Dyna Mohamed Abdelkader, española de origen árabe, nacida en Melilla, de padres marroquíes, trabaja como intérprete en el Centro de Acogida de Menores “El Verdader 2”, servicio de titularidad de la Generalitat Valenciana ubicado en la provincia de Alicante, gestionado y dirigido por la Fundación Salud y Comunidad (FSC). Nuestra entidad incorporó su puesto como intérprete como mejora realizada al Concierto Social establecido y nos ha parecido de gran interés conocer su testimonio profesional y personal de primera mano, gracias a la formidable labor como “reportero” realizada “in situ” en el centro por Salam A., usuario del mismo, que se reunió con ella para facilitarnos toda la información. Por ello, conservaremos las formas del trato entre ellos.

– ¿Cuál ha sido y es la labor profesional que desempeñas en el centro?

Mi trabajo en este servicio ha cambiado mucho; empecé como educadora social y ahora ejerzo como administrativa con funciones de intérprete. Mi función en el centro es básicamente ayudaros para que desde el mismo se entiendan mejor vuestras preocupaciones, actitudes e inquietudes, costumbres… ya que son muy diferentes a las occidentales.

Cuando ingresa un/una menor en el servicio procedente del norte de África hay muchas cosas que puede no entender, otras que cuestiona… En este sentido, se produce un choque cultural importante y mi trabajo consiste en haceros entender el funcionamiento del recurso y el porqué de las normas.

Otra de mis funciones es la de ir a los Consulados, me encargo de la tramitación de los pasaportes y, como intérprete, también ejerzo de traductora con otros profesionales, a nivel comunitario e interno. Igualmente, en las sesiones con la psicóloga, en la gestión de documentación con la trabajadora social, con los profesores/as del instituto, etc. Y también hago de puente entre el equipo técnico y vuestras familias.

– ¿Tan diferente es nuestra cultura de la española?

Sí, son muy diferentes; a pesar de ello tenemos más puntos de unión que de desunión, aunque muchas veces no somos consciente de ello, compartimos tradición literaria, arquitectónica, médica… fruto de ocho siglos de una España musulmana “Al-Ándalus”.

El castellano ha heredado más de cuatro mil palabras árabes que forman parte de nuestro vocabulario cotidiano como, por ejemplo, aceituna, azúcar, café, limón, nombres de provincias, ciudades, pueblos españoles y un largo etcétera.

Somos pueblos de mar, de pescadores; somos gentes abiertas, hospitalarias; nuestros productos gastronómicos son muy similares… Ocho siglos compartiendo territorio dan para mucho.

– ¿Cuál dirías que es tu principal motivación en tu trabajo diario, para venir todos los días?

Me encanta estar y trabajar con vosotros/as, ya lo sabes. Efectivamente, vengo desde Alicante todos los días para intentar haceros las cosas más fáciles y que logréis aquello que anheláis, una vida digna con un futuro mejor.

Vosotros/as también lo podéis conseguir, es decir, podéis llegar a ser en la vida aquello que os propongáis: mecánicos, auxiliares de enfermería, chefs, camareros, abogados, profesores o, ¿por qué no?, trabajadores sociales, como yo.

¿Sí?, ¿cómo ha sido tu recorrido hasta llegar hasta aquí?, ¿qué tendríamos que hacer?

En mi caso, siempre me ha gustado mucho el trabajo relacionado con ayudar a las personas, esto me llevó a estudiar Trabajo Social en la Universidad de Granada. Además, hablo árabe, francés y tamazight, y gracias a ello ejerzo funciones como intérprete.

Cuando terminé mis estudios, comencé mis prácticas como trabajadora social en el Centro Educativo Residencial Fuerte de la Purísima Concepción, en Melilla. Soy de esta ciudad, allí me críe y cada día veía a cientos de menores como vosotros/as intentar saltar la valla para cruzar la frontera y llegar a España.

Este centro tiene capacidad para 350 menores extranjeros no acompañados, si bien en la actualidad alberga casi 700 menores, prácticamente el doble de su capacidad.

Veía a todos esos niños y me decía a mí misma: “tengo que hacer algo por todos ellos, se merecen una oportunidad, un nuevo proyecto de vida”. Soy marroquí, de padres marroquíes; soy musulmana e hija de musulmanes; soy como vosotros/as… y, por supuesto, también lo podéis lograr.

 – Además de estas prácticas, ¿contabas con alguna experiencia laboral previa antes de llegar al centro?

Sí, he trabajado como técnica especialista en menores en la Conselleria de Bienestar Social y también he trabajado en Protección Civil/intérprete en el puerto de Alicante, apoyando a la Policía Nacional, Guardia Civil y Cruz Roja. Realizaba funciones de puente entre los viajeros de origen árabe y la Policía Nacional.

Por ejemplo, una de mis funciones cuando llegaba un vehículo de Argelia era ejercer mediación lingüística y decirle a una persona/familia que su documentación no estaba en regla; tratar de explicarlo de la mejor forma para evitar malentendidos, porque la mayoría de las ocasiones los incidentes/conflictos se debían a un simple problema de comunicación.

– ¿Qué consejos darías a los chicos/as, menores que residen en el centro, para que aprovechen esta oportunidad?

El mejor consejo que os puedo dar es que debéis aprovechar al máximo la oportunidad que os brinda la vida. Sois afortunados por estar aquí, hay muchos chicos y chicas que viven en situación de extrema pobreza en sus países de origen, sin posibilidad de acceder a una educación y a una sanidad pública de calidad.

Vosotros/as estáis aquí, en España, país acogedor por naturaleza y debéis aprovechar todos los recursos que una entidad como FSC pone a vuestra disposición para conseguir ese futuro mejor que habéis venido a buscar.