La Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha puesto en marcha “¿Caminas?”, un programa de acompañamiento que se está desarrollando con buenos resultados en Castellón, cuyo fin es la inserción sociolaboral de mujeres en situación de prostitución. El proyecto está dirigido a todas las mujeres que forman parte del programa IMMA de FSC, o derivadas por el Servicio de Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento de Castellón (SIO) o Servicios Sociales de Castellón, con las que se esté llevando algún tipo de intervención psicosociosanitaria. El programa, financiado por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana, a través del Fondo Social Europeo, y el Ayuntamiento de Castellón, oferta diferentes cursos certificados, especialmente adaptados a las necesidades y horarios de estas mujeres.
Todas las acciones de este programa van encaminadas a aumentar las habilidades sociolaborales de las mujeres participantes en el mismo, así como a identificar sus propias fortalezas, e incrementar el nivel de autorreconocimiento de sus capacidades y talentos. “Esto a su vez facilita la reordenación de su autoestima y su empoderamiento como mujeres, ampliando su abanico de posibilidades y que puedan tomar decisiones con mayor libertad. El empleo es un área facilitadora de inserción social que tiene un fuerte impacto emocional en las personas, de ahí el enfoque sociolaboral de este proyecto”, señala Silvia Legido, coordinadora del mismo.
El equipo del proyecto tiene un carácter multidisciplinar para garantizar una atención integral. Está compuesto por una trabajadora social, una psicóloga, una técnica de empleo y una administrativa, además de la profesional que coordina el proyecto. De esta forma, con un equipo de estas características, pueden ser detectadas necesidades en todas las áreas importantes de la vida de cada una de estas mujeres, y facilitar su camino hacia la inserción sociolaboral.
En relación a las acciones que contempla el proyecto, han sido diseñadas para cada usuaria de forma individualizada, atendiendo a su caso concreto. “Nuestras usuarias se encuentran en situaciones muy diferentes, a nivel personal, social y familiar. Si algo teníamos claro desde el principio es que todo lo que se llevara a cabo durante el programa, desde la primera entrevista, los seguimientos, los horarios, los cursos… debía ajustarse a la situación de cada mujer. Por ejemplo, para la difusión del proyecto, nos trasladamos al propio lugar de ejercicio, donde de manera verbal y de forma escrita – para ello se diseñaron unos trípticos en varios idiomas-, se explicaba el programa y se recogían los intereses de cada una de las mujeres. Después, se las citaba en el centro para la primera entrevista”, señala la coordinadora del proyecto.
Por otra parte, con el objetivo de facilitar que estas mujeres acudan a los cursos, se ha becado el transporte, al igual que se les ha ofrecido una beca de asistencia por día, y a aquellas que tienen hijas o hijos en edad escolar, se les ha becado el comedor, para que puedan hacer una mejor conciliación. Actualmente, se oferta un curso de castellano; un curso de informática básica; un curso de comercio; un curso de habilidades sociolaborales y un curso de formación en género.
El itinerario del proyecto tiene cuatro fases diferenciadas que conforman un proceso: candidaturas y preselección, diagnóstico sociolaboral individualizado, intervención orientadora (en la cual coexisten actividades individuales y actividades grupales) y seguimiento y evaluación continua.
En estos momentos, como dato significativo a nivel de resultados del proyecto, se cuenta con algunas contrataciones de algunas mujeres a las que se les ha apoyado en una búsqueda activa de empleo. En este sentido, se realiza prospección con las empresas para facilitar esta inclusión laboral.
Mediante la implementación de la prospección laboral, se pretende detectar todos los sectores de actividad que generan puestos de trabajo compatibles con los perfiles profesionales del colectivo atendido, la identificación del máximo número de sectores portadores de ocupación, así como las características y necesidades del tejido empresarial local. El proyecto también centra sus esfuerzos en la localización de los sectores en expansión y ámbitos representativos de la economía local.
La mayor parte de las usuarias del proyecto IMMA de FSC ejercen prostitución de calle en los caminos de la huerta de Castellón y Nules, llamados comúnmente como “Caminàs”. De ahí surge el nombre del programa, incluyendo esta idea y la de caminar hacia un nuevo proyecto vital para ellas, respondiendo a la demanda de apoyo que estas mujeres en situación de exclusión social grave nos venían realizando, para conseguir empleo y poder salir de las situaciones de explotación y precariedad en las que se encuentran.