La importancia de la "protección digital" de las mujeres e hijos/as que sufren violencia de género

Las nuevas tecnologías, las redes sociales, y el mundo virtual nos permiten estar conectados con el resto, estemos donde estemos, a cualquier hora y en cualquier momento. Quién no ha buscado y encontrado antiguas amistades a través de Facebook?, ¿quién no tiene grupos de Whatsapp con antiguas amistades, con los padres y madres de la escuela de los hijos e hijas, etc.?

Las redes sociales nos han acercado virtualmente a familiares, amigos y amigas con los que hubiéramos acabado perdiendo el contacto por muchos motivos, entre ellos la distancia. Y no sólo eso, sino que nos permiten estar al corriente de sus vidas, y participar virtualmente.

Se nos ha abierto un nuevo mundo, con nuevos estilos comunicativos y relacionales, sobre los que se está debatiendo mucho en cuanto a los usos, pros y contras, etc. Donde queremos hacer hincapié es en cómo las nuevas tecnologías se convierten en nuevos verdugos para aquellas mujeres/madres que han sufrido situaciones de violencia machista. Verdugos porque se convierten en nuevas herramientas de localización y acercamiento a las víctimas por parte de los agresores.

Aquellas mujeres y sus hijos e hijas, que han vivido situaciones de violencia machista y se han visto obligadas a dejarlo todo (familiares, amistades, lugares de trabajo, etc.) para protegerse, buscando protección en espacios residenciales como los servicios de acogida, pierden incluso la libertad de poder relacionarse a través de las redes. Para estas mujeres las redes se convierten en verdaderas trampas, ya que pueden facilitar a los agresores aquella información necesaria para localizarlas.

Desde los servicios de acogidas para mujeres víctimas violencia machista de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), conscientes de la peligrosidad de las redes y la necesidad de protección de las mujeres acogidas así como sus hijos e hijas, junto con los equipos de atención a la víctima de los Mossos, organizamos unas charlas informativas sobre los peligros de las redes y las nuevas tecnologías, dirigidas tanto a las usuarias de los servicios como a los profesionales.

Con las mujeres es importante hacer un buen trabajo de concienciación sobre la facilidad de localización a través de las redes, incluso habiendo cambiado los nombres y las características de los perfiles de las diferentes aplicaciones. En general, se desconocen las medidas de privacidad, no se actualizan, no se cambian las contraseñas con asiduidad, no se es consciente de hasta dónde puede llegar un "like", etc. Igualmente es importante que los técnicos y técnicas que trabajamos con estas mujeres podamos transmitirles la importancia de protegerse de este mundo virtual y enseñar cómo hacerlo.

Nuevamente son las mujeres las que tienen que dejar de utilizar los dispositivos digitales o limitar su uso, las que deben privarse de relacionarse virtualmente con familiares y amistades, y no sólo ellas sino sus hijos e hijas pre adolescentes y adolescentes, grandes consumidores de tecnología.

Romper íntegramente con el pasado es muy difícil, sobre todo para los jóvenes, que dejan atrás una vida de la que no quieren desprenderse tan fácilmente. Por lo tanto, les es muy difícil asumir que el blindaje virtual es vital para evitar que el agresor de la familia los localice. Les cuesta mucho entender y aceptar que las medidas de protección digital no deben ser por un tiempo concreto (por ejemplo, durante la estancia en los recursos residenciales), sino que son medidas que deberán mantener a lo largo de tiempo. La realidad de su autoprotección pasa por mantenerse al margen de la digitalidad cotidiana, como por ejemplo "colgar" fotografías de espacios y entornos diarios tales como la escuela, rincones emblemáticos de la ciudad donde residen, etc. que puedan dar pistas sobre dónde viven.

Desafortunadamente, las mujeres y madres víctimas de violencia machista y sus hijos e hijas, a pesar de los esfuerzos de recuperación de la violencia vivida, seguirán debiendo preservar su intimidad y privacidad evitando la participación activa en las redes sociales tan plenamente integradas en las nuestras vidas.


Disfrutando del zapateado flamenco en una clase magistral impartida en el servicio asistencial “Valle del Roncal” gestionado por FSC

Recientemente, los usuarios/as de este centro situado en Pamplona gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), el Grupo Lagunduz y la Fundación Maresme para Personas con Disminución Psíquica, han recibido una clase de flamenco de mano de la profesora de danza española Blanca Carabantes de la Escuela de Danza de Navarra. Una clase que ha contado con una gran acogida por parte de los asistentes.

 El centro “Valle del Roncal” es un servicio de titularidad pública, dependiente de la Agencia Navarra de Desarrollo y Autonomía de la Personas (Gobierno de Navarra), que acoge a personas con discapacidad intelectual.

A finales del pasado mes de marzo, contamos con la visita de la profesora de danza española Blanca Carabantes que impartió una clase llena de color y ritmo, al ser conocedora de la gran afición de algunos usuarios/as por el flamenco.

Desde el primer momento, captó la atención de los 15 usuarios/as que acudieron a la clase, al mostrar unos zapatos llenos de lunares, que al parecer, según las impresiones de los participantes, resultaron ser “mágicos”.

“Y así lo demostraron con el primer zapateado. Blanca supo adaptar su clase para que todos pudiésemos acceder a los ritmos básicos de flamenco. Al compás de sus pies, íbamos dando palmas, haciendo giros de muñecas y alternado movimientos de brazos”, nos trasladan desde el servicio.

Por fin, llegó el momento del zapateado, parte fundamental de todo baile flamenco y muy esperado por los asistentes. Según hemos podido saber, la profesora se quedó asombrada del arte y ritmo que le puso alguna alumna a este momento. Después enseñó al grupo unas auténticas castañuelas flamencas que fueron uno de los elementos que más gustaron y que además pudieron ir probando todos los asistentes, movidos por la curiosidad.

Casi sin darse cuenta, pasó el tiempo de la clase y llegaron los abrazos espontáneos de agradecimiento y la promesa de volver a repetir esta experiencia en un futuro próximo.

Queremos agradecer a la profesora Blanca Carabantes esta colaboración, por haber sacado lo mejor de nuestros usuarios/as en esta clase y, sobre todo, por hacerles disfrutar de momentos mágicos que nunca olvidarán.


La Residencia y Centro de Día "Infanta Elena" gestionada por FSC acoge una actuación de la asociación "Música sin Barreras"

Recientemente, hemos contado en este servicio, ubicado en Cordovilla (Galar), con la participación de la asociación “Música sin Barreras” que nos ha ofrecido una animada actuación musical. El servicio está gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), el Grupo Lagunduz y la Fundación Maresme para Personas con Disminución Psíquica.

La asociación “Música sin Barreras” es una asociación sin ánimo de lucro que nació en Pamplona a finales del año 2007 de la mano de un grupo de estudiantes. La idea surgió a partir de la actividad de voluntariado que venían desarrollando estos estudiantes en una residencia de personas con parálisis cerebral por y para la integración social de colectivos con discapacidad física e intelectual.

Entre los valores de esta asociación, destacan el amor y el respeto como ejes principales; la solidaridad y la empatía con las personas con discapacidad; y el compromiso para creer que formar parte de un mundo mejor es posible. Para ello utiliza la música, como herramienta para la integración de personas con discapacidad física e intelectual.

Los componentes de la asociación “Música sin Barreras” consiguieron que las personas usuarias del centro “Infanta Elena” pasaran un día diferente, cantando y bailando las canciones de Nino Bravo, coreando la famosa canción de “Chiquitita” de Abba, disfrutando también de las canciones más exitosas de los años 70, tales como “Eva Mª se fue” y “Un rayo de sol” del grupo Fórmula V.

Cabe señalar que en el año 2010, la asociación comenzó a colaborar con diferentes residencias de personas mayores, centros de personas con discapacidad, colegios… con el objetivo de aumentar el número de festivales y actuaciones en ellos. De esta manera, en el año 2012, la Asociación Navarra en favor de personas con discapacidad intelectual (ANFAS) empezó a tomar parte del proyecto iniciando una actividad de ocio musical, en colaboración con la asociación “Música sin Barreras”. Fue tal el éxito del proyecto que tuvieron que formarse dos grupos, uno de adultos y otro de niños y jóvenes, que realizan su labor de forma separada pero siempre coordinada.

Actualmente, la asociación “Música sin Barreras” sigue organizando actuaciones en colaboración con diferentes colectivos y centros. Se ha demostrado que los beneficios de la música en personas con discapacidad física e intelectual son muchos. Entre otros, fomenta la capacidad de expresión en estas personas y hace posible una mejor comunicación, además de favorecer la apertura emocional en ellas.

Según nos trasladan desde el centro “Infanta Elena”, la asociación “Música sin barreras”, y los colaboradores de la asociación ANFAS, consiguieron transmitir su alegría y entusiasmo por la música a las personas usuarias del centro, “por lo que, por nuestra parte, no nos queda más que agradecerles su actuación desinteresada en nombre de todos los presentes e invitarles a seguir apostando por su importante labor social”.

La tarde culminó con un aperitivo en el que todas las personas presentes pudieron compartir un rato muy agradable e intercambiaron impresiones sobre las distintas actuaciones.


Colorido y creatividad en la fiesta del Carnaval del centro "Valle del Roncal" gestionado por la Fundación Salud y Comunidad

Desde finales del pasado año, la Fundación Salud y Comunidad (FSC), el Grupo Lagunduz y la Fundación Maresme para Personas con Disminución Psíquica gestionan este servicio asistencial en Pamplona que acoge a personas con discapacidad intelectual. El servicio pertenece a la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas del Gobierno de Navarra. Recientemente ha celebrado la fiesta del Carnaval, con gran participación por parte de los usuarios/as del centro.

Según hemos podido saber, cada unidad residencial elaboró sus propios diseños a partir de la temática común del bosque. Además, se organizó un concurso interno en el que resultó ganadora la unidad Urbasa, en la que nos sorprendieron con originales disfraces de búhos.

En la unidad Andía optaron por disfrazarse de mariquitas, la unidad Alaiz se vistió de arco iris llenando de infinidad de colores el salón de actos. Por su parte, la unidad Aralar se decantó por atrevidos trajes de gnomos; la unidad Leyre se convirtió por un momento en un jardín de flores, y el Centro de Día decidió participar con divertidos disfraces de abejas.

Durante días los usuarios/as de este servicio estuvieron más que atareados realizando sus disfraces (20 por cada unidad) con materiales y diseños sencillos, pero que resultaron muy imaginativos y coloridos.

El día comenzó con un desfile celebrado en la Sala Polivalente del centro por parte de cada unidad, que exhibió sus trajes ante el público y un jurado compuesto por un familiar, personal en prácticas y la psicóloga del centro. La puesta en escena con el desfile de disfraces y el aperitivo que le siguió, se prolongó a lo largo de toda la mañana y tampoco faltó el baile.

En cuanto a los criterios del jurado para elegir como ganadora la unidad Urbasa, se valoró el ingenio del diseño de los disfraces de búhos. También fue decisiva la expresividad de los participantes a la hora de desfilar y como premio recibieron una suculenta tarta de chocolate que disfrutaron enormemente.

Desde hace algunos años, el día de Carnaval es uno de los más esperados del calendario de fiestas que se celebran en el centro “Valle del Roncal” y en el que participan con gran ilusión los usuarios/as del servicio.

La actividad, que se celebra todos los años, fomenta la socialización y tiene otros importantes beneficios terapéuticos en los usuarios/as a nivel físico, funcional y psicológico, mejorando su autoestima y estado de ánimo. 

Según nos trasladan desde el servicio, ya están pensando en nuevas y sorprendentes propuestas para el próximo año.


Las agresiones sexuales en las fiestas son cosa del sexismo facilitado por el alcohol, pero no de la burundanga

El Observatorio Cualitativo sobre la relación entre el consumo de drogas y los abusos sexuales en contextos de ocio nocturno está financiado por el Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. En el marco de la jornada "Violencias sexuales, fiestas mayores y medios de comunicación", celebrada hoy en el Espacio Francesca Bonnemaison en Barcelona, la Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha presentado el informe de resultados 2015/2016 de este Observatorio.

El proyecto, iniciado en el año 2013, se enmarca en una línea de prevención y reducción de riesgos y se desarrolla en Cataluña, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana, y sitúa la perspectiva de género en el eje central del análisis. Este tercer informe ha seguido apostando principalmente por la metodología cualitativa, con el fin de facilitar la comprensión de las creencias, actitudes, motivaciones y comportamientos que se dan entre los y las jóvenes sobre el consumo de drogas, la sexualidad y las violencias sexuales, a partir de sus propios relatos y desde sus perspectivas.

El informe parte de que la violencia sexual es uno de los principales riesgos que las mujeres tienen cuando salen de fiesta y que, por las particularidades de estos contextos, estos riesgos no son suficientemente percibidos y combatidos. Por ello, se apuesta por la desnormalización de estas violencias, su identificación y visibilización y la creación de estrategias para erradicarlas.

Algunas de las principales cuestiones que se destacan en este informe, que se han puesto de manifiesto durante la jornada, son:

  • La sobredimensión de la “sumisión química” premeditada y de la “burundanga”: sin negar la existencia de este tipo de violencia sexual, el foco mediático que acarrea la “sumisión química” puede incidir en la idea de que la violencia sexual realmente grave es la que se ejerce contra mujeres que de ninguna manera se pueden defender. Sin embargo, todas las formas y canales de ejercicio de las violencias sexuales son graves y han de ser erradicadas.
  • El alcohol sigue siendo la sustancia más presente en las situaciones de agresión sexual: el alcohol y otras drogas son sustancias que despiertan el sexismo latente, un disparador y facilitador, pero nunca la causa única de la violencia. Además, el consumo de alcohol y otras drogas por parte de las mujeres es mayoritariamente voluntario, hecho que posteriormente juega un papel clave en la injusta responsabilización y culpabilización de las víctimas.
  • El binomio premeditado/oportunista: estas categorías fueron propuestas por el Consejo de Europa para diferenciar las situaciones de “sumisión química”. Las premeditadas serían aquellas en las cuales el agresor de forma intencionada proporciona una sustancia narcótica o desinhibidora a la víctima y las oportunistas aquellas que incluyen las agresiones sexuales que se producen con una persona prácticamente inconsciente, a causa de un consumo voluntario de sustancias. Consideramos que es una manera práctica pero simplista de abordar una realidad más compleja, ya que en la mayoría de los casos el oportunismo no está exento de premeditación.
  • Identificarse como víctima: de la normalización de las mujeres a la hipersensibilidad de los hombres: cuando se pregunta sobre el hecho de haber sido víctima de violencias sexuales en el ocio nocturno, en algunos casos los resultados de las mujeres y de los hombres no están tan alejados. Este hecho tiene que ver con dos factores: 1) con el elevado grado de normalización de la violencia sexual en estos espacios, por lo cual muchas veces no es identificada, ya que forma parte de la cotidianidad del ocio nocturno; 2) los hombres son mucho más sensibles a las violencias sexuales porque las viven con mucha menor frecuencia y cualquier forma de acoso sexual es rápidamente identificada como violencia.
  • Agresores fantasma: por una parte, tenemos   abundantes  relatos   de  mujeres  que    explican haber vivido experiencias de violencia sexual y, por otra, nos  encontramos con una casi totalidad de relatos de hombres que aseguran no haber acosado nunca o agredido sexualmente a ninguna mujer. Bajo nuestro punto de vista, la explicación más plausible es que los hombres o no la identifican o no se identifican a sí mismos con estas dinámicas.
  • Sexo consentido/sexo deseado: algunos de los relatos de las mujeres participantes de nuestro trabajo de campo hacen referencia al hecho de mantener relaciones sexuales consentidas, pero realmente no deseadas. Para construir una cultura sexual libre, segura y saludable, nos parece clave que, más allá de que el sexo requiera del consentimiento de las dos partes, sea también deseado. Es decir, que se pueda desmantelar el mandato de género que señala que las mujeres no pueden decir que no, o que no tienen que frustrar las expectativas o necesidades del otro.
  • Efecto Sanfermines: las campañas realizadas desde la Administración durante los Sanfermines han dado impulso a este debate durante otras fiestas. El reto es dar el salto ahora al ocio nocturno comercial que es el espacio en el cual generalmente las personas salen a lo largo del año.

Frente a esto, se observa una tendencia a situar la responsabilidad de las agresiones en el consumo previo, como si el detonante de la violencia sexual fuera la sustancia, dejando de lado la responsabilidad de los agresores en el ejercicio de estas conductas. La violencia sexual encuentra sus raíces en el sexismo.

Como propuestas de acciones de prevención e intervenciones, en este informe se destaca la importancia de que las administraciones generen campañas y protocolos de calidad y trabajen conjuntamente con los medios de comunicación para que aporten una información rigurosa y contrastada. También, implicar al sector privado del ocio nocturno e interpelar a las personas que agreden y a las que son testigos de estas escenas: a problemas colectivos, respuestas colectivas.


Los pisos terapéuticos de la Fundación Salud y Comunidad participan en la Calçotada del Barri Guinardó en Barcelona

Recientemente, hemos colaborado en la iniciativa propuesta por la comisión del barrio del Guinardó de hacer una calçotada, a través de la participación de usuarios/as de estos pisos que han colaborado como voluntarios en la preparación y puesta en marcha de la actividad. Esta relación con el entorno es muy beneficiosa para las personas que han decidido iniciar una vida sin consumir drogas.

Las drogas interfieren en muchas ocasiones en la relación con el entorno. De ahí la importancia de actividades como esta que ha logrado generar ilusión e implicación en los usuarios/as de los dos pisos terapéuticos de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Barcelona, en un intercambio enriquecedor con el barrio.

“Esta relación con el entorno es muy importante para las personas con problemas de adicción, ya que a lo largo de su historia de consumo no han generado este tipo de vínculos sanos con la comunidad. Más bien al contrario, su entorno más cercano ha acabado volviéndose peligroso y un lugar del que deben alejarse por su bienestar emocional”, señala Gemma Maudes, responsable de los pisos terapéuticos de FSC.

El evento, organizado por la Coordinadora de Entidades del Guinardó para recoger fondos para la Fiesta Mayor, se celebró frente al mercado del Guinardó. “Allí tuvimos la oportunidad de conocer a algunos vecinos/as y de trabajar conjuntamente con ellos; fue una actividad con un marcado carácter altruista y con un efecto muy beneficioso en los usuarios/as del piso por esta solidaridad que también generó en ellos”, afirma Gemma Maudes.

Este tipo de iniciativas suponen un paso más para la vida en abstinencia. Por otro lado, es también desestigmatizador que los vecinos del barrio puedan colaborar estrechamente con personas que están en un proceso de deshabituación de las drogas. Ello genera una conciencia mucho más positiva y realista de las personas con esta problemática.

“En vez de ver a las personas con adicciones como parte de un problema que no pertenece a la sociedad sino al individuo y al que hay que apartar, el hecho de integrarlos en las dinámicas de la sociedad más cotidiana, se vuelve parte de la solución, además de ayudar a rebajar el miedo por ambas partes”, mantiene la responsable de los pisos terapéuticos de FSC.

Esperamos poder seguir colaborando en iniciativas como esta para seguir fortaleciendo un vínculo saludable entre los usuarios/as de los pisos terapéuticos de la Fundación Salud y Comunidad y su entorno más cercano.


La Fundación Salud y Comunidad renueva la gestión de la Unidad Dependiente de Inserción Social Baix Llobregat

Recientemente se nos ha comunicado la adjudicación de este recurso, ubicado en Cornellà de Llobregat (Barcelona), tras presentarnos a la oferta de contratación pública del Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña. Ello nos permite seguir ofreciendo nuestros servicios a las personas que se encuentran en tercer grado penitenciario y residen o trabajan en la zona del Baix Llobregat, tal y como llevamos haciendo desde el 2015.

Esta unidad ofrece un servicio residencial y de apoyo a la inserción social de los usuarios/as que participan en este programa y que cuentan con trabajo y/o residencia en las comarcas del Baix Llobregat y alrededores. El recurso cuenta con una capacidad para 12 personas y otras 10 en programa de seguimiento.

El trabajo colaborativo y las sinergias con el Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña, nos permiten ofrecer una atención individualizada en este servicio, implicando a la comunidad. De esta forma, se consigue reducir el nivel de reincidencia delictiva.

El acompañamiento profesional en este periodo de transición de régimen cerrado desde la institución a la libertad definitiva, es un elemento clave para promover el cambio y la integración de las personas atendidas. Es por ello que, a través de esta unidad, se desarrolla un programa de intervención socioeducativa, que incluye tutorías y seguimientos individualizados, cuyo objetivo es lograr la estabilidad laboral de las personas que participan en el mismo.


Jóvenes, talento y reinserción

6:30 de la mañana, estación de Sants en Barcelona. Espero a Yusef en la puerta de acceso al tren Ave que nos trasladará a  Madrid. Hoy es un día diferente y no solamente para mí. Hoy viajo acompañado por Yusef con el objetivo de participar  como experto en  una jornada que organiza la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (UNAD),  en la que se va abordar el nuevo código penal, las adicciones y las personas privadas de libertad.

Más allá del evento, esta jornada de trabajo tendrá algo diferente y es que me acompañará  uno de los primeros jóvenes  que atendimos en el programa “Impuls Jove” que se lleva a cabo en el centro penitenciario de jóvenes en La Roca del Vallés, Barcelona. “Impuls Jove” es un programa innovador  que tiene como misión principal mejorar las relaciones familiares entre los jóvenes y sus familias, con el fin de favorecer la reinserción en el ámbito comunitario. Este proyecto está gestionado por Fundación Salud y Comunidad (FSC) desde el año 2015.

Este viaje no  busca dotar de reconocimiento ni premiar a Yusef. Este viaje tiene otro objetivo. El objetivo de dar continuidad y favorecer la participación social de un  joven  para poder poner en práctica las habilidades y competencias personales que durante muchos años tuvo anestesiadas y que, en la actualidad, ha conseguido de nuevo hacer emerger, a partir de introducir cambios y aplicar renuncias.

Yusef es un chico marroquí de 23 años, de padres emigrantes y afincado en una localidad del Baix Llobregat desde hace años. Yusef, después de un tiempo cumpliendo condena en el centro penitenciario de jóvenes, se encuentra en libertad condicional. Y en su salida en tercer grado encontró trabajo.

Una inmensa mayoría de nuestra sociedad, piensa que las personas privadas de libertad, más aún si son jóvenes,  son personas que tienen complicada su reinserción y que incluso muchas de ellas no conseguirán nunca reinsertarse. “Estos chicos son impulsivos”, “no quieren trabajar”, “volverán a entrar en unos meses de nuevo a prisión”, son afirmaciones que se suelen escuchar cuando se habla de jóvenes, prisión y reinserción.

Mis sensaciones después de estos dos primeros años gestionando el  proyecto “Impuls Jove” son diferentes. Lo que observo en mí día a día,  es que a partir de la construcción de vínculos y relaciones educativas basadas en la confianza y la transparencia, se pueden obtener resultados diferentes. La importancia de acompañar y de sentirse acompañado, tanto en el proceso de cumplimiento de condena como en el de desvinculación de la institución penitenciaria, es un proceso clave que conviene tener en cuenta. La importancia de no borrar a la persona y de darle el lugar que merece,  genera y promueve cambios en el otro.

Desde la jornadas de la UNAD,  se le ofrecía a Yusef la posibilidad de alzar su voz y explicar su proceso de reinserción, de su posición antes, durante y después de entrar en el centro penitenciario, pero sin caer en el error de explicar desde el “goce” y de atreverse con un discurso distinto donde tengan más peso sus logros y sus retos de futuro, así como la capacidad para transmitir las emociones.  Un proceso donde el cambio, las renuncias  y la rectificación subjetiva están presentes. Una actividad que realizaba por primera vez y que permitió a las personas presentes en la jornada (profesionales, familiares y voluntarios/as) construir un imaginario distinto al que en ocasiones pensamos, cuando hablamos de  personas privadas de libertad y reinserción.

La conclusión de esta experiencia la resume perfectamente una frase pronunciada por Yusef en el Ave de vuelta a Barcelona, una vez concluyeron las jornadas: “me he sentido genial porque nadie me miraba diferente, he sentido por primera vez en mi vida que formaba parte de un grupo de gente”.

La importancia de trabajar desde el vínculo educativo y ser capaces de hacer emerger la demanda en el otro, son cuestiones claves en el trabajo con personas que proceden del ámbito de la ejecución penal. Poder acompañar en el desarrollo de talento y competencias, ofrecer espacios de intercambio, de socialización, que nos permitan integrarnos y desprendernos de prejuicios y miedos, son elementos que conviene poner en juego en la acción social con personas privadas de libertad, con el objetivo de llevarlas a una reinserción real.

Manu Izquierdo
Coordinador del Proyecto “Impuls Jove” de la Fundación Salud y Comunidad


La Residencia y Centro de Día “Infanta Elena” gestionada por la Fundación Salud y Comunidad acoge la actuación del cantautor Miguel Caldito

El cantante extremeño Miguel Caldito fue recibido por un público expectante, deseoso de conocer su discografía, que combina rumba, flamenco, influencia andina y tango con poesía de una manera muy personal. Recién llegado de su gira en Chile y antes de iniciar sus actuaciones en Pamplona, tuvo la deferencia de hacer su primera actuación en este servicio, ubicado en Cordovilla (Galar), cuyo titular es la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas del Gobierno de Navarra.

Desde finales del pasado año, la Fundación Salud y Comunidad (FSC), el Grupo Lagunduz y la Fundación Maresme para Personas con Disminución Psíquica gestionan este servicio asistencial destinado a la atención a personas con discapacidad física grave o severa, que acogió la actuación del cantautor Miguel Caldito.

A lo largo de la misma, acompañado, a la guitarra, de su inseparable compañero Juan Carlos Zapata “Juanki”, fue  interpretando canciones de sus últimos trabajos. Temas como “Me estás buscando la ruina”, “Camaleón Canalla”, “Vagos y maleantes” y otras canciones incluidas en su último disco, titulado “Revolución bailable” que combina música de cumbia y tango, e influencia de sus viajes y estancias en Sudamérica.

La música rumbera, su estilo flamenco pop y los acordes de sus guitarras, llenaron de buen ambiente y ritmo el Salón de Actos de la Residencia y Centro de Día “Infanta Elena”. A pesar de que era la primera vez que el servicio acogía una actuación de estas características, cabe destacar la buena acogida que tuvo por parte de todas las personas asistentes.

Con los cambios de ritmo que introdujeron ambos artistas en su repertorio, lograron emocionar a usuarios/as, familiares y equipo profesional de este servicio con una actuación con ritmos diferentes a las actuaciones más tradicionales a las que están acostumbrados.

Tras la actuación de Miguel Caldito y su guitarrista, todos los presentes tuvieron la oportunidad de saludarles y felicitarles por esta agradable jornada. Queremos agradecer a ambos intérpretes, así como al técnico de sonido que les acompañó, “este alto en el camino”, para acercar al centro “Infanta Elena” su arte de una manera tan solidaria, a través de los acordes de sus guitarras y sus voces.


Los drogodependientes envejecen y plantean nuevas situaciones complejas

El abuso y dependencia de drogas presentan características específicas cuando se combinan con los procesos de envejecimiento. Todo ello es sobradamente conocido en los casos de dependencia de alcohol y psicofármacos, pero está planteando situaciones recientes más novedosas, si nos referimos a las drogas "ilegales" tales como cannabis, cocaína o heroína.

Si bien el consumo de cannabis es algo más antiguo entre nosotros, la llamada "epidemia de heroína" empezó a manifestarse en España a finales de los años 70, alcanzando su apogeo durante los 80 y 90. Pues bien, muchos de aquellos dependientes que han sobrevivido a los riesgos de sobredosis, de accidentes y del sida están ya hoy rozando los 60 años, o incluso por encima. Ello plantea nuevas situaciones complejas de abordar, tanto para quienes detuvieron su consumo, pero adquirieron un notable deterioro mental físico o social, como para las personas que continúan usando drogas, ya sea en programas supervisados de mantenimiento con metadona o de forma ilegal. Muchos de los primeros empiezan a llegar a las residencias de mayores, o a recibir servicios de ayuda a domicilio. Los que siguen usando drogas pueden ser atendidos en centros de reducción de daños, ambulatorios o comunidades terapéuticas, por poner solo algunos ejemplos. Otros están encarcelados.

Como datos que nos acerquen a la magnitud del problema, señalemos que, a pesar de la percepción de la adicción a drogas como un fenómeno "juvenil", actualmente los mayores de 40 años, más que la excepción, son ya la norma. Así, constituyeron más del 50% de las 360.880 visitas registradas en Cataluña, en el 2015, en centros de reducción de daños.  Y los mayores de 50 años supusieron ya un 13% de esas visitas. Entre las 13.779 nuevas admisiones a tratamiento en la misma comunidad y año, un 22% tenía más de 50 años (en este caso se incluye a las personas dependientes del alcohol).

A nivel europeo, pese a la diferencia entre países, la tendencia es la misma: si en 2006 uno de cada cinco usuarios de opiáceos que entraba en tratamiento tenía más de 40 años, en 2013 ya era uno de cada tres. En el mismo período, la edad media de los fallecidos por sobredosis había aumentado de 33 a 37 años.

La Fundación Salud y Comunidad (FSC) confronta esta problemática desde múltiples encuadres: así, Pepe Sanmartín, director del Centro de reducción de Daños (CIBE) en Valencia, explica que en el 2016, de los 595 casos con los que han trabajado, 2/3 tenía más de 40 años (66%), y  un 23% más de 50. Proporciones parecidas encontramos en el centro similar existente en Castellón, donde asimismo los mayores de 40 son ya mayoría (55%). Su directora, Belén Sánchez, afirma  que estas personas suelen ser antiguos usuarios de heroína en un programa de metadona, y que en la actualidad básicamente consumen cocaína base, alcohol y medicamentos.

Por otra parte, presentan una gran vulnerabilidad en razón de su deterioro físico y social, y aunque las cantidades consumidas pudieran parecer de bajo riesgo, esto no es cierto, precisamente a causa de su gran fragilidad.  El centro ha desarrollado, entre otras acciones, algunas específicas del ámbito de la educación de adultos con objeto de ayudar a ocupar y estructurar sus vidas, siendo los usuarios de mayor edad los que se involucran con mayor frecuencia en actividades como talleres de informática, de jardinería o de fotografía organizadas en el dispositivo.

En los programas de tratamiento en la prisión, como los que gestionamos para la Generalitat de Cataluña (SCS) también son ya mayoría los usuarios de más de 40 años. Por ejemplo, ascienden a 423 de los 801 internos e internas con los que hemos trabajado en 2016 en el marco de las prisiones de Brians (Barcelona), es decir, el 53%. Aquí los mayores de 50 son menos (11%), y menos todavía por encima de 60. Aproximadamente la cuarta parte de estos drogodependientes "mayores" realiza un programa de metadona en la prisión. Y en este ámbito también los reclusos que son mayores muestran una mayor motivación y se constituyen ante los demás como "expertos", estando más seriamente afectados por la evolución de su infección por HIV, hepatitis y otras enfermedades.

Desde otro punto de vista, encontramos también personas que han usado intensivamente drogas ilegales en nuestros servicios de atención a personas mayores dependientes (y que a veces las siguen consumiendo, aunque lo habitual si persiste el consumo es haber pasado al alcohol). Toni Gelida, director del Área de Atención a la Dependencia de FSC, explica que en muchas residencias de mayores era común aceptar excepcionalmente personas cuya edad no justificaba todavía el ingreso, pero que estaban notablemente deterioradas por su dependencia a sustancias; actualmente, con los sistemas de puntuación para optar al ingreso establecidos por la Ley de Dependencia, esto es menos frecuente, con lo que surge el problema de dónde ubicar a estas personas. Y empiezan a llegar personas mayores, especialmente en algunos centros vecinos a barrios que han estado especialmente afectados por los problemas de drogas, que los han sufrido y que en ocasiones aún usan sustancias ilegales, o que las han sustituido por un abuso relevante de psicofármacos o bebidas alcohólicas. Ello plantea a menudo en esos entornos de convivencia situaciones difíciles, tanto para el personal de los centros como para el resto de los residentes.

Para ayudar a identificar mejor el problema, las respuestas que se están dando y entre ellas entresacar aquellas que suponen buenas prácticas dignas de ser difundidas e imitadas, la Fundación Salud y Comunidad participa en el proyecto europeo BETRAD ("un mejor tratamiento para los drogodependientes que envejecen"). El proyecto lo desarrolla un consorcio de siete organizaciones, entre los que se encuentran la Agencia de Salud Pública de Catalunya, ONGs y universidades provenientes de Luxemburgo, Holanda, Alemania y la República Checa, con colaboración del Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (OEDT- EMCDDA).

En una primera instancia se pretende identificar buenas prácticas a nivel europeo. Concretamente, nuestra entidad está estudiando las actuaciones en España, Italia y Grecia. Posteriormente, se pretende dar a conocer los mejores ejemplos y elaborar una serie de "herramientas prácticas" que posibiliten a centros, instituciones y profesionales una mejor atención de estas personas. Estas herramientas pueden ser cuestionarios, guías para la organización de centros y servicios especializados, para la realización de terapias de grupo adaptadas al colectivo, etc.

Se espera disponer de unos primeros datos sobre la situación en Europa este verano, y más adelante se desarrollarán el resto de las acciones.