Los menores que residen en el Centro de Cumplimiento de Medidas Judiciales para Menores Infractores “La Senda”, de titularidad de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC) en Villatoro (Burgos), han participado en un taller formativo de circo, impartido por la compañía de circo y teatro Tiritirantes en Burgos. La actividad ha aportado a los participantes una bonita experiencia a través del juego, mediante técnicas circenses.
El circo como herramienta social y pedagógica favorece el desarrollo integral de la persona, por los valores a los que se asocia. Es el caso del fomento de la cooperación, la mejora de la convivencia, y también el aumento de la autoestima, el conocimiento y control del propio cuerpo o la superación de límites. Además, es un buen recurso para fomentar la creatividad y la imaginación de los jóvenes, muy utilizado en el ámbito docente.
Recientemente, los menores que residen en el Centro de Cumplimiento de Medidas Judiciales para Menores Infractores “La Senda”, han realizado una actividad en “La Factoría del aire” que es el espacio de ensayo de la compañía burgalesa Tiritirantes. En este lugar, el circo se constituye como eje principal, y además de ofrecer un espacio de ensayo a los miembros de la compañía, se realizan en él actividades abiertas a jóvenes interesados en la práctica circense, a lo largo del año.
Los menores han acudido a este espacio durante dos días para realizar esta peculiar actividad organizada desde el servicio. Durante la primera jornada, han trabajado con malabares a través de la práctica de juegos psicomotrices y acrobacias, danza vertical, tela y trapecio, finalizando con ejercicios de relajación y estiramiento. Y durante el segundo día, han realizado ejercicios psicomotores y equilibrios con cable, bola, rulo y zancos, terminando también con prácticas de relajación y estiramiento.
Una vez finalizado el taller y tras conocer la opinión de los menores, consideramos que se han cumplido los objetivos generales previstos:
- Aprender a interpretar la música y adecuar el movimiento corporal al ritmo.
- Desarrollar propiedades personales como la coordinación, reflejos, agilidad mental-corporal, así como fomentar el trabajo en grupo.
- Aportar a los participantes técnicas y nociones para trabajar en actividades con el circo.
- El juego como base de aprendizaje y como desarrollo de la aptitud psicomotriz.
Los menores señalan que la experiencia ha sido motivadora y gratificante para ellos/as. Además, hemos constatado cómo, tras la realización de la actividad, se ayudaban entre ellos/as, y se creaban lazos de unión entre compañeros/as, tanto del mismo centro como del propio taller, al haber compartido nuevas sensaciones y experiencias juntos, que han mejorado también sus capacidades motrices y creativas.
Por otra parte, más allá del desarrollo personal que ha aportado el taller en los menores, ofreciendo valores y herramientas útiles para la vida, también ha ayudado a normalizar su integración social en un contexto fuera del propio servicio. Si bien lo esencial es que todo ello se ha conseguido en el ambiente alegre y divertido que ofrece el mundo del circo, con gran empatía y respeto entre todos/as los participantes y entre ellos/as mismos/as, por lo que el balance de la actividad es más que satisfactorio.
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Pues hay que hacer malabares para aparecer en dos noticias en un mismo boletín y en este centro, seguramente por hacer honor a la actividad circense, lo habéis conseguido. ¡Bravo!