacto con el núcleo familiar, con una reducción de las actividades sociales y de espacio propio, y con ello, puedan amplificarse tensiones o aumentar la sensación de irritabilidad. La mayor parte de los colegios de psicología describen este hecho como parte del proceso de reclusión y, por esta misma razón, se invita a que planifiquemos y busquemos actividades y rutinas que hagan más llevadera esta situación.

Pero para estas mujeres, estos espacios se convierten en un lugar de riesgo con la aparición de las conductas violentas. Y más aún, si estas quedan invisibilizadas o impunes. Las mujeres que padecen violencia, están más expuestas a su agresor en esta situación de confinamiento.

Por otro lado, el hecho de que el confinamiento reduzca los contactos sociales, reduce asimismo la posibilidad de que las mujeres que padecen maltrato puedan denunciar esta situación. Además, aumenta la vigilancia del agresor sobre su víctima, que estará más sometida por una reducción de su capacidad de movilidad. Somos conscientes de que la cuarentena dificulta la presentación de denuncias y, por tanto, deja más invisibilizados aún los casos de aislamiento de estas mujeres y sus hijos e hijas.

- ¿Qué ocurre cuando se da un consumo de drogas por parte de la mujer que sufre violencia o del hombre que la ejerce?

 Se pueden dar diferentes situaciones. Una de ellas tiene que ver con el hecho de no poder acceder de forma habitual a las sustancias como consecuencia del confinamiento. Este hecho puede incrementar el malestar asociado a la abstinencia, cosa que en sí misma ya amplifica este malestar.

Por otro lado, el hecho de estar más tiempo en casa puede generar un tipo de consumo en reclusión que quizá no se da tanto en un momento de más actividad laboral, generando más intoxicaciones y más riesgo en situaciones de violencia.

Pero si nos centramos en el ámbito de violencia que sufren las mujeres, podemos caer en hacer una interpretación de que las mujeres sufren esta violencia por la drogodependencia o por el uso de sustancias, y no directamente por ser una razón de género. Esta violencia de género es una violencia específica hacia las mujeres por parte de los hombres, fruto de un sistema estructural desigual entre hombres y mujeres, donde la interseccionalidad con el consumo es muy elevada.

El consumo de sustancias, que provoca alteraciones de conciencia, desinhibición o disminución de la capacidad de reacción, favorece la aparición de la violencia estructural contra las mujeres. 

- ¿Qué se puede hacer ante algo así en las circunstancias actuales?

Es importante mantener los canales de atención a los servicios de forma normalizada, desplegar recursos de atención de urgencia y mejorar los canales virtuales de contacto con los casos susceptibles de padecer violencia, o aquellos ya detectados como víctimas.

De hecho, nuestros servicios ambulatorios de atención a la mujer (puntos de encuentro, centro de día, servicio de atención psicológica, etc.), no han dejado de funcionar, manteniendo el canal de comunicación con las profesionales referentes en todo momento y en situaciones como la de ahora, aún más. 

- ¿Cómo realizáis el seguimiento en los pisos tutelados en los que se ofrece un servicio de atención a las drogodependencias? 

 Los equipos profesionales hicieron y están haciendo grandes esfuerzos para adaptar sus horarios a las nuevas necesidades, tratando de permanecer menos tiempo en el centro para evitar el riesgo de contagio, y seguir trabajando, con la misma calidad, desde casa.

Las profesionales contactamos a diario -incluso varias veces al día- con las personas que tenemos asignadas como referentes y realizamos un seguimiento individualizado. Varias veces por semana hacemos seguimientos a través de videollamada, trabajando en la misma línea que cuando trabajamos en persona, tratando de que se sigan empoderando para poder afrontar las situaciones de riesgo asociadas a su adicción.

Curiosamente, la situación de confinamiento está generando otras situaciones a las que la persona debe dar respuesta, propiciando espacios de reflexión con los que trabajar a nivel de tratamiento dicha adicción.

Además, se realizan sesiones grupales de tratamiento varias veces por semana y con profesionales de diferentes perfiles, trabajando multitud de elementos beneficiosos en este proceso como habilidades sociales, herramientas de afrontamiento, estrategias de planificación del tiempo libre, gestión emocional y un gran etcétera. Es decir, hemos adaptado las terapias grupales al espacio virtual y, sobre todo, las personas confinadas en casa con sus familiares, agradecen la posibilidad de verse, aunque sea a través de una pantalla, con las personas que les están acompañando en el tratamiento.

Disponemos, además, de canales de comunicación urgente las 24 horas del día para poder ser atendidas en estos momentos en los que debemos ser especialmente sensibles con el estrés al que están sometidas. 

- ¿Qué diríais que aportan fundamentalmente las nuevas tecnologías en esta situación? 

 Las tecnologías de la información y la comunicación aportan el soporte para que toda esta comunicación no presencial tenga sentido. Dotan del canal comunicativo. Vivimos momentos muy difíciles, pero justamente son estos momentos los que nos dan oportunidades de cambio y maneras de reciclarnos, innovar… Las TICs no pretenden suplir, si no complementar la comunicación con las personas que atendemos en nuestros servicios.

En nuestra entidad, nos hemos adaptado a esta situación ofreciendo una serie de recursos alternativos dirigidos a minimizar el impacto de esta crisis. Y de ahí surge la idea de incorporar las TICS de manera totalmente terapéutica. Es decir, incorporarlas donde las tecnologías de la información y la comunicación son poco habituales, debido a la incomunicación, sobre todo en las primeras etapas de tratamiento (si hablamos de comunidades terapéuticas), dándole un uso terapéutico.

Este es el milagro de estos tiempos. De hecho, estamos tan acostumbrados a hacerlo que no nos damos cuenta, pero siempre se está comunicando. Mis palabras tendrán un efecto en ti (estarás de acuerdo, no lo estarás, te gustará más o menos lo que te digo), pero tendrán un impacto comunicativo que es inherente a las relaciones humanas.

En la Fundación Salud y Comunidad tratamos de hacer beneficiarias de este milagro a las personas con adicciones.


- Acceso a la entrevista íntegra realizada a Gemma Maudes y Fran Calvo:

http://revistaindependientes.com/violencia-de-genero-el-confinamiento-aumenta-la-vigilancia-del-agresor-sobre-su-victima-quien-estara-mas-sometida-a-causa-de-una-reduccion-de-su-capacidad-de-movilidad/


Los Puntos de Asesoramiento Energético de Barcelona inician el servicio de atención telefónica para dar respuesta a la crisis del COVID-19

Los Puntos de Asesoramiento Energético (PAE) del Ayuntamiento de Barcelona ofrecen la información, atención e intervención necesaria, para que las personas puedan ejercer sus derechos energéticos y las compañías no les nieguen el acceso a los suministros básicos. En ellos, se ayuda a racionalizar el uso energético y de agua, y a optimizar las facturas, protegiéndose los derechos de personas en situaciones de vulnerabilidad energética. La Fundación Salud y Comunidad (FSC) gestiona y dirige los PAE en los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó, de Barcelona. La atención telefónica en todos ellos se ha iniciado con buenos resultados en este mes de abril.

De acuerdo con las medidas de seguridad por la crisis sanitaria del COVID-19, los PAE iniciaron su propio confinamiento en la modalidad de teletrabajo desde el mismo inicio del estado de alerta. En ese momento, el Ayuntamiento de Barcelona suspendió hasta el 27 de marzo toda atención directa excepto las urgencias. Durante aquellas primeras dos semanas se pudieron acelerar así las gestiones de los expedientes de personas en situaciones más apremiantes, para no dejar a nadie sin suministros básicos.

Con la prórroga del estado de alarma, el servicio se adaptó a la nueva realidad y redefinción los circuitos para poder volver a estar plenamente a disposición de la ciudadanía y retomar su actividad habitual, ofreciéndola en un formato nuevo.

En este sentido, desde principios de este mes, las personas interesadas pueden solicitar asesoramiento energético, a través del teléfono de información 010, e igualmente a través de la página web municipal: https://www.barcelona.cat/covid19/ca/suport-social?p=drets-energetics

Si bien el Real Decreto-ley 11/2020 de 31 de marzo establece la garantía de suministros de energía eléctrica, productos derivados del petróleo, gas natural y agua, la preocupación de muchas personas por su consumo persiste, ya que la permanencia en su domicilio conlleva un mayor consumo y también, proporcionalmente, el aumento del gasto relacionado que se convierte en deuda.

La acumulación de deudas por la imposibilidad de hacer frente a las facturas de suministros es una preocupación constante de muchas personas y familias. Desde los PAE en los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó, de Barcelona, que gestiona nuestra entidad, ayudamos a racionalizar el uso energético y de agua, y a optimizar las facturas, protegiendo los derechos de personas en situaciones de vulnerabilidad energética.

Ahora que pasamos más tiempo en casa, también consumimos más energía y agua, siendo un buen momento para ser más conscientes de cómo lo hacemos, y de ajustar nuestros hábitos para ser más eficientes en el ahorro. De esta manera, no solo se logrará disminuir los importes de las facturas, sino también el impacto medioambiental.

Desde los puntos de asesoramiento energético, ofrecemos unos consejos para un consumo más eficiente.


Confinamiento en la exclusión social

Lo primero que aprendes cuando empiezas a trabajar con personas sin hogar es que no es lo mismo un hogar que un techo o que una casa. Aprendes e interiorizas mejor la evolución que ha tenido la definición de este colectivo, basada en el tipo de atención que se les ha ido prestando a las personas sin hogar.

Desde “transeúntes”, porque transitaban de ciudad en ciudad por albergues en los que se les ofrecía tres días de alojamiento y una corta entrevista con “la asistenta social” para ver qué podía hacer por ellos/as, pasando por “sin techo”, cuando los albergues empezaron a ser centros de acogida, centros de día, centros de calor y café, y ofrecían algo más que pernocta y manutención básica; hasta llegar a “persona sin hogar”, que implica un plus cualitativo en la atención, al añadir el término-concepto persona. Ello nos remite a las sensaciones que nos evoca la palabra hogar para evidenciar las carencias de estas personas.

Virginia Wolf decía “en realidad, nada ocurre hasta que se describe”, refiriéndose a las mujeres y a todo lo femenino, al uso del lenguaje neutro que invisibiliza a las mujeres. Con las personas sin hogar pasa un poco lo mismo: no se nombran, no tienen un nombre en concreto, no son “las mujeres”, o “la tercera edad”, o “los hombres”, son personas, población, gente, ciudadanos y ciudadanas… que resulta que no tienen hogar, ni techo, ni casa.

El lenguaje es importante porque estructura la mente, dicen las/os profesionales de la psicología, y porque otorga identidad a las cosas y a las personas. Cuando le dices a una persona sin hogar: “quédate en casa”, estamos multiplicando por cero, estamos multiplicando la invisibilidad. Un mensaje mundial, globalizado como es este, deja fuera una vez más a cada una de las personas sin hogar, a cada una de ellas en la situación que cada una esté viviendo. Es una curiosa paradoja: cuando lo más importante en nuestras vidas es nuestra casa, cuando el mundo se paraliza para cuidarse y protegerse en casa, cuando la casa es la vida, aquellas personas que no tienen una, ni siquiera protagonizan una noticia que dure más de un día, no son prioridad en los debates ni en las medidas que se podrían establecer. La invisibilidad sigue siendo su marca, elevada a la pandémica potencia.

Aquellas personas sin hogar que han tenido la suerte de coincidir en estos momentos, en tiempo y espacio, residiendo en alguno de los servicios gestionados y dirigidos por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), pasará el confinamiento bajo techo, y en el caso del Centro de Acogida para Personas Sin Hogar (CAI) de Alicante, de titularidad municipal, rodeadas de un equipo excelente de profesionales que procura a diario que, además de techo, tengan hogar. Al resto, el “quédate en casa”, les sugiere una vez más que el mundo sigue funcionado sin tenerles en cuenta y que su confinamiento tendrá que ser en la exclusión, su casa es la exclusión.

Un compañero del CAI nos pidió que reflexionáramos sobre esta pandemia para dejar constancia de este mal sueño, de cara al futuro. Una de las preguntas que nos hacía era, ¿qué haces con tu tiempo libre estos días?, otra de mis compañeras argumentaba que con tanto trabajo no tenía tiempo libre. En realidad, creo que no tenemos tiempo libre, tenemos tiempo en casa. Las/os que tenemos casa, y tenemos hogar, ahora más que nunca, la identificamos con nuestra vida, ahora más que nunca vivimos nuestras casas, ya no son únicamente el lugar donde llegar a descansar o donde pasar nuestro tiempo libre o cenar en familia, ahora son nuestro lugar de trabajo, de descanso, de encuentro, nuestro gimnasio, nuestro colegio. Nuestra casa es nuestra vida.

Entonces, ahora más que nunca, me planteo esta pregunta: ¿las personas que no tienen casa acaso no tienen vida? Nosotras/os, las personas con hogar, estamos confinadas en nuestras casas; ellas, las personas sin hogar, siguen confinadas en la exclusión.

Y salimos cada día a aplaudir desde los balcones de nuestras casas, y soñamos y tenemos la confianza plena en que esto pasará, que todo irá bien y que ya queda un día menos. Un día menos para salir de nuestras casas. A las personas sin hogar no creo que les importe mucho que podamos salir de nuestras casas, les importará en la medida en que al mundo le importe que ellas no puedan confinarse en una.  En ellas se ha cumplido aquello de “que paren el mundo, que quiero bajarme”, el mundo ya se ha parado, y las personas sin hogar ya se han bajado, si es que alguna vez estuvieron subidas.


Cristina Jordá Cerdá
Trabajadora Social del Centro de Acogida para Personas Sin Hogar (CAI) de Alicante, gestionado por FSC.