Fundación Salud y Comunidad

75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: el papel de las entidades sociales en tiempos de incertidumbre y desafíos

El pasado 10 de diciembre, se cumplieron 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), marcando un hito en la historia de los mismos. La Declaración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, estableciendo, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que debían protegerse en el mundo entero. Por este motivo, cada 10 de diciembre, se celebra el Día de los Derechos Humanos.

La Declaración Universal de Derechos Humanos recoge los derechos inalienables que toda persona tiene como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. El documento está disponible en más de 500 lenguas, y es el más traducido en todo el mundo.

El tema del Día de los Derechos Humanos del pasado año fue “Libertad, igualdad y justicia para todas las personas”. Según mantenía las Naciones Unidas, “en las décadas transcurridas desde la adopción de la Declaración en 1948, ello ha servido de base para un sistema de protección de los derechos humanos en expansión que hoy se centra también en grupos vulnerables como las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y las personas migrantes”.

Si bien se han realizado progresos en los últimos 75 años, en el momento actual, siguen existiendo muchos retos en el ámbito de los derechos humanos a nivel internacional, en un contexto político polarizado. En este sentido, la desigualdad, la pobreza o los crímenes contra la humanidad que se siguen realizando en muchos países, muestran el incumplimiento de los derechos humanos, 75 años después de la Declaración Universal.

A este respecto, las Naciones Unidas señalaba que “la promesa de la Declaración de dignidad e igualdad de derechos para todas las personas, ha venido sufriendo un ataque constante durante los últimos años. Cuando el mundo se enfrenta a desafíos nuevos y continuados – como las pandemias, los conflictos, las desigualdades crecientes, la quiebra moral del sistema financiero mundial, el racismo y el cambio climático -, los valores y los derechos consagrados en la Declaración sirven de guía para nuestras acciones colectivas de no dejar a nadie atrás”.

Por este motivo, realizó durante el pasado año una campaña por los 75 años de los Derechos Humanos, de un año de duración, con el objetivo de reorientar su trabajo y tomar medidas hacia un mayor conocimiento de la universalidad de la Declaración y el activismo asociado a ella. En la campaña, tuvo un papel clave la juventud, por los retos específicos que tiene a la hora de ejercer sus derechos, dado también que a menudo lidera el activismo en materia de derechos humanos.

Según mantenía las Naciones Unidas, los retos actuales que tenemos por delante están vinculados a la pobreza y las desigualdades mundiales; la discriminación; los conflictos armados y la violencia; la impunidad; los déficits de la democracia y la debilidad en las instituciones. También apuntaba que “lo que se necesita ahora es acción; acción para cumplir las declaraciones y promesas ya hechas”.

En estos tiempos de incertidumbre y de desafíos sin precedentes, “las entidades del Tercer Sector y quienes formamos parte de ellas, somos fortaleza y esperanza ante la adversidad”, tal y como se señalaba en el Manifiesto del Día Nacional del Tercer Sector, emitido el pasado año por la Plataforma del Tercer Sector.

“La labor de las personas que trabajan en las entidades sociales, de quienes ofrecen su tiempo como voluntarias, de quien colabora y se compromete con nuestros objetivos y propósitos son el motor del cambio, dan forma a la solidaridad y convierten las palabras en acciones que transforman vidas y garantizan derechos. Tanto en su labor de atención como en el papel que juegan las entidades del Tercer Sector en la definición y evaluación de las políticas públicas, estrategias y planes nacionales”, mantenía en este manifiesto.

En este sentido, la Fundación Salud y Comunidad (FSC), como entidad de referencia en la atención de calidad a las personas en situación de dificultad y exclusión social que contribuye al disfrute de sus derechos sociales y la mejora de su calidad de vida, seguirá trabajando durante este año 2024, desde sus valores de compromiso, profesionalidad, colaboración, creatividad y transparencia.

FSC mantiene su compromiso de proporcionar a quienes más lo necesiten la mejor atención posible en la medida de sus posibilidades y recursos, desde su Misión de promoción de la salud, bienestar social y calidad de vida de las personas en situación de exclusión social y su entorno, mediante el desarrollo de proyectos de intervención social, prevención, sensibilización, formación e investigación.

Para conocer más sobre nuestro trabajo: FSC en cifras

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