Los menores de este servicio dirigido y gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), en consorcio con la Asociación Lagunduz, y financiado principalmente por la Dirección General de Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria, han comenzado el nuevo año con ganas, nuevas ideas y proyectos, como es el caso del taller de fotografía creativa “Light Painting” (pintar con luz) en el que han participado recientemente, logrando resultados realmente asombrosos.
En esta ocasión, los menores del Centro Terapéutico “Valle de Cayón” se han atrevido con la fotografía creativa, interesándose por conocer esta técnica que consiste en utilizar la luz para dibujar directamente sobre las fotografías, ya se trate de líneas, formas, letras, dibujos, en un taller realizado recientemente en el servicio, en el que no ha faltado la diversión.
La actividad se ha realizado durante este mes de febrero a través de dos sesiones, en las que han participado los dos grupos del centro (integración y autonomía), aprovechando los horarios especiales del servicio por la festividad del Carnaval. Los grupos con los que se ha trabajado han sido pequeños, lo cual ha facilitado la organización y puesta en marcha del taller.
En un primer momento se les explicó la actividad y las técnicas para lograr realizar este tipo de imágenes tan originales. Para ello, se utilizaron videotutoriales, a modo de recurso audiovisual explicativo sobre esta técnica y fotografías realizadas con ella, a modo de ejemplos.
La técnica “Light painting” utiliza exposiciones largas prolongadas (30 segundos en la mayoría de las fotos que se hicieron en la actividad), moviendo una fuente de luz con la mano, y en ello se emplearon a fondo los menores del servicio “Valle de Cayón”, en Cantabria, hasta dar con todos los secretos de la luz y dominar esta técnica.
El material que utilizaron para ello fue una cámara réflex digital, un trípode (fundamental para largas exposiciones), un flash fotográfico de mano, varias linternas con diferentes filtros de colores, en un ambiente relativamente oscuro (se habilitó la ludoteca del centro para que entrara la menor cantidad de luz). Posteriormente, se utilizó un ordenador para descargar y editar las distintas imágenes.
“Las fotografías tardaban unos 30 segundos en tomarse. Durante ese tiempo, los menores posaban, dibujaban con las linternas y disparaban los flashes que fueran necesarios para dar con las mejores imágenes. Posteriormente, revisamos el resultado obtenido y, cuando era necesario, corregimos algunos aspectos para volver a realizar la toma”, señalan desde el servicio.
Durante la actividad, que ha sido muy enriquecedora para los menores, se ha prestado especial atención a trabajar aspectos relacionados con el respeto a las opiniones de los demás, así como a la adaptación del plan de acción, el cumplimiento de instrucciones y el seguimiento de pautas educativas. De este modo, se han reforzado todas las conductas prosociales relacionadas con el hecho de aceptar las opiniones de los demás compañeros/as e intentar incluirlas en el resultado del trabajo final. Asimismo, se ha intentado corregir, ofreciendo patrones conductuales alternativos, a quienes no escuchaban las ideas de sus compañeros/as, no les incluían en el plan de trabajo o a quienes intentaba acaparar el protagonismo de la actividad.
Con este taller se han logrado alcanzar los siguientes objetivos: aprender a utilizar la técnica “Light painting”; acercar a los menores del centro las nuevas tecnologías digitales; ofrecer alternativas de ocio y tiempo libre saludables; aprender a colaborar con los compañeros/as con un objetivo común; aprender a organizarse y seguir instrucciones de manera coordinada; expresar las ideas de cada uno de los participantes de una manera asertiva y organizada, así como fomentar la creatividad y el pensamiento divergente, entre otros objetivos.
En cuanto a los valores trabajados, en este taller, al igual que en otros realizados en el servicio, ha tenido especial importancia el trabajo en equipo. A pesar de que en una primera fase inicial se hicieron trabajos individuales, el grueso de la actividad se ha centrado en hacer fotografías colectivas en las cuales se requería la colaboración de varios miembros del grupo para obtener los resultados esperados. De este modo, “se hizo ver a los menores que, con una organización previa y con una puesta en común de ideas, cada uno de los participantes tenía un rol imprescindible para la consecución del objetivo grupal. Cada uno de ellos, debía tener claro cuál era su papel, a la vez que podía aportar ideas propias, con el fin de mejorar el trabajo final”, explican desde el servicio.
Para ello, de forma tanto explícita como implícita, se incitaba a los menores a que valoraran y tuvieran presentes las ideas de los demás, de cara a tenerlas en cuenta, modificando, si era necesario, el plan de acción inicial, en caso de producirse cambios.
Con este tipo de actividades también se ha puesto de manifiesto la importancia de conocer y poner en práctica diferentes alternativas de ocio saludable. De este modo, se han logrado ampliar las alternativas de ocio que, a la vez que lúdicas, aporten nuevos conocimientos y, principalmente, una nueva forma de expresión artística a los menores.
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