“Incertidumbre y miedo”. La sensación es generalizada entre las entidades sociales catalanas tras conocer la intención de la Generalitat de gestionar sus cuentas hasta final de año con el Presupuesto de 2012 prorrogado. Esa decisión dificulta la posibilidad de incrementar o poner en marcha partidas económicas que reduzcan el impacto de seis largos años de crisis.

A ese sentimiento se añade la afirmación, por parte del consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, de que “nos quedan cinco duros meses” al tener que cerrar el ejercicio 2013 con un techo de déficit del 1,58%, lo que significa que se mantendrán los recortes practicados hasta ahora pese a no tener cuentas aprobadas, por un total de entre 2.000 y 2.500 millones de euros.

“Nuestra primera inseguridad es que no sabemos cómo se recortará; lo único que sabemos es que tendremos menos dinero que el año pasado”, afirmó Teresa Crespo, presidenta de ECAS, una de las principales asociaciones que agrupan a oenegés que trabajan con los colectivos más desfavorecidos. La Generalitat no solo adeuda 70 millones de euros a esas organizaciones desde 2012 sino que ahora la prórroga presupuestaria las amenaza con menos recursos para este año, después de que las ayudas anuales se activaran a mediados de año con fuertes recortes.

La presidenta de la Mesa del Tercer Sector, Àngels Guiteras, abundó en esa idea y aseguró que las entidades esperaban a que se aprobaran finalmente los presupuestos para completar los recursos que necesitan para todo el ejercicio, por lo que resumió que no tener Presupuestos en 2013 “no es una buena noticia”. Un ejemplo de esa situación es una ayuda para un programa de lucha contra la probreza: en 2012 la Administración autonómica la dotó con cinco millones de euros y este, en los siete meses transcurridos, solo ha entregado un millón.

“El problema de no aprobar Presupuestos es que no se fijan objetivos para dar soluciones concretas a la lucha contra la pobreza”, asumió también el director de Cáritas de Barcelona, Jordi Roglà. Y Crespo subrayó que no es lo mismo que la aprobación de las partidas dependa de lo decidido por el Parlamento de lo que pueda aprobar de forma arbitraria el Gobierno catalán en sus reuniones del martes, como sucederá hasta final de año con la actual situación. Desde CC OO, Cristina Faciaben lamentó que haya cada vez más gente necesitada y, en cambio, con una prórroga presupuestaria, no haya más recursos para atenderlos.

El secretario general de UGT, Josep Maria Álvarez, extendió esos temores al conjunto de la sanidad y la enseñanza catalanas, con un fuerte protagonismo del sector concertado. Ambos sectores han sufrido los recortes con las dos prórrogas presupuestarias que se habían aprobado hasta ahora, que contemplaban recortes para asumir un déficit primero del 0,7% y después del 1,2%. Sanidad, no obstante, ha trabajado con un horizonte más holgado, pensando en un objetivo de déficit del 1,5%.

El Gobierno catalán solo contó con la comprensión de las patronales, que consideraron del todo lógico seguir gestionando las cuentas sin un presupuesto definitivo, sobre todo porque cuando estuviera aprobado quedarían apenas tres meses del año. El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, asumió el mismo argumento utilizado por Artur Mas el martes: el déficit es demasiado bajo. Pero los empresarios reclaman negociación con Madrid para conseguir más transferencias de recursos por parte del Estado y advierten del peligro de intentar captar más recursos para contener los recortes por la vía de subidas de impuestos.

Así se expresó el director de Economía de la patronal Fomento del Trabajo, Salvador Guillermo. “Nos preocupa que la política de gasto de 2014 sea limitada y se quiera hacer pivotar su variación sobre más impuestos, cuando la presión fiscal de Cataluña ya es de las más altas”. Josep González, presidente de Pimec, explicó que la capacidad de gasto de la Generalitat está hipotecada por el techo de gasto y por los ingresos que puedan llegar de Madrid, por lo que subrayó la necesidad de asegurarse unas relaciones fluidas con Madrid. “No parece que sea fácil pero sí necesario”, dijo.

Fuente: El País