A mí sí me ha pasado, y quiero contároslo de una forma sencilla… De antemano, me presento. Mi nombre es María Gabriela, una joven que, recién terminando el Grado en Psicología, empezó a trabajar en áreas relacionadas, pero ningún trabajo era muy estable, e incluso en algunos momentos no tuvo trabajo…
Fue entonces cuando me propusieron hacer un curso de inserción laboral, y al estar relacionado con la psicología, me dije «¿por qué no?, voy a intentarlo». El curso me comenzó a gustar y, a medida que fue avanzando el tiempo, fui sintiendo más cariño y pasión por el trabajo de inserción laboral. Mi única duda era: «¿me servirá este curso?, ¿qué podré hacer, una vez culmine mi formación?».
Recuerdo que la profesora que nos impartía este curso nos recomendó hacer voluntariado, y conseguí uno en YMCA, una agencia de colocación, donde pude empezar a coger un poco de experiencia, y comprobar si realmente me estaba gustando ser voluntaria.
Posteriormente, llegó el momento de la verdad, de comenzar las prácticas en la Fundación Salud y Comunidad (FSC), concretamente en los Programas de formación, apoyo y promoción a la inserción social y laboral en la Región de Murcia. En esos inicios en la entidad, me decía a mí misma: «¡qué nervios!, ¿estaré preparada?».
Los días fueron pasando, me iba desenvolviendo de manera muy natural, como «pez en el agua», desarrollando acciones y dándome cuenta de que sí podía hacerlo. Me sentía motivada por realizar finalmente prácticas en las que me sentía realizada, tanto así que, una vez finalizadas, decidí continuar como voluntaria en estos programas de FSC, concretamente en el SAP – Servicio de Atención Personalizada a desempleados de larga duración.
Posteriormente, en menos de un mes, casi sin darme cuenta, me ofrecieron trabajar como orientadora laboral y, evidentemente, con toda la ilusión y fuerza puesta en mí, en este trabajo estoy ayudando a las personas a lograr un empleo y encontrar una motivación para seguir adelante, despertar, tener una rutina, mantenerse vivos/as…
Indudablemente, estaré enormemente agradecida durante el resto de mi vida por esta oportunidad que me ha ofrecido la Fundación Salud y Comunidad, y lo demostraré haciendo lo mejor que pueda mi tarea, tanto como profesional como persona, ayudando a conseguir sus objetivos a personas en riesgo de exclusión social, en situación de desempleo y, especialmente, a personas en situación de vulnerabilidad, con el fin de mejorar su empleabilidad y, por tanto, su calidad de vida.
Con mi labor, espero seguir ofreciéndoles energía para continuar, para luchar por las cosas que realmente quieren y saben que son beneficiosas para su vida. Les deseo lo mejor, y a quien obra bien, definitivamente, siempre le irá bien… Confío estar cooperando con mi trabajo a ello.
María Gabriela Mendoza Sessa
Orientadora laboral del SAP – Servicio de Atención Personalizada a desempleados de larga duración de FSC.